Bitácora de Aurora Pimentel Igea. Crónicas de la vida diaria, lecturas y cine, campo y lo que pasa. Relatos y cuentos de vez en cuando.

jueves, 7 de mayo de 2009

Tu pueblo será mi pueblo



Mi querida niña, sigo contigo, aquí entre sábanas y el oxígeno donde me he colocado un rato, he recordado momentos tuyos que serán tenidos en cuenta.

Sé que conoces la historia de Ruth, espigadora, fiel viajera acompañando a su suegra, que ya tiene mérito -no por nada, pero una suegra es una suegra- , fallecido su marido.

Esa actitud de seguir al amor, incluso cuando no está ya, no te digo cuando está, siempre es tenida en cuenta por Él. Siempre.

Cambiar por amor es realmente el único cambio posible, deseable y de mérito.

Cambiar de país, pero también de calle, de barrio, de amigos, dejar trabajo, un paisaje, un territorio conocido, unas costumbre o unas manías.

Dejar cosas de lado, tomar otras. Hacer mudanza.

Hoy esto se lleva poco y la gente te dice "prudencia, prudencia", quédate, no arriesgues. No cambies.

Pero el amor no es prudente, el amor es siempre valiente. Y cambia. Te cambia. Por fuera y por dentro.

Todo otro cambio vital que no sea por amor no es posible ni deseable. Es siempre falso.

No hay cambio real humano fuera del que el amor provoca o prepara.

Todos nuestros cabellos están contados, mi niña, y el amor que tu pusiste al trasladarte de país no habrá caído en saco roto.

Y mucho más que sólo tú sabes.

Te dije que la Señora me dio buenos consejos antes de instalarme en tu casa, entre las risas de tu hijo pequeño y el dolor sereno de tu marido.

Soy un Angel y por eso soy muy torpe, no puedo abrazarte o besarte ni darte masajitos como te da alguna amiga, ni hacerte el zumo de naranja como tu marido, ni otras cosas que solo los humanos, suerte de cuerpo, te han dado, te dan.

Pero sigo inspirando todo lo anterior, una oración, el cariño que viaja, y sobre todo esa calma y lentitud que rodea al amor, cuando nace, al madurar, al crecer.

Calma también en el amor que sufre.

No hay prisas nunca en quien quiere, no debe de haberlas.

5 comentarios:

sarracerna hoy no tan infiel dijo...

Me encanta la historia de la moabita "(...) No me ruegues que te deje, y me aparte de ti; porque a donde quiera que tú fueres, iré yo, y donde quiera que vivieres, viviré. Tu pueblo será mi pueblo, y tu Dios mi Dios.
Donde tú murieres, moriré yo, y allí seré sepultada (...)"

Y, efectivamente, ahora no parece ser oportuno.

En fin.

Lane dijo...

Que inspirador Aurora, aunque hace muchos años tomé una decisión bastante emocional, la cuenta da que no cayó en saco roto, por tanta experiencia y porque mi mente y corazón se abrieron cual avión saliendo del hangar.

Bs

lolo dijo...

Precioso.
Intimo.
Muy íntimo.

sunsi dijo...

Aurora, una particular "ángel de la guarda"... ¿Cómo está la niña de su ángel, de la Señora? No hay mudanza buena si falta amor.
Y como a veces no lo vemos... que siga el ángel respirando para que ese oxígeno llegue al cerebro y al corazón.

El amor , en la oscuridad, es más frágil. Sigue soplando. A tu niña y a otros que tal vez también lo necesitan.

Un beso y gracias, ángel hermoso

Javier Sánchez Menéndez dijo...

Bueno Aurora, me quedo con hacer mudanza. Tan necesario muchas veces como imprevisible.

Pero es lo que hay.

Te envio un fuerte abrazo.