Bitácora de Aurora Pimentel Igea. Crónicas de la vida diaria, lecturas y cine, campo y lo que pasa. Relatos y cuentos de vez en cuando.

miércoles, 19 de noviembre de 2008

La mesa de Vermeer


Pesa un quintal. La llamo así porque es holandesa y me recuerda a esos cuadros de Vermeer, con esas superficies limpias de casas, sol tímido que entra y reposa sobre la madera.
El sábado pasado la cargaron André, angoleño, como el personaje de "Diamantes de Sangre", casi dos metros de fuerza, y Rodolfo, paraguayo, silencioso. Se quedaron a comer los dos, fuimos once a la mesa y cinco nacionalidades distintas, buen modo de estrenarla para su función original: mesa de comedor. Antes la tenía en mi despacho.

André y Rodolfo sudaron tinta china con ella, qué menos que compartir con nosotros lo que había, además del lógico pago por el porte. Se fueron con un apretón de manos y el corazón un poco más caliente. Las lentejas, la carne con champignon y el el vino ayudaron, la compañía también, espero.

Es una suerte poder tener una mesa en la que caben tantas personas, lo sé.

Es bonito que la gente te sonría con cariño, ese mismo que pones en abrir tus puertas, delicadeza y alegría al aceptar la invitación.

Lo de menos es lo que se va a comer, aunque siempre es divertido pensar qué vas a poner, qué le gusta a cada uno, siempre se quiere agradar.

Espero a Ana y Anina, a Manolo, a muchos más.

El sábado sube Claudina a cocinar mano a mano, alguien más caerá. El domingo seremos doce, algunos repiten. Bienvenidos siempre.

Marta, estás en tu casa y no tienes ni que avisar. Además, me vas a ayudar a restaurar varios muebles.

La mesa de Vermeer me gusta sin mantel, así es como luce mejor, el sol dándole en los brillos y en las heridas, en ellas también.

Madera fantástica parece, tengo que enterarme cuál es.

11 comentarios:

Anónimo dijo...

Master... no ta haces idea del calor que dejas en nuestras almas simplemente por saber que en tu casa se nos espera.

Infinita gratitud.

Anina está emocionada con Olimpia... ¡si vieras cómo se le abrieron los ojos cuando os vió!.

Emoción por los amigos que nos salen al encuentro.

;))

Ana.

Máster en nubes dijo...

Oye, con tu amable aceptación vía correo a la mía y tu primer gracias tan sencillo y directo era suficiente!

Infinita.. nada, seguro que lo pasamos bien. Habrá más niños casi seguro, me caen creo que 4 este fin de semana.

Elige tú el/los día/s, ya sabes, yo tengo menos problema.

Y sí, por supuesto que emoción, me encanta que veas que la amistad es algo tan natural que brota sin aspavientos, fluye. Cuando las cosas fluyen van bien, pienso.

Me encantará teneros, pero de huesos de jamón a Olimpia ¡ni se te ocurra! ¿una perra con hueso de jamón? Ni que fuera millonaria...

Anónimo dijo...

Pedazo de mesa, pedazo de casa, y pedazo de dueña, si señor.

Estaré encantado de ir, espero que pronto, para conocer ese maravilloso sitio en que estás convirtiendo esa casa, y conocer gente nueva, me hace mucha ilusión.

Gracias por inivitarme.

sunsi dijo...

Pedazo de mesa, Máster. Será la envidia de la comarca. Color nogal oscuro... parece. Preciosa. Así, tal cual, sin cubrir y sin nada encima.

Una mesa. Parece mentira lo importante que es. Si no, es imposible reunir a tanta gente. La mesa grande invita a esas sobemesas animadas, que empalmas con la merienda.

La mía no es tan bonita ni tan grande... pero no está mal. Un buen tamaño.

Tantos recuerdos, conversaciones, alguna discusión... alrededor de la mesa...

Besos, Máster

Máster en nubes dijo...

¡Soy feliz! Ya tengo toda la cocina instalada...! La lavadora lava, la nevera va estupenda, el lavaplatos lo acabo de poner de prueba...!!!

Manolo, ya me dirás si eres de los que come de todo o tienes alguna preferencia. Luego yo haré lo que me venga mejor, ja ja (es broma).

Sunsi, la envidia no sé, pero que los pobres André y Rodolfo la tuvieron que bajar desde un tercero a pulso y juraron en arameo, eso sí sé.

Luego quedamos tan amigos por eso de la comida, pero si les dejo ir sin aperitivo ni lentejas todavía se estarían acordando de la mesa y de mí.

Maripaz dijo...

Master, eres una matriarca y estupenda anfitriona...

Abres las puertas de tu casa y de tu corazon con tanta naturalidad...

La mesa, me parece una preciosidad...

Un abrazo

Jose dijo...

Hombre, no está bien eso de autoinvitarse pero si viviera cerca lo haría para compartir buena mesa y compañía.

Máster en nubes dijo...

Maripaz, guapa, gracias. Tengo que consultarte algo, si puedes me envías tu correo que lo he perdido.

Jose A., qué le vamos a hacer que viváis en Alemania. A tus hijos les encantaría la casa de madera que me ha dejado la propietaria en el jardín: como de Hansel y Gretel. Claro que si son chicos a lo mejor prefieren los árboles... (una niña tienes sólo no?). Por supuesto, any time, hacemos rutas con pájaros de la comarca...

Maripaz dijo...

Master, te mando mi correo : laika48@hotmail.es

¡Ah! y un beso

Anónimo dijo...

Sigo pensando que la madera de la mesa es de roble, aunque no descarto el nogal o la acacia.

Por cierto, el sábado por la mañana recojo enmarcados los dos cuadros de que te hablé. Ya los has visto en foto, de modo que espero que te encajen bien en la casa.
Si quieres, me acerco a comer o tomar café y los colgamos. También te llevo los bafles de que te hablé y los probamos.
¿Hace falta más vino tinto, o probamos con un cava? La otra vez (cena carnotiana) no os acabó de gustar el Juvé i Camps, ¿me equivoco?

besos y gracias por todo

Anónimo dijo...

que mesa master!! da una perspectiva que parece un "way to heaven" a la mujer del cuadro... una belleza. me alegra saber que el sabado la tocaremos y usaremos, una vermeer total y nosotros otro tanto!! muchos besos a olimpia, que mañana se los damos en vivo y directo (que bien escribe, igualita a su ama ;-)