Bitácora de Aurora Pimentel Igea. Crónicas de la vida diaria, lecturas y cine, campo y lo que pasa. Relatos y cuentos de vez en cuando.

domingo, 7 de junio de 2009

La pequeña amante




Fui ayer a ver la película de Coco Chanel, “Coco avant Chanel”. La traducción del título al castellano es tan horrorosa que prefiero no decirla. Me recordó mucho al libro de Paul Morand “El aire de Chanel”. El personaje de Cocó creo que está muy bien interpretado por la Tautou.

La mirada de una mujer como directora se nota. No creo que sea ni mejor ni peor, hay buen o mal cine, como la escritura, nada más. Pero hay miradas que se ve que proceden de una mujer, y éste es el caso, no pasa nada. Es normal y hasta puede ser bueno, creo yo.

Te pone el corazón ya tiritando esa niña abandonada con su hermana por un padre que ni las mira al dejarlas, y luego los colegios con niñas de segunda y de primera categoría, otro horror; las tocas blancas de las monjas, edificios grises y fríos, ese campo verde y precioso de Francia, Cocó niña, ojos negros y grandes. La infancia es una caja que se cierra con la adolescencia y en la que no puedes poner ya nada dentro, sólo mover, cerrada la tapa, aquello que hay, a la espera quizás de que se recoloque, de que encaje. Esa ausencia de presencia paterna explica quizá la falta de esperanza de Cocó en los hombres, su desconfianza, también esa lucha por llegar a ser independiente de una manera un tanto brutal.

"Siempre supe que nunca sería la mujer de nadie, pero a veces se me olvida" llega a decir Cocó.
Fue esa pequeña amante. Sin apellidos, sin familia, sin marido, el trabajo para las mujeres de su clase y condición a veces apenas les permitía malvivir. Buscarse un “protector”, de una forma u otra, era algo relativamente común. Primero fue amante de Etienne Balsan, que al final es menos canalla de lo que parecía. Y luego de Boy Capel, que es un poco peor de lo que aparentaba y que fue del que estuvo muy enamorada. Lo que parece a veces no es en esta vida, los malos no son a menudo tan malos, ni los buenos oficiales son, a veces, tan buenos. Da que pensar.

Fue esa pequeña amante con orgullo, fiereza (fierté) dirían los franceses, digna incluso en la indignidad que marcaba la época para "las otras"; una pequeña amante que, sin ser guapa para los cánones de la época, tenía algo que atraía, quizá la independencia de cabeza, algo que da miedo y a la vez puede hipnotizar a algunos hombres. Si no, no se explica muy bien el cuelgue con ella de aquellos individuos tan acostumbrados a que les rieran las gracias, les hicieran reverencias por su dinero o posición, rodeados siempre de señoritas muy necesitadas de su protección fundamentalmente financiera y, sobre todo, ellas muy acostumbradas y dispuestas ellas a agradarles siempre, a darles la razón sin rechistar. Por lo menos mientras no les tenían amarrados, luego quizás ya sería otra historia casi con toda probabilidad.

Dos mundos, el de riqueza y ese otro de pobreza en el que Cocó se crió.

Entró en el primero de refilón, pero se quedó por trabajo propio, toda una empresaria, algo insólito en la época. Reclamó una forma de sobriedad, de pureza, propia del segundo, eso era su moda también. Otra cosa es que hoy lo hayamos estilizado tanto, interpretado y declinado de un modo tan intenso y extenso, que del estilo Chanel, que era eso, un estilo, más que una moda, no quede nada o muy poco; digo de lo esencial del estilo, no de la anécdota de los botones o las perlas o la combinación del beige con el negro, que es lo de menos, me parece a mí en lo que Chanel fue y es.

Es el estilo por dentro lo que me gusta de ella: la limpieza, su sinceridad y huída de lo barroco, esa especie de independencia no sólo externa, interna. Eres quien eres sin tanto fru- fru, sin tanta ropa, zarandajas ni complacencias propias o ajenas.

Antes de Chanel, mujeres orondas, curvas porque sí, no porque las tuvieran, todo puesto encima, artificio y exposición, cuanto más inútiles parecieran ellas, mejor, para mostrar así de forma más palmaria el nivel del marido o del amante. Me acordaba de Veblen ayer y esa teoría de la clase ociosa, un espanto de vida y de sociedad vista desde hoy, claro. Frente a eso una Cocó que monta a horcajadas a caballo y se pone pantalones por primera vez. Luego los tejidos masculinos y algunas prendas que adapta a su pequeña anatomía. Lo mismo con los jerseys marineros, los tejidos de punto y mucho más como el pequeño traje negro como de huerfanita, los otros de colegiala. Siempre mejor sugerir que enseñar, el atractivo del recato, algo también fuera de la época, de ésta también, de la de ahora.

Me encantó la película. Ya sé que a Rodríguez Merchante, del que me suelo fiar, no le gustó. Es cierto que en algunas ocasiones es un poco repetitiva, se apoya demasiado en la Tautou e insiste en cosas ya dichas, pero en general está bien.

Sentí pena también, la verdad, porque Cocó era una mujer muy sola, por dentro eternamente sola, y también por fuera. Lo de vivir en un hotel, que así es como vivió, dice mucho de ella, un espanto ese estar como de paso sin hogar propio, da pena.

Creo que hoy todo puede ser más fácil. Y en algunas cosas, no en todas, bastante menos injusto, me parece. Tenemos mucha suerte algunas mujeres, algunos hombres también la tienen, pienso a veces, en Occidente al menos.

13 comentarios:

Olga Bernad dijo...

Ay, Aurora. Te veo claramente frente a la pantalla. Y emocionándote, no tanto por la tragedia sino quizá por algo más hondo que de repente nos llega y que es mucho más fácil reconocer en la oscuridad del cine. A mí me pasa a veces.
Veré la película y seguro que me acuerdo de ti.
Ahora es más fácil; pero fácil no es y sigue saliendo caro.
Besos, guapa.

Mirna dijo...

Aurora, me he dado cuenta de que tienes mucha influencia sobre mí: hablas de la Gadner, y venga, allá vamos a ver películas de ella; hablas ahora de esta película y ya tengo ganas de verla, porque además el hecho de que tú hayas llorado, ya me da licencia para hacerlo más suelta, que una tiende a la contención. Siempre sabes hacer justicia a lo que te gusta y lo transmites muy bien.
Un besazo y gracias tú sabes por qué.

lolo dijo...

Pedazo de post; ví la película.

La infancia, esa caja que se cierra con la adolescencia...

Pero sobre todo el contraste de los dos mundos; al final la riqueza no le aporta nada a su cajita, de donde saca orgullo, fiereza, pureza, dignidad, como dices. Independiente del todo, por fuera y por dentro.

Quiero una camiseta como esa, pero nunca la podré llevar tan maravillosamente.
Porque ella la llevaba por algo. No se pone, en toda la película vestido, color, adorno...por nada.
Cuenta su vida con la ropa.

No lloré.
Me pareció preciosa.

Javier Sánchez Menéndez dijo...

Merece la pena?

Es una película, que me da mucha pena ver, no sé, pero es lo que siento.

Un abrazo.

Máster en nubes dijo...

Olga: yo lloro hasta con la música del telediario, bueno, eso casi con lo que más ;-). Al ver la película te acordarás de muchas cosas que han costado mucho esfuerzo a muchas mujeres, y a muchos hombres también, Olga. Y tienes razón, nada es fácil, y todo tiene un precio, aunque sea un precio sombra... o algo así como coste oportunidad. Un beso, hermosa, hermana.

Mirna, espero no tener una mala influencia, porque yo digo toda con mucha seguridad y convicción y con la misma seguridad y convicción me equivoco de pleno.

Y que sepas que aunque prefiero a la Gardner, Grace Kelly es ideal, y me sigo hablando con gente que la prefiere ;-). Es solo una provocación que suelto de vez en cuando en el blog, nada más. Un beso y ya te hago una consulta mañana sobre la pasta brick queme tiene un poco en dudas.

Lolo, si me das permiso cuelgo tu carta que se cruzó con mi entrada, porque verdaderamente es una entrada por si sola y vale la pena que la vean... ¿La cuelgas tú o la cuelgo yo? Un beso y hay que ver cómo vimos las dos cosas tan parecidas... Qué cosa tan curiosa...

Javier, tengo mis dudas sobre si es una película que guste a los hombres, la verdad. No sé cómo explicar esto, pero creo que la van a entender mejor las mujeres. Pero me puedo equivocar, como digo con la misma seguridad y convicción con que acierto me equivoco. Tú verás, lleva a una chica o a una señora y mira a ver. Un abrazo.

Máster en nubes dijo...

Comentario de la película muy intereante, de Etienne Balsan, el conde, primer amante de Coco "Es una falta de galantería dejar trabajar a las mujeres". O sea, se les ponía piso o se las mantenía (como amantes), a cambio ellas estaban bien ataditas ;-), en fin, jo, qué tiempos, por Dios.

Y el tipo no era malo, que era de los decentes en su indecencia...

Otro personane apasionante: la actriz que fue amante del conde, oronda, muy vistosa, muy lista. Es uno de los personajes que más me ha gustado. Con la hermana de Cocó, a la espera eterna de que un niño de familia bien se case con ella... Jo, de verdad, como dirian Presuntos implicados, cómo hemos cambiado.

Javier Sánchez Menéndez dijo...

Gracias Aurora, no iré.

sunsi dijo...

En la tele... qué coincidencia ... también una versión de Coco ... No la terminé de ver porque me dormí. Soy un desastre...Recuerdo lo de los pantalones y la repercusión . Ahira diríamos ... si sólo eran unos pantalones. Cómo se resistió a no ser una como las demás.Una mantenida.
El sombrero de paja de color negro.Un collar de perlas con el broche delante. Risas por el sombrero... hasta que una mujer de "categoría" se fija en él. Tengo ganas de ver la película. Me atrae de fora instintiva.

Besos, Aurora

lolo dijo...

Los colores, fue lo que más me gustó.
¿Tú viste el orfanato? La imagen del dormitorio, el comedor, las trenzas larguísimas de las niñas....qué bonito.
¡Y qué niña, Cocó niña! Qué ojos. El blanco y negro, desde el minuto 2.
Y los trajes de las niñas a las que sí van a visitarlas, rojos; luego hay otra imagen de mayor intentando trabajar con un tejido rojo. Y no puede. Odia el rojo, yo creo; el color del vestido que se llevan cuando se van del cabaret de pueblo.
El pelo, la trenza; se la corta, al final se la corta, molesta, el pasado molesta.
Con el pijama, y el melenón horrible, está encantadora.
Encontré horrible al inglés del carbón.
Y luego la gasa rosa, con la que no se ve cómo trabaja, el amor; el tweed rosa mezcla de las telas que usó tanto tiempo, en femenino, una vez ella va encontrando otro sitio. Entreverado el amor y lo masculino de antes. Cómo lo coge, lo aprieta, lo arruga.
Me encantó esa escena.
Las líneas sobre el negro: todo el tiempo referencias.
El negro, tanto tiempo... el orfanato, el cuello blanco que quiere salir...uf!
El jersey de rayas marineras, con ese lazo que es nada...espectacular, y con la chaqueta, bajo el árbol... Y vamos, estilazo puro. Y duro.
Y al final el blanco, todo en blanco y las perlas.
Me encantó.


No es cine de mujer para mujeres. Es cine, y cada uno ve lo que ve.
Yo fui sola y vi también ésto. No se si por mujer o porque estuve tan tranquila que flipé.

...una mandada. Si lo dice Aurora...es lo que se llama poder de convicción.

Almendrado dijo...

Interesante crítica, me ha gustado mucho, lo expones todo tan claro que ya no hace falta ir a ver la película. En el fondo creo que tampoco iría porque no es mi género, pero me la has acercado

Una pregunta: mujer extraordinaria, con fuerza y con empuje, pero ¿fue feliz? Se me antoja que no, doble desengaño y esa afirmación ("Siempre supe que nunca sería la mujer de nadie, pero a veces se me olvida") me parece que la abocaron a la soledad, muy malos ingredientes para la felicidad.

Otra cosa, a propósito de lo que comentas de la mirada de mujer, siempre he sostenido que la mujer es más completa que el hombre en todos los aspectos. En mi mocedad un amigo mío de Barcelona me dijo, supongo que para que no me engañara, que la mujer siempre tiene un plus más que el hombre: puestos a malos, entre un hombre malo y una mujer mala, siempre es más mala la mujer, y puestos a buenos, entre el hombre muy bueno y la mujer muy buena, siempre es más buena ella, y así en todo.

Saludos,

sarracena infiel dijo...

Si algo me gusta de Coco, es que no responde a estereotipos.

Nada típica, nada tópica.

Incluso repele los típicos tópicos sobre las mujeres.

Demos gracias a Dios, por esas pequeñas cosas.

Por otra parte, no he visto la peli; no se si lo haré, de un tiempor a esta parte, no me apetece nada el cine.

En fin.

Será el sarraceno humor.

Máster en nubes dijo...

Sunsi, hasta que la casa que le puso Boy Capel empezó a dar dinero Coco tuvo que vivir del dinero de otros, claro.

En cualquier caso, y no por tu comentario sino porque al leer lo que he escrito puede sonar extraño, aclaro que todo eso de "mantenida" no me gusta porque se meten en el mismo saco a realidades distintas. Yo desde luego conozco a mujeres totalmente independientes por dentro (que es lo que creo que importa) que viven del sueldo de sus maridos por una temporada o toda su vida por razones muy diversas y curran de lo lindo en sus casas, de mantenidas nada.

En cualquier caso el libro de Morand es de lo mejor que yo he leído sobre Chanel, una mujer nada fácil y en muchos casos nada apetecible, una borde ;-). Es mejor que la película porque con la escritura a veces se pueden expresar cosas que el lenguaje cinematográfico no puede, creo. Sunsi, a ver si te lo paso.

Gracias Lolo por tu comentario, cuando recibí ayer tu carta se cruzo con la entrada y pensé que deberías haberla escrito tú, la verdad. Y tienes razón en que es posible que a los hombres les guste, no sé, quizás es una idea equivocada mía de que les puede aburrir un poco.

Almendrado, gracias por venir y comentar. Mira lo que dice Lolo porque quizás yo no tengo razón en lo de que a los señores no les guste. En cualquier caso si con la "crítica" ya no hace falta verla creo que no hice bien ;-) porque tenía que animar a verla...

Respecto al resto podría escribir más largo, pero de forma resumida te diré...

a) ignoro si Chanel fue feliz o no

b) no creo, en cualquier caso, que la felicidad sea una estado firme y fijo, sin matiz, en ningún caso, en Chanel tampoco.

c) La situación de Coco ante el matrimonio no era negarse per se, sino constatar (como inteligente que era) que lo que había... es lo que había... y que ella era lo que era ella. Ese es el sentido de la frase, y no otro. Te remito a su origen, su trayectoria, su personalidad... y el personal masculino y la institución matrimonial de la época. Y a la otra posibilidad, la de ser "una querida". Creo que es fácil entender su afán por ser independiente.

d) Tu sugerida asociación directa de que la felicidad va unida per se al matrimonio o que la soledad a la infelicidad y a la soltería en el caso de Chanel son hartamente improbables y muy discutibles, creo más bien que la personalidad de Cocó era compleja, no simple.

e) reitero para probar a) que Mademoiselle fue querida y mucho -aunque no se casó- , que hizo cosas y muchas, todo lo cual pinta un cuadro un poco más complejo que el de mujer con fuerza, extraordinaria... pero infeliz abocada por su decisión a la soltería, etc. vamos, lo que has explicado tú...

Por último, nada de acuerdo con el consejo de tu amigo de mocedad, para nada. Yo creo que hay buenos, malas, buenísimos, malísimas, gente muy completa,y muy incompleta, simple como un cubo sea hombre o mujer, personas, individuos, nada más. Vamos, que lo que es el juicio moral no va por géneros. O por sexo, más bien.

Pepa, mira, totalmente de acuerdo, estoy de tópicos y estereotipos hasta el alma, ay.

Un abrazo a todos y hasta la siguiente entrada

SENSESON dijo...

He visto esta pelicula un monton de veces y cuando salio segui de cerca las noticias, pero hasta hoy no he encontrado un post a la altura de la pelicula. Me ha encantado.

PS: tambien me ha gustado mucho el comentario de Lolo, lo he comentado en mi blog reinaenmicasa.blogspot.com

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