Bitácora de Aurora Pimentel Igea. Crónicas de la vida diaria, lecturas y cine, campo y lo que pasa. Relatos y cuentos de vez en cuando.

martes, 27 de enero de 2015

Otro tipo de signo tatuado a fuego

Aunque dicen que nuestros jóvenes españoles forman la generación más preparada de la historia, yo no lo creo. Creo que es la más titulada, pero no la más preparada. Ya lo siento.

Su desconocimiento e ignorancia, unido a la apatía y al egoísmo de las generaciones precedentes a las que yo pertenezco -es la "economía" lo que cuenta, dejemos la universidad y las escuelas en manos de ineptos- hacen que los eslóganes viajen muy rápido.

Así se explica que muchos repitan y crean ingenuamente que vivir en este pedazo de tierra es una especie de salvaguardia. Léase ese "España no es Venezuela" o que en Europa estamos a salvo de lo que sea. Olvidamos así que muchos gulags estuvieron en suelo europeo que en el tiempo están aún más cerca que el espanto de los campos de exterminio nazis.

Hoy, 70 aniversario de la liberación de Auschwitz,  quizás convenga recordar que el horror es siempre posible, y que no hay nada que lo detenga si no nos creemos capaces de él. Y, en consecuencia, vigilantes siempre personal y colectivamente.

No hay un escudo protector. La libertad siempre cuesta. Los cristianos perseguidos y exterminados en Irak o en Nigeria, los venezolanos aplastados, etc., etc., etc.  Si alguien cree que esto no puede suceder de nuevo, que no está sucediendo de alguna manera, aún diferente, por supuesto, y que uno puede llegar a ser víctima, pero desgraciadamente también silencioso o hasta activo cómplice, creo que se miente.

Junto a ese "yo soy nazarena", por ejemplo, quizás convendría tatuarse a fuego otro tipo de signo que nos recuerde lo fácil que es para cada ser humano deslizarse por apatía, comodidad o ingenuidad, también por miedo, hacia el papel de los que hacen posible el horror o, mirando hacia otro lado, consienten. Aquí o donde sea. 

http://youtu.be/brC0yW0J1B8



1 comentario:

Anónimo dijo...

Estamos tan seguros de nuestra seguridad que nos situamos por encima de cualquier tipo de consecuencia negativa. Soberbia. Somos una sociedad soberbia e ignorante. La peor combinación para llegar a lo que ni por asomo, se espera.

Y nadie ha comentado. Impresionante. Todo nos da igual.