Bitácora de Aurora Pimentel Igea. Crónicas de la vida diaria, lecturas y cine, campo y lo que pasa. Relatos y cuentos de vez en cuando.

viernes, 14 de noviembre de 2008

Frío 1)


"Pero ¿esto qué es, papá?".

Mes de enero helador, esas nieblas que se instalan en Castilla, Boecillo como un témpano, teníamos que entrar en nuestra casa sin calefacción a por algo. Mis hermanos y yo no reconocíamos que era aquello: el frío ese de las casas que no se habitan. Se estaba mejor fuera que dentro.

"Esto es frío, es que no sabéis lo que es pasar frío". Tenía razón mi padre, no lo sabíamos. Ya no lo sabemos.

Las casas han mejorado mucho desde los años 60. La calefacción es un invento impresionante que no apreciamos en lo que vale.

No trabajamos en el campo donde el frío te hiela los huesos, no me extraña que bebieran tanto alcohol, que comieran tanto, era la única manera.

Trabajamos mayoritariamente en ciudades y, dentro de ellas, en oficinas, poco frío. Ninguno casi en comparación con el que pasaron nuestros antepasados y no tan lejanos. No hace tanto tiempo.

Esa galería de mi abuelo en Valladolid, casa de médico. No recuerdo un frío más horroroso que el de mi primera infancia en esa casa, alguna Navidad o Semana Santa, casi en Semana Santa peor. Ni brasero ni nada, no había allí quien parara.

Frío, hielo, escarcha, casi cuando nieva templa más.

Prefiero la nieve a las heladas.

Sentir el frío, otro frío, dentro, muy dentro.

Esas miradas heladoras de alguien, de desprecio, o de ninguneo.

Hay gente muy educada que jamás dirá una palabra más alta que otra ni perderá nunca los papeles, pero que con una simple mirada baja la temperatura del alma que la recibe. A veces hasta de toda una habitación.

Es un tipo de educación formal y fría que se puede dar. Mucha corrección en las formas, en lo externo, pero luego el cuchillo que corta, helador. No me importas, me eres indiferente, te ignoro, paso de ti, pero no me voy a despeinar, ni lo mereces. En ciertos ambientes empresariales ocurre, pero también se puede deslizar esa frialdad en otros lugares.

Subir la temperatura, siempre, cuando está baja, hasta hacer las casas habitables, acogedoras, que dé gusto estar, no hace falta que sea en camiseta, pero calentito.

Un termostato, por Dios, que hay veces que no te das cuenta si estás trajinando en la cocina que los que están en el cuarto de estar y sentados tienen un poco de frío. Tú trabajando estás a 18º bien, pero el que está mano sobre mano puede sentir frío.

Frío.

Fría.

De los peores calificativos que se pueden emplear para una persona, en mi opinión.

9 comentarios:

sunsi dijo...

Esas miradas, Máster... esas miradas opacas que te ven pero no te miran , que en lugar de ser un bálsamo abre una herida, que te hacen sentir nadie o que no pintas nada o que no vales la pena. Sólo con una mirada. Es un post tristemente real, pero si le das la vuelta te anima a mirar de otra manera.

Hay personas que tienen arrugas prematuras que no las arregla ni el colágeno. Son de mirar mucho y de sonreír. Es una forma más de amar.

Lo que te comento no es retórica, Máster. Justo ayer lo pensaba a propósito de Fathi, el senegalés sin papeles. Además de mirar con calidez, tocar. Queda un poco así... Tocar es poner la mano en la mano o en el hombro o en la mejilla. Se nota aún más el calor humano de quien lo necesita.

Gracias. A mí ya me ha subido la temperatura. Atisbo tu mirada a través de tus párrafos.

¿Saliste ayer del atasco?

Máster en nubes dijo...

mira tú, Sunsi, que me has dado la música que poner, que como se me ha ido la luz -toda, he tenido que salir a por un electricista de urgencias-, me he encontrado un perro -abandonado, te lo prometo, otro- y tengo un lío que ni te imaginas... pues tuve que cortar en seco. El veterinario está cerrado, no pueden leer el chip hasta las 5...

Eso, que gusto esas otras miradas de calor, en general, que se intuyen ¿verdad? Y los negros miran más, en general. Antes en España se miraba más...

Voy a ver si como algo, un bocata, no tengo nevera, no tengo electricidad ergo la vitro tampoco rula; paz, hace un día que me da igual lo que me caiga.

Olimpia furiosa con el inquilino temporal -un teckel- y eso que la gata la dejé para esta tarde.

Maripaz dijo...

Master, ¡ Que gran corazon tienes !

Menuda entrada que has tenido ...

Espero que se solucione pronto lo de la luz, lo del perro y todo ...

De nuevo me doy cuenta que a tu lado, no siente uno, el frio de la indiferencia ...Desprendes un calor "humano" unico

¡ ANIMO ! y un beso

Anónimo dijo...

Hablas de frío... creo que es una de las sensaciones que peor tolera mi alma. Yo no supe lo que era el frío hasta muy mayorcita ya. Y mira que es fría mi tierra.

Es tan necesario el calor, lo templado!!...Y también es tan sencillo. Surge siempre a partir de pequeñas cosas, a veces muy poco visibles, pero que ahí están, dando templanza a la vida sin apenas hacer ruido.

Yo recuerdo las zapatillas calentitas que nos preparaba mi madre cuando llegábamos del cole en invierno... ¡qué sensación!
... un simple detalle... y tan calentito!!!
ERA VIDA PLENA... AQUEL CALOR.

... Luego supe de la frialdad. La frialdad lo mata todo. Nada en tí sobrevivirá si el frío persiste en tu entorno, si su presencia heladora se le pega a tu alma, si los ojos que te miran no saben transmitir calor.

Una vez conocido el frío, sientes dormir la vida y cuando al final despiertas, sólo una cosa queda clara... ya nunca dejarás de caminar tras el calor. Entonces es cuando comienza la búsqueda, el salir hacia otros lugares más cálidos, hacia el calor de otras vidas. Comienza un nuevo viaje...

... y siempre, con el recuerdo de aquellas zapatillas calientes. Porque yo, yo sí se lo que es el calor.

Me encantó tu post.

Saludos, y que sea un estupendo fin de semana. Y muy calentito...

Ana.

Máster en nubes dijo...

Gracias Paz, eres muy amable, tengo mis días, como todo el mundo. Oye, qué sitio tan bonito donde vives, de verdad, qué envidia.

Ana: qué razón tienes.... venga, listado de cosas que dan calorcito

1. Las zapatillas que has dicho: me encantan, sobre todo las de abuelete, con borreguito por dentro...

2. Poner la toalla en el radiador para cuando sales de la ducha...

3. Ese calorcito de los bebés cuando duermen en su cunita... les levantas y está todo tibio con ese olorcito de bebé...

... hala, seguir otros si queréis... me voy a lo del chip a ver si encuentran al dueño, que veo que se queda el teckel éste que está campando como Pedro por su casa... y la Oli alucina...

(se me estropeó también esta tarde el termostato -después de escribir este post!!!-... pero el electricista es tan amable que volvió y me lo arregló y me comprobó todos los radiadores: la gente es muy amable)

Anónimo dijo...

Ay!... Mater... qué días tan ajetreados te está tocando vivir!!

Si quieres vente hacia aquí... hasta que se solucionen. Aquí hay calor. Y nos podemos dar una vueltecilla por Valdeteja... por si surgiera...



... Otra cosa llena de calor.

Cuando vislumbro mi pueblo en la lejanía... y veo que queda poquito para llegar. Nieve o hiele... esa imagen siempre tiene calor. Tanto... que sin querer me pongo a cantar.

Esta observación me la hizo hace tiempo mi peque.
Me preguntó: "Mamá... por qué siempre que llegamos aquí te pones a cantar?...

... y recuerdo que le contesté. "No lo sé exactamente, peque, será el calor que siento, o que simplemente regreso a donde yo fuí como tú".

El regreso a las cosas que quisimos, siempre tiene cierta calidez.

Ana

Modestino dijo...

Que gran post y que pedazo de canción: meha encantado, no la conocía.

Anónimo dijo...

¿Fría tú?. ¿Quién te ha dicho esa barbaridad?. ¡Si eres un volcán!.

Para que luego digan que yo soy incendiaria, tú sí que enciendes con tus letras, tus miradas y tu forma de vivir.

¡Me encanta tu gata!. Seguro que Olimpia termina calmándose... en cuanto te calmes tú.

Máster en nubes dijo...

Ahora no funciona la calefacción, no hay butano... pero bueno, en fin, por lo menos tengo los radiadores y mañana será otro día, ni me inmuto. Santa paz.

El teckel con su dueño al fin pero nos ha costado mucho localizarle, la gata que vaya mañana a por ella, Olimpia aquí a mi lado, todo va bien...

Ana, te entiendo porque yo cada vez que diviso Boecillo, la casa de mi madre en un pueblo, también me gusta. Y me pensaré lo de León, nunca se sabe... Y León en general es de las provincias más bonitas de España -con Cáceres, a mi entender-. Y se come bien ,mmmmmh

Patricia, la verdad es que nadie me ha llamado en mi vida fría, pero sé que sin querer uno se puede deslizar en alguna frialdad hacia los demás... sin querer. Y puede doler.

Modestino, Pancho Céspedes tiene unas canciones impresionantes... ya pondré más... Es un romántico empedernido...