Bitácora de Aurora Pimentel Igea. Crónicas de la vida diaria, lecturas y cine, campo y lo que pasa. Relatos y cuentos de vez en cuando.

domingo, 8 de abril de 2012

Alegría

En Ávila donde, como dicen, hay dos estaciones, el invierno y la estación de tren, hoy ha salido ese sol tan propio del domingo de Resurrección.

Mudanzas y cambios a los que adaptarse, cajas pendientes de abrir y colocar, desorden, dificultades y preocupaciones, asuntos que no acaban de cerrarse.
En misa el párroco de San Pedro Bautista predica sobre la alegría. "Hay pocas cofradías de la Resurrección, de la Pasión hay muchas. Debe de ser que los seres humanos conocemos bien el dolor, nos sentimos más identificados, y, en cambio, la resurrección nos queda más lejana."

La depresión es una enfermedad dura, incomprendida y a menudo mal enfocada, ni siquiera a veces se diagnostica o se trata. La desesperanza quizás sea otra. Se habla mucho de la depresión, menos de la desesperanza, es como si tuviéramos que vivir desesperanzados.

Pienso que hay falsos alegres como hay tristes falsos. Es decir, alegres que lo parecen y no lo son, y tristes aparentes, que por debajo son alegres. Son alegres callados, alegres discretos o menos vitales, "tranquilos alegres" podríamos llamarlos.Y luego hay penas mal cicatrizadas, acumuladas, que no se superan, personas despedazadas por un dolor que les partió de parte a parte.
A veces la pereza se mezcla con agotamiento: tristeza al canto. El dar vueltas, demasiado, hacia dentro o hacia fuera, acaba también produciendo desánimo. La excesiva soledad o el excesivo acompañamiento, el no poder refugiarse en la soledad de vez en cuando, o el tenerla a ésta por única compañera, el ruido interno o externo constante, dan tristeza. Y pueden ser melancolías esporádicas, pasan.
También existen personas con "alma rusa", que decía mi padre.

Debajo de lo transitorio, como es el estado de ánimo, que cambia, está el carácter. Aunque también éste cambia.

Una madre pidió una vez un solo don para la hija que esperaba, la alegría. Era lo que más le importaba.

Quizás la alegría se alimente de silencio y esperanza a partes iguales.

9 comentarios:

Retablo de la Vida Antigua dijo...

Lo del "alma rusa", que decía su padre, es verdad. También que lo que mucha gente llama depresión creo que es cansancio e incluso hastío. Lo primero se combate reponiendo fuerzas. Lo segundo es más pernicioso pues puede envenenar el alma aunque, la verdad, quede elegante como casi todo lo decadente.

Y Ortega, creo recordar, pues escribo de memoria, decía que cada mañana había que levantarse pidiendo "Alegría y conocimiento". Que Dios nos conceda lo uno y lo otro para conducirnos por el mundo.

Mis saludos doña Aurora.

José Miguel Domínguez Leal dijo...

Hola, Aurora, te he estado llamando a Madrid, pero ya barrunto por qué no estabas allí.
Un fuerte abrazo, y hasta pronto.

Miriam dijo...

En alegría esperanza y silencio, muy feliz día de Pascua de Resurrección y feliz celebración durante 50 días

Anónimo dijo...

Pido para ti también (yo, madre sin hijos) el don de la alegría.

Juan Carlos Garrido dijo...

Tuviste suerte de llegar el domingo, porque el viernes y el sábado tuvimos nieve y tiempo ruso.

Saludos.

Máster en nubes dijo...

D. Retablo, gracias por su visita y lectura. Qué cierto que ese hastío queda elegante como todo lo decadente hoy. Lo que cuesta a veces es ser consciente y a la vez alegre, es complicado.

JM, gracias, hablamos.

FEliz Pascua, Miriam, gracias por estar ahí ;-)

Anónimo, gracias. La necesito.

Sombras, lo sé, un frío de espanto.

Gracias por leer. Sigamos, seguimos, sigo, vamos.

Jaimemarlow dijo...

Ávila nevada debe de estar preciosa...

Máster en nubes dijo...

Y Valladolid con sus nieblas... ¿cómo anda? Un abrazo Jaimemarlow ;-)

Jaimemarlow dijo...

Pues estos días, nieblas pocas... pero de frío, viento y lluvia, andamos sobrados.
Malísimo para un "alma rusa" como la mía...
Menos mal que siempre termina por salir el sol.