Bitácora de Aurora Pimentel Igea. Crónicas de la vida diaria, lecturas y cine, campo y lo que pasa. Relatos y cuentos de vez en cuando.

miércoles, 9 de septiembre de 2009

Contra


Contra lo que se piensa, en el pedir no todo es tan malo. Se acaba cogiendo cierto gusto a veces. Depende también de cómo vivas. Hay algunos que viven en un piso, una casa o una chabola, y salen a ver qué les dan como otros van a la fábrica o a la oficina. Aunque Mario el Cantinflas, que en paz descanse, Nati, el Jaime, la Pelas y yo, los que hacemos el barrio, hemos sido siempre de los que parcheamos durmiendo en la calle, en un banco de madera o de los otros, en alguna pensión a veces, en casas abandonadas o de conocidos cuando nos hacen un hueco y, si no hay más remedio, en un albergue. Eso es lo que cansa más, el cambio de sitio, no saber dónde dejar tus cosas de cuándo en cuándo, el tener que pensar dónde esta noche si hace mal tiempo o hay problemas, no tanto el estar pidiendo.

También nos movemos con el frío o el calor, algunos bajan a la costa cuando llega enero, otros al revés, prefieren el sur en verano porque dicen que hay más gente y se gana más dinero. Y los hay que toman vacaciones de verdad, se van a la playita unos días y lo dicen hasta cuando piden: "Buenas tardes, señora, ¿ya volvió del veraneo? Yo también me cogí unos días, sabe Vd., me fui con mi hermano a Alicante".

Hay entre nosotros quienes tienen estudios y hasta carrera. Un negro muy negro, que masculla para sí más que habla y que luego va pegando gritos por la calle para espanto de quienes no lo conocen, sabe de todo. Viene de muy lejos, pero no es de África. Se para con la señora esa de ojos azules y nariz de caballete, la que nunca lleva abrigo en invierno, la madre de la de la perra, y mantienen unas conversaciones extrañas donde ninguno se entiende, pero ellos, los dos, se hablan y se entienden.

16 comentarios:

Rumbo fijo dijo...

no tiene nada que ver con las preposiciones (que por cierto, comentamos mamarrrg y yo que esperamos con impaciencia) sino con uno de tus regalos: me ha encantado "un lugar seguro"

Besitos*

María dijo...

"Hasta carrera"... por las calles de Salamanca te encuentras en ocasiones a un hombre que tiene 4 nada menos. Hay mucha leyenda urbana con este tema pero según se cuenta en la ciudad, éste es hijo de gente adinerada. Un lumbrera. Que perdió la cabeza "de tanto estudiar".

Y no es el único. Hay mucha gente en la calle a la que la vida le ha dado una patada o, al revés, han sido ellos los que le han dado una patada a la vida...

María dijo...

Aurora... ¿y "cabe"? Que me acabo de dar cuenta de que falta...

Javier Sánchez Menéndez dijo...

Te debo una llamada, contra.

Máximo Silencio dijo...

LA pobreza puede esperarnos a la vuelta de la esquina... El problema es no saber aceptar la situación e intentar soliviantar el problema...

Esta serie da mucho que pensar, con ese toque realista y tan... No se como explicarlo.

Saludos Aurora.

Capitán dijo...

Decididamente, la capacidad de adaptación del ser humano no tiene límites.

Un saludo

sarracena infiel dijo...

Pensado, pensando descubrimos la frágil línea que nos separa y lo extremadamente fácil que es caer del otro lado y perder el hábito de la "socialización" (naturalmente, en el sentido de hombre como ser social)

Así pues, atenta la mente (D.- dixit)

Con Dios.

Driver dijo...

Me encanta la gente que tiene sentido de la proporción.
...
Voy a la iglesia, más tembloroso que un flan Dul, a charlar un rato con mi JEFE.
Despacho con ÉL un rato y me las piro.
A la salida, una mendiga me pide para comer.
Espoleado por las instrucciones del día del JEFE, le suelto 20 pavos.
Me mira extrañada y me dice:
"Eso es mucho; dame cinco, que con eso como hoy".
...
Mendiga pero proporcionada.
Justa.

Máster en nubes dijo...

Rumbo fijo, no sabes lo contenta que estoy con tu blog, venga, adelante, adelante. Si te soy sincera he regalado "Un lugar seguro" varias veces, pero yo todavía no lo he leído, qué vergüenza. Te mando un beso de tía adoptiva.

Rocío, otro día cuento lo del profesor zoologo jubilado de la universidad que enseñaba el Botánico y luego te pedía la voluntad porque pasaba hambre. Y lo de "cabe" es que un cultismo, creo, pedí el otro día que si alguien me daba un inicio con la preposición que no sonara rara pues que yo la seguía y la metía...
Un abrazo, salamanquesa (va de broma ;-)

Javier, contra más tardes, más te amenazo con retenerte al teléfono con lo poco que te gusta (también, es broma). Un abrazo.

Antonio, te estoy buscando lo que te dije, pero no sé si lo voy a encontrar en la red, si no, te lo fotocopio y te lo envío donde me digas (lo tengo en italiano yo, se puede leer perfectamente).Un abrazo.

Sí, Capitán, uno se adapta o se resigna o lo que sea a lo que sea... Saludos a ti y a la reina mora ;-)

Pepa, sí, eso pasa, es muy fácil todo, cruzar la línea, moverse entre ellas, ir cayéndose poco a poco sin darse cuenta, en fin.

Driver, la justicia, su sentido de la proporción, de la mendiga me impresiona, pero también la desmesura de otros. Cualquier desmesura del corazón, a veces hasta vital, me llega al alma, esta tuya y muchas otras financieras y no financieras ;-) de otros también.

Es muy español, pero ten cuidado: no te vaya a decir alguien que no hay que dar 20 euros. Un abrazo, eres, eres, eres... eso, Driver, no hay más que decir.

Gracias por leer, muchísimas gracias. Escribo porque lo necesito, no puedo pasar un día sin ello, pero también es cierto que si hay gente al otro lado que lee y le va gustando, ya es eso, la desmesura ;-), la desproporción total, la caraba. Muchas gracias siempre.

sunsi dijo...

"Cabe" pensar que que me parieron en la calle..." Aunque es poco probable que la mendiga de tu historia se exprese así... Sin embargo el negro... tal vez el negro o el que le pegó una patada a la vida porque quería otra y buscándola lo atrapó la calle... Aquél... que brilló tanto que deslumbró y al final no había un lugar para él, "contra" todo pronóstico. "Es superdotado..." decían en la escuela. Y jamás supo desenvolverse en un entorno encorsetado. Ahora, en la calle, escribe versos... Son el obsequio reservado a quien le da para un bocadillo, vino y tabaco de liar...

Aurora... yo conozco una historia como ésa. Pepito. Un día te la cuento. En paz descanse.

Besos. Me gusta mucho cómo recitas las preposiciones...

Olga dijo...

A veces la intemperie es una cosa muy real, pero en cualquier circunstancia existe la necesidad de comunicar algo, no llegamos a ser islas nunca. Aunque la sociedad nos haya dicho "no" (o nosotros a ella) buscamos al otro... "Y mantienen unas conversaciones extrañas donde ninguno se entiende, pero ellos, los dos, se hablan."
Sí.

Aprendiz dijo...

Vi en un reportaje como uno de tantos negros que vemos por las calles, decía que en contra de la voluntad de su madre había vendido la casa para poder venir con ese dinero a España en busca de esa "oportunidad" que antes de llegar creen que hay. Como era de esperar para los que sabemos como son las cosas en realidad, ahora se ha visto en un país desconcido, alejado de su familia, con su madre que le ha retirado la palabra, tirado en la calle, y no sólo sin la posibilidad de regresar a casa "con las manos llenas", sino que ni siquiera tiene la posibilidad de regresar a casa.

Máximo Silencio dijo...

Auroa, si quieres puedes mandarme eso a antonioriverodiaz.1993@gmail.com. De todas maneras tengo el libro, y me lo voy a leer...

Saludos de nuevo

Máster en nubes dijo...

Sunsi, oído cocina, tenía un mendigo que no era ese sino otro, medio perfilado, y lo voy a meter de lleno, pero ¿no es ahí mas que preposición verbo ese "cabe"? Da gusto con mi ángela protectora del lenguaje (y los laísmos, ay Dios, no sabes que enraizados los tengo)

Olga, Olga, que es que esto sí que son afinidades sensitivas ;-), por ahí va la historia, creo, a posteriori, no era para nada intencional. Es luego cuando he escrito algo cuando luego lo leo... y me doy cuenta de los ecos, de las resonancias y de las coincidencias. Un abrazo, con un vino delante mejor todo esto ¿eh? O tú un whiski ...

Aprendiz, siempre bienvenida, sí, hay muchas historias así, incluso para los que "saben cómo son las cosas" que también se encuentran con alguna sorpresa que otra en esta vida, con la simple mala suerte. A veces no hace falta ser negro ni venirse en patera creyendo algo, esperando un cambio a mejor. Un abrazo.


Antonio, si lo tienes, no tiene sentido alguno que yo te lo mande, era porque me parecía interesante que lo leyeras precisamente porque dentro del libro "Las pequeñas virtudes" de la Ginzburg está el ensayo corto ese del mismo título dedicado a explicar por qué es importante la pasión -o varias- por algo y educar o transmitir o al menos respetar y no machacarlas.

Y cómo eso, que es parte de la educación, es más importante que educar en el temor o en esas pequeñas virtudes, estupendas, pero secundarias como el ahorro, el orden, etc. Y luego algo que la Ginzburg, tan delicada ella dice sin compasión, precisamente: cuando olvidamos eso generamos un "ambiente" pobre, triste, ralo, especialmente si nosotros no hemos sido fieles a una pasión, si la traicionamos.

En fin, no sé si te he contado el final y te he machacado el texto donde la Ginzburg lo explica tan bonito... y tan contundente en el fondo.

Gracias a todos, de verdad, no sabéis lo que ayudan los comentarios para pensar y escribir. Y más cosas, por supuesto.

sunsi dijo...

¡Coooorcho! Claro que es un verbo...Gracias Máster.

María dijo...

Volviendo a "cabe". Es una preposición compleja. Es cierto que está en desuso. De hecho, pensando sobre ello no se me ocurría nada para comenzar con ella... me venía a la cabeza la forma verbal: "cabe decir" "Cabe pensar"...

Pero igual, aprovechando el tema de las carreras universitarias podrías empezar el post con una especie de poema lanzado al aire ("Cabe la fuente encontré una muchacha...") por un mendigo que un día tuvo una vida llena de libros, que estudió... no sé...

A lo mejor es una tontería...

Besos