Bitácora de Aurora Pimentel Igea. Crónicas de la vida diaria, lecturas y cine, campo y lo que pasa. Relatos y cuentos de vez en cuando.

martes, 23 de junio de 2009

Polígonos e intriga


A las afueras de las ciudades, incluso aquí, en mitad de esta sierra comida por las urbanizaciones, hay lugares desconocidos para quien ha trabajado toda su vida pisando moqueta.

Los polígonos tienen a veces nombres inauditos, "Capellanía", por ejemplo.

A menos de media hora de mi casa, donde vivo con las vacas como vecinas y no oigo un ruido, tengo industria para dar y tomar, aunque sea ya en el último escalón de distribución. Son cerca de 3 polígonos.

Fui a uno hace unas semanas con Juan Carlos, mi manitas, y encargamos que nos cortesen unas barras de hierro para hacer escalones y poder bajar a la depuradora sin riesgos. Un euro. Luego compramos cemento, yo no había comprado en mi vida cemento. La chica que nos atendía tenía empapelada su pared con fotos del Duque. No el de toda la vida, John Wayne, sino el tipo ese de la tele. Hicimos unas risas.

Hoy nos acercamos a Collado Villaba, enorme el polígono de allí. Sube un marroquí con unas tenazas de dar miedo y desmonta parte de la bomba de la piscina. Le sonrío con admiración como si fuera un mago.

Si no hiciese tanto calor me daría una vuelta para ver más de todo eso que no sé qué es y para qué sirve. Tengo interés y curiosidad por el mundo del polígono y esas cosas tan ajenas, lejanas e importantes. Me intrigan, la verdad.

"¿Y para qué dices que es esto?" Pregunto con algo en las manos que no tengo ni pajolera idea de lo que es. Y ese máster en realidad que es Juan Carlos me va contando, le tengo frito. Son nombres extraños y funciones que yo no había imaginado y que vuelvo a olvidar una vez me lo explican. Como la caldera de mi casa. Es un misterio todo.

Te das cuenta que no conoces nada de esa vida material, física, la que hace tu casa, las calles, lo que a veces no se ve pero acaba por sustentar casi todo.

Quizás todos esos componentes que venden en los polígonos sean al final más alma que materia.

Yo sólo muevo papeles. En fin. Polígonos.

21 comentarios:

Driver dijo...

Fresadoras, taladradoras, cizallas, radiales, barras corrugadas, paneles, chapa ondulada, plegadoras, dobladoras, encintadoras, hornos de lacado, zincadoras, corte oxiacetilénico, bandeja vibrante, amoladora, tren de soldadura, corte con hilo de diamante...

La materia se hizo carne.
Y habitó entre nosotros.

Javier Sánchez Menéndez dijo...

Los polígonos son tela de peligrosos.

No me veas.

lolo dijo...

Sí que es un misterio, sí. Más de lo que creemos.
Pero hace calor para indagar, según qué día y a qué hora.

Me parece una entrada preciosa, muy estilo Máster.

María dijo...

Puff, lo que yo me pateé el P-29 (el de Villalba) cuando vivía por allí... Puedes encontrar desde una estupendísima frutería, tiendas de animales, tiendas de ropa, muebles y todas esas naves llenas de esas cosas que ni tú ni yo sabemos para qué sirven...

Un saludo

Mirna dijo...

Ay, Aurora, cuánto te entiendo, y tú lo sabes. Menos mal que ya tengo a mi reyvindiko en plena forma de nuevo, uf. Eso sí, cuando me manda buscar algo por el políngano me echo a temblar.
Por cierto, me gustó tu entrada anterior.
Un beso.

Modestino dijo...

Los polígonos que conozco son lugares más bien inhóspitos, donde el frío y el sol, según estaciones, se imponen e impiden que huyas de ellos.

En Huesca tenemos el "SEPES" y "La Magantina".

sarracena infiel dijo...

Yo tengo una pasión inconfesable e irrefenable por las ferreterías. Es una atracción fatal.

Me lo compraría todo.

Los Polígonos los conozco bastante bien, pues Mi Capitán, desde que amarró el barco, ha tenido las oficinas en Polígonos.

Ciudades dedicada a la producción y venta de toda clase de cosas, animales, vegetales, minerales ...........

De las muchas cosas que mi capitán, oh mi capitan, me ha enseñados es a distinguir entre rodamientos cónicos, con caja, con soporte, bridas, manguitos, correas, cadenas, reductores, motorreductores, grasas .....

Rodamiento por fricción, mecanismos magnetizados......

Uhmmmmmmmmmmmm ¡la bomba! Atrayente.

Olga Bernad dijo...

Yo vivo cerca de un polígono. Creo comprenderlo. El polígono es la realidad necesaria.
¿La realidad necesaria? Sí, esa cosa incomprensible...
Besos, Aurora, Duquesa de los Polígonos.

Fcº Javier Barbadillo Salgado dijo...

Pienso que los polígonos son como aquellos barrios de los artesanos que se integraban en el centro de las viejas ciudades. Como aquellos mercados y mercadillos en la plaza mayor. Han heredado su atávico magnetismo...en su destierro urbano.

Curiosa, esta entrada poligonal.

Lumroc dijo...

A mí no me gustan porque, de ordinario, las calles se llaman "J", "H", "K", etc., y porque la noche en ellos siempre es triste.

sunsi dijo...

Pues yo soy de polígonos, Aurora. En determinados polígonos, comprs la carn buenísima a precio de coste. Eso si, grandes cantidades, pero amí ya me va bien. Necesitas una cama... miles de camas de todo estilo y condición...y alguna muy muy rebajada. Y colchones y muebles de segunda mano para reciclar y ferreterías a lo bestia y materiales de construcción donde encuentras justo esas baldosas que dicen que ya no existen...
Me dejo muchas cosas. Ahora hace tiempo que no me paso, pero es un mundo...

Un beso

Máster en nubes dijo...

Diego, tú ya conocías ese mundo, se te ve suelto, para mí es todo nuevo. Y sí, esta materia también es carne (y no veas cómo duele la Visa tras pagar un motor ;-)

Javier, ¿peligrosos? ¿por la noche' ¿por el día? ¿porque nos venden algo que no tienes ni idea de si es o no es lo que necesitas? ¿Porque son inquietantes en sí? ¿porque no han asfaltado bien y se queda el coche atascado? Espero respuesta ;-)

Lolo, tuve que volver al polígono a cambiar el motor por otro, pero compré unos tomates que saben a tomate, increíble.

Rocío, efectivamente es el P 29, y sí, hay frutería, carnicería y tienda de animales que teniendo en cuenta lo caro que es el pienso -y que yo solo compro lo mejor ;-) - la diferencia es notable... yo había descubiero Ikea y Leroy Merlin este año, pero ahora el polígono los supera ;-)

Mirna, no voy a hacer comentarios porque tú ya sabes, hermana. Y me alegro de que te gustara la entrada anterior ;-), me tranquiliza en parte...

Modestino, es cierto, hace siempre un frío o un calor de horror en los polígonos, pero también hay unos restaurantes ¡estupendos! Otro día cuento el infierno blanco, polígonos industriales en Canadá... cuando viví allí me tocó ir un par de veces: alucinante.

Pepa: ´la pisicina se llenó entera, la bomba hico clack, la dueña de la casa me puso una bomba de segunda mano que había probado en seco, nunca en la piscina. en fin, sin comentarios. Creo que podría escribir un libro sobre esta casa... Y os echo de menos al capitán y a ti, pero iré por Tarraco.

Olga ¿y la poética del polígono? No sé, yo es que le encuentro su puntito, es que esto de la primavera, ay no, que ya es verano, es muy mala, y una ve algo que la emociona incluso donde no lo hay ;-)

Francisco Javier, gracias por venir y comentar. Y estoy de acuerdo. Me ha encantado tu blog y la tapiología, y tus fotos, volveré.

Lumroc, sí, lo del los sectores y números y letras es muy aburrido, y casi todos los polígonos son así. Lo había escrito incluo pero limpie la entrada porque era demasiado larga, y quiero ser menos pelma ;-) aunque no lo consigo. Un polígono barrido por el viento en Navarra tiene que ser tela ¿no?

Sunsi, estoy contigo, habrá un antes y un después en mi vida tras los polígonos ;-), de hecho ayer fui otra vez, me perdí -iba sola- pero me encontré. Y los tomates compensaron las 2 multas de tráfico que me pusieron y otros desastres domésticos. Ni discutí con la benemérita, ay Dios, qué mes y qué año y qué todo...

Dejo la entrada para esta tarde me voy a un congreso a ver si ... no sé a ver qué, la verdad, pero me voy...

lolo dijo...

Fíjate...unos tomates con sabor a tomate.
¿Y por qué llegan a tu polígono y yo me tengo que ir a buscarlos al quinto pino?

No me digas que no es un misterio.
Tan misterioso como un motor de piscina o un fleje?? y un kilo de tornillos.

Modestino dijo...

Se me olvidó comentar ayer que en uno de los polígonos de Huesca esta uno de los dos Tanatorios de la ciudad: la combinación polígono/tanatorio se las trae, desde luego.

Máster en nubes dijo...

Lolo, lo de los tomates ya es como obsesión, es que da igual raf que nada, que no saben. Y los que compré ayer sabían. La mujer de Toi, Marga, de Sevilla le pasa tres cuartos de lo mismo, remueve Roma con Santiago para encontrar tomates que sepan. Yo plantaría, pero Tana se come cualquier planta, y o pongo las macetas en alto, o no hay manera. Los que plantas tú sí saben, el resto, hay que buscarlos como si fueran un tesoro...

Mira, Modestino, otro tema para una entrada bonita ;-), los tanatorios, fuera de bromas, había un concurso de cuentos organizado por una asociación del sector que mandé a varios amigos segura de que podían con el tema , no sé al final si participaron...

sunsi dijo...

Es cierto, es cierto... Eso sólo puede pasar en Huesca, con perdón. Doy fe. El tanatorio está en un polígono. Os aseguro que es de lo más inhóspito, dadas las circunstancias...

Unknown dijo...

La última vez que nos vimos fue allí, ¿recuerdas?. Hacía un día de perros y llegué helado ... tu me dijiste "que frío estás¡¡¡" y yo entendí "qué delgado estás¡¡" y te contesté, sí es que estoy haciendo dieta .... vaya plancha¡¡¡.

Máster en nubes dijo...

No sé quién eres, Falcao, perdona, no caigo ahora, discúlpame.

Modestino dijo...

Falcao era yo .... que tengo alguna personalidad más -ésta usada para ambientes futboleros-....Fue un error y el comentario era para Sunsi.

Pelapollos dijo...

¡Ay, esa asimetría entre los de letras y los de ciencias!

Si a uno de ciencias se le pilla en falso mostrando su conocimiento más bien difuso sobre quién era Buero Vallejo o sobre de cuándo datan los incunables es por, ya se sabe, lo incultos que son por lo general. Gente que no lee más que manuales, libros de texto y a lo sumo novelas veraniegas tipo Michael Crichton o Alberto Vázquez-Figueroa. En fin.

Sin embargo, esa alegre despreocupación e ignorancia con la que los de letras van por la vida disfrutando de todas las ventajas que les otorga el uso de la ciencia y la tecnología sin mostrar el más mínimo interés en intentar entender, siquiera mínimamente, cómo son posibles todos esos pequeños milagros cotidianos que nos rodean, no sólo no es un desdoro sino que incluso muchos de ellos hacen alarde de ello a mucha honra.

En mi casa lo viví de cerca al estar más o menos repartidos a partes iguales.

Siempre digo en broma que una de las cosas que me cautivaron de mi santa es que, a pesar de ser abogada, manejaba una calculadora HP (con sistema RPN, notación polaca inversa), y le gustaba montar cochecitos de lego.

Máster en nubes dijo...

Realmente pelapollos eres genial.

Para que se vea qué cosas pueden atraer de una mujer. Y luego dicen que todos los hombres son iguales, por Dios, más distintos no os ha podido hacer ... ;-)