Bitácora de Aurora Pimentel Igea. Crónicas de la vida diaria, lecturas y cine, campo y lo que pasa. Relatos y cuentos de vez en cuando.

martes, 30 de junio de 2009

Banquetes y festines


Supongo que a los que nos gusta comer tanto, nos gusta todavía más la preparación y la sobremesa. No sé, pero tengo la sensación de que disfrutas tanto con las vísperas, aunque nos lleve cierto trabajo, como con la octava que toda fiesta grande tiene.

Salvo enfermedad, desconfío del que no le gusta comer, del que no disfruta, me da mala espina. Otra cosa son las dietas que hoy siguen casi uno de cada dos hombres, y tres de cada cuatro mujeres a veces. Pero me encanta que se la salten en mi casa, y tengo que decir que suelo hacer todo lo posible para que lo hagan, o al menos que disfruten "del verde" y de lo hipocalórico todo lo que puedan y más.

Me estoy acordando estos días del musical de La Bella y la Bestia, la canción del festín me hace mucha gracia. El maitre del restaurante, siempre atento, es un candelabro, la Bella se sienta a disfrutar un banquete francés, la repera. También pensé en la película El festín del Babette sobre el texto de Karen Blixen, una de las historias que creo que son más católicas. Y eso que Blixen era danesa y luterana si mal no recuerdo.

Hacer un hueco para que se sienten quienes lleguen, sean quienes sean, sacar no dos platos, tres o cuatro, derroche, puede ser, pero ¿qué sería de nosotros sin cierto derroche en la vida? No todo está medido, a Dios gracias y menos mal.

Qué mala es el hambre de todo tipo, pero a veces es malo también comer sin hambre, por hábito o costumbre, como inapetente y despreciando lo que hay, mordisqueando y dejando el plato casi lleno.

Y en cambio qué felicidad hincarle el diente a una pierna de cordero cuando tienes hambre, ganas, y no dejas ni las raspas haya lo que haya, hasta el final. El sueño de toda cocinera. Más que palabras de agradecimiento y alabanzas, que se lo coman todo es lo que más gusta. "¿Y ya no queda más? ¡Qué pena!¡ joé, tíos, que habéis repetido tres veces!"

Qué razón tiene la oración "Dios, da pan a quienes tienen hambre y... hambre a quienes tienen pan" que vi en un blog y criticó alguien por considerarla poco ortodoxa en su segunda parte. Casi me bato en duelo. Bueno, realmente me batí de furia que me entró, y a primera sangre. Qué mal hice, allá cada cual con lo que no desea ni pide a Dios, seré idiota.

Qué importantes son las ganas.

PS: Hace unos dos años se publicó en España el cuento del Festín de Babette de Blixen. Noemí Villamuza, genial siempre, me encanta, es la autora de las ilustraciones (las que figuran aquí son la portada y una muestra para abrir boca ;-). Está en editorial Nórdica y se puede encontrar aquí.

16 comentarios:

María dijo...

Yo en la cocina soy nefasta... no me gusta, no disfruto, me poco nerviosa.

Pero eso sí, comer me gusta, muchísimo!!! Soy de un agradecido!!

Y lo que más me gusta son esas sobremesas de postres de chocolate y cafés, de conversaciones eternas.

Buenas noches Aurora.

María dijo...

Me pongo nerviosa, quería decir... :-)

Javier Sánchez Menéndez dijo...

He visto el Festín de... diez veces, es una de mis películas favoritas. Una obra de arte.

Máster en nubes dijo...

Rocío, ya vi que te gustaba comer, joé, qué viaje el de Bilbao, ;-), qué sitio más espléndido para comer y estar...

Javier, nos hemos cruzado comentarios, y gustos en este caso, la he visto también muchas veces, muchas.

sunsi dijo...

Recalo en tu casa... un poco tarde. Qué poco me gusta cocinar y no me queda otra. Eso sí, como Rocío, tengo hambre y me gusta todo. Justo lo que no me toca ahora porque engordo. ¿Nos compensamos un poquito, Aurora?

Y después de una comida, la capacidad del anfitrión para que la gente se quede en la mesa, sin moverse ... y alargar la conversación "¿Otro café?". Es un verdadero placer.

Besos, Aurora... Creo que toca dormir.

sarracena infiel dijo...

Cocinar para mi y cocinar para otros, que cocinen para mi..........

¡Qué rico!

Doy fe que cuida a las del régimen, para que cumplamos con uno y, además, disfrutemos.

Buenas noches

Capitán dijo...

Cuán cierto es lo dicho, en casa de mi madre pocas veces hay menos de 10 o 12 personas, y se disfruta del antes, del durante y del después, y ella, que es la que más "sufre", es la que más disfruta

Modestino dijo...

Magnífica película "El festín de Babett".

A mí me gusta comer, demasiado y las circunstancias me exigen dieta permanente ... No obstante esto me ha servido para descubrir la cualidades de otros platos que antes no valoraba.

Y también me gustan las sobremesas, .... con una copa delante.

Fcº Javier Barbadillo Salgado dijo...

"El Festín de Babette", "Como agua para chocolate",
"Comer,vivir,amar"...qué excelente menú ¡de cine!
La cocina y el cine son dos grandes artes capaces de jugar con la realidad, recrearla y sublimarla.

Mmmm, me parece que me voy a ir a degustar un cafetito...¿Me disculpan?

Olga Bernad dijo...

Qué hermosa manera de mezclar teorías sobre la comida y opiniones sobre las discusiones... jeje, eres listísima, Condesa. Bueno, adoro comer (para mi mal) y eso debe compensarse con una cierta penitencia, que les da a las tentaciones un sabor aún más placentero. También me encanta charlar, y hasta discutir, si la cosas no se sale de madre... Aunque a veces debe salirse.
No te imagino batiéndote en duelo, me hubiera encantado verlo.
Que se repita:-))))
Es broma, a veces es una tontería entrar al trapo y hasta permitir que nos lo pongan sobre la cara. Seguro que sabes distinguir las ocasiones.

Jesús Dorda dijo...

Supongo que ocurre con muchas más cosas, pero cuando te leía lo de los preparativos de la cocina me reordaba también al viajar.
Se disfruta antes, con la preparación, durante y después, cuando te deja un buen sabor de boca digno de recordar.
Y si es compartido, mucho mejor.

lolo dijo...

...El que me sacó a bailar estudiaba oposiciones, y comía con mi familia los sábados de verano en la playa. Cuando sacábamos el café, se levantaba y se iba a estudiar. Sobre las ocho y media volvía y nos encontraba tal como nos había dejado, bueno... igual no.

Aquellas sobremesas larguísimas eran de lo mejor del verano. Esos ratos de hermanas, madre, abuela, y quien quisiera apuntarse... si eran precedidas de una buena comida aún eran más sabrosas y más largas. Si la comida era de diario...el café siempre de fiesta.

Y por la noche, pacharán, luna y arreglar el mundo, decíamos.

Las ganas son tan importantes como lo que se come. A mí, ni enferma se me van las ganas..qué cosas. Es que comer me hace ilusión. Los kilos son una consecuencia de las ganas, en mi caso.

No conozco el régimen, que además es una palabra feísima. Y no digamos la dieta, me suena a pan y agua.

Toi dijo...

el buen beber el yantar y el buen folgar son de los pocos placeres que nos quedan a ciertas edades

como curiosidad comento que el menú de la cena final de la película es una absoluta entelequia, nada de la receta es cocinable en realidad.... ni las cabecitas de codornices se pueden rellenar ni mucho menos meter en el horno, por ejemplo.
Cuando se estrenó en Nueva York, en la prehistoria, un restaurante de al lado del cine ofreció el menú de la peli.... y cuando vió lo absurdo de las recetas hizo cosas parecidas pero practicables.
La baronesa Blixen de cazar leones debía saber tela pero de cocina ni papa.

Fueraparte, la película es una delicia.

Almendrado dijo...

Bonita entrada... y buena comida. Creo que lo mejor de todo es el conjunto, es decir, comida, bebida y compañía, eso hace que la comida -preparada con ganas y alegría- sepa mucho mejor, aunque te la comas en la cocina.

Buenas tardes.

sarracena infiel dijo...

Del festín, la insistencia, la tenacidad, la obcecación de y en los instintos

¡siempre vuelven a por más!

Se buena, hedbanna, se buena.

Máster en nubes dijo...

Día intenso ayer, mil perdones a todos, me gusta contestar, como las llamadas de teléfono, en el día ;-)

Sunsi, da gusto con gente que come de todo, me faltan 5 tú sabes qué, si a ti te sobran, hacemos un pacto de carne y santa paz ;-)

Pepa, viva el gambón, aunque sea de Supersol ;-)

Capitan, me has recordado lo que dicen tantas abuelas los domingos: "Estoy deseando que lleguen... y estoy deseando que se vayan" (lo último por lo bajinis). Yo no sé por qué extraña razón -más allá de las casas que suelen ser más grandes, de la cocina, que suelen cocinar más y mejor y en fin de otros pequeños detalles- seguimos yendo a comer en plan tribu todos los santos domingos a casas de las abuelas que ya tienen una edad... como para ir a comer a las nuestras ¿o no? Bienvenido y gracias por comentar por primera vez.

Modestino, es que te imagino, tú debes de ser de los estómagos muy agradecidos, ¿ o no?

Jo, Francisco, las tres me encantan y hay más. Por ejemplo "Deliciosa Marta", película francesa espléndida (hicieron un remake con Catherne Zeta Jones). el café ¿sólo o con leche o moitie moitie que dicen en Francia?

Olga, me bato en duelo cuando toca y cuando no, para mi mal ;-), en fin. ¿Cómo va Andabata? siempre me acuerdo del gimnasio, es una de mis favoritas...

Jesús: me pasa IGUAL. En los viajes es tanto el durante como la preparación y lo de después... Vaya fotos que tienes en tu blog, y vaya viajes que te has debido de hacer... Se me ocurrió ayer un título "la paciencia del biólogo", no sé por qué.

Lolo, has descrito también los veranos de mi familia. Y el régimen es una palabra fea, es cierto, y la dieta me recuerda siempre a la Dieta de Worms, no sé por qué ;-)

Toi, no tenía ni idea, me parecía cocina casi imposible pero pensé que era yo la rara. Para que veas. Y sí "no dosifiques los placeres si puedes derrochalos" que cantaba Serrat, con alegría. La vida de Karen Blixen, más allá de la peli que hizo Meryl Streep, es apasionante. ¿Conoces alguna mujer que no se quede totalmente traspuesta con la escena de Robert lavándole el pelo a Meryl? ;-)

Almendrado, totalmente de acuerdo, comer, beber y todo siempre mejor con alguien. Aunque también es cierto que si no hay nadie encima no vas a comer mal o no comer.

Pepa, asumo que si vuelven es porque les gusta, y es siempre un deseo al cocinar,´más allá de lo bien que lo paso: que les guste y que vuelvan. Cocinando y en otro tipo de festines una siempre quiere dos cosas: que no dejen ni las raspas, que no haya ningún inapetente, y que la gente vuelva. Eso sí, cocinas como sabes y como te encuentras cómoda.