Bitácora de Aurora Pimentel Igea. Crónicas de la vida diaria, lecturas y cine, campo y lo que pasa. Relatos y cuentos de vez en cuando.

martes, 21 de abril de 2020

De Julialaprofesora@hotmail.com a lareinadelosmares@hotmail.com (Aventuras y desventuras de la tía Marta, 5)


De: julialaprofesora@hotmail.com
A: lareinadelosmares@hotmail.com
Asunto: Re: Guión sobre tía Marta y dudas
Fecha: 6 de julio 2010, 8.30 pm.

Querida Elvira:

He recibido tu correo con el guión o índice que propones sobre los apuntes de tu tía Marta y algunas dudas que me planteas de contenidos y términos. El guión y los capítulos me parecen bien. Respecto a tus preocupaciones, yo que tú escribía según me fuera saliendo aunque cuidando la gramática (laismos especialmente, que ya sabes que los tienes a mares) y la puntuación y las comas, porque te embalas.

La ortografía también hay que mirarla, aunque en esto último fallas menos. Luego ya tendrás tiempo de corregir y cambiar si se da el caso. Es cierto que siempre te digo que debes pensar antes porque eres por carácter algo precipitada. Pero en esta ocasión te aconsejo que te sueltes. Escribe “tetas” si quieres poner “tetas” y sobre ellas, aunque la verdad es que no entiendo mucho la relación de tu tía Marta con las tetas de la que tú llamas “abuelastra”. Estoy francamente extrañada. ¿No te estarás yendo por las ramas, Elvira? Ya sabes que tu tendencia natural es a la dispersión y el escritor tiene que hacer foco, iluminar sólo lo que él quiere y la historia pide, no contar todo lo que le pasa por su cabeza a cada rato. Toda historia es un iceberg y el lector sólo ve lo que está en la superficie, que es sólo una pequeña parte.

Por otro lado preocúpate de momento poco de "la elegancia", aunque le hayas oído a tu madre lo contrario. Estate tranquila con esto. Ella se referirá a otra cosa casi con seguridad, ya te lo explicaré cuando nos veamos. Escribe sobre la vida amorosa de tu tía si crees que es importante o dice algo. No vayas pensando en qué opinará tal o cual cuando lo lean, ni siquiera la interesada. Es bueno que no quieras hacer daño a nadie, dice mucho de tu parte. Pero hay algo que los escritores deben evitar a toda costa. Una es intentar caer bien o mal, hacerse los buenos, los sensibles o los delicados, una tentación muy femenina ésta última, ten muchísimo cuidado, Elvira. Otra es ir de malos, de terribles con lo que escriben o relatan, pretender ser azote o adoptar la pose de provocar, otro extremo que también atrae mucho hoy a jóvenes y no tanto. La última, la peor casi, es autocensurarse. La libertad es muy importante, Elvira. Acuérdate todo lo que hemos hablado en el colegio, en las clases: la verdad nos hará libres, pero sin libertad no hay verdad que valga. Y la interior, libre hasta de una mismo, es clave para un escritor y se gana a pulso, no sin batalla.

Hay más cosas que deben evitarse, aunque creo que no es tu caso, porque quieres muchísimo a tu tía Marta y se ve que el tema ya te puede, el personaje. Son cosas que podrían meterse en lo que escribes, sostenerlo por debajo, y perdería en calidad la escritura, quedaría contaminada y falsa. Por ejemplo, querer ajustar cuentas con alguien o algo por venganza o afán de justicia, a veces hasta loable; o pretender ser moralizante o catártico (mira "catártico" en el diccionario), lanzar un discursito de cada vez en vez de contar algo que pasa o le pasa a alguien.

Después de escribirte esto me he quedado pensando que, a pesar de todo, hay escrituras que son de ajuste de cuentas, con pretensiones moralizantes o catárticas, hasta con discursitos velados, que pueden ser buenas y tienen su valor. En fin, Elvira, es más complicado de lo que parece, o más sencillo si cabe. Mejor dejamos todo eso de lado. Borra todo lo que te he dicho. A ti todo esto de momento te queda lejos por ahora, tienes solo once años. Así que tú sólo escribe y disfruta. El resto que te acabo de decir, y mucho de lo que os cuento en clase, olvídalo. Casi es mejor que te centres en pasarlo todo lo bien que puedas con la historia de tu tía Marta. Yo ya estoy esperando el primer capítulo como agua en mayo.

No tengo más tiempo. Confío en que seguirás tu instinto como a menudo haces. Como en el balonmano, no es por técnica ni experiencia cuando aciertas, es por la intuición, por tus ganas. Pues ahora es igual: échale lo que puedas y escucha tu corazón, las tripas, al escribir. Si metes la pata ya la sacarás más adelante. No tengas miedo a equivocarte ni con la escritura ni con nada aunque sea delante de todos.

Por último, te pido por favor que no estés pendiente de si te contesto o no comentándote lo que me vas mandando. Ahora estoy en Tegucigalpa y el acceso a internet es fácil, pero en unos días nos marchamos y no estoy segura de si podré entrar en mi cuenta ni cuándo. No tiene nada de especial la ciudad en la que estamos, es bastante feíta. Hace calor, pero, eso sí, los compañeros son muy majos. Estoy aprendiendo a enseñar de otro modo y otras cosas que no enseño en el colegio y deseando que entremos en faena, irnos al pueblo que nos ha tocado. Me gusta mucho daros clases, Elvira, pero aquí es otro desafío, otras personas, otro mundo casi. Aprender a enseñar de nuevo, comenzar desde cero en lo que sea, es siempre interesante.

Un beso y ponte buena. Escribir es la mejor cura a veces para la neumonía y otros males. Con cariño, tu profesora que te quiere muchísimo, pero tú eso ya lo sabes

Julia Lázaro

PS: Se me olvidaba: no dejes de leer ni un solo día, Elvira. Sin leer no se puede escribir nada que valga. Lee y cuéntame lo que lees de paso.

3 comentarios:

Juan Carlos Garrido dijo...

Siempre que se escribe se ajustan cuentas, aunque sea con el mundo al completo, o con el lucero del alba.

Saludos.

Máster en nubes dijo...

Gracias, JC, por leer, te lo agradezco.

Se lo diré a Julia, que es profesora de Lengua y Literatura y como tal está escribiendo a Elvira, una alumna de 12 años, intentando orientarla.

Saludos de vuelta, esto es un infierno, que diría ¿Dante?, vaya calor que hace....

Máster en nubes dijo...

Gracias a una amiga, Amelia, que conoce Tegucigalpa me he enterado que la ciudad no vale la pena, que es fea, y que debe de hacer un calor de espanto en estas fechas.

Así que lo cambio, estas son las ventajas -muchas- de escribir en abierto y seguido, acompañando al ventilador y al agua.

Moraleja: una no puede confiar en internet para documentarase, pero sí en los lectores y amigos, MIL GRACIAS, GUAPAAAAA!