Bitácora de Aurora Pimentel Igea. Crónicas de la vida diaria, lecturas y cine, campo y lo que pasa. Relatos y cuentos de vez en cuando.

lunes, 2 de septiembre de 2024

Agua I)

"Aurora, bebe... ", me lo digo a mi misma cada mañana para recordarme lo importante que es beber agua.

Porque a veces se me olvida, y te encuentras luego desfondada, y lo que te pasa es que estás deshidratada, simple y llanamente deshidratada. 

***

Hay paseos de una hora, y para esos no suele hacer falta llevar agua, sólo haber bebido agua antes de salir.

Pero hay otros que superan la hora para los que tienes que llevar agua, la botellita llena. 

Y si aquello es largo, y con poco arbolado (como pasa a veces al ir subiendo montañas), y hace sol, hay que tener la suerte de poder encontrar una fuente de agua potable. Y allí beber y rellenar la botella, porque te hace falta, el camino es largo. 

***

Hay fuentes de muchos años, ahí puestas por alguien. Pone habitualmente "agua potable", así, bien claro. 

Qué alegría saber que en un ratico vas a dar con esa fuente. 

Pero hay veces que esa fuente ya no es potable. 

La sorpresa es mayúscula cuando has estado años rellenando el agua justo en ese punto, justo en esa fuente, y bebiendo de ella. Y, de repente, ya no puedes hacerlo. Se ha contaminado en algún punto del tramo de agua subterránea o en superficie. 

Se puede analizar cuidadosamente ese agua por los expertos y ver que hay bacterias. El análisis de los laboratorios es clave, pero a menudo es a posteriori. 

Porque pasa a veces que quien da el aviso es alguien que bebió o ni llegó a beber, el olor ya le pareció raro, muchos años bebiendo y de repente ese olor... o ese sabor extraño al primer sorbo. 

Fantásticos los laboratorios, pero hay algo así como el estómago humano y la, perdón, cagalera que te entra cuando bebes, que algo señala:  sabes que esa fuente concreta ya no es fiable. Ya vendrán luego los expertos y sus análisis. 

Habrá que traer una botella o una cantimplora más grande con agua de casa. 

Paz y cabeza, no pasa nada. Agua hay. 

***

El agua es una de las mejores cosas y de las más importantes. Sin ella no podemos vivir. 

"Qué buena está el agua" decía mi abuelo con su vasito al lado. 

En las visitas a mayores y enfermos veo a veces ese vasito de agua en la mesa. Los ancianos pierden la sensación de sed. Por eso ellos -y yo- tenemos que estar más vigilantes y beber, aunque no sintamos sed. Beber de modo habitual, constante. La hidratación continua y desde (y en) casa.  

Porque afortunadamente en España no tenemos que ir a buscar agua a la fuente del pueblo, que ya tenemos todos agua corriente en casa. Abres el grifo y bebes. Potable. Gratis. 

Yo, además, tengo en mi barrio una famosa fuente a la que viene gente con garrafas. 

Hay que intentar que haya fuentes, diversas, en los caminos largos,  en los jardines. Agua. 

La casa es el centro de mucho -el centro discreto, que decía Esquirol, creo-, es en el ámbito doméstico donde casi todo lo importante pasa. Históricamente ha sido así en muchos casos. 

Vamos a tener agua, nos lo han prometido. 

Agua hay y habrá. 

Calma y prudencia. Y olfato. Y las papilas bien entrenadas. 

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