Bitácora de Aurora Pimentel Igea. Crónicas de la vida diaria, lecturas y cine, campo y lo que pasa. Relatos y cuentos de vez en cuando.

domingo, 14 de junio de 2009

Un par de oceanos/ Capitán James McKay




Se caen del calor los pájaros, han callado todos en este mediodía. La piscina se vacía poco a poco. Ponen Horizontes de Grandeza (The big country) en Telemadrid pero no voy a poder verla otra vez, es una de mis favoritas.

Quiero hablar con un amigo por teléfono y tengo que trabajar.

Estupenda película la de William Wyler, yo querría ser como Gregory Peck, el capitán James McKay.

No hace falta montar el caballo ese indomable cuando todo el mundo lo ve, ni aceptar el desafío público a ver quién es más macho, o más listo, o más lo que sea, da igual.

Las victorias siempre privadas, nunca públicas, son más densas, más tuyas, más verdad. No ver enemigos de cada vez donde no los hay, el peor y más difícil de vencer suele ser uno mismo.

"¿Y qué le parece Texas? ¿Ha visto algo más grande?" pregunta un tejano orgulloso de lo suyo.

"Un par de oceanos" contesta Peck, marino, viene de Nueva Inglaterra. El universo no empieza ni se acaba donde uno se encuentra, esté uno donde esté.

Choca su mentalidad con la texana, con tantas cosas buenas, pero con una testosterona mal encauzada. Tranquilos, chicos, que no se trata de a ver quién la tiene más grande.

Al final es una simple lucha por el agua y un patio de vecinos malhumorados por amplio que fuera el lugar.

Ay, Dios, qué de pueblo (en el mal sentido, lo hay bueno) podemos ser todos, hasta los de Texas, si no, veamos la reciente historia, la más cercana, la propia.

Mundos pequeños en todas partes, los realmente grandes suelen ser interiores, los horizontes están dentro, la grandeza es la de alma, tan poco frecuente.

No pelearse, no armarla de cada vez, no entrar a trapo tampoco, mucho menos provocar.

Un caballero es al que no le hace falta batirse para demostrarlo, justo al revés. La valentía no es el simple arrojo, es la resistencia a veces. Pero la hija del Mayor, Patricia, no lo entiende, piensa que es un cobarde. Y James se queda con la maestrita, más lista, Jean Simmons.

Lo dicho, querría ser como Gregory Peck, Capitán James McKay. Y me pilla lejos, mucho, ay.

10 comentarios:

Montse Viver dijo...

Filosófica estás segun leo:

"Las victorias privadas son más densas, mas tuyas, más verdad"

"Los mundos realmnte grandes son los interiores"

"La valentia no es el simple arrojo,es la resistencia, a veces".

Tres frases que dan mucho que pensar.

Yo no se si estás en la línea del Capitan James Mc.Kay tal como deseas, pero en todo caso te acercas bastante por lo que voy leyendo en tu blog.
Que te sea leve la puesta en marcha de la piscina.. i a disfutarla!

Máster en nubes dijo...

Ni de broma, Montse, errores de principiante cometo y de continuo, y no es que sean de principiante, que lo son, es lo de menos, es la profundidad del error y su constancia, lo reiterados que son lo que me fastidia.

Pero supongo que es bueno que me fastidie también. Y que acabe por darme cuenta, por supuesto.

Gracias por tu visita, a ver si hoy se respira mejor ;-)

Un abrazo
aurora

Jesús dijo...

Yo también, como Gregory Peck.
Pellizcos, Máster.

lolo dijo...

Pero Máster, no te dejes derretir por los calores...son malos, malos, lo sé.

Por cierto, el cogote de Gregory Peck es, a mi gusto, el más grandioso del cine.

Máster en nubes dijo...

Susiño, ya te dije ayer que la música de hoy te iba dedicada, desde la música la entrada, claro ;-) Mejor esta foto que la otra, eh? pareces un intelectual del País. Un abrazo

Lolo, yo me derrito con cualquier cosa. Oye, y tú lo de los cogotes masculinos ¿te lo has mirado? Es broma, pero tía, es que ni me he fijado, y ahora me descubro ¡en la calle mirando cogotes, por Dios! De verdad, que la primavera es muy mala, Lolo, pero tú peor. Un abrazo

Toi dijo...

mira que me creo que te conozco (demasiado poquito) pero siempre vuelves a sorprenderme.
Qué gozo.

Javier Sánchez Menéndez dijo...

De lejos nada. Tienes porte y figura. Y la cabeza fría.

Un beso.

Olga Bernad dijo...

Ojalá pudiésemos ser sublimes sin interrupción, como decía el poeta. Yo me debato, bien lo sabes, entre Reinas de las Nieves que nunca seré y una pobre mujer abrumada (y muchas veces cabreada) con la realidad que me circunda. Pero entradas como la tuya te animan a mantener la mirada alta, a saber que cada vez que bajamos la mirada, en el pecado llevamos la penitencia.
Gracias por ayudarme a mirar hacia arriba, aunque sea desde abajo. Hay que ser muy fuerte para ser magnánima siempre, pero hay que procurar no autodisculparse siempre con la propia debilidad...
Besos, guapa.

Máster en nubes dijo...

Toi, lo malo es que seguro que te sorprenderé para mal, si no, al tiempo, Pero como leí en alguna parte, los amigos no son amigos hasta que nos nos decepcionan. Espero decepcionarte y que seamos, entonces, realmente amigos. Un abrazo.

Javier, ni porte ni figura ni nada, ni la distancia adecuada ;-), ni ritmo, ni armonía ni la biblia en verso, pero muchas gracias en cualquier caso. Y que me digas que yo tengo la cabeza fría yo que me cabreo por 2 y entro a trapo por menos, en fin. Y que perdones el error de ayer, voy a 100 por hora y así no se puede ir. Un abrazo (a mi la foto que más me gustaba era la que tocabas la guitarra, para que lo sepas).

Olga, tú eres bastante nívea, con todo, no. Hombre, lo que no eres es de hielo, pero es que es mejor no ser de hielo. Y una cosa es lo que se escribe y otra lo que se es, una lo que se desearía ser y otra la realidad. Esta entrada mía era de arrepentimiento que me durará ¿10 días? Uf., mucho, volveré a escribir como guiada por un caballo desbocado, o sea sin guía. Un beso, hermosa

LM dijo...

Por la grandeza !del alma!