Hablé el otro día por teléfono con un amigo todavía virtual. Es un hombre encantador, me río mucho con él. Además de que siempre escribe con profundidad y poesía, le envidio, tiene una conversación todavía mejor, llena de centellas y silencios.

Hablamos de mujeres, es una de las ventajas que tenemos las chicas, podemos hablar de lo guapa que es una mujer y nunca sonará extraño. Otra cosa es un señor hablando de Omar Sharif con la pasión con la que yo hablo de Marylin Monroe, pensarían otra cosa casi seguro.
El caso es que, como me fío más de otros que de mí, le consulté qué mujer podía incluir en la "etiqueta" de "prohibidas" del blog, donde por el momento solo figuran Olga Bernad y Marilyn Monroe. Me sugirió que Ava Gardner. No pude estar más de acuerdo. A por Ava y de cabeza.
Uno de mis primeros recuerdos de la actriz es en "Mogambo". Siempre que conozco a un hombre se lo pregunto, "Oye, y tú en Mogambo ¿a quién elegirías?, ¿a Grace o a Ava?". Esta simple pregunta me sirve de mucho: no he podido soportar en mi vida a las mosquitas muertas y me da mala espina quien las prefiere, la verdad. Yo intento no tener prejuicios, pero los tengo, muchos y variados, lo sé. Si un hombre me dice que prefiere a Grace Kelly en vez de Ava puedo llegar a ser su amiga, pero me cuesta más.

En fin, la vida es como el cine, y las que tienen cara de no haber roto un plato en su vida, de muchos tipos, siguen ejerciendo un atractivo atávico entre algunos hombres.
Ava pasó por Valladolid en una de sus estancias españolas. Se puso muy mala y llamaron a un médico, amigo de mi familia, que ya descansa en paz. Al salir, claro, le preguntaban al joven médico los amigos, todos impresionados. Por muy médico que seas, atender a la Gardner debe de molar un montón. Tenía una cogorza Ava de esas de no menearse, nada más y nada menos. Pero piénsese en el Valladolid de los años 60, todo un evento: la Ava en pucela, la Ava enferma, la Ava que llama a un médico y el médico que es asaltado por todos sus jóvenes compañeros y amigos. En fin.
Como Marilyn, Ava era más guapa sin maquillaje, como todas las mujeres realmente hermosas. E iniciada su madurez, levemente ajada más por los excesos que por la edad -el alcohol puede hacer estragos y de hecho los hizo con ella- estaba todavía más guapa.
Ava sin embargo no es comparable como actriz a la Monroe, no sé si estuvo mal dirigida o tuvo mala suerte. Pero sin embargo hay películas como la citada donde está bien, y otras. "55 días en Pekin" es una película que no me canso de ver, me encanta, debe de ser porque me recuerda vagamente a Tintín y el Loto Azul y eso de la guerra de los boxer, o Niven que es un señor, en cambio Cheston tiene un aire chulesco un poco cansino, con perdón.
Como "La noche de la iguana", me apasiona. En ambas Ava está ya mayor, pero para mí impresionante, de una belleza sobrecogedora. La ves en "El holandés errante", mucho más joven, y te mueres, joé, vaya tía. "La condesa descalza" no me interesó mucho, es todo como excesivo, no sé. Tengo que ver todavía "Las nieves del Kilimanjaro" porque si la vi no me acuerdo y ese tipo de historias de Hemingway me gustan, como Houston, son dos tipos desmesurados que me encantan aunque el primero, en mi opinión, está sobrevalorado.
Como toda mujer que se precie Ava se enamoró de un chisgarabís, como era el caso de Frank Sinatra, mucha cancioncita, todo muy bien, pero un tirillas. Pensar que estuvo casada también con Mickey Rooney arroja esperanzas a los poquita cosa o constata que el físico masculino para muchas mujeres es poco o nada importante, o no lo era. Me dicen que ahora las mujeres miran el culo a los tíos, no doy crédito.
Pues eso. Ava, siempre Ava. A por ella y de cabeza, sin dudarlo.
(esto último va por Lolo, este es el tango de sola, fané y descangallada...)