Bitácora de Aurora Pimentel Igea. Crónicas de la vida diaria, lecturas y cine, campo y lo que pasa. Relatos y cuentos de vez en cuando.

viernes, 26 de diciembre de 2008

La verdad sobre gatos y perros 1)



Tomo prestado el título a una comedia americana de esas que se ven con una sonrisa. Jeanine Garrofalo es una estupenda actriz y buscarse una modelo para que ligue en tu nombre siempre es una solución. Si encima es Uma Thurman, ya ni te cuento.

Lo cierto es que hay personas partidiarias de perros, otras de gatos, y, otras, extrañas quizás, que nos gustan las dos especies, entre otras muchas que también nos encantan.

Para entender a estos dos animales domésticos a mí me sirve mucho la comparación que hizo mi amiga Marina de Pamplona, con 6 chicos, 6, creo recordar que tiene.

"Mira, Aurora, los niños -los chicos- son como los perros: los tienes que sacar a que se desfoguen, que corran por el monte, los das de comer y ya con eso están contentos. En cambio las niñas son más complicadas, son como los gatos, van más a su aire, parecen más caseras, no necesitan cansarse, pero cuando crees que te piden un mimito o se lo vas a dar tú, zas, te sacan las uñitas y no sabes por qué".

No sé si será cierto, pero creo que se aproxima bastante a la realidad de amigos y familia que yo he conocido.

También dicen que a las personas que les gustan los perros son quienes quieren recibir amor, y, en cambio, las partidarias de los gatos son quienes están más dispuestos a darlo. Mala cosa me parece que haya más partidarios de perros que de gatos, la verdad.

Comparaciones aparte, perros y gatos tienen mundos muy interesantes.

Tuve dos gatos en Canadá, mi compañera de piso era fan y me transmitió, a mí que era bastabte recelosa de lo gatuno, su amor por ellos.

Genevieve tenía un sentido del humor muy especial, los llamó Mungojerrie and Rumpleteazer, como dos de los gatos del "Old Possum Book of Practical Cats" de T.S. Elliot, el texto sobre el que se basó la estupenda comedia musical "Cats", muy del gusto de los 80. Cuando la vi con mi madre y mi sobrina María me encantó, medio patio de butacas decorado como si fuera un callejón de modo que nosotros veíamos el mundo como un gato, un tambor viejo de detergente pasado a escala de gato y así con todo: latas de sardina, cubos de basura, etc.

Vuelvo a ver escenas del musical y recuerdo por qué me gustó tanto. No es sólo cómo se mueven y bailan -igual que gatos-, es toda la caracterización, ese acento inglés de gatos y gatas con glamour o sin él, barriobajeros, mefistofelianos, jueguetones, inteligentes y tan... gatos todos.

Mungojerrie y Rumpleteazer castigaban las ausencias que consideraban excesivas. Se metían en los armarios montando la de San Quintín si no dormíamos Genevive y yo en casa. Atigrados, inteligentes y buenos cazadores de ratones -vivíamos encima de un restaurante en Toronto-, me enseñaron el particular comportamiento de esos seres que nos toleran en su vida y, de vez en cuando, dejan que los mimemos y nos hacen un cariño, pero sin que nos creamos nunca que son "nuestros". No somos sus amos.

Los perros nos enseñan otras cosas.

11 comentarios:

Anónimo dijo...

A mi me gustan sendos ambos, sere de los raros, como tu.
Aprovecho pahacer un homenaje al Popeye. Popeye eran siete kilos y medio de gato en musculo puro (los vecinos le llamaban "el pitbull de Asier") que a base de golfear hizo suultima aparicion por casaen Febrero. Yo que siempre fui mas perrista alucine bastante con el Popeye, que teniala deferencia de pagar de vez en cuando el alquiler dejando ratones y pajaros muertos en la puerta de casa.
Me costara un huevo volver a toparme con gatofante parecido.
En fin, si lo ves saludale de mi parte...

Anónimo dijo...

EL AMANTE DE LA LIBERTAD


Cuando tenía quince años, vivía en la playa.
Tenía un perro que se llamaba Sambo.
Sin raza definida, callejero.
Cada mañana íbamos juntos a correr por las playas y los acantilados.
Nos gustaba mucho.
Ver amanecer, observar a las gaviotas, bañarnos, saltar las olas, hacer castillos de arena.
…………
Conforme la mañana avanza, el Sol eleva su intensidad e ilumina nítidamente cada rincón de la Creación.
Aprendimos juntos, que los pinos huelen fuerte a sotavento, que los pájaros madrugan, que a los peces les gusta la mañana, los cangrejos se refugian del oleaje, la arena moldea el litoral y los penachos de las olas anticipan el sentir de la mar.

Sambo me enseñó algunas cosas. Su instinto animal era potente y natural. Si picaba mucho el Sol, era el primero en encontrar una sombra. Si el cuerpo le pedía carrera, localizaba una explanada de terreno arcilloso, donde trotábamos libres. Si olía a una perra, me miraba con ojos de circunstancias y se despedía para un par de días. Si le dolía la tripa, encontraba hierba verde, se la comía y se purgaba.

Pero lo mejor fue lo de los pájaros pequeños.

Cuando la Bola Amarilla se eleva una cuarta, aparecía una especie de gorrión que volaba en paralelo a las olas, muy bajo, rozando con sus alas las crestas del oleaje.
Vuelos acrobáticos de primera.

Sambo esperaba en la orilla. Pasaba un pájaro y se ponía a perseguirlo con febril empeño.
Para vivir su aventura, precisaba de toda su concentración. Salía lanzado, y con la habilidad natural de su condición canina, acompasaba su correr por tierra, mar y aire.
Le vi nadar detrás de los pájaros. Correr a ritmo endiablado. Incluso dos o tres veces le recuerdo volando por los aires tras chocar con las olas.
El ser vivo más feliz que he conocido.

Su alegría se basaba en algo muy simple.
Era un perfecto amante.
Un amante de la Libertad.

Marga dijo...

Es preciosa esta observación de la libertad driver.
Me sorprende que te dejaran vivir en la playa y con tanta libertad.
¿de qué país eres?
Una la familia.
Otra las personas que te podían ver.
Otra las autoridades de la ley.

Si lo has vivido por opción y así apetecerte y de la manera que lo cuentas tiene que ser una aunténtica libertad y gozada.

Aquí hay turistas que lo hacen, pasan muchas horas calentándose con el alcohol.
Feliz Navidad y que podamos vivir con más libertad, pues de cada día estamos más controlados y agobiados por las exigencias de la sociedad.

Anónimo dijo...

Me gustan ambos aunque no he podido compartir con gato mi casa, puos sólo a mí y a Katt nos gustan.

Me gusta su carácter independiente, autónomo.

De los perros me gusta su carácter simple, directo.

Y la "peli" me gustó.

Anónimo dijo...

Buenos dias, Master.
Me he estado dando un paseo por algunos de tus posts. Me han gustado muchisimo.
Cuanto sabes.
Y estoy seguro de que eres una muy buena tipa.
Vuelve pronto por estos lares. para contarnos cosas.
Un saludo

Anónimo dijo...

Margalida:
Soy español.Nacido en Madrid.
De los 3 a los 18 viví en la costa mediterránea.
Los adolescentes de mi época estábamos más tiempo en la playa que en casa. De ahí el cuento.
De ahí la sensación de libertad.
...
El Mediterráneo es más que una zona geoestratégica.
Es una parte del mundo mundial donde si te mueves con atención, puedes vivir auténticas historias de corsarios.
Enamorarte en Palermo.
Robar un tesoro en Atenas.
Pintar al óleo en Valencia.
Rezar en Tarraco, acompañado por gaviotas.
Transgredir las leyes del comercio en Sicilia.
Traficar con especias en Estambul.
Levantar una catedral en Barna.
Perseguir estrellas en Niza.
Morir de amor en Roma.
...
En fin, ser un corsario.
...
De ahí la sensación de libertad.
Somos lo que vivimos y lo que somos capaces de soñar.
Despiertos o dormidos.
Un saludo chiqueta.

sunsi dijo...

Diver, genial como siempre.
Yo ninguno de los dos, Máster. Ni gatos ni perros... ni nada de nada. Se me pone la piel de pollo sólo de pensar que pudiera tener un animal rondando por casa.
Los chicos piden un perro, pero tú sabes lo que pasa al final... ¿Quién lo sacaría a pasear? ¿Quién le daría de comer? ¿Quién barrería los pelos? ¿Quién todo lo que comporta tener un perro? Me da que me tocaría a mí, sobre todo en época de exámenes que es casi siempre... Ya les he dicho que cuando tengan casa propia que hagan lo que quieran.Como si quieren montar un zoo.

Oye, clavada la descripción de tu amiga de Pamplona. Doy fe, que tengo dos chicos y dos chicas. Nada que ver.

Besos

Suso dijo...

No conocí animal doméstico hasta que viví con La Piedra. Bueno, viví con varios animales domésticos, pero de los que hablan y andan con dos piernas.

Ahora tenemos dos gatos, de los que ya hablé en el Barullo. Y acabamos de regalar cinco preciosidades.

El gato es un tipo bien simpático: va a su bola, es limpio, es cariñoso cuando le peta.¡Bien por los gatos!.

El perro, me temo, esclaviza más.

Marga dijo...

He tenido perro, gato,pájaro. Dan mucho trabajo en un piso y siepre digo mejor para el animal vivir en el campo, me gusta verlos en libertad puede que sea por no tener que limpiar tanto ni tampoco tenerlos que sacar.
Reconozco que me gusta la comodidad y a ellos verlos volar con libertad.
Desde mi ventana me gusta verlos volar y como dice Driver la gaviota contemplar en su vuelo lento y adormilado sin movimiento del batir de las alas, parece que cualquiera lo puede realizar.
También vuelan bajo los aviones o es que yo estoy a lo alto.

Anónimo dijo...

Te he mandado un regalito en fotos. Ya me contaras.
Saludos

Máster en nubes dijo...

Seguiremos otro día, perros y gatos, todos juntos, otras veces por separado. Eché de menos a Maripaz, que tanto sabe de perros y gatos.