Bitácora de Aurora Pimentel Igea. Crónicas de la vida diaria, lecturas y cine, campo y lo que pasa. Relatos y cuentos de vez en cuando.

viernes, 13 de noviembre de 2009

Nefer, Nefer, Nefer



"Sinuhé el egipcio" de Mika Waltari era una de las novelas que marcaban el paso a la adolescencia en mi familia. Mi padre me la dio a leer creo que a los 14 años. Aquella Nefer era peversa. Le pregunté a mi padre por si no había caído en la cuenta y se había equivocado "Oye, ¿tú estás seguro que quieres que lea esto? Me parece para mayores". "Es que ya eres mayor", me dijo sonriendo.

Así que seguí con la lectura que me tenía perpleja y Sinuhé totalmente embobado por Nefer. No podía entender qué le pasaba al pobre médico egipcio, ¿no era acaso una buena persona?, ¿por qué hacía esas cosas tan terribles?, ¿cómo se podía ser tan tonto? Nefer le iba dejando con una mano delante y otra atrás, corito,  haciéndole vender al final lo más sagrado que tenía un egicpio, el terreno para la tumba de sus padres.

Pero me enganché totalmente al libro pese a mis dudas iniciales. Y no lo pude dejar, de un tirón luego, sin parar casi en unos días.

"Sinuhé" es otra de las novelas que leo a veces de nuevo. Releer es como volver a algunos  lugares que ya has visitado y que quieres: siempre descubres algo distinto, un matiz, otra sombra a la que no prestaste atención y de la que te quedas prendida. La idea de fondo de ese dios único, Akenaton, el faraón y, sobre todo, esa melancolía que planea en toda la novela, los viajes, las técnicas médicas de la época como la trepanación, todo te tenía pegada a las hojas. Era triste lo que contaba, pero no desesperanzador. 

Algo me recordó a "Sinuhé el egipcio" la novela "Dios ha nacido en el exilio",de Vintila Horia,sobre el exilio de Ovidio en Dacia. También me la recomendó mi padre de joven, aunque no la leí hasta el año pasado cuando me la regalaron, más de treinta años después de la recomendación paterna. 

No siempre hacemos caso a los padres en el momento en que nos dicen algo, cuando nos orientan o nos sugieren con cariño y levedad, otras con cariño y con decisión. Pero aunque no sea en el momento, creo que casi todo queda dentro de nosotros para aflorar de un modo u otro: lo que nos dijeron, lo que no nos llegaron a decir que es casi más importante, lo que respiramos.

El espíritu de un padre, su aire también, queda para siempre en sus hijos de alguna manera.

16 comentarios:

Capitán dijo...

Semilla que cae en buena tierra

Juanma dijo...

Fíjate que este libro nunca lo he leído, ni tenido. No sé, me consta que es excepcional y tengo amigos que lo veneran. Pero nunca lo he abierto. No sé, cosas que pasan, ¿no?

Y ese final de los padres, ay, ahora sí que confío, y espero, en que así sea. Yo noto el aliento del mío, que es para mí un héroe, casi continuamente. Ojalá a mis hijos les pase lo mismo: pienso que nada malo puede salir de mí para ellos.

Un beso.

lolo dijo...

Si lo leí no me acuerdo, como tantas cosas.
Me hace gracia ese " es para mayores" que yo aún les sigo diciendo.

A mi padre...ahora, cuando le escucho, me gustaría llevar una libreta para no olvidar ni una coma de lo que dice. Lo que olvidé, espero que aflore, como tú dices.

Máster en nubes dijo...

No sé si buena, pero abonada, sabe Dios que me han abonado bien. Un abrazo, Capitán, muy buena tu entrada de hoy, me ha gustado mucho, eres un Capitán ... valiente.

Juanma, tengo 2 ejemplares, el de la portada que saco -es el libro que me dio mi padre- y otro de bolsillo ... Te diré una cosa respecto a tus hijos, si me lo permites: cuando te he leído cómo hablas de ellos y ese "tú papa nunca te enfadas" es que emocionas, eres un padrazo, por Dios bendito... ¿realmente nunca te enfadas? Pues tienes mucho ganado...

Lolo, todo aflora y lo que no se dice creo que más. No recuerdo haber tenido una conversación com mi padre de estos tres temas: religión, muerte, amor o sexo (bueno 4). Estaba en lo que hablábamos pero... no estaba, no sé cómo explicar esto: no era vamos a hablar... y te sentaba. Fluía por debajo.

Juanma dijo...

Ja, ja, ja...fíjate que, precisamente casi desde aquello, sí que me enfado (pero bueno, me dura la mitad de medio segundo la mayoría de la veces: a poco que el señorito me mire. Otras veces sí intento ya mantenerme en firme). Pero, ¿sabes por qué razón lo hago, enfadarme digo?: porque a continuación dijo mi Domingo que "su papi nunca se enfada, pero su mami sí". Y claro, con esas ideas que se hacen los niños porque les da la gana a ellos, hay que tener cuidado. Que mi Lolita es mi Lolita.

Besos de nuevo.

Javier Sánchez Menéndez dijo...

Magnífica lectura Aurora, en estos tiempos otoñales es ideal.

Máster en nubes dijo...

Me encanta libro, Javier, tiene esa tristeza lenta...
Un abrazo,
Aurora

Modestino dijo...

Las buenas enseñanzas, los buenos consejos siempre quedan en algún lugar de nuestra cabeza o/y de nuestro corazón y no se sabe porqué acaban apareciendo.

En su día ví la película de Sinuhé el egipcio, con Jean Simmons, Victor Mature, Genne Tierney ... pero no sería mala idea plantearme devorar el libro.

Buen fin de semana.

Jesús Cotta Lobato dijo...

Yo me leí Sinuhé a los doce o trece años y también me marcó aquella Nefer, Nefer, Nefer. Sinuhé y Fabiola me convirtieron en una mezcla explosiva. Me alegro de coincidir contigo en esa lectura a esa edad.

Máster en nubes dijo...

Modestino, no me puedo creer que yo haya leído algo que tú no has leído todavía. Me ha hecho hasta ilusión si te soy sincera. De la película me acuerdo a duras penas. Un abrazo madrileño.

Cotta, te pega todo esa mezcla entre Sinuhé y Fabiola... ("Los idus de marzo" y otra más de Thornton Wilder, un novelista estupendo, que os va a en-can-tar a los dos, espero). Un abrazo.

Máster en nubes dijo...

Rafael, muchas gracias, te visito también. Salud(os) cordiales

Aurora

Anónimo dijo...

El mejor libro que he leido durante muchos años. Una novela única ´de la que deberíamos aprender muchísimo.

Máster en nubes dijo...

Anónimo, muchas gracias, a mí también me gusta mucho y creo que hay mucho que aprender en ella. Bienvenido o bienvenida.

Aurora

jaimemarlow dijo...

¡Menuda sensación de deja vú! al leer este post. Leí este libro hace mucho, y curiosamente en la edición en la que lo leíste tú (la portada era igual), y también pertenecía a mi padre.
Y recuerdo que tampoco me entraba en la cabeza por qué el protagonista se comportaba de manera tan estúpida con Nefer, tan cruel, siendo, como era, un buena persona (o al menos así me lo parecía).
Ahora, que he crecido, lo entiendo.

Máster en nubes dijo...

Jaime Marlowe, tengo una cosa que proponerte, a ver si te gusta, si me escribes en mi correo -privada, joé, suena hasta sugerente, qué gracia me hace- te lo digo, aquí en público no mola nada... Lo dicho, es una proposición decente pero divertida, puede ser:
masterennubes@gmail.com

E.f dijo...

Este libro es maravilloso. Me hizo reir y llorar. Siento que fue un viaje intenso. Ahora hace poco salió en el diario una noticia sobre una tal reina Nefertiti que habrían encontrado su momia. Pensé que sería la del libro e investigué. Para mi sorpresa hay una serie de personajes llamados Nefer-algo... De todas formas hablan de que ella era maravillosa y era parte de la realeza, cosa que dista un poco de lo relatado en el libro... Eso si que lo leí hace como 4 años!