Bitácora de Aurora Pimentel Igea. Crónicas de la vida diaria, lecturas y cine, campo y lo que pasa. Relatos y cuentos de vez en cuando.

lunes, 5 de enero de 2009

Noche de Reyes


Una de esas noches en las que se duerme mal. Inquieta. A los 6 años. Y a los 47 también.

¡ Qué emoción!¿Qué me traerán los Reyes?

Mucho se ha hablado, con cierta guasa, sobre las diferencias entre Papa Noel o Santa Claus y los Reyes Magos.

Soy partidaria de los últimos. Y no sólo por tradición o por educación, por ser española.

Creo que la tradición de los Reyes, lo que les rodea y el significado que pueden tener, es distinto.

Si. Traen los regalos, "como" Santa Claus, pero no es igual. Para nada.

Cambian muchas cosas que acaban por dar otro sentido a los regalos. A la noche de Reyes. Y a la mañana de Reyes. A más.

Al final de las vacaciones

El día 6 de enero llegan los Reyes Magos. Listos hasta en la fecha.

Si viene Papa Noel el 24 por la noche ya sabemos que hay tiempo de discutir por los juguetes, muchos días por delante. De pelearse. De cansarse incluso de lo que te han traido.

Nuestros Reyes llegan al final de las vacaciones. Un día o dos para jugar es suficiente. Muchas madres saben el follón que sería si vienen antes: las casas son pequeñas y a veces no hay casi ni sitio.

Se hacen esperar los Reyes, y cuesta a veces un poco

Estupendo. La espera es fundamental. En todos los sentidos de la palabra.

Esperar con esperanza.

Esperar con paciencia y tiempo.

Esperar con expectativas y deseos. (¿Quién le dice a un niño que baje sus expectativas?)

Nada que ver con Santa Claus, todo más inmediato. Plaf. Y ya está aquí el tipo gordo y de rojo, al segundo día de vacaciones, nada más empezar la Navidad. Poco educativo. Eso sí, muy actual. Muy de nuestra cultura: lo quiero y lo quiero ya.

Santa Claus, Papa Noel, son paradigmas de la sociedad del ya.

Nuestros Reyes lo son de la espera. Esta noche están ya aquí. Ya queda menos. Queda nada. Ay, qué emoción que me entra. Mira que hemos esperado.

Creyeron ver una señal, la siguieron

Unos textos que interpretan unos pobres hombres. Creyeron leer en el cielo. Vieron una estrella. Hay tantas. Pero la siguieron. Con paciencia y constancia. Nada que ver con Santa Claus, por Dios.

Échale desierto y viaje incómodo, por muy Reyes que fueran... aunque pensándolo bien...

En compañía

En compañía vienen los Reyes Magos. Son 3 hombres. Bien pensado... Vaya juerga ¿no?

Yo me los imagino un poco asustados para empezar. Así como muy claro a dónde iban no lo tenían. Y a la vez, pienso que se lo pasarían bien, por eso de que 3 hombres, por muy sabios y magos que sean, juntos y a cierta edad, que no eran unos muchachitos, te lo puedes imaginar.

La que se tenía que armar en la tienda tras cenar. Que si yo he traído un licor de Persia que está estupendo, que si las mujeres de mi país son las mejores, que si os cuento un chiste. Lo normal, digo yo.

Mejor siempre en compañía. Nos apoyamos mejor unos en otros.

Otra importante lección y diferencia.

Santa Claus viene solo: se lo pasa francamente peor, -no entiendo el jo, jo, jo, ese- porque los renos serán muy majos, y son 8, una multitud, pero ningún animal es una persona. Ni conversación ni tabaco le dan al pobre.

Que no me comparen 3 en cuadrilla a un tipo que viene solo.

El regalo, los regalos.

Una diferencia más. No puedo generalizar porque sólo hablo de lo que conozco, los Reyes que vienen a mi familia y a familias de amigos.

Y no sé por qué, quizás porque son Magos de nuevo, no te traen siempre lo que tú pides.

No exactamente.

Hay pequeñas variaciones, sorpresas a veces.

No es justo el modelo de la Nancy o el coche teledirigido que pediste. O no son los 3 juguetes que describiste tan bien en tu carta. Son 2 y luego una cosa que ellos quieren, no lo que has pedido tú.

Se podría pensar que los Reyes Magos -al menos los de mi familia- son más tontos que Papa Noel que trae exactamente lo que le pides.

Que son peores o injustos.

Que no se enteran y no leen las cartas que con tanto esmero escribimos.

¿Para qué escribir entonces?

Las cartas

Esas cartas suelen empezar con un relato breve de lo buenos que hemos sido este año, por eso de que así nos merecemos lo que pedimos. Cartas más o menos sinceras, lo intentan.

"Me llamo Pablito, no he pegado a mi hermano. Bueno, dice mi madre que un poco. He hecho los deberes casi a la primera. Así que os pido la Play para casa de la abuela, el balón para la de mis padres y en casa de la madrina el barco pirata"

No creo que las cartas de nosotros, adultos, difieran mucho en el tono, a veces casi ni en el contenido.

Deseos, nuestros deseos. Los de cada uno,

Qué queremos, qué pensamos que queremos, que nos gustaría. De corazón. Lo que de corazón deseamos.

Los Reyes leen todas las cartas. Con mucha atención y cuidado.

Les encanta que les pidamos.

Pedir es un acto de humildad, de fe y esperanza. Hay que pedir. Vaya que si hay que pedir. Por pedir que no quede. Con ilusión siempre. Faltaría más.

Porque los Reyes, sabios como son, con tu carta bien leída -hasta entre líneas-, te traen lo que saben que tú necesitas de verdad, con lo que vas a jugar más contenta, más contento. Siempre. Sin duda alguna.

A veces es una variación mínima, ya digo.

No es una muñeca bebé, sino un muñeco bebé y lo demás, pues igual a lo que pedías.

Jugando

Una leve desilusión a veces por la sorpresa o variación. Nada: dura unos segundos. Apenas. Y se va.

Un vistacito a lo que les han echado a tus hermanos y amigos ." Mmmm, a ver si me gusta más lo que ellos tienen y mira tú que podía habérmelo pedido". O también, que alguno hay así " voy a ver si se lo birlo un ratín".

Los niños no son tan distintos a nosotros, bien lo saben los publicitarios.

Pero en menos que canta un gallo, se acaba jugando y feliz con lo que te traen.

Los niños saben que no hay que perder tiempo. Sólo son dos días antes del cole. Y hay que aprovechar.

¡ Qué bien y qué listos son los Reyes que nos traen siempre aquello con lo que vamos a jugar mejor! ¡Son más majos los Reyes Magos!

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Y luego dicen que Santa Claus o Papá Noel son lo mismo que los Reyes.

Amos, anda.

Pues eso, buena noche de Reyes. Que duerman los que puedan. Y los que no hayan escrito la carta, a correr. Una cosa es que sean Magos y otra que no se lo pongamos más fácil.

¿Se enterarán que me cambié de casa? ¡Ay que no me acuerdo si puse las señas nuevas!

2 comentarios:

Modestino dijo...

Que los Reyes te pongan muchas cosas, Master.

Deliciosa entrada: sabe a chocolate de ternura, vainilla de nostalgia y mermelada de esperanza.

Anónimo dijo...

Aquellas almas infantiles abrieron sus regalos.
La sensación de estreno bailó entre las nubes remasterizadas del Planeta.
Las dimensiones del Sistema Solar, de la galaxia lechosa, inabarcables a la mente.
Tan sólo éramos un lugar azul y acuoso donde los sueños se despliegan.
Flotamos en la Galaxia y somos un puntito de vida.
Un oasis de oxígeno, nitrógeno y argón.
Sin forma definida. Ni color.
...
Aire y agua flotando en el universo.
El material con el que se construyen los sueños.
Los átomos de la ilusión.
...
Aquellas almas infantiles abrieron sus regalos.
Y nos erguimos curiosos.
Oteando estrellas.