Bitácora de Aurora Pimentel Igea. Crónicas de la vida diaria, lecturas y cine, campo y lo que pasa. Relatos y cuentos de vez en cuando.

sábado, 29 de noviembre de 2008

Más sobre mujeres ratón II) Carta de una desconocida

 Con este frío que hace hay que buscar cobijo cerca de una mujer ratón. O en la literatura. O en la chimenea. O en las tres, si se puede.

 Las mujeres ratón, decía, son aquellas que sin ruido construyen hogar. No en el sentido real, que también, en torno a ellas, en su propio corazón, allí donde otros nos podemos sentar cómodamente. Dan calorcito, reúnen a veces restos que nadie quiere, y de repente te encuentras ahí prendida de ellas y con las pantuflas en el sillón que te han puesto. Tan ricamente. 

 Dan paz las mujeres ratón, aunque a veces, porque no son tontas, planteen alguna batalla que otra. No se van a dejar ganar el terreno que con tanta paciencia han roído: años trabajando a la sombra y tras la despensa. Hacen bien. 

 Hay muchos tipos de mujeres ratón en cualquier caso. Las hay risueñas y cantarinas, las hay más serenas y tranquilas, incluso coquetas, pero no frívolas. Y a veces pasan rachas: más alegría, menos, necesitan respirar y no pueden hacer ni croquetas. No pasa nada. Sabemos bien que las mujeres ratón son eso, y no nos sorprende su debilidad, nos acoge también. La debilidad acoge si se muestra con naturalidad. Hay algunas historias muy tristes sobre mujeres ratón, conmovedoras, que no siempre acaban bien.

Jane Eyre, prototipo de mujer ratón sobre la que escribí, termina bien, pero hay otras que no. La vida no siempre acaba bien. O lo que a nosotros nos parece bien. Y no pasa nada. Bueno, sí, pasa, pero gracias a eso, leemos cosas magistrales o vivimos en carne propia algunos momentos que no pedían un final feliz, sino triste, con una tristeza suave y hasta cálida que nos conforta. 

 "Carta de una desconocida," la novela de Zweig, es un caso de mujer ratón tan bonito, de tanta delicadeza, que como Jane Eyre vuelvo a leer una y otra vez. Me encanta. La película de Max Olphus sobre la novela es otra joya. 

De nuevo esa actriz de "Rebeca", Joan Fontaine. Delicada, suave, etérea, enamorada hasta los tuétanos desde que era una niña de un músico mujeriego y, peor, frívolo. (Perdón, pero es que además Louis Jourdan era un cursi, y da el tipo cursi fenomenal). Ni a los pies le llega él a ella, ni puede sospechar, ni imaginar, ese amor fiel y constante de ella, tan secreto. 

Ese es el milagro de algunas mujeres ratón que aman a quien no les merece. Bien pensado ¿alguien merece a alguien? No sé, pienso que nada es merecimiento, todo es don y gracia. En el amor de las mujeres ratón también. En el amor en general también. 

 No, no voy a destripar ni la novela ni la película. Día hoy estupendo para leer y ver buen cine. Stephen Zweig es un autor genial, y antes de que El Acantilado volviera a publicar (casi) todos sus libros, mi tío Paco y mi padre me descubrieron al autor. Y con él a esa mujer ratón de mirada tan tímida y corazón tan fuerte que es Lisa, finura de alma en esa Europa que no volveremos a ver hecha de música, caballeros y damas refinadas. También de dolor e injusticias, lo sé. 

 Cuando una mujer ratón se toma unos días para ella, o la vida se los da, disfruta del gran regalo de la literatura que nos hace estar menos solos, pese al acto tan solitario que es leer. 

 Hermana ratona, tu casa ya está puesta hace mucho tiempo, el fuego no se apagará porque te eches la siesta una temporada. Tienes bien hechos los túneles y el nido. 

10 comentarios:

Maripaz dijo...

Master, que bien describes a la mujer raton ...

Pienso que la vida esta llena de "mujeres raton" y que llenan con su amor cada amanecer de las personas que les rodean

Me encanto la peli,la he visto varias veces

Por aqui, nieva sin parar...acabo de abrir la ventana y grabar a unos niños que jugaban con la nieve ...Se lo estaban pasando "pipa"
Invita como tu dices a leer y ver buen cine
Un saludo

Anónimo dijo...

Las mujeres ratón, que tan bien describes, seguramente necesitan una soledad sonora. Soledad de quien sabe no está sola. Esa soledad es reconfortante. El silencio es un bálasamo para que la mujer ratón no se desoriente y no se equivoque de alacena. Y desde el silencio sólo escucha los sonidos que su memoria retiene, los que su recuerdo ha querido atrapar, sólo esos.

No hay mujer ratón sin amiga ratón.

Pasaba por aquí... Pedazo de blog.

Anónimo dijo...

He observado que cuando la mujer ratón sufre un ataque directo, se convierte en la mujer Gandi, y deja pasar la tormenta.

No suele ser violenta.

Pero en la tranquilidad de su habitáculo, ordena las huestes, atrinchera los ejércitos, desarrolla estrategias, reorganiza las defensas, prepara no uno, sino varios planes.

Y permanece en silencio.

Llega el día de la gran batalla. El ejército atacante establece sus cabezas de playa, sitúa sus destructores, asfalta las pistas de aterrizaje, y se va a dormir tranquilamente.

Y cuando las estrellas brillan en la madrugada, cuando el sueño es profundo, aparece la mujer ratón y le corta la cabeza al enemigo con el cuchillo de cortar el pan.

Sin remordimientos.

Al día siguiente esta mujer sigue con su vida tranquilamente.
Tras ganar la batalla con el mínimo esfuerzo.

El esfuerzo de los ratones inteligentes.

Aunque a simple vista no lo parezca.

Máster en nubes dijo...

Pues sí, Maripaz, proliferan las mujeres ratón, hay muchas. Aquí sigue nevando, está precioso.

Anónima mujer ratón, no sé si soy ratón, quizás más bien topillo...

Driver, algunas mujer ratón son pacientes, sí, y zas, esperan su momento, no se acaloran. Otras no, les es difícil.

Esta tarde me voy a ver a Viggo Mortensen con amigos, un western y Viggo ... y amigos. Tengo suerte.

Anónimo dijo...

Que usted lo disfrute mucho... todo... la amistad... Viggo... y la película.

En León dejó de nevar... en la capital.

Anónimo dijo...

... ah... yo no quiero ser mujer ratón, no... intuyo que su alma está hecha de mucha soledad. Y a veces no esa soledad sonora...

... mi abuela estaba hecha de esa soledad sonora... pero no fue una mujer ratón nunca, fue una mujer-niña que siempre esperó con ilusión el TODO. Y le fué concedido un día... tan en silencio...

... yo quiero ser como ella.

Anónimo dijo...

Yo no soy nada ratón, me temo y eso que siempre quise ser alguien así, crear y dar paz a los que nos rodean.

Pero, por suerte o desgracia soy ruidosa y con alma de cigarra.

Así que el libro de Zweig me produjo una sensación de rechazo.

Sobre otros arquetipos de mujer, aborrezco el tipo de Bovary o Karenina.

Una sugerencia: Monólogo de una mujer fría, de Manuel Halcón. En muchos aspectos, superado por el tiempo, pero de recomendable lectura.

Y, sí, es cierto, no todo acaba bien y, en realidad, no tiene porqué.

Pienso que es, más bien, una deformación de nuestro mundo actual en el que la bondad o la maldad se mide mediante un parámetro de éxito o fracaso que es, en el mejor de los casos, más que discutible.

Un saludo.

*** Aquí en TGN no nieva, pero está desapacible e invernal. Hace frío.

Máster en nubes dijo...

¡Que decepción la peli! No está bien... Le sobra media hora, el tema era bueno, pero le falta ritmo, qué pena...

Ana, las mujeres ratón no tienen por qué estar solar, ni ser solitarias.

Pepa, veré tu sugerencia. Como tú no soporto a Madame de Bobary, Ana Karenina en cambio me gustó mucho, creo que es de lo mejor escrito sobre el adulterio, y la peli con la Garbo me encanta.

ME has dado tema con lo del éxito y los finales felices, gracias. Sí, es una deformación fundamentalmente yankee, creo...

sunsi dijo...

Atrapada por tu relato de la mujer ratón, Máster del Bolao.
Una bellísima descripción que puede confortar y sentir el calor de la chimenea y las pantuflas desde la distancia.

Alguna mujer ratón seguro que hoy ha pensado que no se ha eqivocado de madriguera y que no todo trabajo precisa de ruido y que a veces se vive y otras veces hay que pararse para saber por qué y para qué se vive.

Aunque la vida no sea exitosa ni todo lo contrario, como dice Pepa.

Cada cual, en su madriguera; cada quién, con el tempo que le marca su ritmo vital... ni mejor ni peor: el suyo.

Máster, guapa, que te voy a cantar aquello que dice no sé qué cantante (me temo que cursi) "Contigo aprendí..."

Besos

Anónimo dijo...

Os animo a ver "El amor en los tiempos de cólera", adaptación de la novela de García Márquez, con el Javier Bardem, música de la Sakira, o como se escriba, paisajes sudamericanos, el ritmo lento del paso del tiempo.
Para los que les guste "la realidad mágica", con un toque de sociología, pasión y narrativa descriptiva.

Guionazo.

Preciosas las escenas del Bardem escribiendo cartas de amor por encargo, en un mercado a los lugareños.

La plumilla rasgando el papel.
La descripción de sus conquistas.
La persecución a su amada a través de más de cincuenta años.

En una palabra.

Cine.