Bitácora de Aurora Pimentel Igea. Crónicas de la vida diaria, lecturas y cine, campo y lo que pasa. Relatos y cuentos de vez en cuando.

sábado, 2 de julio de 2011

Es gratis (No ofendes mi fe, sino mi inteligencia, ¿sabes?)

Meterse con la iglesia católica, criticar a los católicos, especialmente a los curas, -hoy los malos más malos, todos siempre pederastas-, venga o no venga a cuento, se trate de lo que se trate, está de moda, no cuesta nada. Es más: es totalmente gratis. Nadie va a decirte nada. Nadie va a contestarte.

En algunos ámbitos supuestamente culturales, de creación artística, es quizás un paso diría que obligado en este país. Forma parte del examen de iniciación, de diplomatura y de grado. Se lleva, es in, una condición que forma parte de las troncales, un tic constante se trate de ficción o ensayo.

A mi me parece que se suele unir a esta crítica, y siento mucho decir esto, el más profundo de los desconocimientos o ganas, al menos, de documentarse, de saber de qué se habla. Creo así que la crítica de antaño, con fundamento y conocimiento, con base, ha dejado paso a la más fatal ignorancia y, encima, arrogante, sentando a menudo cátedra.Tengo la sensación por tanto de que no es una crítica seria, que las hay (las había) en otros lados y muy interesantes. Porque hoy habitualmente de lo que se trata es de un latiguillo, de un eslogan o una gracia que forma parte del guión sabido y esperado: hay que meterse con lo católico como coda, inicio o final de algo.

Si te ofendes e intentas explicar que quien habla quizás no sepa y comete errores de órdago a la grande -no quiero pensar, por Dios, que se mienta a conciencia o por simple mala baba y sectarismo, por odio, es totalmente impensable- eres un facha, un extremista, un retrógrado, no tienes sentido del humor, no eres dialogante.

Perlitas de Huelva que dejo a los lectores de esta bitácora:

-Idea para un guión: se atribuye en plena década de los 70 en España la utilización de una sabana con apertura para la introducción del miembro masculino en un matrimonio católico, y en concreto, del Opus Dei. Cuando explico que esa sabana existió (yo la he visto en museos textiles franceses, por ejemplo) y que me parece que dejó de utilizarse en el siglo XIX como tarde, se me dice que seguro que hay fanáticos que la siguen usando en España. De verdad, ¿alguien se cree que solo en este siglo de luces y progreso hayamos sido capaces de descubrir, por fin, el sexo y que nuestros ancestros, abuelos o padres fueran o sean unos pazguatos en lo que se refiere a esto?

-Otra idea para un relato. Se sitúa a finales del siglo XIX a la Inquisición. Y si no la había, es lo mismo, porque los tribunales "siguen igual, como la policía, todos comprados al capital, a los fachas, a la iglesia y demás, son todos iguales".

-Se atribuye –literal- “el enriquecimiento con la muerte a los católicos porque son quienes entierran y no incineran”: es decir, la inhumación debió de empezar con San Pablo, y los egipcios y otros pueblos -griegos, romanos, judíos, por decir solo unos cuantos- debían enterrar pero por otras razones, tócate esa.

-O, en otro caso, se esgrime la oposición a la “muerte digna” de la iglesia, los católicos quieren que nos jodamos y que suframos porque sí: debe de ser que los camilos, un ejemplo, o tantas órdenes y, más que órdenes, personas individuales que han acompañado a bien morir, con lo material y lo espiritual, son insignificantes.

Estoy harta, verdaderamente hasta el alma. Pero no voy a agachar la cabeza ni en una clase, ni en una librería, ni en un bar, ni en Urueña, ni con amigos o colegas en ninguna parte. Y por supuesto que me tomo personalmente esto, claro. Precisamente porque es mi cabeza de lo que se trata, es mi inteligencia a la que se ofende con semejantes papanatadas y chorradas. Por eso me enfado tanto.

10 comentarios:

Jesús dijo...

¡Bravísimo, bravo, muy requetebravo!

Fcº Javier Barbadillo Salgado dijo...

Las creencias religiosas son cuestión de fe...y ahí no hay nada que objetar. Se cree o no. Otra cosa es la historia. Pero, como bien dices, para opinar o criticar sobre un tema histórico -como puede serlo la trayectoria de la iglesia católica- hay que estar bien informado.
La anécdota y el comentario tomado con pinzas y de oídas están a la orden del día. Afectan a todo, también a las críticas al catolicismo. Si bien es cierto que la iglesia católica ha tenido sus aciertos y errores, no es menos cierto que una parte de los católicos son auténticos revolucionarios sociales que sacrifican incluso sus vidas por un mundo mejor para todos. Entre ellos, admiro personalmente (sin incluirme en sus creencias) a los católicos de base y la teología de la liberación. Son la primera fila, la vanguardia, la inspiración de aquello esencial en el cristianismo: el amor al prójimo.
Bueno, Aurora, perdóname por el rollo. Entiendo perfectamente tu postura, pero piensa que por esa situación también se pasa en otros ámbitos...por ejemplo, en el ecologismo (a veces tan denostado por quienes menos lo conocen).
Un abrazo.

Máster en nubes dijo...

Suso, ya hablaremos, guapo.

Javier: gracias. De rollo, nada. Y desde luego que pasa lo mismo en otros ámbitos como dices.

JC, no sé si me has mandado el enlace por esto, si es así, gracias.

Anónimo dijo...

Pese a lo que muchos piensan la crisis de Occidente no es una crisis de fe (basta ver en cuanta majadería cree la gente) sino una crisis de la razón. El personal ha perdido la olla.

Anónimo dijo...

Un texto valiente. Bravo, Aurora!

Irene dijo...

Aurora,

Yo creo que no sólo pasa con la religión, sino con muchos otros campos. Me da mucha rabia que, para ser considerado un "librepensador" tengas que "pensar" de una determinada manera. Al final esa supuesta libertad de pensamiento es seguir al rebaño.

Yo creo que la fe, es simplemente eso, fe. Y deberíamos utilizar el pensamiento racional para no dar opiniones y especular con argumentos a la ligera, sólo porque se espera que pensemos de una determinada manera. Estoy totalmente de acuerdo con lo que dices, y el asunto da para un debate muy amplio.

Un beso,

espero verte pronto,

Irene

Máster en nubes dijo...

Anónimo, de acuerdo.

Sara, gracias.

Irene, debatiremos y hablaremos, te espero en Urueña, hablamos.

Javier Molina Palomino dijo...

Querida Aurora:

Suscribo palabra por palabra tu comentario. Hemos llegado a un punto en que defender en público tus argumentos requiere de mucha valentía. Como dice Suso: ¡Bravo!
Pásatelo bien en Urueña.
Un abrazo.

Olga Bernad dijo...

El problema es que casi todos, funcionamos con cuatro clichés que nos interesan o nos simplifican el panorama. Esa simplificación perversa no la sufren solo los católicos, sino muchos otros grupos de personas. Lo cierto es que, desde determinadas posturas, se es incapaz de hablar de fe con respeto y un mínimo de conocimiento, como desde otras es imposible oír hablar de ecologismo, feminismo o progresismo sin ridiculizarlo o destacar solo sus errores (o sin usar esas palabras directamente como insultos). De más joven, pensaba que era falta de empatía, que el diálogo ayudaba y blablabla. Tengo por comprobado que no es un problema de empatía sino de generosidad. De real gana, vaya: al otro, ni agua. Y los católicos no están tampoco libres de pecado en ese aspecto.
En fin, buen verano.

Máster en nubes dijo...

Javier, no sé si bravo, la verdad, no estoy yo muy contenta de esto. Pero es que estoy harta a veces,y me enfado. Un abrazo, a ver si hablamos.

Olga, estoy de acuerdo, de generosidad desde luego, pero también de no ponerse "a piñón fijo" y como un latiguillo, y claro que pasa en todas partes. Un abrazo, guapa.