Bitácora de Aurora Pimentel Igea. Crónicas de la vida diaria, lecturas y cine, campo y lo que pasa. Relatos y cuentos de vez en cuando.

lunes, 14 de septiembre de 2009

Mediante



Mediante el juego o bebiendo el tiempo se pasa antes, todos lo sabemos.

Pero, por prudencia, si pides, no debes de beber alcohol delante de quienes te pueden dar dinero, especialmente si eres una mujer. Una mujer bebiendo en la calle produce mucho rechazo, más que un hombre. Luego les cuesta más, te dan menos, no sé qué pasa, aunque hay excepciones, claro. Hay gente que entiende que bebamos como beben ellos, pero lo normal es que no guste, es como si no nos pudiéramos tomar una cerveza, ginebra o un tinto en público.

En nuestras manos una botella o un tetra brik que no sean de zumo o coca cola parece la confirmación de que estamos aquí porque queremos y que el dinero es para el vicio.Y algunas personas lo del vicio en los que pedimos lo lleva muy mal. Ellos pueden beber, pero que lo hagamos nosotros no gusta nada, tendríamos que ser todos abstemios, y sólo beber cuando tienes algo detrás: casa, trabajo, mujer o marido, amigos, dinero o posición, si no, no hay premio.

También otros piensan que algún vicio, algo malo, tuvo que pasarnos para que estemos ahí, pretenden que merezcamos de algún modo estar en la calle, buscan el rastro del mal comportamiento. Es como si así se tranquilizasen, pero en el fondo al final no quieren que el vicio se vea tanto, prefieren que quede oculto, en silencio. Que haya como una justificación, vamos, pero no que la mostremos.

Y la mayoría sienten que su dinero es inútil si nos ven con vicios que ellos pagan. Piensan que nos dan para vivir, no para el vicio, como si éste no formara parte de la vida, ni tampoco de sus vidas.

Lo mismo ocurre con otras cosas, se ve a pocos de nosotros darse un beso, un abrazo, meterse mano, en público, claro.

Que nos queramos o nos gustemos, que nos deseemos o nos busquemos, tanto da, choca a veces. La gente piensa que todo eso para quienes vivimos en la calle pidiendo no existe, o, si existe, que es distinto, más sucio y oscuro que lo que se da entre ellos. Pero hay líos entre nosotros, parejas que se hacen y se deshacen, hombres o mujeres que buscan sólo compañía, algunos amor, otros un cuerpo, hay dinero de por medio, a veces ganas simplemente, y luego soledad, tristeza y mucho miedo, también hay mucho miedo. De todo hay, como entre quienes nos dan, pero en nosotros sin casa fija a menudo, y sólo con más suciedad por fuera quizás, pero todo lo demás igual por dentro. Por dentro siempre es igual, yo creo.

4 comentarios:

María dijo...

"También otros piensan que algún vicio, algo malo, tuvo que pasarnos para que estemos ahí, pretenden que merezcamos de algún modo estar en la calle, buscan el rastro del mal comportamiento. Eso es como si así se tranquilizasen"

Es un pensamiento a mi entender que funciona como mecanismo de defensa... porque si a todos nos puede ocurrir el vernos en la calle, mal asunto. Por eso lo atribuimos a algún vicio, a alguna maldad, que los ha llevado a la calle.

Curioso: Mediante no era una de las preposiciones que yo estudié hace años...

Un abrazo!

Jesús Cotta Lobato dijo...

Se me acaban de caer de los ojos con esta entrada varios prejuicios que yo no sabía que tenía. Un beso.

lolo dijo...

¿Por qué no pueden ellos beber, jugar o descansar?
¿Qué nueva tabla de medir porque son pobres?

También yo tengo prejuicios. Me los veo delante como elefantes.

No se es pobre por méritos ni deméritos, igual que no se es rico por nada de esto.
Y buscamos amor, compañía de la misma forma sucia, o limpia, que ellos, que todos los hombres.


Es muy fuerte esta serie, Máster.

Máster en nubes dijo...

Rocío, claro, es un poco ese afán de justificación casi como anglo, aunque por estos lares no vamos mal ,de querer encontrar la razón por la que nos caen los males, unos u otros. Y la estupidez esa de si eres bueno y haces las cosas bien, -te portas bien, no fumas, haces ejercicio, etc.etc.etc- Vd. tranquilo que en la vida le va a ir bien, de merecimiento ese extraño, no sé cómo explicar esto.

Y "mediante" lo añadí porque de la primera escritura a lo que he ido sacando me había comido muchas preoposiciones y luego he reescrito casi todo tres o cuatro veces. Gracias por leer, muchísimas gracias Rocío.

Cotta, joé, no te cuento los prejuicios míos que eso sí, cambian, mudan, pero permanecen muy estables y hondos. Leeré más tu Topicario, no creo que ya cambie pero por lo menos estaré avisada y divertida, un abrazo.



Lolo, guapa, en fin, elefantes y lagartijillas, a veces las lagartijillas son más insidiosas, se ven menos pero se meten por dentro. Un abrazo, en fin ¿ya no estás de vacaciones, verdad?

Muchas gracias por leer.