Bitácora de Aurora Pimentel Igea. Crónicas de la vida diaria, lecturas y cine, campo y lo que pasa. Relatos y cuentos de vez en cuando.
Mostrando entradas con la etiqueta Prohibidas. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Prohibidas. Mostrar todas las entradas

miércoles, 20 de mayo de 2009

A por Ava y de cabeza


Hablé el otro día por teléfono con un amigo todavía virtual. Es un hombre encantador, me río mucho con él. Además de que siempre escribe con profundidad y poesía, le envidio, tiene una conversación todavía mejor, llena de centellas y silencios.

Hablamos de mujeres, es una de las ventajas que tenemos las chicas, podemos hablar de lo guapa que es una mujer y nunca sonará extraño. Otra cosa es un señor hablando de Omar Sharif con la pasión con la que yo hablo de Marylin Monroe, pensarían otra cosa casi seguro.

El caso es que, como me fío más de otros que de mí, le consulté qué mujer podía incluir en la "etiqueta" de "prohibidas" del blog, donde por el momento solo figuran Olga Bernad y Marilyn Monroe. Me sugirió que Ava Gardner. No pude estar más de acuerdo. A por Ava y de cabeza.

Uno de mis primeros recuerdos de la actriz es en "Mogambo". Siempre que conozco a un hombre se lo pregunto, "Oye, y tú en Mogambo ¿a quién elegirías?, ¿a Grace o a Ava?". Esta simple pregunta me sirve de mucho: no he podido soportar en mi vida a las mosquitas muertas y me da mala espina quien las prefiere, la verdad. Yo intento no tener prejuicios, pero los tengo, muchos y variados, lo sé. Si un hombre me dice que prefiere a Grace Kelly en vez de Ava puedo llegar a ser su amiga, pero me cuesta más.

Frente a Grace, todo recato y lela como ella sola -en esa película, claro, sabe Dios que no en otras donde está sugerente, mujer, y a por todas, como en "Atrapa un ladrón"- Ava crece y crece, se la come con patatas. Y te dan ganas de darle un meneo a Clark Gable y decirle "No sé ni cómo dudas, a por Ava y de cabeza, por Dios."

En fin, la vida es como el cine, y las que tienen cara de no haber roto un plato en su vida, de muchos tipos, siguen ejerciendo un atractivo atávico entre algunos hombres.

Ava pasó por Valladolid en una de sus estancias españolas. Se puso muy mala y llamaron a un médico, amigo de mi familia, que ya descansa en paz. Al salir, claro, le preguntaban al joven médico los amigos, todos impresionados. Por muy médico que seas, atender a la Gardner debe de molar un montón. Tenía una cogorza Ava de esas de no menearse, nada más y nada menos. Pero piénsese en el Valladolid de los años 60, todo un evento: la Ava en pucela, la Ava enferma, la Ava que llama a un médico y el médico que es asaltado por todos sus jóvenes compañeros y amigos. En fin.

Como Marilyn, Ava era más guapa sin maquillaje, como todas las mujeres realmente hermosas. E iniciada su madurez, levemente ajada más por los excesos que por la edad -el alcohol puede hacer estragos y de hecho los hizo con ella- estaba todavía más guapa.

Ava sin embargo no es comparable como actriz a la Monroe, no sé si estuvo mal dirigida o tuvo mala suerte. Pero sin embargo hay películas como la citada donde está bien, y otras. "55 días en Pekin" es una película que no me canso de ver, me encanta, debe de ser porque me recuerda vagamente a Tintín y el Loto Azul y eso de la guerra de los boxer, o Niven que es un señor, en cambio Cheston tiene un aire chulesco un poco cansino, con perdón.

Como "La noche de la iguana", me apasiona. En ambas Ava está ya mayor, pero para mí impresionante, de una belleza sobrecogedora. La ves en "El holandés errante", mucho más joven, y te mueres, joé, vaya tía. "La condesa descalza" no me interesó mucho, es todo como excesivo, no sé. Tengo que ver todavía "Las nieves del Kilimanjaro" porque si la vi no me acuerdo y ese tipo de historias de Hemingway me gustan, como Houston, son dos tipos desmesurados que me encantan aunque el primero, en mi opinión, está sobrevalorado.

Como toda mujer que se precie Ava se enamoró de un chisgarabís, como era el caso de Frank Sinatra, mucha cancioncita, todo muy bien, pero un tirillas. Pensar que estuvo casada también con Mickey Rooney arroja esperanzas a los poquita cosa o constata que el físico masculino para muchas mujeres es poco o nada importante, o no lo era. Me dicen que ahora las mujeres miran el culo a los tíos, no doy crédito.

Pues eso. Ava, siempre Ava. A por ella y de cabeza, sin dudarlo.



(esto último va por Lolo, este es el tango de sola, fané y descangallada...)

miércoles, 6 de mayo de 2009

Marilyn amiga



Empecé con una amiga como mujer prohibida y tengo la etiqueta con una sola entrada. Esto no puede ser, empecemos por el principio.
O uno de los principios, esto es la Srta. Monroe, Miss Marilyn. Scarlett Johanson se le da un aire, pero no la llega ni a los talones.

Ella, la única, unía esa ingenuidad tan atractiva con un volumen real, por muy ideal que fuera.
Con todo era real.
Las mujeres de verdad tienen curvas.
Sean físicas o de otro tipo, preferentemente las dos, creo yo, pero no soy hombre.

Ella las tenía, ambas, y de tonta ni un pelo, otra cosa es tener suerte en la vida, que se tiene o no. No tuvo mucha.

Era, además, una buena actriz, muy buena, pese a que su físico -que dirían los cursis-, más bien su presencia, podría ocultar su intrepretación a veces para quienes están más atentos a la carrocería que al motor.
En Marylin como en un jaguar, el mejor coche del mundo, su belleza no podía tapar un motor preciso, suena siempre como la primera vez.

A mi me encanta en El Príncipe y la Corista, pregunten qué es una corista a alguien menor de 40 años y puede uno reírse un rato. Qué profesión más devaluada, qué pena-

Ayer buscando fotos es que no podía ni elegir, pero no de las más conocidas, de otras donde Marilyn está de una belleza estremecedora, digna de protección como algunas especies.

Entre mis favoritas las de la playa, otras con Yves Montand, vaya pedazo de affaire, se les nota muchísimo, como para engañar a nadie.
Marilyn estaba más guapa sin pintar que pintada, como todas las mujeres hermosas de verdad que como están descacharrantes es con la cara lavada.

Dicen que algunas bellezas intensan molestan a las mujeres, en televisión lo sabíamos bien y se buscaba a un tipo de mujer que gustando a los señores no resultase "insultante" para las mujeres.
Ves esas fotos casi al desnudo de Marylin (no las de desnudo, sino las de sin maquillar que son las de más desnudo) y te quedas desarmada.
Te dan ganas de invitarla a pasar unos días en el Boalo.
De ser su amiga.

A mí me hubiera gustado serlo. Seguro que tenía cosas interesantes que contar. Yo le hubiese dicho que ni se le ocurriese lo de Arthur Miller, algunos intelectuales dan muy mal resultado como maridos, no sé por qué pero a veces es mejor menos intelecto, lo ves venir.

Hay muchas Marilyn en Marilyn.
He dejado fuera a la del Happy Birthday to you, Mr. President, también la vestida de rosa y cantando Diamonds are a girl besfriend y hasta la de Con faldas y a lo loco, y eso que me hace muchísima gracia.

Hay una mujer desprotegida detrás de todo, también detrás de todas las mujeres, alguien en blanco y negro, que no en colores. Como ella.

En una playa como ella.

Con un jersey que la está grande.
Las curvas que se entrevén por fuera pero muchas más por dentro.










Y el corazón abierto, siempre. Y un poco dolorido.




domingo, 12 de abril de 2009

Cuerpo y resurección 1)



"Una de las mujeres que mejor ha entendido lo que es el cuerpo es la Madre Teresa".

Lo dijo el párroco de San Jorge una tarde de esas en las que te duermes en misa y, de repente, te despiertas, plaf. Joé, me tuvo y me tiene la frasecita de marras pensando todavía.

Me encanta el cuerpo en general. Y en particular los de la gente que quiero o que me gusta. Puede que sea religiosa, pero no soy nada espiritual. Tampoco creo ser platónica, ni en amores ni en nada, que me perdonen los partidarios o entendidos en Platón, seguro que me equivoco en el término o en el concepto, espero que me corrijan con cariño como siempre lo hacen los que saben y tienen paciencia.

Me encanta ver y mirar, oír y escuchar, tocar, oler y, desde luego, gustar. Comer y cocinar para otros, con otros también, es un gran placer, siempre lo es. O sea, espiritual nada de nada. En todo caso re-ligar, tratar de unir lo que está roto, eso sí.

No tengo un cuerpo y creo que los demás tampoco tienen un cuerpo. Son, somos, cuerpo. Y alma. Todos. Y nada va por separado sino junto.

Ves a gente hecha polvo y lo primero que te preguntas es si comen bien. Muchas personas simplemente comen de pena y duermen peor. Y así no se puede vivir, se malvive.

Un alma triste, en pena, suele ser un alma mal alimentada y peor dormida a menudo. Y posiblemente no la acarician hace tiempo, eso también.

Dicen que vivimos en una civilización de culto al cuerpo pero no me lo creo. Ni de broma, no.

Pienso que hay una cosa estilizada hoy a la que llamamos cuerpo, que lo dibujamos como tal, medidas perfectas, tía estupenda o tío armario, juventud para siempre. "Por ti no pasan los años". "Hay que ver cómo te conservas". Etc. Por Dios, yo no quiero conservarme, yo quiero vivir.

Ingenuidad no de niños, sería precioso. Es otra cosa como perversa y muy triste a menudo, entre Frankestein y Drácula. Y mujeres y hombres aspiramos a eso. Y nos machacamos por ello, se pierde mucho tiempo a veces y, lo peor, se pasa a veces fatal en una lucha contrareloj y contra natura sin sentido y sin gracia. Y eso no puede ser. Aquí no hemos venido a sufrir, otra cosa es que nos caiga porque no hay más remedio, pero no hay que hacer esfuerzos suplementarios, digo yo, el sufrimiento va a venir sin buscarlo.

Tengo la peregrina idea de que para lucir habría que disfrutar, divertirse y sufrir lo menos posible, a ser posible nada. Eso creo que tendría que ser la cosmética, vestirse y ponerse mona, por lo menos para mí: ilusión de gustar y gustarse, risas como las que teníamos a los 14 años y nos pusimos tacón por primera vez, sala de damas, pero no seriedad ni gravedad, así la coquetería se hace lo que nunca debe ser, un rollo macabeo, así se le quita su encanto.

Riete tú de la ley mosaica ante todos los mandamientos de cómo debe ser hoy una mujer físicamente hablando, joé con las especificaciones hasta el milímetro, qué pereza, por Dios.

Y creo ver más. Esa normativa exhaustiva que cubre hasta el más mínimo de los rincones femeninos no es cosa de tíos, que van más a bulto (con todos mis respetos, como los toros), es de quienes se quedan prendidos en la envoltura porque no pueden ir adentro. No pueden, no sé cómo decir esto.

Y por contagio pienso que algunos hombres acaban siendo un poco así. Al corazón y al tacto no les gustamos de verdad. No, es otra cosa, por mucho que se diga. O mejor dicho, precisamente por todo lo que se dice, por la imaginaria visual cursi hasta decir basta, y hasta por las palabras, lo que hoy hay es otra cosa, no un hombre al que realmente le guste una mujer, ni siquiera las mujeres. No hablo ya de querer, son palabras mayores aunque hoy no signifique nada de tanto como se usa. Simplemente gustar, creo que se está perdiendo la afición y está siendo sustituida por otra cosa como más narcisista, mas egocéntrica y, en general, bastante menos interesante.

Quien ha trabajado en moda lo sabe "A mí me gustan las mujeres castradas", me lo dijo, literalmente, un conocido diseñador cuando trabajé con él. Entonces comencé a comprender qué pasaba. Cursis siempre hubo, pero hoy vivimos el imperio de los cursis, como una era histórica es esto y así nos conocerán: "de 1968 a XXX se vivió el imperio cursi en occidente que duró... "

De tan cerca que se tiene a veces el cuerpo no se ve.

Eso es la pornografía y eso son otras muchas cosas.

Para ver y tocar de verdad, hasta para oler, hace falta cierta distancia. Es como si el cuerpo de Mónica Belluci lo miras al microscopio, así no lo ves, borrico, echate para atrás un poco, no te pongas tan cerca que la pierdes. Y Monica, sólo carne, no es Mónica. Por eso las fotos de tías sin cara no son para hombres que les gusten las mujeres, les gusta la carne colgadita, pero no las tías. Podría ser cualquiera y acaban siendo cualquiera, da igual.

Y ocurre con lo que no es la Belluci, ocurre en la vida digamos que "real".

Que conste que la Belluci es de este mundo, y por eso algunas personas creen en Dios que se sirve de la Belluci, faltaría más. No todo va a ser el Padre Pateras, las cinco vías o el entre pucheros anda el Señor. O la Macarena y la Semana Santa en Sevilla. Aunque todo sea muy bueno, claro.

En la Belluci vemos también a Dios, la encarnación y esperemos que la resurección. Mónica es más bien como una insinuación teológica, más bien divina, que no una vía. Y no sé yo porqué una insinuación va a ser peor que una vía, toda razón y lógica. A veces Dios se insinua, porque no es hombre, aclaro, Dios no es hombre (tampoco mujer, espero que se me entienda y no me manden a la hoguera) con lo cual puede utilizar la insinuación aún a riesgo de que no le entiendan.

Una insinuación, una sonrisa de Dios. "Hala, guapos, creed en mi que he hecho a la Belluci y esa no sale por biología, ni evolución ni nada, aunque yo me sirva de todo". De todo.

PS: La canción que canta Springsteen es una tradicional de Gospel. Noche clara y preciosa hoy, vengo de misa, uf, menos mal que resucitó, no lo tenía claro, pero al final acaba bien. Para todos.

martes, 31 de marzo de 2009

Ella sí que es(tá) prohibida (Felicidades, Olga)



Ya hablé de las mujeres prohibidas, esas en las que nos vamos a transformar antes del verano a base de gimnasio, dieta o, si no hay manera, yendo a Lourdes. Uy, qué emoción me entra.

Pero hoy inauguro etiqueta de mujeres ya prohibidas, de esas que son de parar la circulación por nacimiento, sin esfuerzos. Como diría Driver, hay veces que hay que aplaudir no sabes muy bien a quién, pero aplaudir y quizás pedir "autor, autor". Pues eso, aplaudamos.

Pero en vez de empezar esta sección con Carol Bouquet, Candice Bergen, Monica Belluci o una de las muchas mujeres prohibidas que tengo en lista (admito sugerencias), voy a empezar con una amiga, dónde va a parar, cien veces mejor.

Ella es mujer prohibida de las de ya, sin necesidad de esperar al verano o ir a clase de aerobic. Y lo es especialmente hoy.

Creo que para querer a alguien no hace falta conocerle o conocerla. Casi mejor a veces no conocerse mucho. Por eso internet está tan bien. Es una maldad esto, lo sé, y además no es del todo cierto. Rectifico. Digamos que nos conocemos de otra manera que no está mal.

Me parece que para querer a alguien hace falta admirar de algún modo y, a la vez, ver pequeño a ese alguien.

Sólo con admiración una va a ver cómo opera un famoso cirujano, oh, ah. Lee fascinada a un poeta, oh, ah. Contempla la obra de un pintor, más de oh y más de ah. Incluso de un rico admira una la cuenta corriente, el ferrari o la finca en Extremadura, no seamos puristas. O se queda prendida en unos ojos azules que son una virtud como otra cualquiera. Y ya.

Porque si sólo hay eso, tras admirar te vas a tu casa y dejas al cirujano con el bisturí, al poeta o al pintor con su obra de arte, la que sea, al rico con su dinero, el ferrari o la finca, por mucho cerdo ibérico que tenga, y al de los ojos azules con sus gafas.

Una siempre donde hay calor y puede darlo. Por eso creo que es difícil querer a quien solo despierta admiración, pero es sólo una opinión, claro.

Me parece que uno empieza a querer cuando, tras ver a alguien grande-grande-grande, como en la canción italiana, comienza a verle, a verla, también pequeño, pequeña.

Esto pasa en el amor por antonomasia, ese de boy meets girl, pero también en la amistad. A mí por lo menos me pasa.

No hay cariño de amigo o de amiga que no haya atravesado algún tipo de admiración y ese verle, verla luego, pequeño, pequeña. E incluso a alguno a veces miserable y mete patas, no pasa nada.

Creo que con los hijos debe de ocurrir que se les quiere de verdad enseguida porque se les ve muy pequeños de inmediato. Y, a la vez, se sigue como enamorado de ellos luego. De alguna manera esa desmesura que es toda vida, su vida, desprendida de la de sus padres, no desaparece jamás.

Por eso, tras el enamoramiento de pura admiración que tiene lugar de algún modo cuando lees a alguien que te encanta cómo escribe, sucede también a veces que se pasa a un cariño real, cuando ves alguna debilidad que te inspira ternura. Y es entonces cuando comienzas a querer y dejas esa historia de enamorarse, de admirar, que es pasajera siempre y muy poco o nada importante en cualquier tipo de amor, me parece.

Esto, en el mundo de las bitácoras, sucede a veces cuando se tiene la oportunidad de intercambiar correspondencia privada, de hacer un cierto aparte de emails o telefónico. Porque sale, le nace a una y a la otra, y las cosas fluyen con normalidad. Y no sabes muy bien por qué, pero se encaja. Y ella te da su tiempo que es lo que menos tiene. Generosa siempre. Tanto como es en público en su bitácora o en otras.

Entonces empiezas a mirar a esa mujer, tan sólida y tan de admirar como lo es su poesía y su prosa. Pero pequeña también. Con dudas. Con prisas. Débil. Y nos contamos tonterías y frivolidades que unen mucho.

Las tonterías de la vida diaria son de las cosas que más unen, más a veces que la cosmovisión o el "y tú ¿de quién eres?". Detrás del no llegar, del reírse de una misma, de los agobios, de la naturalidad, hay siempre una mujer muy interesante, prohibida. Como ella.

Y no es que al escribir sea otra cosa distinta. Es que, como lo hace tan rematadamente bien, la condenada, te quedas prendada de su escritura. Y si eres poco versada (nunca mejor dicho), como es el caso, no ves el fondo ese acuático de piedras chiquitas, tan sólido es el estanque de lo que escribe. Tan trabajada y limpia es su agua, sus palabras.

Y ella es las piedras y es el estanque. Las dos cosas.

En fin.

Cumplir años es una tontería. Bueno no, de hecho es genial. Uno más, so what? Años a ti, vamos anda, guapa, los que te caigan este año y el otro, y el otro y el otro. Tú ni caso.

Como dice esta canción donde cantan Carmen Paris, Ana Belén y otras más, con el tiempo que pasa podemos desafinar en algunas notas que antes se daban con más facilidad. Pero creo que con los años también se dan otras bastante mejor. No diré que se llega a la armonía, ni se me ocurre, pero pienso que se amplía algo el registro. No te digo tú, que lo tienes ya tan amplio: Jesús, niña, lo que sabes de todo. Todavía estoy leyendo la entrada de Sedeisken, me sigo riendo con la del tu mens sana o doy vuelta de página tras una derrota contigo.

Especialmente cuando se es medusa o iceberg cálido, como te han dicho, actriz italiana o griega pasada por Zaragoza y la educación clásica, pero no de monjas (que ni lo sé), sino clásica de los griegos y romanos. O sea, la fetén.

Y ahí el gimnasio o la cosmética poco pueden añadir o decir ya, amiga. Al menos nada sustancial. Eres mujer prohibida por naturaleza, así es la vida. Porque Dios no es el Ministerio de Hacienda y reparte sus dones como le pete. Y a algunas les cae mucho y variado.

Lo tienes ya todo, y todo ganado. Hasta las oposiciones.

Quedas emplazada para una sala de damas, chicas solas, o mixta, me es igual, pero de amistades cuando vengas a Madrid.

Tú todo esto ya lo sabes, ya lo sabías, ratona colorada.

Pero creo que a las mujeres nos gusta que nos digan que nos quieren. Siempre y quien sea. Especialmente cuando cumplimos años.

Felicidades, Olga.

Y con estas palabras queda inaugurada, con lujo, esta etiqueta: prohibidas. Digo.

PS: Mi regalo es un bono sueño, no de soñar, sino de dormir que sé que te hace falta. Cuando quieras te pasas por el Boalo y te lo doy, o te lo mando donde me digas. No caduca, tú tranquila.

jueves, 26 de marzo de 2009

Prohibidas



"Venga chicas, arriba esos brazos, ese trasero, a ver ese ritmo, uno, dos, uno, dos, y no os quejéis... que vamos a estar prohibidas este verano"

Así no se puede dar una clase de aerobic. Te entra la risa, claro, sólo pensar en pasar a formar parte de las mujeres calificadas como "prohibidas". Quizás para animar no está mal. Y para hacer unas risas todavía mejor.

Me lo contó mi prima Concha en una de esas conversaciones de sala de damas.

Yo hace mucho que he dejado ese tipo de ejercicios, pesas incluídas, y me he pasado al yoga y al pilates. Menos prisas, movimientos lentos y concentrados, precisos, las profesoras o instructores van de rollo zen y no te gritan. Sales agotada pero flotando, bueno para el cuerpo, mejor para la mente. Ganas en flexibilidad y para las que queremos engordar -así es la vida- es mejor.

El caso es que por marzo el personal femenino nos ponemos las pilas a marchas forzadas. No sé si será la operación bikini o lo que sea, pero es como una fiebre, estés como estés. Hala, hala, todas al gimnasio.

Pasar de Madrid barrio de Chamartín al Boalo tiene muchas ventajas. Entre otras que cambias un gimnasio con actrices y modelos de impresión a otro con señoras normales, como una. Y ganas algo en autoestima. Como en otras cosas, depende del contexto donde te mueves. "Context is all" dicen los ingleses.

En la Casa de la Cultura del Boalo hay clases de aerobic, pilates, yoga, pintura, música, de todo. El que toca jazz en el pub de Cerceda, el Artesanado, Jorge, es el profesor de música, además de manager de grupos. Aquí todo el mundo tiene pluriempleo.

Puri, la misma que canta en misa, es la portera, la encargada, de la Casa de la Cultura. Me encontré en el veterinario a la instructorade aerobic, rubia y enérgica. Aunque me animó a apuntarme la vi demasiado marchosa. Estoy para mucho relax, seguí con yoga y pilates.

Por la sierra hay bastantes "alternativos", personas que no creen en convencionalismos sociales o culturales, en mayor o menor medida. Como mi profe de yoga, Tamara.

Es muy discreta y no hace proselitismo, pero está por encima del corte de pelo, de la cosmética y de la química.

Yo creo mucho en el corte de pelo. Soy una firme defensora de la depilación también. Y confío en la cosmética aplicada con moderación pero con entusiasmo, constancia y fe. También soy partidaria de ciertos productos químicos, especialmente de los utilizados para la fumigación contra hormigas y orugas procesionarias.

No hace falta coincidir en muchas cosas para apreciar a la gente. A Tamara no es que la aprecie, es que la quiero. Y la admiro mucho.

"Namasté" decimos al finalizar la clase de yoga. Quiere decir "saludo la luz divina que hay en ti".

Me gusta. Porque es verdad. En cada persona hay una luz. Una luz diferente.

Y en Tamara es tan potente que por eso es tan pacífica y tan suave. No necesita imponerse.

Gracias, Tamara. Hoy iré a yoga 2 horas porque me perdí la clase del martes y eso no puede ser.