Bitácora de Aurora Pimentel Igea. Crónicas de la vida diaria, lecturas y cine, campo y lo que pasa. Relatos y cuentos de vez en cuando.

viernes, 28 de mayo de 2010

Lelas (Como son mujeres... / Como somos mujeres...)


Creo que escribí sobre esto hace año y medio. Pero el lema, aún en crisis, sigue siendo “A la liberación por la Visa” o eso parece. Fui a la peluquería el martes y leí unas cuantas revistas femeninas. ¿Está España llena de snobs y cursis o son solo imaginaciones mías? No doy crédito. No puedo entender cómo las heroínas hoy son un cuarteto de mujeres muy limitadas de cabeza, corriendo detrás del primer par de pantalones que se les pone delante, derrochonas y con trabajos imposibles ¿Se puede ser columnista en un diario y vestirse cada día con un modelo carísimo diferente? Vamos, hombre. Me refiero a “Sexo en Nueva York” pero, por extensión, a la deriva de estupideces, al perfil de mujeres de las que hablan y salen en los medios –femeninos pero también “generalistas”- de modo casi preferente. Pero, además, no puedo entender el éxito de la serie, ni de la película, entre las propias mujeres. Y no es que piense mal por sistema del llamado chick lit (literatura para mujeres) tanto en libros como en películas. No es el género literario o cinematográfico lo que critico, es el contenido.

Personalmente no me parece mal escribir, por ejemplo, novelas de amor "para mujeres", se puede hacer bien, regular o fatal. Se puede hacer “literatura para mujeres” de modo consciente o inconsciente, por lo visto leemos más las mujeres. Me es igual la intención o el por qué, es el resultado lo que cuenta. Creo que se puede tocar un palo, uno solo, el que sea, muy bien, o incluso tocar ese palo –en literatura o en cine- con profundidades diferentes, desde el más ligero al más hondo, hay muchos ejemplos. No pienso que sea un desdoro para nadie escribir “para mujeres” o tener mujeres lectoras o como audiencia preferente, que les guste más a ellas. Lo que no puedo soportar son dos cosas que se dan mucho a veces, se mezclan, con esto del “género” y “géneros”.

Una, es esa queja que, por ejemplo, pudimos ver hace unas semanas en la reunión de un plantel de escritoras muy leídas, por cierto, en Mujer Hoy del ABC, donde flotaba algo que está omnipresente, que se saca en cualquier conversación a veces y no siempre con justicia: el sentimiento de discriminación. Pero ¿qué me están diciendo Vdes.? Pues no será por las editoriales ni por los lectores que tienen. Otra cosa será la posible y tan humana envidia de escritores hombres que quizá venden menos y no publican tanto y se meten por sistema con quienes venden (sean hombres o mujeres). Pero eso es otra cosa que pasa, como a los ricos, a los que tiene suerte en el amor, a los guapos, etc.: es por envidia, no por ser mujer, de Murcia o de Albacete por lo que algunas personas quieren hacer el vacío o minimizan el éxito ajeno, me parece.

El otro tema que me pone de mal humor es el elevar la más absoluta nada al rango de icono, de ídolo, o sea, la estupidez al cuadrado, que es lo que es “Sexo en Nueva York” donde, por cierto, si mal no recuerdo la serie, se dedicaban más tiempo al modelo o los zapatos que al sexo. Tras un par de capítulos te quedabas pensando ¿Pues ese es el sexo que hay en Nueva York? Perdóname, pero a mí me parece que tenéis un empacho del Vogue más que de sexo. Quizás sea sustitutivo, es una idea.

Creo, en definitiva, que se puede hacer comedia romántica o películas destinadas a la audiencia femenina –a propósito o porque da la casualidad- que no sean lelas y que, además, convendría no esgrimir la discriminación de género (sexo, vamos) por sistema cuando alguien tiene o no tiene éxito. Nancy Meyers y Nora Ephron, por poner dos ejemplos, tocan el palo de la película comedia para mujeres con inteligencia la mayoría de las veces. Yo no espero que la gente sea siempre un maestro, Ford o Cervantes, cuando voy a ver una película o leo. Sólo pido que no se sean bobos al escribir un guión o una novela y no nos tomen por tontos a quienes leemos o vamos al cine.

Y, por último, me parece que cuando no se tiene éxito en estas áreas, y lo tienen otros, otras, o sí se tiene, no es cuestión de parapetarse ni en “es que como somos mujeres”… ni tampoco en “es que como son mujeres”. Creo honradamente que hoy no ha lugar ni de un lado ni del otro habitualmente. Lo digo como lo pienso.

10 comentarios:

Olga Bernad dijo...

Tendré que ver Sexo en Nueva York (dos personas cuya opinión me importa me lo habéis nombrado muy seguido) pero me da tal pereza... Además, como no tengo pasta, no creo que la liberación me llegue muy a su estilo.
Hay mucha confusión con eso de la "literatura para mujeres", igual que con la discriminación. Por lo poco que conozco del mundo literario, me da la impresión de que la discriminación va más por grupos que por géneros. De todas formas en reflexionar sobre estas cosas se gastan energías irrecuperables. Lo importante sigue siendo hacerlo bien, me da igual que me escriba una mujer sobre mujeres o un hombre sobre marcianos, como lectora quiero que me descubra algo (no América, siquiera un matiz;-), que sea un placer leerlo, que me haga pensar y, si no es mucho pedir, que no me mate de aburrimiento.
Y que no se manosee el victimismo de ningún tipo. A veces es incluso cierto, y usarlo demasiado le quita un poco su verdad.
Si alguien guarda todavía un registro especial para el insulto, la crítica o incluso el ninguneo hacia la mujer, eso hay que echárselo a la espalda.
Yo procuro leer con la cabeza lo más limpia posible. De hecho, si alguien no me cae bien, espero a que se me pase, no quiero juzgar lo que escribe nadie por una declaración a un periódico (que quizá ha sido tergiversada) o por cualquier otro motivo. Al menos soy consciente de que, cuando vuelco sobre los demás mis prejucios, pongo una cortina de humo que asfixia el texto. Procuro no hacerlo.
Es muy limpio tu planteamiento, Aurora, y muy valiente.

José Miguel Domínguez Leal dijo...

Más que "liberador" o feminista me parece que el estereotipo que transmiten estas series y revistas es machista en su esencia, pues ofrece el tipo de mujer que agrada a muchos varones: muy arreglada, muy femenina y de entrepierna fácil.
Un abrazo.

El alegre "opinador" dijo...

Mira que se me puede definir como un serie-adicto. Me bajo series (soy un ilegal) y me las veo como sustitutivo a una televisión que, por mucho que captemos más de treinta canales, sigue siendo una mierda. Sin embargo, nunca he visto ni dos minutos de Sexo en Nueva York. Me suelen aburrir las películas, series, libros y demás que tienen tanto bombo y platillo en su presentación.
Lo de la "discriminación" por razón de sexo (que no de género) ya me está aburriendo bastante en una sociedad en la que la inmensa mayoría de los que no volveremos a cumplir cuarenta y cinco, vivimos con absoluta naturalidad que las mujeres manden, trabajen, y tengan éxitos por encima de nosotros. Y tampoco se nos caen los anillos por planchar, fregar, limpiar un baño y demás tareas compartidas (que no ayudar) con las dueñas y señoras de nuestra vida. En mi colegio todas, todas son jefas... Y las camisas, las plancho tan bien o mejor que mi dueña y señora. Aunque la verdad es que ella está en paro y yo sigo con mi pluriempleo y en casa, ahora, lo hace casi todo ella.
Creo que la capacidad profesional hay que separarla del sexo del profesional en cuestión.
Por cierto, si quieres ver una buena serie (es de guerra), recomiendo The Pacific. La terminé ayer y me ha parecido espectacular.
Besos.

Irenka A. dijo...

No puedo estar más de acuerdo contigo... a pesar de que yo muchas veces soy victima de este tipo de cine (Si ya nos metemos en el tema... hay veces que me apetece ir al cine pero se me quitan las gans cuando miro la cartelera). Pero ya hay veces que dices "ya basta". A mi tambien estos temas me enferman, y prefiero incluso no tocarlos... porque siempre termino por ofuscarme. Se puede escribir, hacer guiones, películas sobre lo que sea, dirigido al publico que sea. Pero una cosa es tratar temas y enfocarlos a una audiencia determinada y otra cosa es "tratar a esa audiencia" de una manera determinada. Pero el problema está más bien en la normalidad con la que se asimilan y se aceptan estas cosas.

Pero luego me alegro al ver que todavía quedan mentes por ahí con opiniones tan sensatas y sinceras.

Enhorabuena!!

Un beso teacher!!

Irene

Anónimo dijo...

Creo que un millón de años de machismo no se puede cambiar en unos años.
Una mujer y hombre son diferentes, no son iguales, gracias a Dios. pero igualarlos dandoles poder o robandolos, o simplemente vendiendolos, para mi que no es bueno.
Hay hombres y mujeres, feministas y machistas, hetereos y homos, transexuales y travestis, sátiros y ninfomanas, maricones y mariconas, abispas y abejas, abejorros y mariposas, etc... que queremos más y los tragasables y los impertinentes, los conformistas y los inconformistas y pocos más

Máster en nubes dijo...

Olga, sí, es cosa más de grupos que de géneros, a veces caes en la cuenta, aunque también planea el tema de la discriminación de una manera solapada o constante en muchos medios, en más cosas...

Yo pido también que no me aburran y es lo que pido yo también si pudiera ser, por favor, que yo no aburra... En fin. En cualquier caso NO vayas a ver la película, no les des un euro a semejantes impresentables ;-)

Máster en nubes dijo...

JM... pero si son unas cursis de espanto, son cursis, que dirían antes, hasta en cueros, que mira que es difícil serlo. ¿A los hombres les gustan tan cursis...?
Perdón, tengo una obsesión personal con lo cursi, voy a mirármelo...

Máster en nubes dijo...

Opinador, claro, siendo vasco es que sois muy dispuestos a todo, lo mismo servís para un cocido que para un planchao ;-)

Eres la segunda persona que me habla de esa serie, creo recordar. Soy adicta del Ala oeste, me encantaba también Doctor en Alaska, Fraser, y Cheers, pero son todas ya de hace años, estoy poco puesta, tomo nota de ésta, se puede ver en el pc luego, no hace falta tele.

Máster en nubes dijo...

Irene, hay películas muy buenas, mi error ha sido hablar de lo malo y dedicarle una entrada. Debería haber hablado de lo bueno que hay, que hay bastante. En fin, la próxima vez. Un abrazo, guapa.

Máster en nubes dijo...

Ay, Anónimo, que ya sé quién eres, creo... ¿sere tonta yo?, pero si llevas entrando ya unos días ¡y no caía! Pensé una vez que eras otra persona que yo conocía por tu comentario sobre pagar impuestos... y esa manera de reñirme casi, que tenía un amigo mío.

Bueno, P, que sí, que tienes razón. Que queremos más... que a veces es querer precisamente menos o lo que te dan, que ya es mucho a veces. En general y en particular a menudo. Te pones a pensar y dices ¡pero si ya tengo de todo! ¿no? Pues eso, tú sí que tienes de todo y encima una mujer y unos hijos y unos nietos ¡de quitar el sentido! (y una hija, Ch., que tiene los ojos más bonitos que yo he visto, si eres quien creo que eres...) Saludos cordiales,