Bitácora de Aurora Pimentel Igea. Crónicas de la vida diaria, lecturas y cine, campo y lo que pasa. Relatos y cuentos de vez en cuando.

martes, 31 de mayo de 2011

Ribera del Duero

Anduvimos desde San Bernardo hasta Santa María de Valbuena, ida y vuelta, casi todo el camino se hace entre árboles. Ya ha repetido el mismo itinerario varios fines de semana. La ribera del Duero por aquí está cuidada y apenas se ve un alma. El terreno es casi todo plano, tan solo un pequeño repecho a la mitad sin sombra , el resto llano y protegido del sol. Se hace muy bien de una tirada, 4 kilómetros de ida, otros tantos al regresar, realmente nada.

En Santa María de Valbuena hay casas que dan al río, jardines con muchas rosas, huertos cerrados con pequeñas empalizadas, y luego una isla que han asfaltado y allí una fuente de agua potable. Qué buena está el agua, decía mi abuelo mientras la paladeaba.

Subiendo al pueblo puedes tomar la ruta que vuelve a San Bernardo por el monte, no andando sobre tus pasos. Yo no la he hecho todavía, son unos 15 kilómetros del ala y necesito tiempo y, sobre todo, que no haga sol. Ese sendero ya no es bajo arbolado, así que a estas alturas del calendario o se hace si el día es nublado o a primera o a última hora del día.

Caracoles, caracoles de nuevo por todas partes al llegar a Boecillo este fin de semana. Cayó una tromba de agua el miércoles pasado y las temperaturas han bajado a Dios gracias.

Hace tres fines de semana o así, el día de la Igeada, antes de ir a Rueda, cazamos con Marta y Jesús y sus niños caracoles, más de cuarenta cayeron, los pobres, una razia. La pequeña Teresa estaba feliz cada vez que atrapaba a uno. Carlos se los llevó en una bolsa. Luego disfrutamos de la generosidad de tía Asun y Felix, comida en las bodegas para casi cien personas, Igeas por todas partes de séptimo o primer apellido, de cero hasta ochenta y tantos años.

Hace fresco, todo el fin de semana para escribir, vamos a ver qué sale. El bloqueo parece superado.

PS: Murió la tía Maruja Igea. Era buena, dijo Javier en el funeral. Qué bonito que ese sea el resumen de la vida de alguien, que todo lo demás sobre. Pero, además, la tía Maruja era una tía muy literaria. Si me pongo a pensar casi todas las tías que tengo o he conocido (tías no mías, sino de alguien) son francamente literarias. Idea para un libro de relatos mitad ficción mitad realidad, como en la vida, mezclado, “Tías literarias”.

(Sábado 28 de Mayo)

4 comentarios:

polita dijo...

Me apunto el paseo, parienta, que pinta estupendamente.

Y te acompaño en el sentimiento. Tienes razón con lo de las tías literarias, aunque en mi caso son más literarias las tías abuelas. Las tengo geniales...

Besotes!!!

El alegre "opinador" dijo...

Que las musas te sean propicias. Siento lo de tu tía.
Un saludo.

Máster en nubes dijo...

Polita, por Dios, voy a Boecillo todos los fines de semana ¿no habrá manera de vernos? Anda, dime algo. Tenemos que intercambiar memorias de tías literarias, venga, lo hablamos.

Alegre Opinador, me he quedado pensando que tu nombre me gusta mucho, alegre no por frívolo ¿no?, sino por alegre de animante. Por favor, quédate por aquí, ¿eh?, me gusta que leas y comentes. Maruja era ya muy mayor y tenía Alzheimer, la cuidaron unas personas muy buenas y pacientes. Hay gente fantástica por todas partes.

polita dijo...

Justo cuando yo estoy en Noja, los fines de semana... Pero creo que alguno en Julio nos quedaremos por aquí. Te aviso con antelación.

Besotes!!!