Bitácora de Aurora Pimentel Igea. Crónicas de la vida diaria, lecturas y cine, campo y lo que pasa. Relatos y cuentos de vez en cuando.

miércoles, 27 de julio de 2011

Piel (Tacto en verano,1)

Pieles arrugadas de tanto estar en el agua. "Niño, que salgas ya, que te estás quedando morado".

La piel de los ancianos, cada vez más fina, descolgada, más delicada, pecas y manchas que avanzan.

En el verano somos más conscientes de que el tiempo pasa. Niños que de un año a otro crecieron, padres que de repente se hicieron viejos. Nosotros mismos, el tacto cambia.

Nivea hidratando que intenta luchar contra el efecto de la cal que deja la piel como un rinoceronte o un elefante.

La textura más propia del verano, la original, es la de la piel humana, frontera que separa y une, diferencia e iguala.

2 comentarios:

Juan Carlos Garrido dijo...

A la vez, el verano es el momento en el que el tiempo parece suspendido y la realidad juega a congelarse, a despecho del calor, en esas instantáneas que han de adornar la memoria.

saludos.

Máster en nubes dijo...

Pues sí, parece que se para, y a la hora de la siesta (si estás trabajando) uf, ya cuesta...