Bitácora de Aurora Pimentel Igea. Crónicas de la vida diaria, lecturas y cine, campo y lo que pasa. Relatos y cuentos de vez en cuando.

miércoles, 12 de noviembre de 2008

Hacer la vida agradable / El buchito de agua


Hace un mes cené en casa de José María con mi sobrino Alberto y varios amigos que se habían pasado por Carnota este verano. Hablamos de todo y de nada. Y entre otros temas, de hacer la vida agradable a los demás en general, a quien tenemos más cerca en particular.

Creo que fue a raíz de que alguien habló del novio perfecto o la mujer ideal, ya ni me acuerdo. Pero la conclusión era clara.

Sólo se trata de hacer la vida agradable a los demás. Fundamentalmente de eso. No fastidiar, no dar la tabarra, no ser pejiguero, regañona, pelmazo, triste. Tampoco hace falta ser un lince, un tío listísimo, una mujer que siempre sabe por dónde hay que salir y hace todo perfecto. Y honradamente tampoco hay que sacar del otro su mejor yo. Salinas es un poeta impresionante pero cada vez que leo "quiero sacar de ti tu mejor tú" me echo a temblar.

Es todo mucho más fácil: hacer la vida agradable al otro.

Miré a mi sobrino Alberto que tiene, entre otras muchas, una cualidad que admiro: sentido del humor. Lo aplica a si mismo para empezar. Y luego te toma el pelo con delicadeza, gracia y mucha sutileza. A ti y al que se ponga delante.

Nada es un problema, todo es fácil. Y no porque sea superman, que no lo es, es porque tiene esa mirada amable sobre los demás. Qué importante ese mirar con amabilidad, que no es condescendencia, sino cariño de verdad. Te sientes mejor tras esas miradas, más buena. Y es el otro el que es bueno.

También miré a Nacho. Le ocurre lo mismo con otro estilo. Es capaz de tirarle los tejos a una señora gallega de setenta años delante de su santo y que todo el mundo se ría y no salgamos por pies. Por Dios, qué gusto y qué relajo respiramos esos días que compartimos casa. Gracias por venir.

Desdramatizar. Quitar hierro. Restar importancia a las cosas. Lo mejor de la familia es el poco caso que nos hacen en algunas ocasiones, con perdón. Nos hacen un inmenso favor.

Como decía Chesterton "es precisamente el hecho de que nuestro hermano Jorge no esté interesado en nuestras dificultades religiosas, sino en el restaurante Trocadero, lo que da a la familia algunas de las cualidades tonificantes de la República".

Por supuesto que en otras ocasiones es mejor que nos hagan caso. Y que parte de ese hacer agradable la vida es que nos escuchen, nos pregunten, nos hablen, nos alienten o nos consuelen. Especialmente lo último, porque la tristeza es muy mala. La tristeza es de los peores males que existen con la soledad. No digo la puntual, que es normal. Digo esa que se mete dentro del alma y no te deja.

Pero a veces también viene bien que no nos hagan mucho caso, es saludable. Forma parte de hacer la vida agradable a los demás saber no entrar a trapo. Pasar por encima, de puntillas. No es indiferencia o incomprensión, es al revés: porque nos conocen saben bien que con un poco de silencio o soledad, unas horas que durmamos o un amigo que nos llame, se nos pasará. Y te dan ese tiempo, ese espacio. Muchas gracias.

Hay gente muy sabia, quizás simplemente buena, que sabe distinguir bien cuándo una persona necesita hablar, cuándo simplemente necesita un abrazo o un beso y todo pasa, y cuándo lo que hay que hacer es poner otra cosa delante para que se olvide de un problema. Como a los niños pequeños: llora porque le quitaron el chupete, ni se lo menciones, ponle delante al teletubby, y ni se acordará del chupete. Somos iguales.

Hacer la vida agradable. No hay más. Bueno sí, pero poco más. Y si te pones a pensar puede entrar casi todo en ese hacer la vida agradable al otro, a los demás.

Hacer la vida agradable: el buchito de agua del que habla la canción del Arrebato y Antonio Vega. Muchos buchitos, diferentes buchitos de agua. Es todo. Es mucho. Me parece a mí.

15 comentarios:

Anónimo dijo...

Cuando conduzco tengo que tener cuidado con el hielo. Es peligroso. En la carretera o en el corazón.
Si te descuidas, lo pisas y puedes bajar la cuesta por el lado malo. Atravesando el guarda raíl.
...
Los cristales de hielo son puntiagudos, como los puñales; y fríos como el ámbar.
Están conformados por moléculas de hidrógeno y oxígeno. Dos y una. Como nosotros.
Somos agua, que a veces es hielo, y a veces neblina; otras mar salada.
Todo depende del sol, la mañana y los reflejos dorados.

Y somos bebés, gotas recién desprendidas.
Y niños, arroyuelos felices.
Adolescentes, ríos bravos.

Llueve y nieva.

Siendo adultos, mares azules.
De ancianos, océanos.

Creemos que cuando somos hielo, somos de piedra.
Pero nos han dado algo más.

Al darnos la vida nos dieron la capacidad acuática.

Todo depende del sol, la mañana y los reflejos dorados.

Marga dijo...

Me alegra saber que me has visitado y no entiendes, lo siento.

Me gustaría escribir por todas las personas del mundo y en todos los idiomas. A veces en los blogs anteriores puso muchas veces la traducción en castellano que no me cuesta nada hacerlo.
Tenía las dos versiones:catalán, castellano.
No sé porque razón no siento ganas de hacerlo, tu no te preocupes lo tengo en cuenta.
Luego si te has fijado escribo en castellano.
Además en mi vida diaria los profesores dictan en catalán y yo escribo en castellano.
Al leer muchas cosas en catalán para poderlas entender me las traduzco al castellano.
Pues mi lengua de pequeñita de lectura/escritura era la castella.


Entiendo que no lo entiendas.
Gracias amigo.

Máster en nubes dijo...

Pero bueno, Driver, me ha encantado... Gracias, muchas gracias.

Oye ¿pero tú de dónde sacas el tiempo?... Y transmisión de pensamientos: estaba pensando en el frío, en escribir sobre el frío. Brrrrr....

Sí, somos agua, creo que eun 80%... y las mujeres más, somos más agua que los hombres.

Margalidad, tu blog es precioso. Gracias por venir a éste y comentar. Voy a intentar leer en catalán, al principio cuesta pero luego creo que puedo entender algo, no todo.
Muy bonito lo de la pila bautismal. La de mi parroquia me encanta.

Jose dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Jose dijo...

¡Buenos días, Master! ¡Joer con el poeta camionero....! como no tiene blog, alguien se tendrá que dedicar a recopilarle todas esas perlas que nos deja aquí y allá. Sería una pena que se perdieran en las autopistas de intelné.

Máster en nubes dijo...

Se lo acabo de pedir, que me deje ponerlos todos juntos en algún lado, los que escribe en mi blog digo, Diego, por favor.

Así se pueden leer todos juntos y no hay que bucear.

El Driver es un personaje. Yo no sé de dónde saca el tiempo. Ni la cabeza para escribir lo que escribe.

Anónimo dijo...

J***, Aurora, últimamente me voy a la cama dándole vueltas a tus entradas. A ver si me dejas dormir tranquilita una noche, coño ;P.

Lo bueno de TU familia (las de los demás son un mundo cada una) es que podéis ir en pijama, alpargatas y con la cara lavada. Os sentís cómodos los unos con los otros. Eso me da mucha envidia, que lo sepas, porque con la mía tienes que poner tu mejor sonrisa y hacer que no pasa nada cuando pasan demasiadas cosas.

Eso de "voy a sacar lo mejor de ti" a mí siempre me produce miedo, pánico y terror, porque quién dice que yo quiero que saquen lo mejor de mí. Es más, qué se supone que es lo mejor de mí.

Me gusto tal cual soy, con mis virtudes y mis imperfecciones, porque ambas son MÍAS, sí mías, no tuyas ni de otros; son lo más auténtico que tengo, lo que queda de mí después de todo.

En el trabajo te tienes que comportar y poner buena cara cuando te estás cagando en la madre de tu interlocutor. Pero son las convenciones del trabajo y entran, más o menos, en el sueldo. Y si no, pierdes clientes. Así está el tema.

Pero con tus amigos, los de verdad, estás en bata y zapatillas, porque les gustas como eres, incluso con tus defectos.

Te leo aquí y allá y me doy cuenta de que es tu gran leit motiv. También era el mío, pero ahora ya ni me preocupo de ser auténtica, simplemente, lo soy (o lo intento).

Me equivoco muchas veces, otras muchas lo hago bien, pero acierte o no soy yo la que lo hace; mucho mejor que si lo hiciera un otro porque soy yo la que tiene que vivir mi vida, por eso mismo, porque es mía.

Deberías acoger un gato. Si te animas, mi hermano José acaba de acoger uno y la señora tiene más. Son preciosos. Cuando tengas uno y lo observes te darás cuenta que eres una mujer gato; no tiene nada de malo, yo también lo soy. Lo de mujer gato no te lo explico, adopta uno y averígualo ;P.

Buenos días a todos.

sunsi dijo...

Máster.¿Te importa que casque el poema entero? Salinas, el poeta de los pronombres. Y este poema me lo sabía de memoria.

"Perdóname por ir así buscándote
tan torpemente, dentro
de ti.
Perdóname el dolor, alguna vez.
Es que quiero sacar
de ti tu mejor tú.
Ése que no te viste y que yo veo,
nadador por tu fondo, preciosísimo.
Y cogerlo
y tenerlo yo en alto como tiene
el árbol la luz última
que le ha encontrado al sol.
Y entonces tú
en su busca vendrías, a lo alto.
Para llegar a él
subida sobre ti, como te quiero,
tocando ya tan sólo a tu pasado
con las puntas rosadas de tus pies,
en tensión todo el cuerpo, ya ascendiendo
de ti a ti misma.
Y que a mi amor entonces le conteste
la nueva criatura que tú eras".

Pedro Salinas, La voz a ti debida.

Despuésde este post, tan sencillo -que no simple- por la sencillez con la que expones cómo hacer la vida amable a los demás... habría que decirle algo a Salinas.

Pide perdón, pero no pide permiso. Creo que hay que pedir permiso para meterte en el interior de las personas. Y antes, mucho antes, hay que quererlas como son. Porque si no, es que no las quieres.

No sé... A mí me han hecho daño cuando alguien ha entrado a saco en mi vida. Y, en cambio, hay personas que se han ido filtrando en ella con una mirada, con con una palabra oportuna o con un silencio.

Driver... este Driver. Qué buena persona.

Modestino dijo...

Hacer la vida agradable a los demás .... vaya tema interesante y vaya lev motiv para una vida. Pero no siempre es fácil:

- No es fácil porque hay días en que andas stressado, o te delen las muelas. o estás más quemado que la pipa de un indio ... y estás en peligro permanente de faltar a la caridad con el orto ...eso sí, luego lo sientes, te arrepientes, desearías haberte callado o hablado de otra manera ... pero el moco lo has soltado.

-Tampoco es fácil porque en ocasiones es más fácil que aprendan a tratar bien los que tratan mal, pues es sólo cuestión de enseñarles, de darles alicientes ... lo complicado son aquellos que no te lo hacen agradable porque piensan que lo suyo es lo correcto: los perfeccionistas, los amantes del reglamento, los que siempre tienen la solución -única, por supuesto-, los que lo saben todo, ....

Pero da igual, vale la pena intentarlo. Gracias por tu hilo.

Anónimo dijo...

Modestino, pero qué te pasa hoy hombre, que estás un poco disléxico. Será que tienes mucho trabajo y andas con prisas, agobiado y, parece, mentalmente cansado.

Bueno, al tema, no intentemos cambiar a nadie, aceptémoslo como es. Muy bien, pero hasta cierto punto, porque yo no me resigno a que mis pupilos desprecien el conocimiento, no me conformo con los intolerantes, ni con los gamberros, ni con los maltratadores. Nunca he aceptado ni la maldad ni la ignorancia complacida y, por mucho que digáis y pateleéis, no la pienso aceptar.

Me gustan los sabios de la vida, me gusta la gente que sabe un poco de todo y me cuenta cosas curiosas (porque soy muy niña y sigo con los ojos y la mente abierta), me enamora la gente que sabe mucho y es humilde y generosa con nosotros, los ignorantes.

Y sí, sí me gusta que cierta gente entre en mi vida. Por eso mi puerta está abierta y me gusta enriquecerme a través de los otros. Ahora, no me gusta que pasen hasta la cocina y me descubran las pelusas de debajo de la alfombra. Todo tiene un límite.

En resumen, ni nos cerremos a los demás ni aceptemos que entren como elefante en cacharrería. Y, por supuesto, cuidadito con lo que metemos en nuestra casa.

Saludos a todos.

Anónimo dijo...

A veces la vida nos hace algún que otro regalo estupendo, por ejemplo cuando inesperadamente aparece en nuestra vida una persona alegre.

Personas que te hacen la vida agradable.

Y has dado con la piedra de toque que tuvo mi vida. Una persona que casualmente pasó por mi tiempo, que sigue estando ahí, y que desde su sentir alegre, le soltó a mi vida el lastre para dejarme llevar por la alegría.

Tu post me lo ha recordado. Y tu canción.

Así que desde aquí, un brindis emocionado por todas esas personas que un día se quedaron con su alegría colgadas en nuestro corazón... y que desde entonces, nos contagian con su risa.

Ana.

Máster en nubes dijo...

Patricia, te escribo aparte por correo, si no te importa, contestando a tu post tan interesante. En cualquier caso no es oro todo lo que reluce, soy un tanto pudorosa al contar cosas de familia, intento que si por casualidad leyera algún familiar algo que le atañe no se sintiera dolido personalmente jamás. Sino querido.

Sunsi, gracias por el poema, precioso. Si me encanta Salinas, pero efectivamente, hay que pedir permiso.

A veces si te piden permiso primero para decirte algo luego aceptas lo que venga de mucho mejor grado, pienso. Sin perder naturalidad y espontaneidad, creo que hay que pedir permiso también al entrar en un blog. Pensar que entras en una casa de otro, no sé. Es bonito que te inviten a casas ajenas, que te las abran, pero hay que alabar lo que de bueno hay en cada una: no es "pastoril" o jaboneo, es que creo honradamente que la gente hace lo mejor que puede cada blog, cada entrada, cada comentario. En general así lo creo.

Modestino, me das a dejar que te saque los colores si puedo aquí, lo voy a intentar con todas mis fuerzas. Acabo de comer -peor que tú seguro- y me encuentro como nueva.

Mira, dudo que lo que dices sea por ti, no he visto una persona más delicada virtualmente hablando, de verdad.

Tú haces la vida agradable a los que te leemos, de verdad. Ni un mal gesto, ni una mala palabra, jamás. Ni un mohín de disgusto, nunca. Nada. Gracias.

Ana, guapa, diste en el clavo. Que Dios nos ponga personas alegres de verdad a nuestro lado. Yo se lo pido todos los días, de verdad. Dios mío, no me mandes un cenizo, no me mandes a un triste, por favor, que no puedo, sola, sola, pero un triste de ninguna manera.

Tengo mucha alegría propia pero sé, por experiencia que no viene al caso, lo difícil que es estar tirando todo el rato del carro de la alegría sola, años.

Gracias por todas las personas que nos dan alegría, nos hacen reir, sonreir, disfrutar con una de pipas.

Ana, si tienes amigos o familiares así, pégate a ellos. Hay que rodearse de personas alegres y de cosas bonitas (de colores). Si no, no se puede hacer la vida agradable. Y tú que trabajas en salud, por Dios, que necesitáis un plus de alegría y optimismo. Que no es como un restaurante que la gente viene a celebrar... y eso que se llevan los camareros con todo el lío, pero al menos ves a gente que se lo pasa bien...

sunsi dijo...

A la que habría que sacarte los colores, además de a Modestino, es a ti. Y por la misma razón. A eso se le llama hilar fino.

Me voy chutando a buscar a las niñas u luego a Catequesis. Pero no quería marcharme sin decírtelo.

Besos, guapa

Anónimo dijo...

Fantástica aquella, cena, Aurora.
Hay que repetir, o mejor dicho, tenemos que montar otra.

Mientras, ¿te hace falta alguna ayuda este fin de semana?

Máster en nubes dijo...

Sí, por supuesto, siempre me hace falta ayuda. Hablamos. Se suben mis primos con las niñas, mis hermanos creo que también, Alvaro y no sé quién más, pero no sé si el sábado o el domingo,me da igual... Todos bienvenidos a currar o a tomar el sol si lo hay es igual. Yo me instalo mañana ya sin nevera y sin lavadora, El Corte Inglés es un desastre, pero yo estoy en plan zen... Ni me inmuto. No me voy a enfadar por la faena que me han hecho cuando pasan las cosas que pasan.