Bitácora de Aurora Pimentel Igea. Crónicas de la vida diaria, lecturas y cine, campo y lo que pasa. Relatos y cuentos de vez en cuando.

sábado, 8 de agosto de 2009

Que detengan a la luna...



Pero ¿alguien está viendo la luna que tenemos estos días?

Por Dios, por Dios, mirad a la luna, así, hala, debería darla vergüenza.

Que alguien la detenga, que no se puede ir por ahí así, hombre, vamos, qué descaro...

Y las perseidas, venga estrellas, y venga, y venga.

Bendito verano.

Bendito viento fresco, aquí por lo menos.

Bajó la temperatura unos cuantos grados esta noche.

Venga, otros 200 largos más en agua hoy más fría. ¡A por ellos que son pocos y cobardes!

Y que venga un guardia a por la luna, que llamen a quien sea y que se la lleve de mi vista...

Buen fin de semana.

(Las foto es de Alejandro Schifferstein)

7 comentarios:

Driver dijo...

La Luna lunera y la Tierra terricolera,
bailando desde siempre,
en el vacío universal,
corren que se las pelan,
bailando descaradamente,
que te veo, que no te veo, que te veo un trozo, que te atriago un mar,que te devuelvo la luz.

Una mancha circular,
azul, blanca y naranja.

Flotan en tu universo.

Mirándote curiosa, por encima del hombro.

Fijándose en lo que garabateas.
Atentas a tus ciclos.

Satélite descarado.

Máster en nubes dijo...

huy, que me has pillado bailando, Driver ;-) a mí, es que al final todo se pega...

Drivertirse dijo...

Baila Aurora.
Pon tus folios en la gran mesa de madera que preside tu salón.
Veamos, un capítulo por aquí, otro por allá, la música que no falte.
Y cuando tengas todos los capítulos ordenados en cuadrícula descartiana, sube más la música, mezcla los folios, desordena el guión, enreda la trama, copia, pega, afina una frase, deshuesa un párrafo, transgrede un orden, y baila, baila hermana alrededor de tu gran mesa de madera, donde todos los capítulos expuestos a la luz de la luna lunera cascabelera, cogerán el ritmo pertinente, la cadencia justa.

Tus letras bailarán sobre el azul infinito de un reflejo dorado.

Abre una botella de vino y vuelve a desordenarlo todo. Y habrá un momento en que el ritmo de la trama cogerá tal sentimiento de unicidad que cualquiera que lo lea será incapaz de pararse.

Porque le habrás metido tu ritmo en la retina.

Y el lector sentirá que los párrafos suben y bajan, y se balancean, y giran y saltan; incluso es posible que un folio salga volando por la habitación, y planee en elegante trayectoria.

Y cuando tengas todos los folios envalentonados con tu ritmo frenético, te deslizas en plan despiste a tu habitación, agarras la grapadora, te escondes detrás del pilar del salón, esperas a que paren a beber agua, y ¡zas!, los atrapas con una buena grapa para que bailen todos juntos.

El resto de sus días.

José Miguel Ridao dijo...

Desde luego, Aurora, é una poca vergüensa esta luna que tenemos, le falta guiñarnos un ojo y sacarnos la lengua.

Bonita entrada y bonita foto, veo que te has gastado dinero en la cámara...

Un abrazo.

Máster en nubes dijo...

Driver, guapo, si sigo tu sistema acabaría más lunática de lo que estoy, mejor un poco de serenidad y orden al escribir al menos... que es ya lo que me faltaba ;-). Bon voyage, a la vuelta os veo.

José Miguel, menos mal que tú también te has dado cuenta, hombre por Dios, que no se puede ir así...ni en Alajar ni en la Sierra de Madrid, que no son formas...
Un abrazo.

Javier Sánchez Menéndez dijo...

A mi esta luna me pone cachondo, un montón.

¡Si hablara!

Máster en nubes dijo...

No hablará, Javier, que luego es discreta, aunque sea descarada y tan sin vergüenza.
Hala, un abrazo