Hacía tiempo que no hacía de cicerone. Me encanta, para empezar porque lo de organizar me apasiona, qué le voy a hacer. Segundo, porque enseñar tu ciudad o alrededores siempre está bien, algo sabes que a los demás les puede interesar. Como doy clases sé lo difícil que es a veces tener una audiencia cautiva e interesada. Lo de guía turístico es muy agradecido, se quejan poco y suelen estar encantados.
El caso es que por una de esas cosas del destino, Toi me dijo que venían los jefes de Jero a España, me ofrecí a echarle una mano, y he acabado recibiendo ayer a una pareja de periodistas de Alabama en el aeropuerto. Fue divertido, les escribí hace dos días un correo electrónico tan entusiasta que pensaron que yo era realmente una tour operadora y estaban espantados pensando que les iba a cobrar o algo así.
Menos mal que le mandé copia a Jero diciéndole que les aclarase quién era yo, no fuera a ser que pensaran que estaba loca, como así fue. Aclarado, pero no del todo como luego se verá.
Así que ayer me fui al aeropuerto y como su vuelo se atrasó les hice un paquete de bienvenida: pase para todos los museos de Madrid y su comunidad durante 3 días así como para todas las visitas andando con guía inglés que hay en la ciudad (Madrid Barroco, Madrid de los Austrias, Madrid la repera, Madrid for ever, etc.) y ticket de metro y bus para 5 días, más mapas, más una guía.
Me faltó el abanico y el botijo, hubiera sido bonito, seguro que se lo acabo regalando, me conozco.
Por cierto, casi me traigo a una guiri que no era, porque como sonrío mucho una tipa al salir del avión me tomo por quien la tenía que ir a buscar, menos mal que al preguntarle yo por su marido y decirme que no venía caí en que no era Ms. Regina Wright. Otro señor me dijo que ya le gustaría ser Mr. Right, pero que era Mr. Wrong, en fin, la espera estuvo entretenida.
Bueno, al final salieron, les dije que esperaba a gente mucho mayor, lo que les encantó, sé qué decir siempre que sea agradable, es la costumbre de haber trabajado en comunicación, no se miente nunca, pero se intenta mostrar la mejor cara. No cuesta nada y la gente se pone muy contenta.
Salimos de Barajas y tras intentar meterme en el centro acabé dejando el coche en un parking en el quinto pino, tengo poca costumbre de conducir en ciudad y hay miles de prohibiciones y direcciones que no se pueden tomar. Resultado: les hice subir la cuesta de Bailén con un sol de justicia, acabé llevándole la maleta a ella porque le iba a dar un yuyu.
Sobrevivieron pese a todo. Les dije que siendo el centenario de Darwin lo hago con todos los turistas por eso de la selección natural: si salen adelante son resistentes y pueden aguantar el resto del tour, si no, pues al hoyo. No sé si entienden mi sentido del humor, creo más bien que no.
Quisimos ir a las Descalzas Reales, tienen el convento al lado de su hotel, pero el aforo estaba lleno. Como es clausura sólo se abre unas pocas horas y si hay más de 30 personas no dejan pasar, espero que hoy lo hayan podido ver. Así que nos fuimos a San Ginés. Allí les expliqué quién era Lope de Vega, Quevedo y Calderón de la Barca un poco más adelante, porqué tenemos tantas Vírgenes pero sólo hay una (quedó un poco hindú pero ya explicar teología católica pero española en inglés me supera) y como no todo va a ser literatura o teología seguí por la calle Mayor hasta la Plaza Mayor con lo del chocolate con churros, qué era la cecina, qué es el jamón ibérico (from pork I like even the way he walks... ), la pastelería la santiaguesa, la cruz de Santiago, la empanada gallega, etc.
Luego Palacio de Oriente, el toisón de oro -look at the lamb hanging in the "pendón del rey" -con perdón-, que el trono no se usa, que la corona tampoco, que el rey no vive allí, etc.
Estábamos muy cansados a eso de las dos y comimos en plena plaza de Opera. Y luego se fueron a echar la siesta. Yo también. Tenía 3 horas de clase de 7 a 10, incluso para mí hablar tanto es mucho.
El sábado nos vamos a la opera al aire libre (y gratuita) que hay a las 8 de la tarde (los cantantes someten a un tribunal popular a Mozart), luego a cenar, al día siguiente al Escorial y al Castillo de Manzanares el Real. Y después paella en mi casa y tarde de relax y piscina si es que la puedo poner a funcionar entre hoy y mañana.
Quieren probar paella y tapas, lo segundo les he dicho que en cualquier lado casi, lo primero me da tanto miedo que les he prometido que la comerán en mi casa: a la gente le encanta envenenar a los turistas con paella, yo prefiero que hagan ejercicio y mueran de infarto.
"Así que tú conoces a Toi".
"Mmm, realmente no".
"Bueno, pero Toi sí conoce a Jero".
"Pues mira, tampoco".
Casi fue peor explicar que realmente no nos conocemos de cara ninguno o casi ninguno, pero que nos fíamos los unos de los otros. Yo creo que esto ya les superó y me dijeron muy educadamente que si se podían echar la siesta. Les di permiso, tiene él 70 años y ella sesenta y algo, me dieron pena, no se trata de repatriar dos cadáveres. Quedamos el sábado a las 7 en su hotel, aunque tengo dudas de que no quieran darme el esquinazo.
Son majos, alucinan un poco pero es normal. Se acostumbrarán.
Pero creo que están deseando llegar a Sevilla y tener un poco de paz.
Toi, visita relajada y republicana, por favor.