Me gustan las historias y cuentos de fantasmas además de las de mujeres ratón o las desconocidas. No sé si creo o no creo en los espíritus, en los fantasmas, pero sé que me encantan, como le gustaban a mi padre.
El primer cuento de fantasmas del que tengo recuerdo es "Cuento de Navidad" (A Christmas Carol) de Charles Dickens. El fantasma de las Navidades pasadas, presentes y futuras se deja caer en casa del roñoso Mr. Scrooge y le muestra su soledad, otra vida posible, la alegría del que comparte, la frialdad del que murió rico.
Es un cuento para leer otra vez al llegar las Navidades, a muchos niños, a pesar del miedo que a veces pasan, les encanta. Y hay varias películas preciosas. En una, transformada en musical, Sir Alec Guiness aparece como espectro, verde y con cadenas. Está genial, aunque la mejor película es otra en blanco y negro.
El segundo, quizás fue el primero, ya no me acuerdo, es "El fantasma de Canterville", de Oscar Wilde. Me lo regaló mi padre, sabía bien lo que me iba a gustar. Es un libro genial. Ves a esos americanos pragmáticos y descreidos aplicando el quitamanchas pinkerton a la terrible mancha de sangre de la mansión que compraron; al fantasma hecho polvo por el poquísimo respeto que le tienen; y esa mujer joven, muy joven, capaz de deshacer el hechizo. Creo recordar también una película en blanco y negro, muy antigua. Esa mezcla magistral de humor, melancolía y algo importante que decir que siempre tiene Wilde.
Hay muchas más.
No me gustó nada "Ghost", me pareció cursi, pero en cambio me encanta "El fantasma y la Señora Muir", una película de Mankiewicz con Gene Tierney y Rex Harrison que para mí tiene una gran delicadeza y poesía.
Pienso también como Mulán, la heroína de Disney, como en tantas culturas y religiones, que nuestros antepasados, las personas a las que quisimos mucho y nos quisieron tanto, velan por nosotros, nos guardan de alguna manera que no llegamos a entender.
Si algo queda es lo que hemos querido, el amor que nos han tenido. Para siempre, más allá de la muerte.
Aparece el fantasma de un abuelo, roto el corazón, legionario, valeroso y se esfuma de repente. Con él, la charla constante de su mujer. ¿Sabía Vd. que yo he visitado al Papa? Las manos quemadas por los rayos X de otro abuelo, a su lado una mirada azul y mandona de mujer. Se desvanecen los cuatro y dan paso a unos jóvenes alegres y bromistas, mis tíos muertos en la guerra, ninguno superaba los veinte años. Entra una niña que siempre fue niña, otra más que no reconozco.
Siempre la huella del dolor, constante y al final ya suave, forma parte de la vida, de la familia.
Más fantasmas.
Aparece mi tío contando chistes, fosforito hasta el fin, el caballo lo dejó al lado, menos mal, estaba demasiado gordo, pobre caballo. Su hija también aparece, ella también vela por sus hijos, seguro.
Mi padre y sus manos, tan calentitas, la chaqueta de punto, el libro siempre abierto, los ojos verdes.
Mi hermana, sin palabras, ruiditos de niña eterna, de nuevo no quiere que le corte las uñas de ninguna manera.
Todos se esfuman de nuevo, pero todos están.
No tengo miedo.
Desearías que la tierra les haya sido leve, muy leve.
Rezas por ello, por ellos.
Aunque a algunos sabes que no les hace falta.
Pasitos cortos siempre, andar titubeante y sin embargo tan firme, te echamos mucho de menos todos, Luisa.
Le pedí al sacerdote que vistiera de blanco, aceptó sin reserva alguna. Blanco y gerberas de colores.
Regalo, dulce carga. Mira a ver si tú nos guías ahora.
In God's own time we shall meet again. Lo leí en un cementerio inglés. Lo espero.
9 comentarios:
Formidable también este post... no es que esté hoy pelota, es que es verdad.
Cuanto de sí da el buen cine.... y la buena litaratura, claro.
Gracias, Modestino, muchas gracias.
Sí, tienes razón, el cine y la literatura son estupendos temas, te explican mucho mejor las cosas que un ensayo, te las cuentan.
Y la poesía ni te cuento. Buen post el tuyo hoy de Quevedo, qué bonito poema.
"Otra vuelta de tuerca" de Henry: quizás la mejor novela de fantasmas.
"El Resplandor", inquietante final con la foto en la pared...
Buen post
Hola, Máster. Paso del ratón a los fantasmas.
Hoy, más vivo que nunca, el recuerdo de mi suegro en los momentos de agonía. Una agonía dulce, si es que se puede calificar así una agonía. De cuando en cuando abriendo los ojos , mirando a su Virgen y haciendo un esfuerzo para que se notara el agradecimieto.
Es la única vez que he estado junto a la cama de alguien que se va. Por eso la memoria es tan nítida. Aún tengo los pies helados del frío que pasé en el cementerio de Huesca.
Pensé que yo querría morir así. Pero luego pensé que morir así no es una lotería, es el resultado de una vida digna, honrada y dedicada a Dios y a los demás.
A veces los muertos despiertan a los vivos
“Mi padre y sus manos, tan calentitas, la chaqueta de punto, el libro siempre abierto, los ojos verdes. Mi hermana, sin palabras, ruiditos de niña eterna, de nuevo no quiere que le corte las uñas de ninguna manera”.
Me has emocionado. Y no es fácil.
¿Me permites que les mande un beso?
Suso, me encanta "Otra vuelta a la tuerca", es uno de mis relatos favoritos, también me lo regaló mi padre, le encantaba a él.
Gracias por venir: siempre estás en casa de una amiga aquí, ya lo sabes.
Rspecto a "El resplandor" me da tal miedo que no lo puedo resistir. O hay más gente en casa o no puedo ver la película de marras sola. Soy super miedosa para películas de miedo. Hablaba
de fantasmas más... suaves, ligeros, cercanos. Pero es una gran peli, lo sé. Pero no me gusta pasar miedo. ¿Alguna otra novela de fantasmas se te ocurre... que no den mucho miedo?
Sunsi, lo mismo te digo: quien viene como amiga como amiga se le recibe siempre.
Sí, la buena muerte es algo impresionante. Es una suerte lo de tu suegro. Pero a veces, sólo a veces, enfrentarse a ella no es sólo cuestión de cómo se ha vivido. He visto a gente con unas agonías terribles, mal llevadas, y eran muy buenas. Esto es un poco como Diálogos de Carmelitas, no sabes cómo vas a reaccionar, no puedes decir que toda persona que muera "bien" es porque ha vivido "bien". Hay gente que vivió "fatal" y luego acepta la muerte con calma y suavidad. No sé, es mi opinión, seguro que me equivoco.
A mi me da miedo la muerte en soledad, no sólo el dolor físico, la soledad.
Lumroc, es también una casa de una amiga virtual, sientete cómodo tú también y tus amigos o amigas. Siempre.
Ayer escribiendo lloré como una magdalena. Así que entiendo que otros se emocionen... pero...
No sé si te acuerdas si has visto Ice Age hay un corto de la ardilla esa que se muere -casi- y se va al cielo... Naturalmente ve el cielo y a Dios en plan ardilla: Dios es la gran bellota. Está a punto de tocar "la gran bellota", se acerca a la luz, se acerca, se acerca y de repente... "plas", le devuelven a la vida y a la tía le entra un rebote del 10. Creo que está en youtube, te puedes morir de risa.
Lo digo porque me encanta que la gente se ría, y me siento mal si te hice pasar un mal momento.
Gracias por el beso, lo reciben y lo devuelven. Los besos de los niños Síndrome de Down no son unos besos cualquiera, asumo que lo sabes.
Te mando esto además -a ver si se pega- porque creo ver que quizás te guste. Los emails de un centurión. http://www.newsweek.com/id/44402/page/1
No estoy per se a favor de la guerra, ni nada de eso, pero ver lo que un joven marine escribió es bonito. Este joven marine.
Máster, es cierto, no había caído.
Ese último momento es una incógnita. Ese último momento es el único que traspasas absolutamente solo.
Un abrazo
Si, Sunsi, pero no sólo el último momento en el sentido de qué será de nosotros y cuál será el "juicio" de Dios sobre cada uno. Es posible que eso lo atravesaremos solos... o con la Virgen de la mano... y alguna gente que digo yo que saldrá en defensa de muchos.
Yo decía antes...
El momento de la muerte, la agonía, no es algo como "automático" en función de cómo has vivido.
Pienso que depende mucho de muchas cosas: si estás solo, acompañado, si te sientes rodeado de cariño, si tienes muchos dolores o no, y es, también, además, una gracia de Dios el de la buena muerte que no es sólo que nos pille en Gracia -que es el mayor-, sino también que el tránsito nos sea más "llevadero", menos díficil.
Fijate tú que a su Madre Jesús no le hace pasar ese tránsito agónico... ese simple tránsito no se lo hace pasar como al resto...
Me encantaría pensar que quienes fueron buenos y se "entrenaron" bien ... tienen una buena muerte en el sentido de una agonía más llevadera. Pero no es así siempre.
Hay personas que se aferran a la vida porque es muy humano, y les cuesta mucho irse y se juntan muchas cosas de las descritas arriba.
Lees cosas de personas que atienden a moribundos y entiendes la rabia o la desesperación de mucha gente al morir. Y no es que sean malas o hayan vivido mal o ni incluso que no crean en la otra vida... es que es otra cosa.
La Madre Teresa lo cuenta, si encuentro dónde te lo mando...
Saco una conclusión, Máster. Ni la vida ni la muerte son como una fórmula matemática que es correcta cuando está bien planteada. Creo que hay matices que no dependen directamente de nosotros mismos, de habernos aprendido cada paso para que la fórmula salga bien.
Observo por tu perfil que tenemos la misma edad. Y creo que alguna experiencia nos ha descubierto que nuestros puños, sólo nuestros puños, no derrumban casi nada.
Ante la expectativa de la muerte pienso en mi entorno. En mi marido -si es que él va a estar todavía- en mis hijos, en mis hermanos, en mis amigos... Deseo que hagan piña y me recuerden en este momento que veré la cara de mi Padre Dios,que en ese tránsito lo primero que encontraré es la mano cálida de la Virgen, que me hablen de Esperanza, que me den los mismos consejos que darían a una niña asustada cuando pasa de los brazos de su madre a otros brazos todavía más amorosos.
A mí sí me da respeto la muerte. Y admiro a la gente que te dice que no, que es sólo un trámite.
Si me dices dónde lo cuenta la Madre Teresa, lo busco.
Muchas gracias.Espero no haberte dado la brasa, como dice la tropa.
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