Bitácora de Aurora Pimentel Igea. Crónicas de la vida diaria, lecturas y cine, campo y lo que pasa. Relatos y cuentos de vez en cuando.

sábado, 25 de octubre de 2008

Cor Meum Vigilat (Vida Perra III)








El Sagrado Corazón de Jesús vela esta casa.

Así lo cree mi ama.

Pero mientras ella duerme, y con permiso de Jesús, que no le importa que seamos dos, yo también la guardo.

Sábado soleado, día de cocina, soy una perra feliz, algo me caerá.

Pero mientras que se despiertan, yo aquí estoy atenta a cualquier ruido. Organizo mis batidas nocturnas a eso de las 3 o 6 de la mañana. Salgo del cuarto y compruebo que está todo en orden, vuelvo a él y si no protesta -aunque proteste también- me subo muchas veces a su cama.

Mi corazón de perra loba sabe cuando estar más atenta. Este verano, por ejemplo, convivimos con una niña como china, una niña eterna, diría yo. La niña tenía un horror creíamos que invencible a los perros. Fui mansa como un corderito. Pudimos hacer una foto de la niña eterna paseándome. Enviamos la foto a sus hermanos que pretendían venir en peregrinación. Lo llamamos "El milagro de Carnota", mi ama está escribiéndolo en gallego, como si fuera un romance medieval.

Les contaré aún más. Antes de las vacaciones se vino a pasar una temporada a casa una amiga de mi ama. Estaba machacada de salud. Esta casa es como un spa para mucha gente. Me quedé días enteros debajo de su cama mientras mi ama se iba a trabajar. Al volver ella siempre estaba yo ahí: dándole el parte de la enferma. Durmió o no durmió, comió mejor o peor.

Mi corazón y el de Jesús, ama, vigilan, te vigilan y velan tu sueño, tu vida también.

Mira que hemos bajado y subido montes las dos. Tú con mapa, por si acaso. Pero a veces lo mapas no reflejan toda la realidad. Y nos encontrábamos con un regato que no esperábamos. O con una cerca que no se podía abrir. En el primer caso tú eras la que no podía cruzarlo. En el segundo era yo. Así que dábamos la vuelta hasta encontrar un lugar por donde ambas pudiéramos pasar.

Acuérdate del Pindo este verano, subiéndolo con Conchita, ella te decía "la perra no se pierde, siempre encontrará el camino". Y entre los matas de helechos , brezos y tojos salía yo cuando ya pensabas que no iba a aparecer. Lo mismo pasó en Irati hace un año.

Tranquila, mi ama, será igual ahora, siempre es así.
Sigue tu "nariz católica", te comentó alguien hace ya muchos años.
Donde el corazón te lleve, te dijo Javier.
Con el de Jesús y el mío vigilantes estás.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

gracias olimpia por tanto corazón, grande y brillante!! que tengas buen sabado culinario, seguramente estaras alli al lado de tu ama esperando delicias de coté...mmmm que bien huele... bon apetit!!

Toi dijo...

Pero a veces lo mapas no reflejan toda la realidad

qué buena frase, master

Anónimo dijo...

Sagrado Corazón de Jesús en vos confío. Siempre lo decimos en casa al salir de viaje aunque sepamos que contínuamente está con nosotros, velando por nuestra vida.

Supongo que nunca está de más en estos tiempos que tanto olvido provocan.

Máster en nubes dijo...

Hola, cordobés, ¿Vas bien? Te mando un abrazo, ¿os llueve? Aquí un día espléndido: todos los arces enanos rojitos rojitos, daba gloria verlos...

Anónimo dijo...

Son estupendas esas devociones tan entrañables y sinceras. No hablo de besuquear estampas de santos, sino de esa piedad honesta y humana. Esa actitud de confianza y de humildad. De alegría y de tranquilidad.

Máster en nubes dijo...

no es piedad, es necesidad pura y dura... de nuevo, hablaremos compañero... hablaremos.