Perdón por la ausencia. O por la vuelta. Vaya Vd. a saber.
Estaba escribiendo la entrada sobre "halagos, piropos y cosas agradables" segunda parte, cuando de repente el portatil comenzó a fallar: podía comentar en otras bitácoras, pero no actualizar la mía ni leer mi gmail, todavía tengo problemas.
Quizás es que tecleo rápido y fuerte, pero quizás es que el Vaio de Sony no es lo que prometía, todo puede ser.
Añádase un viaje a Asturias, dos visitas a IKEA porque había facturado (soy optimista y pienso que cobraré, qué ingenuidad la mía) y, lo peor: otras 3 roturas "magnas" domésticas, alguien me ha hecho vudú.
El caso es que como para pensar en arreglar el portátil frente a lo que tenía.
Siete invitados muy especiales los últimos 2 días: telefónica (instalación del router nuevo), técnico de lavadora (se quemó con un cambio de tensión), técnico de lavavajillas (igual que lo anterior), fontanero (tuve que cortar todo el agua hoy porque explotó una cañería exterior), transportista de IKEA (no podía cargar 2 sillones Tüllsta en mi coche, ideales en cuadritos, por cierto) y 2 posibles jardineros (me comen 2 abetos la luz en el cuarto de estar y tengo que podar).
He acabado por pensar que casi mejor tener una especie de Encargao "pa tó" y así me dejo de 8 teléfonos y nombres distintos y quién me dijo qué. Pago en negro si no hay más remedio y ofrezco condiciones de trabajo inmejorables. Delego todo, no doy la lata, con que no me molesten me basta: necesito concentrarme y trabajar mucho para pagarles a ellos, a Ikea, a Repsol, Telefónica, PC City, Vodafone, Hacienda, en fin, todos.
En cualquier caso, no pasa nada, problemillas a mí. Hice de esta serie de catastróficas desdichas domésticas una oportunidad. Todos los técnicos eran ¡hombres! Así que que aproveché para completar mi investigación sobre el piropo.
La parte "de mujeres" -sujeto receptor del piropo- ya la tenía completa porque el teléfono -y no los diamantes- es el mejor amigo de la mujer, sin duda alguna. Hablar con Sunsi y otras cuantas amigas siempre está bien: el piropo fue uno de los temas, pero naturalmente una conversación da para mucho más si eres mujer y la tarifa es plana. ¿Qué es la eternidad?: dos mujeres despidiéndose. A ver si algún teólogo supera esta definición.
Tengo ahora ya la muestra masculina del estudio sobre el piropo: 6 hombres, 6, a los que he pasado un breve cuestionario, mis técnicos visitantes. Antes les di (u ofrecí, alguno no quiso) café, té, agua, cerveza, vino o chorizo (según la hora del dia) mientras intentaban arreglar lo que fuera: han tenido que alucinar, lo sé.
Sólo con 1 no me atreví: era marroquí y no sabía cómo se iba a tomar mi interrogatorio ni mi ofrecimiento de piscolabis, ya que el cerdo es el animal totem de mi casa, me gustan hasta los andares. Mejor prudencia, no es lo habitual en mí, pero por una vez no pasa nada.
Gracias a Cordobés, que me ha enviado dos estudios estupendos "literarios" sobre el piropo, los resultados cuantitativos se han complementado con una parte cualitativa.
Así que los resultados sobre "el piropo: breve aproximación al tema basada en un estudio de campo de doble encuesta", en entradas de los próximos días, irán saliendo con otras. Creo que el blog se me colapsa porque escribo demasiado, aburro al personal y el portatil se peta. Lo sé. Van a tener razón.
3 comentarios:
Opino que lo que sea menos aburrir al personal, Máster en Nubes... El personal disfruta ...
Voy a por el siguiente post.
Me alegro de que todo se haya arreglado.
Besos
Mira... puede que se colapse porque escribas mucho... el sustrato informático se las verá y deseará para sujetar el hervidero de ideas que es tu mente... qué inquietud de ideas!!
... aburrir al personal??
Pero si estábamos desolados por tu ausencia!!!
Que ya lo dice Asier por algún lado... que menos mal que tu vuelta siempre tendrá mucho almacenado!!!!
Un besote.
Nieva en León... ainssssssssss
Ana, ayer salimos del Boalo en el momento adecuado. Si esperamos 2 horas, no salimos. Nevaba que en 4 horas teníamos unos 30 cm, así que decidimos bajar por lo que pudiera pasar (curro mañana en Alcobendas, no puedo arriesgarme a faltar)
Anina, tú, ¿todo bien? Y Viggo? Cuídamelo que voy pa'llá...
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