Bitácora de Aurora Pimentel Igea. Crónicas de la vida diaria, lecturas y cine, campo y lo que pasa. Relatos y cuentos de vez en cuando.

viernes, 4 de junio de 2010

Monstruos de frente

En los abismos marinos hay monstruos, seres vivos extraños, deformes, incoloros, transparentes, sin ojos, ni oídos, la piel rugosa o inexistente, apenas un esqueleto. Están aplanados por el peso del agua, hechos a la falta de luz, a la oscuridad perpetua. Atacan por sorpresa cuando detectan el más pequeño movimiento, lanzan su veneno con una sola púa larga que tienen. Llevan mucho tiempo a la espera con mucha presión que los aplasta. También es la falta de alimento, el hambre, lo que les hace aprender una sola regla: atacar para luego retraerse. A veces quieren comer y no ser devorados, el resto no existe para ellos en su cueva eterna, no hay juego ni descanso. El sufrimiento siempre engendra sufrimiento, hasta en el mar se cumple esta máxima terráquea.

Realmente cualquier criatura puede inspirar miedo al verla diferente, y también si se la percibe amenazante por la dimensión que tiene, aunque sea pacífica y no coma peces. Muchos animales marinos grandes son así a menudo inofensivos, no necesitan atacar ni para alimentarse ni para defenderse. Pero su sola presencia puede asustar a muchos seres vivos que se apartan a su paso. Abren la boca estos animales y entra todo el alimento que necesitan con el agua, se filtra por sus barbas que no son dientes, comen sin lucha alguna, sin forcejeo. El mar gratuitamente les llena así, les nutre, no sólo les sostiene generoso en su inmenso peso. Van llenas de mar, literalmente, no matan.

Pero hay otros cetáceos que cazan con una técnica muy depurada, como el cachalote. De pacíficos, nada. Son velocidad y un perfecto radar, no solo peso y dimensión. Se sumergen largo tiempo en lo más hondo, y allí en las profundidades detectan, eligen y matan. No sólo son grandes, son impresionantes en su rapidez y precisión letales, monstruos reales.

5 comentarios:

lolo dijo...

El mundo submarino es silencioso. Por eso el peligro es distinto; asociamos miedo con ruido, tantas veces.
Beso.

Olga Bernad dijo...

Duquesa, qué tratado de sociología...
Te veo llena de mar. Una duquesa diminuta y vallisoletana llena de mar;-)

Miguel Baquero dijo...

He oído, e imagino que será verdad, que en el fondo del mar, en las fosas abisales donde no puede llegar el hombre, hay miles de animales desconocidos y, lo que parece peor, inconcebibles

Jesús Dorda dijo...

La mamá calamar gigante le dice a sus hijos: "no os acerquéis por donde el aire está cerca, que hay unos seres monstruosos que viven fuera del agua que nos sacan para matarnos"

La verdad es que las mamás calamar no tienen ningún cuidado de sus hijos, pero para monstruos...
... nosotros, que si seguimos así no vamos a dejar ni un bicho viviente.

Máster en nubes dijo...

Sí, Lolo, el mundo que no se ve, el que está debajo ... es el más terrible a veces, los monstruos son interiores, de uno, a menudo, no calamares gigantes ;-) como en 20000 leguas de Viaje Submarino... Un abrazo.

Olga, sumergida en el agua todo es más sordo y silencioso, los monstruos se hacen más evidentes... pero no están fuera.

Sí, Miguel, hay un par de reportajes en el National Geogrpahic IMPRESIONANTES!!!

Jesús, pues sí, el calamar gitante ese rojo que el cachalote se lo merienda... el pobre no tié la curpa de na, ¿te acuerdas de la peli de 20000 leguas o las ilustraciones de Editorial Juventud? Casi compro el otro día el libro otra vez para tenerlo.