Bitácora de Aurora Pimentel Igea. Crónicas de la vida diaria, lecturas y cine, campo y lo que pasa. Relatos y cuentos de vez en cuando.

jueves, 22 de octubre de 2009

Valverde, Hoffmann, Doñana, la amistad y el tiempo


Estuve en el Museo Nacional de Ciencias Naturales en Madrid el pasado martes porque Jesús Dorda me hizo llegar el aviso del homenaje a José Antonio Valverde. También lo fue en cierta manera de su amigo Luc Hoffmann que entregaba la documentación que en su día Valverde le dió a él.

Pongo en antecedentes a quienes no sepan esta historia que nos encanta incluso a los que somos sólo aficionados, amateurs o, mejor todavía, amantes, torpes e ignorantes, pero amantes al fin y al cabo en esto del campo y la conservación. No hay vida suficiente para ver, leer y aprender todo lo que a una le gustaría,  parece que vivimos poquísimo (o poco en las condiciones adecuadas, dejémoslo ahí) y que las cosas interesantes superan con mucho el tiempo que nos conceden Dios y la biología. Hay personas que te acercan estas cosas y transmiten como legado a través del tiempo y la distancia parte de ese amor suyo por la vida tan sentado y tan consciente, tal es el caso de Valverde y de otros.

Hoffmann como mecenas y Valverde como biólogo, naturalista, científico y mucho más,  fueron, son y serán, personajes clave y, sobre todo, personas fundamentales en la más reciente historia de España, en la creación del parque natural de Doñana y mucho más, como dijeron ayer, cuando eso de la "conservación" era un constructo, algo impensable o de locos y pirados en los años 60.

José Antonio Valverde del que ya escribí y que falleció hace unos años tiene unas memorias excelentes (7 tomos, creo, o al menos 7 he visto yo, editados por el CSIC, una joya) donde cuenta todo lo que hizo (Benigno Varillas presente el martes las transcribió, un castellano precioso, por cierto). Vuelvo a recomendar su lectura porque son una gozada y te lo pasas fenomenal con ellas.

Biólogo, original y singular científico y persona, el martes recordamos la figura de Valverde y la relación que tuvo con el suizo Hoffmann quien fue su amigo -siempre se trataron de Vd., algo genial- y le ayudó en esa compra incial de terrenos que dieron lugar luego a Doñana y luego en muchas cosas más.

El modelo de La Camargue de Hoffman le sirvió a Valverde para pensar que algo así podría hacerse en Doñana. Valverde también fundó con otros la WWF Adena y la SEO (Sociedad Española Ornitológica, por favor necesitamos más miembros, a ver si con el link... ) y tuvo en su haber también amistades muy diversas, entre otras con Felix Rodríguez de la Fuente que fue un gran divulgador que muchos todavía tan bien recordamos. Luego ya vino Cousteau (mis hermanos y yo le escribimos para que nos llevara de grumetes a sugerencia de nuestro padre, se debieron reír un rato), pero el primero de todos fue Felix que nos encantaba a los niños de la época.

A Valverde, dijeron ayer, le faltó tiempo para ser ese científico que podría haber sido si no hubiera estado tan dedicado a Doñana y a otros temas. Y a pesar de todo fue científico, lo del orígen granívoro del hombre y el tema de la energía -sobreviven los que mejor aprovechan la energía- me lo tiene que explicar mejor Dorda un día, tengo algunas dudas.

Y todo ello lo hizo Valverde no sólo sin medios casi, sino con una mala salud de esas que dicen que al final dan hasta buenos resultados. Lees sus logros, sus hallazgos, su impresionante actividad y te quedas patidifusa y desde luego envidias semejante trayectoria, no sólo el talento, sino la impresionante constancia. ¡Qué gente hay por el mundo!. En la parte de abajo del Museo hay una pequeña exposición explicando algo de esto que Dorda ha montado, por cierto.

El tiempo es fundamental y aunque fueron muchas horas de trabajo nocturno, de cigarros y algún coñac para acompañarle como tan cariñosamente recordaron el martes, no todo se puede hacer a veces, aunque él hizo muchísimo, para empezar, irradiar con su persona ese amor y esa curiosidad y alentar a muchos otros que siguieron y arriesgaron también, quizás un modo especial de hacer escuela, algo en este país tan raro, tan difícil y tan envidiable de otros países, la verdad. A mí eso es casi lo que más me gustó de lo que dijeron.

Por encima de banaderías humanas, Valverde estaba además dotado excepcionalmente de capacidades y cualidades (la del dibujo entre otras, no hay más que ver cómo dibujaba, pudo haber sido un figura también en ese campo) a las que se sumo un trabajo constante y una actitud que creo admirable: nunca había que conformarse con lo ya trillado y sabido, un ejemplo para científicos y, pienso yo, que para cualquiera que pretenda ser un buen profesional, escritor, no sé, lo que sea. Qué difícil a veces no acomodarse, no aburguesarse, buscar más, querer más ... y no de pelas o de lo material, sino de desafío profesional, personal.

Hablaron el martes y era fácil emocionarse sin ser bióloga ni familiar ni nada similar oyendo a los que allí intervinieron, y al final a su hijo hablar de la deuda impagable que nuestro país tiene con Hoffmann, amigo de su padre y de la conservación en España. Leo que le acaban de conceder la medalla de Isabel La Católica, me alegro mucho, me pareció un hombre encantador.

Hoy que Madrid tiene un aire especial porque hemos tenido esa bendita lluvia, hay nubes y el otoño deja caer esa luz tan bonita, me acuerdo de Doñana con mucho cariño. Y pienso en Valverde ahí, en lo alto, creo que el romance ese castellano de San Antonio y los pajaritos le va al pelo.

Al salir del Museo me colé en la exposición sobre Darwin, había un panel sobre Linneo que rezaba "Dios creó, Linneo ordenó". Tengo que leer mucho más a Dorda, a Francisco Javier Barbadillo y a Fernando al que pude conocer el otro día y a otros muchos. Hay muchísimas personas interesantes en este mundo y los biólogos o naturalistas aficionados que cuentan tan bien las cosas lo son. Nada como irse a dormir leyendo recetas de cocina o cosas sobre la naturaleza, no tienes ni un solo mal sueño.

miércoles, 21 de octubre de 2009

Kir Royale



Dos mujeres jóvenes subidas a esas piernas de las interminables y largas, más bien dos mujeres a unas piernas pegadas.

Rubias a la española, es decir, falsas.

Manicura perfecta, cejas muy perfiladas, ropa cara y estudiadamente descuidada.

"Me dijo, le dije, hizo, no hizo, entonces yo, entonces él..." Conclusión clara: no hizo lo que debiera, no dijo lo que yo esperaba.

Y otra vez vuelta a la noria.

"Me dijo, le dije, hizo, no hizo, entonces yo, entonces él ..." De nuevo la misma conclusión cada vez más clara: no hizo lo que debiera, no dijo lo que yo esperaba.

Una retahila larga, un narración imposible de seguir sin brújula ni mapa. Luego un brevísimo silencio y una pregunta concreta y clara.

-Y entonces ... ¿qué vas hacer?

-No pienso hacer nada, que no vuelva, no me importa nada.

Un breve silencio de punto y aparte roto por una pregunta extraña, y otra todavía aún más rara.

-Oye, perdona, esto que hemos pedido ¿cómo se llama?, no engordará ¿verdad?" Dice la rubia abandonada.

-Se llama Kir Royale y es champagne con cassis, lo tomé en Francia este verano en la boda de Laura. Por supuesto que no engorda nada. Por cierto, Cati, ¿no te he contado todavía lo de la boda de Laura? Ay, no sabes cómo fue, como para olvidarla...

Y otra vez una retahila prolijamente detallada.

El chateaux de los suegros de Laura, siglo XVIII, más de dieciséis habitaciones amplias, grandes ventanas verdes, cortinones, alfombras, muebles, candelabros, espejos, escalinata, balaustrada y jardín y, por supuesto, caballos en las cuadras. La campagne a la luz de agosto con viñedos casi dorados, el toque de chic rural francés. La despedida de solteros justo el día de luna llena (la luna también estaba encargada). Los tres días en total de fiesta larga, había que tirar la casa por la ventana. El cóctel de la boda seguido de cena: tres platos y sorbete en medio, postre final, pero, por Dios, no tarta, no se lleva nada. El vestido de la novia: color específico con nombre compuesto, nada de un simple blanco, beige o hueso; escote concreto, largo y ancho de las mangas, tipo de tela, largura y espesor del velo, forma de la tiara y valor aproximado de ésta, tipo también de la falda y amplitud de su vuelo, clase de botones del corpiño y tejido y corte de las enaguas, ropa interior que llevaba la novia, sin olvidar el bonito detalle de la sobrefalda.

Y las alianzas, también las alianzas: específicamente diseñadas y encargadas a un joyero de la Place Vendôme de París y llevadas en la ceremonia cosidas por una cinta rosa a un almohadón de seda verde portado por un paje rubio de seis años hijo de la hija del dueño de... algo.

Por supuesto, también todos los vestidos de cada una de las damás, mas el de la madrina, los de las las tías, las amigas y la familia política. Todos sin falta.

Total: más de dos mil palabras pronunciadas a ritmo de vértigo.

Y otros dos Kir Royale para dos bodas, la inolvidable y la ya olvidada.

Kir Royale

-Champán 8/10

- Crema de cassis 2/10

Vertir el cassis en la copa y rellenar con champán o cava.

En honor a Félix Kir, heroico alcalde de la ciudad de Dijon en tiempos de la 2ª Guerra Mundial y político de tendencia izquierdista, ya te vale.

martes, 20 de octubre de 2009

Interjecciones (tropiezos humanos)



HUY

Pronunció palabras que eran hachazos, dio un mandoble, lanzó descontrolada una mirada de fulminante rayo. Ascendió la temperatura ambiente hasta la del hielo, y ahí se quedó fija, a cero grados. Hielo caliente, cortante e hiriente donde no puede crecer nada.

AH

Se miraba en el espejo y se encontraba singular, irrepetible, único u original en sus circunstancias, en su vida, en los aciertos o incluso en sus pecados, lo que fuera siempre magnificado.

Se daba tantas vueltas que acababa enredado, encerrado.

EA (SO)

No había manera de empezar o de completar nada. Se entretenía, se mecía demasiado  lenta o, también, excesivamente rápida, acelerada en pendiente, toda cuesta abajo, dispersa en mil actividades, sin acabar de poner el corazón, el alma.

Todas ellas maneras de no estar en lo que estaba. También de no esforzarse o de evitar cansarse tanto.

BAH

Todo empezaba y finalizaba en él. Debajo, encima, delante o detrás no había nadie, ni siquiera cualquiera. Nadie sobre todo a su lado, de su parte. Sólo algo sustituible siempre por otro algo, o sea, por nada.

Tristeza tras el deseo alcanzado, luego vuelta a empezar con otro nuevo pero siempre viejo. Cansancio, la ilusión rota, ni rastro de esperanza, soledad de fondo y también por fuera. Solo, siempre solo.

AY

Sintió esa punzada ahí dentro, clavada, la del dolor por el bien y la alegría ajena. Se gozaba en cambio en la desgracia, buscaba incansable ese rastro de la carencia o del fallo del otro y encizañaba. Se obsesionaba con él, le vigilaba incapaz de reconocerle en lo bueno o de alabar su valor públicamente o, casi más difícil, de corazón, y a la vez en secreto magnificándolo, así se mortificaba. Quería aquello del otro quizás para si, pero sobre todo lo quería antes muerto que en otras manos. Sufría sin que ese sufrimiento produjera nada, ni siquiera goce propio. Pena negra y estéril, constante y enrevesada de buscarle tres pies al gato.

OH

Contaba y contaba y volvía a contar las monedas, y no porque no le llegara. Era miedo no a gastar, sino a gastarse en ellas. Atesoraba incansable, dos, cuatro, seis, ocho y me llevo... Así se sentía a salvo.

UF

Adormilado, incapaz ya de distinguir qué o cuánto. Saciado, pesado y harto. Sin rastro de esa otra pequeña hambre que nos hace tan humanos.

sábado, 17 de octubre de 2009

La piel que muda (conclusión)



A veces el pie pide tierra. Lo ves en algunas personas mayores, de pueblo, en algunas residencias de ancianos. Llevan zapatillas de abuelo, de esas de cuadros, pero les ves que son de campo, que están habituados a andar no sólo sobre asfalto, sobre tierra. Y cuando pueden, la pisan, aunque sea en una terraza.

A algunos nos pasa igual, el asfalto a veces nos cansa. Necesitamos pisar tierra, el pie nos pide tierra un rato al menos.

Estos días andando han sido una bendición. No sé si nos han hecho para caminar, pero sí sé que andando se pueden ver mejor algunas cosas, te da otro ritmo para mirar un árbol, o un prado, una vid, una montaña. Si hay cuesta te preguntas por qué Dios hizo las cuestas, maldita la falta que hacen, luego te vas entrenando y las aceptas. Y luego resultan ser peores para algunas rodillas y tobillos frágiles las bajadas, mucho más peligrosas, dónde va a parar, te embalas. Prefieres siempre una cuesta arriba, el esfuerzo, que el tener que ir frenando en lo que sea.

En cada ciudad que visito intento ver 2 cosas: el mercado y la estación de autobuses. Es una estupidez como otra cualquiera, pero creo que da idea de tejido real de lo que visito, luego los monumentos, los museos y otras muchas cosas están fenomenal, pero el mercado -qué come la gente, cómo lo venden, cómo lo exponen- da una buena idea, y luego ese "último peldaño" de la movilidad, los autocares, los autobuses, donde viajan los que no pueden hacerlo de otro modo, creo que es importante, dice mucho de una ciudad, de sus habitantes.

Subíamos la cuesta de Viana y nos miraban los vendimiadores, marroquíes que hablaban en francés, quizás alguno no era marroquí, no sé. En Azofra cuidaba de un anciano una rumana. No quedan niños en muchos pueblos. Y eso que la zona visitada de Navarra y La Rioja es de una riqueza impresionante. Pero la piel de mi país, de España, cambia.

Cambia la piel humana, y cambia la piel de terreno geográfico, mucho más lentamente a veces, otras, de modo mucho más rápido, te da miedo, entiendes que en muchos casos tiene que ser así, que no todo se puede conservar, que el tiempo no se puede detener y que gran parte del progreso cconlleva cambios, que hay tomas y dacas difíciles, complicados, personales, sociales y económicos. Lo sé, pero si pudiéramos conservar algo, mucho, de todo, de tanto.

Tenemos un país tan hermoso, tan variado, que veinte kilómetros andando te dan para percibir el cambio. Viana ya no es Estella y Nájera tampoco es Santo Domingo de la Calzada o San Millán o Berceo. La piel muda, el terreno se pliega, se adapta, los cultivos se amoldan, la vegetación, las casas son distintas de un pueblo a otro tantas veces, pequeños cambios, y en treinta km, no más, algo totalmente distinto, hasta el habla cambia.

Me da pena pensar en el país tan hermoso que hemos heredado, con tantísima riqueza de historia, de tradiciones, patrimonial y de naturaleza y el destino que nos aguarda, tan incierto.

Un mundo que agoniza, escribía Delibes. Agonizan muchas cosas, y no por mestizaje, que no pasa nada y está fenomenal, el mestizaje da vida, somos un país de mestizos de un modo u otro, de mezclas, a Dios gracias y siempre.

Es otra cosa, más grave, es mirar hacia arriba y preguntarte quién narices conduce, Dios mío, pero ¿en qué manos estamos?

Es también darte cuenta que en una ciudad como Santo Domingo de la Calzada hay más patrimonio histórico que en toda la provincia de Quebec (lo sé porque viví allí y encima es la provincia con más historia de Canadá) y a la vez miramos hacia otra parte, fascinados no por lo bueno de otros países -que tienen mucho- sino por lo más horroroso de ellos, por lo peor de ellos, lo más zafio, lo más sucio, lo peor. No estoy hablando de ser rancios, pero nos lo dicen los propios extranjeros: sois ricos. Y lo somos. Pero no lo sabemos a veces, lo olvidamos. O lo tenemos como dicen ellos "for granted", we take it for granted. No lo cuidamos lo bastante, no le prestamos el honor debido, suena antiguo pero me es igual. Honor.

En fin, una pena. Estoy contenta, pero triste, la piel muda, todo muda, nada hay constante. ¿Verán algún día mis sobrinos lo que yo he visto, como yo lo he visto en este viaje y en otros que hago a pie o al menos despacio, paso a paso? ¿O quedará sumido de una manera u otra en la pintada del salvaje, en la horda televisiva o del botellón, me es igual, en la incultura general e irrespetuosa ante quien nos da de comer porque es agricultor y le necesitamos, ante quien fabrica con sus manos algo porque es artesano o enseña porque es maestro? Algo pasa cuando hacer algo con tus manos -sacar una patata o hacer una vasija- o enseñar está tan devaluado.

Dios nos coja confesados.

viernes, 16 de octubre de 2009

Azofra - Santo Domingo de la Calzada (final)



El último día de andar. No es mucho hoy, apenas dieciséis kilómetros.

Fantástico albergue el de Azofra, creo que tiene una treinta y tantas habitaciones dobles con su armarito y sus camitas individuales, qué bonito. En un pueblo de tan solo 200 habitantes el Camino ha traído dinero, hay 2 restaurantes peleados, lo normal para una pueblo a veces, un hotel rural de esos carísimos y hasta una farmacia. Damos de comer al pueblo entero, ellos lo saben y tratan a todo el mundo estupendamente, aunque no siempre es así en el Camino, hay gente que parece que le sobran los visitantes. Por otro lado "El turista exige, el peregrino agradece". Así debiera ser, pero de nuevo a veces uno puede olvidarse, a mí me pasa al menos.

Al salir de Azofra coincidimos en el desayuno con un grupo de unos 8 hombres en torno a los 50 o 60. Pensamos los 4 al verlos "Estos son vascos". Pero no, eran maños, de Zaragoza, vienen desde Nájera andando, salieron muy temprano. Volvemos a coincidir con ellos en la cuesta final casi al llegar al golf de Cirueña. Un despropósito ese golf en mi opinión, no pega nada, pero hay gustos para todo, claro, quizás de empleo, no sé. 1 de cada 4 casas la venden, club impresionante, pero es como irreal todo, parece un anuncio del cielo para americanos. Casitas, 200 casitas, pisitos, 200 pisitos, golf con su cesped perfecto y su caddy... en fin.

Ando sola las últimas dos horas de Camino, aprovecho bien, el paisaje se castellaniza, se hace más llano, vamos dejando colinas y verde y vegetacióna un lado, más tierra de cereal, cada vez más, también de patatas. Hace falta que llueva, lo notas.

Me ofrece higos al entrar en Santo Domingo un hombre mayor, hablo con él. El almacén de patatas es de su familia, el tiene huerto en un pueblo a 3 km., regala a los peregrinos lo que obtiene. Me como 10 higos de una tacada, insiste tanto el hombre que no se le puedo decir que no.

El grupo de maños son entrañables. "Qué... ¿andáis mucho juntos?" les pregunto por pegar la hebra. "Pues mira, sí, pero lo que hacemos realmente es comer juntos, andar es sólo una disculpa para poder comer luego" contestan. Nos reímos. Se han hecho muchos tramos duros del Camino, son prejubilados casi todos, muy divertidos, me aconsejan sobre el ramal aragonés del Camino.

Aquí te encuentras con personas diversas. Ayer fue un alemán recién retirado (prejubilado de hecho, el Camino está lleno de ellos) que después de contarme su confianza en la naturaleza y su desconfianza en el hombre consultaba el índice bursátil de Frankfurt, el Dax, en internet en el albergue. Hemos encontrado también a una australiana de veintitantos que habla perfectamente español buscando establecerse en la costa. Un suizo barbudo y joven que todos los días llevaba un diario. Una pareja de alemanes, él enorme, ella delgadita, muy amables y cariñosos (esto último entre ellos). Unas americanas en sus 60 con los pies muy perjudicados pero que no han tirado la toalla. Admirables cada uno en su estilo. La gente tiene unos arrestos envidiables, la verdad.

Santo Domingo de la Calzada es precioso, Paloma tiene el acierto de reservar en una hospedería cistercienes, vamos a poder dormir, especialmente algunos que no estamos acostumbrados a ronquidos y menos a 20 ronquidos distintos pero a la vez. La ducha para uno solo también es un lujo, un avance de la civilización y de la industria hotelera o de saneamientos, ya ni sé. La de los albergues si están separadas por sexos pueden no estar mal, pero ducharse en cuartos de baño mixtos no es muy cómodo, francamente.

Misa del peregrino, llego tarde, visitamos la Catedral, excepcionalmente hay visita nocturna, un guía estupendo, un audiovisual de introducción que nos parece muy bien hecho, el retablo de Forment es espectacular, la leyenda del gallo un "envoltorio" recurrente -como nos dicen- que se repite en Francia, en Alemania y hasta en Suiza, la idea de fondo: quien peregrina tendrá de su lado alguna vez en caso de problemas al apostol, a algún santo. Esperemos, claro. Es en cualquier caso bonito ver a los 2 animales vivos dentro de la Catedral, hace gracia, a los niños les encanta. Se ha levantado un frío helador, insólito para el tiempo que hemos tenido.

Luis, Pepa y Paloma se quedan un día más, visitarán Yuso, Suso y Cañas hoy, Nájera mañana. Me gustaría quedarme y volver a verlo pero no puedo.

Doy gracias al apostol Santiago porque nos ha guardado estos días a los 4, volvemos con fuerza y agradecidos: no llovió, hizo buen tiempo, todos los dolorcillos y el cansancio, los pequeños contratiempos, valieron la pena con creces, no han sido nada, creo yo. Y es una tranquilidad en mi caso no tener que ocuparse del dinero, ni de dónde vamos a dormir, Luis hizo de tesorero y de guía, ay, qué descanso no tener que organizar, ni tirar ni empujar, poder descansar un rato.

El año que viene más, espero. Pero tendremos que entrenar porque la cuesta hasta llegar al Alto de la Pedraja antes de San Juan de Ortega debe de ser de espanto. Al pasar con el coche de vuelta a Madrid me he hecho cruces de lo que nos aguarda porque de ahí la cuesta maldita no se va a mover para el año que viene, la muy.... Qué razón tienes, Luis, los maños nos engañaron o son de hierro, es una cuesta muy mala, o comemos y entrenamos o moriremos en el intento, y como dice Paloma, seremos "además" un año más viejos. Yo no había caído hasta que ella, que tiene sentido común, lo dijo. Qué tontería, con lo bien que nos encontramos, ¿por qué vamos a pensar que envejecemos? Pero Paloma es muy sensata y dice este tipo de cosas.

Gracias, Santiago, hijo del trueno, patrón de España. Me caes bien ¿sabes?, muy bien.

miércoles, 14 de octubre de 2009

Navarrete - Azofra (Cerca, lejos, vistas)

Salimos de Navarrete, pasaremos por Nájera que me encanta. Campo más campo ahora, gracias a Dios. En algunos sitios ya han vendimiado. Tanto en la parte navarra de estos días como en ésta a veces hay racimos encima de los mojones que señalan el camino. Siguen los olivos, ahora también alguna encina pequeña, algunos acebillos, y el carrizo de ayer deja paso a un campo ya casi monocorde de vides, más pelado, montes a nuestra izquierda, quizása los Cameros, y a la derecha y al norte, la frontera con Álava y Navarra.

Sucede que a veces ves a lo lejos un pueblo, el que sea. Lo ves desde muy lejos incluso en función del paisaje, si es llano o no, si hay más recodos o colinas. Y te quedas pensando que ya está ahí, a tu alcance. Y no lo está, todavía puede faltar bastante.

El cerca o lejos de Ábrete Sésamo no es como nos lo pintaban. Es bueno poder disfrutar de las vistas y no acelerar el paso nunca, tampoco aquí. Corres el riesgo de agotarte y no disfrutar precisamente de las vistas, siempre interesantes. A veces la distancia es hasta buena, tiene su aquel. Te acercas jilguera, como me dijeron ayer, pero sin cansarte.

A Dios gracias todo este tramo del Camino que con lluvia sería imposible, con el día de hoy y los pasados es estupendo, la tierra roja, arcillosa, las piedras o los guijarros de torrenteras o pequeños barrancos no presentan mucho problema, podría haber venido sin botas.

Comemos en Najera a lo burro, esta vez quise hacerlo al modo de Pepa, Luis y Paloma que prefieren parar más y más largo. Pero yo me agoto más así que si hago todo de un tirón y como al llegar al final de la etapa. Después de unas alubias pintas creo que me muero al volver a andar otros 6 km que nos quedan hasta Azofra. Hoy estuvimos por donde las vides de Dinastía de Vivancos, nos hizo ilusión porque nos gustan mucho un par de vinos suyos.

LLegamos al albergue, impresionante, habitaciones de 2 camas, seré feliz si puedo dormir. Pepa, Luis y Paloma arman tal bulla en la ducha que creo que los jóvenes de aquí nos temen.

Viana - Navarrete (Un paseo por el parque)


Imposible ayer acceder a internet, hoy me toca dos entradas, una por etapa.

Empecemos por la etapa de ayer martes, Viana - Navarrete. Una jornada con calor casi, si no fuera por la brisa. La salida de Viana fue buena, especialmente por haber dormido en un hostal como excepción, pude así dormir de un tirón.

La entrada en Logroño feíta. La ciudad en cambio preciosa, su catedral una maravilla, y esas tiendas que piensas que están en vías de extinción, "Almacenes el Barato", bombonerías antiguas, entrarías y te quedarías horas. En cualquier caso se nota en toda la zona, tanto en Navarra como ahora en La Rioja, que hay dinero, mucho dinero.

Al salir de Logroño el parque de La Grajera. Me vuelvo a adelantar y ando sola unos 7 km. Un embalse o gran estanque bonito, coto de pesca, fochas, esas de la marca blanca en el pico, sauces, todo muy suave. Pero la verdad es que a mí un campo tan domesticado no me gusta, parque, parque y más parque. Pepa, Luis y Paloma me llaman para decirme que se quedan a comer allí, no pasa nada, yo sigo adelante y llego a Navarrete. A ellos en cambio les gusta la etapa, a mi me dice menos.

En el Albergue atendido por dos franceses me dicen que no puedo quedarme porque no tengo credencial. Preferí ir a Sevilla el jueves pasado antes de ir a la Catedral u otras iglesias en Madrid. Luego el viernes no tuve tiempo al volver. Se lo explico pero como si nada al principio, debe de ser que 5 horas andando no me han puesto suficientes pintas de peregrina. Al final como gran solución me dicen que me dan ellos la credencial. Estupendo, no hay problema. Yo que no creo en sellos ni en certificados ni en títulos y que cuantos menos papeles hago o esgrimo más contenta estoy -y no me importaba nada la credencial de las narices, no es el papel lo que hace o no a un peregrino o a un caminante- accedo por quedarme en el albergue con mis amigos. En fin.

Por cierto, me atienden en francés, no tengo problema tampoco, pero cuando les comento que qué curioso que no hablen español me miran con cara rara. Hombre, por Dios, que estoy en España, me digo para dentro. Luego ya quedamos amigos, pero la entrada no fue buena. El albergue peor que el de los Arcos regentado por austriacos. Pero eso sí, compensa por conocer gente, jóvenes en torno a los veintitantos y luego personas mucho mayor que nosotros. De nacionalidades desde australianos pasando por yanquis, suizos, alemanes, holandades, de todo.

Bajo luego de la habitación tras dormir la siesta y me encuentro al alberguero contando a dos pobrecitas yanquis el chiste de "¿cómo se llama alguien que habla 3 lenguas?, Trinlingüe". "¿Y dos?" "Bilingüe" "¿Y tres?" "Americano". Tendra cara dura...

Llegan los demás a eso de ls 5 o 6, cenamos a lo burro, la cocina riojana es contundente, los ronquidos internacionales se vuelven a repetir. Casas impresionantes como de labriegos ricos, escudos por todas partes, ese color arenisca a veces casi rojizo. Mañana más.

lunes, 12 de octubre de 2009

Los Arcos - Viana (Fito y los abertzales)



Inenarrable. Estamos en un pub tugurio en Viana, suena Fito (gracias a Dios) pero el sitio es de no creer.

Jornada estupenda, Paloma mandó su mochila en Jacotrans y Luis aligeró la suya. Pepa y yo a lo burro (cada uno como lo que es). Más sol que ayer, más aire, el paisaje va cambiando lentamente, algunas vides ya rojas, cogujadas en los barbechos, herrerillos, águilas que no reconozco, tarabillas propias de sotobosque, subidas y bajadas, membrillos y algún huerto. Esto con agua no se podría hacer, resbalaría, pequeños barrancos y torrenteras de tierra arcillosa.

Las pájaras de cuenta están bien, hemos comido en Viana estupendamente, confidencias en el Camino, "¿y si me quedara ciega, qué harías?" "Acercarte el gin tonic y el ducados", le dice Pepa a Paloma. Qué bonita es la amistad..

Ayer nos sorprendió la iglesia de los Arcos, precioso barroco plateresco, cura polaco. Luego cena inenarrable, me enveneno con la sopa y creo que me muero, la idea no sólo de Dios sino de que estamos en España y existe la seguridad social y que estos no  me van a dejar tirada me conforta la noche. Salgo de ésta.

Dormir en un albergue es una experiencia inolvidable, ronquidos internacionales, una alemana incluida. Es insoportable o yo no estoy acostumbrada. Desayuno sin diamantes pero nutritivo despues de todo.

Sansol y Torres del Río, pueblos de piedra, Viana donde murió César Borgia, cuna del carlismo. Ando sola 10 km, Pepa, Luis y Paloma detrás, cada uno a su ritmo, el Camino es ir juntos pero no revueltos, siempre libres, las paradas que cada uno necesita y  espacio, mucho espacio.

Pepa da friegas que me hacen pedirle  matrimonio, luego se las daré yo a ella, Paloma ha llegado mejor que ayer, Luis, nuestro Capitán, bien a pesar del gineceo, un gin tonic por la tarde te hace superar todo.

Día del Pilar precioso, txocos, pubs, bares y ciertas pintas de abertzales todavía por aquí, mañana entramos en La Rioja.

Corazón, cabeza y piernas, los tres hay que tenerlos ocupados. Este Camino sirve para las tres cosas: piensas pero no das vueltas, andas que te mueres, y rezas por quienes quieres, quieres a quienes te acompañan y están ausentes ahora pero presentes, siempre a tu lado. Tenemos suerte.

PS: Sin música, este aparato no da para más.

PS 2; Jilguera va Aurora, un poco intensa pero discreta gracias a mi influencia (dice Pepa)

domingo, 11 de octubre de 2009

Estella - Los Arcos (Día de cátedra en nubes)



Estoy haciendo parte del Camino de Santiago con unos amigos, Pepa (Sarracena), su marido, Capitán, también llamado Luis, y Paloma. Ayer nos encontramos en Santo Domingo de la Calzada, yo desde Madrid, ellos desde Tarragona. Dejamos un coche allí y en el otro fuimos hasta Estella desde donde hemos salido esta mañana. Pepa y yo en mejores condiciones que Luis y Paloma porque iban con 2 gin tonics nocturnos por barba y unas cuantas horas de menos de sueño. Habíamos comido en "El rincón de Emilio" en Santo Domingo  tan bien que Pepa y yo ya no podíamos con nuestro alma y menos con nuestro cuerpo, pero el equipo B tiene una gran resistencia, suerte la suya.

Día impresionante, la temperatura justa, nos ha orbayado un poco, que diría Pepa, sol de vez en cuando, un máster en nubes no,  las oposiciones a cátedra en nubes que hoy tuvo el cielo. Salimos de Estella con ánimo. Al cruzar el río Gea digo "mirad, una garza", nos acercamos, ahí está, casi inmovil, patos en el agua, ella sola, la pareja quizás no esté lejos. "Es una buena señal" dice alguien, por encontrar buenas señales que no quede, los hay optimistas a morir.

Primera parada Irache, un impresionante monasterio y una plaza preciosa, la fuente que mana vino y que no catamos, no son ni las nueve. Pimientos choriceros que cuelgan de las ventanas, seguimos. Vid, nogales, huertos, risas, nos ponemos a cantar "Tómame o déjame" a voz en grito, Pepa, (Sunsi) y yo la teníamos ya ensayada, Paloma se une, Luis huye del gineceo. Pobre, tiene mucho mérito.

Llegamos a Azqueta, impecable pueblo también, hasta Monjardín queda la parte más dura, alguna cuesta un poco empinada, pero casi nada para otros tramos del Camino, después de Monjardín está ya tirado. Nos encontramos con unos cuantos peregrinos, no más de doce en total, un trío que va muy mal, llevan demasiado peso y una tiene tendinitis, luego una presentadora de televisión de incógnito (pero algunos ojos ven muy rápido y se la reconoce), el paisaje no puede ser más bonito. Y eso que las vides todavía no están rojas, pero los chopos ya han amarilleado, la tierra tan buena -que envidia de tierra- es roja, arcillosa, sotobosque, cantan los pájaros, nogales, endrinas, higueras, zarzamoras, castaños y luego pinos ya al llegar casi a los Arcos. Qué bien lo estamos pasando.

Los últimos 5 km nos separamos, me adelanto, llego al albergue de la Fuente (Casa de Austria) sola. Me hablan en alemán, cielos, ¿alemanes regentando el albergue? Luego nos enteramos, este albergue lo tienen a su cargo austriacos, cada tiempo viene una pareja a ocuparse, se turnan, hay una chica húngara también, y Nacho que está aquí parmanente (un hombre alto y guapo, fornido, impresionante, no he bebido) y que me pone una Zarzuela de música por eso de que soy de Madrid, luego al Cigala con Bebo Valdés como sorpresa "ya veréis como os gusta", con vídeo y todo.

Salimos a tomarnos algo, no son ni las 4, volvemos a recoger la lavadora que hemos puesto, todo en orden. Iremos a misa a las 7, la del peregrino, a cenar a las 8 y luego a dormir, a las 10.30 cierran el albergue.

Paloma y Luis dicen que hoy por ellos no habrá gin tonics, yo sé que la carne es débil, veremos.

Dos aspirinas y leche ardiendo para otros, realmente mucho más flojos, para evitar las agujetas. Dios o el Apostol conserven el hígado de Luis y Paloma.

PS;: Perdone, señorita, esto ¿Va a salir en la tele? (Esto lo dice Paloma)

PS1: Estoy muy acostumbrado a estar con muchas mujeres, pero estas santas no me hacen ni caso (Esto lo dice "el hombre", "él", "Capitán", el único e inigualable marido que todas envidiamos) (es para que no se mosquée)

PS2: Que te he dicho que no me toques, Pimentel,  que eres una tocona y muy cariñosa, y que no puede ser, aunque sea chica, que no, que no me toques, que no me abraces, que no me beses...

PS3: "No cojas mi coche, Carmina" orden de Pepa a su hija, lo ha cogido y se la ha dado. No pasa nada, ya la reñiremos a la vuelta.

sábado, 10 de octubre de 2009

Jim en el barril de manzanas



"La isla del tesoro" era quizás una de las primeras novelas que leíamos los niños en los años 70. Recuerdo todavía qué buen compañero era ese libro de anginas y gripes, cómo te confortaba del dolor de garganta y la fiebre, quizás en su caso te añadía ese otro escalofrío del miedo.

La imagen de Jim en el barril de manzanas oyendo lo que se tramaba en el barco me vuelve a poner los pelos de punta, te recorre como a Jim toda la espina dorsal un calambrazo de terror, se te paralizan los brazos y las piernas temiendo que te descubran al coger una manzana. Como cuando jugábamos a las tinieblas, quieta, muy quieta, que como respirases sabían dónde estabas.

También recuerdo bien la fascinación que llegabas a sentír por Long John Silver, también como le pasaba a Jim. Sí, era malo, malísimo, pero a la vez... Acababas casi de parte del pirata a pesar del horror que inspiraba. Era complicado, querías ser de los buenos, pero a la vez lo de cantar "ron, ron, ron, la botella de ron" tenía su aquel y al final John sólo pretendía retirarse. Y el loro también atraía mucho. Un lío.

El otro día JF contó que iba a acceder a la petición de un móvil por parte de su hija C a cambio de la lectura de 3 novelas. Admitía sugerencias, C tiene casi doce años. Mencioné "La isla del tesoro", la versión integra como yo la leí a su edad con esos dibujos a plumilla preciosos, tenemos todavía el libro. También "Mi familia y otros animales", algo totalmente diferente. Ya que le gustan los bichos a C, enganchémosla por ahí. Gerald Durrell es muy entretenido en mi opinión y tiene ese humor anglosajón tan admirable, pobre madre perdida en Corfú con semejante familia de locos.

Me quedé pensando en una tercera ¿alguna sugerencia?

lunes, 5 de octubre de 2009

Atrapen a esa rata, por favor (Firmin)


Lo he devorado como ella hace o como la lectura hace con ella. "Firmin", se llama, y es de Sam Savage, lo publicó Seix y Barral hace 2 años, aunque mi versión es la de bolsillo de ahora, Booket, 6,95 euros, 222 páginas.

Firmin es una rata lectora. Bueno, la pobre, al ser la decimotercera en la camada, se cría en vez de con teta, que no le dejan sus hermanos,  mascando pasta de papel de libros con los que su madre había hecho el nido. En busca de más "comida" sale a la tienda de libros de ocasión, Pembroke, y pasa de comer a leer. El menú inicial no estaba nada mal, empieza por la mejor ficción y, claro, se aficiona y ya no puede parar.

Pronto descubre que puede acceder a cualquier parte de la librería y observa a Norman, librero y escritor fracasado, desde lo que ella llama balcón o también desde el globo. Sigue por otro lado con las incursiones en familia en busca de alimento o diversión. De la ficción pasa a otras palabras, no ya mayores, distintas, la de los libros raros, primeras ediciones y ensayos, mucho más, y sigue observando la vida de la librería, de la ciudad, la suya propia. Y así su vida de rata se hace cada vez más ¿humana? con ese pelo ralo, creciendo en cultura y referencias vitales, porque también va al cine Rialto y se hace cinéfila, y sigue con excursiones ratoniles y de otro tipo.

Pero la historia no se queda ahí. Firmin es mucha rata y por diversas circustancias deja su antiguo hogar. No cuento toda la historia porque el cambio de residencia tiene su aquel y no quiero destriparlo, el caso es que convive con otro sujeto singular, otro solitario que te enamora.

Es una pena que lo haya acabado esta mañana con ojeras por no dormir, no podía dejarlo, pasa a veces. Hay libros que no quieres que se acaben nunca, pero son  pocas páginas y se zampan en una noche que empieza con insomnio y acaba con que ya no quieres dormir aunque puedas. Y te quedas con ganas de más.

Firmin es de lo mejor que yo he leído sobre el amor a la lectura, tiene un gran sentido del humor y una atractiva melancolía de fondo. Te ríes y te emocionas con ella, con sus disquisiciones y guiños, con sus soliloquios, con todas esas referencias que para cada sentimiento, sensación, pensamiento,  algo que pasa o pasó, existen en lo que ya está escrito.

Realmente nada tenemos -sentimos, hacemos, ni desde luego decimos- nuevo, sólo recreamos y roemos con mejor o peor fortuna. Somos ratas en el fondo todos, no ratones de biblioteca, devoramos cuando leemos pero acabamos estando hechos de esa pasta de papel y letras, de su espíritu.

Si ella resulta patética, seguro que nosotros no lo somos menos.

Hace años leí "Ex-Libris, confesiones de una lectora", de Ana Fadiman, me pareció divertido y bueno, pero éste, "Firmin", es realmente original, un libro sobre la soledad y la pasión esa que no sólo son las del lector, son las del ser humano. Y todo ello escrito sin asomo de pedantería, con un ritmo de escritura envidiable y con una traducción impresionante de Ramón Buenaventura. No ha debido de ser nada fácil hacerla. Y las ilustraciones de Fernando Krahn (la que aparece en esta entrada es suya) tienen la ternura y humor del personaje. Al mirar a Firmin dibujado por Krahn nos encontramos a nosotros mismos frente al espejo cada mañana, unos sin afeitar, las otras con las ojeras hasta el suelo, todos intentado mantener los ojos abiertos y con el pelo, cuando existe, todo revuelto, damos pena.

Supongo que llego tarde a esta lectura porque leo habitualmente con años de retraso algunas novedades que luego resultan ser buenas, pero no puedo menos que compartir esto después de lo bien que me lo he pasado esta noche.  Sam Savage debutó a los 66 años con "Firmin" y ahora publica otra novela, "El lamento del perezoso", habrá también que leerla.

Pero ahora y por si acaso, quien pueda y quiera, que atrape a Firmin, o mejor, que se deje acompañar por ella leyendo a su lado, se va a divertir mucho.


viernes, 2 de octubre de 2009

Grande



Primero fueron los pantalones que de ajustados pasaron a holgados, y de holgados a raperos, con un resultado de graciosa pero realmente impresentable.

Luego fueron faldas y vestidos, se los ponía y desparecía dentro, todo acababa resbalándose.

Grande le venían sus amigos, su familia y, por supuesto, su madre.

Hasta su perra también le venía eso, grande.

El ordenador y el móvil tenían también algo de inabarcables.

¿Para qué demonios es este icono, esta aplicación o función? ¡Quién lo sabe! No me atrevo. ¿Y si doy al botón equivocado, borro un archivo, entro en un lugar desconocido? Ay, no.

Los misterios de las nuevas tecnologías son a veces más insondables que los de Dios nuestro Señor. Los miraba con respeto, con miedo, otras veces con desilusión. Y a menudo con simple desesperación (y cierto cabreo, la verdad): ni la Blackberry Storm vale lo que cuesta, ni ese portátil de HP lo que pesa (un montón).

Había dos posibilidades, o se hacía con un recambio de todo -amigos, familia, madre, perra, móvil, ropa, fe y ordenador-, nuevos y ajustados a su verdadero tamaño, o se sometía a un plan relámpago, lo que llaman de shock, para coger peso y volumen, para ganar, rápido y ya, tallaje.

Todo un poco difícil, complicado, demasiado caro o hasta inhumano, no, no, no.

Y encontró otra solución: es grande como tenía que sentir todo, era eso precisamente, grande.

Que todo le viniera grande. También que le superase por goleada lo que quería escribir o corregir. Que la fe también le cayera grande, siempre un hueco ahí, el espacio, las sombras y la falta de luz.

Que por quienes sentía cariño o amor se le escaparan entre los dedos, aceptando no entenderles de vez en cuando, también llegar a perderles o no tenerles. Al fin y al cabo otro modo de saberles grandes.

Respiró aliviada. Y ya no se agobió.

"Qué bien que todo me venga grande. Mientras los pies sigan midiendo lo mismo, los zapatos siempre constantes."

Y le entró tal alegría que casi se cae del sillón. Grande, siempre grande. Gracias a Dios.

PS: Eso, gracias a muchos.