Bitácora de Aurora Pimentel Igea. Crónicas de la vida diaria, lecturas y cine, campo y lo que pasa. Relatos y cuentos de vez en cuando.

miércoles, 24 de septiembre de 2008

Cocinar en el campo






Este primer día de intensa actividad bloggera no sería completo, tras ellos, ellas y algo de campo y otras no esencias, sin la cocina, pasión donde las haya bien engarzada con lo que va a continuación habitualmente: comer y beber en buena compañía.

Diré para empezar que este verano -el tiempo libre me da mucho de sí, y quiero más días libres, no más dinero- me fui a Francia con mi amiga Raquel a cocinar a una casa rural. Cooking Holiday, la peña estamos como cabras y vamos y pagamos por hacer lo que otros y sobre todo muchas otras hacen bajo salario o, en su caso, para sus familias todas los días. Conste en acta que en mi casa cocino yo al 50%.

Esto era en un lugar genial -yo solo visito lugares geniales- llamado Le Gargantua (http://www.legargantua.com/) donde una pareja, británico él, francesa ella, y su pequeña hija viven y acogen a unos 8 huespedes como mucho.
Desde entonces miro de forma diferente a mi carnicero. También ayudó que vi por primera vez en mi vida matar a un gallo en Galicia, y no precisamente de un modo poco cruento. Pero esa es otra historia. En Francia tuve que deshuesar a un pollo para empezar y como acto de humildad. Muerto que estaba el animal y todo y mira que me costó. Marlene, ella es así, comenzó sus clases con la ardua tarea de deshuesar enterito un pollo. Sudé tinta china. Ya lo dice el catecismo, el mundo, el demonio... y la carne.

Las Cooking Holiday incluyen además visitas a productores locales, a mercados, todo organizadito y limpito, porque Francia es mucha Francia. Reconozco que yo soy probritish y más bien irish o celtic in general, o sea, me va lo anárquico y, si no puede ser, la flema británica. Pero el campo francés, señores, es otra cosa: ordenadito, sin un papel, urbanizado como debe ser, ni un edificio o casa distinto. El shock de vuelta a España fue bestial. Pese a Napoleon, Francia es mucha Francia, quizás por Napoleon.

Eso sí, nos llevaron a una granja donde 300 vacas vivían felices, acunadas por granjeros que todos los dias les cantaban canciones de Edith Piaf y alguna de Silvie Vartan, donde se podía comer en el suelo. "Denominación de Origen de Bazas", un solo matarife, una cadena de distribución de lo más exclusivo. Probamos luego Raquel y yo la carne... Una decepción, una auténtica decepción. Retinta, Gallega, morucha por solo mencionar 3 (gracias Raza Nostra), que la dan cien vueltas. Eso sí, yo allí sería vaca.

Tenemos materia prima para dar y tomar. Mejor, no es chauvinismo, que mucha materia prima francesa. Pero la vendemos fatal. ¿Se imagina alguien que el jamón ibérico estuviera en Lot et Garone, donde yo estuve? Nos llevaron a un Museo de la Ciruela, increíble pero cierto, se admiten bromas. Todo lo que Vd. quiso saber sobre la ciruela, que si cuándo se coge, cómo se seca, se emborracha o carameliza en su caso... La ciruela y uno más, la ciruela y tú...
Nos llevan años de ventaja cuando nosotros tenemos mejores productos, para empezar más variados, mejor cocina (lo siento, lo veo así) y un entorno natural de una belleza que no tiene nada que envidiar. La Provenza versus Extremadura, La Rioja... Grazalema, Norte de Palencia...
No, no es un tonto decir "somos los mejores", para nada, es que me da mucha pena ver que hay ... 80.000 casas rurales en Francia, ver un campo donde se puede vivir y se vive bien... mientras en España hay 12.000 casas rurales y hemos abandonado pueblos y provincias casi enteras.

Aprendí bastante. Dormi poco o nada pues cenar 3 platos por mucho que una los haya cocinado no es de recibo, especialmente si los platos son boullabaise y pauppiettes de cordero, algo ligerito, y encima souffle de framboise... Volver a Galicia fue un respiro, no digo más. Mi higado estaba hecho puré, porque también el vino hacía lo suyo. Por cierto, dedicaré otro post a los vinos donde pienso lo mismo: nada que envidiar, pero nada, y no sólo los Rioja o Ribera de Duero, la mayoría.

Nos volvimos a España con muchas ideas pero sobre todo una clara: cocinar es una excelente actividad para "aportar valor" -soy una cursi, lo sé- a las casas rurales y tirar de la demanda en temporada baja. Una temporada baja que, por cierto, salvo el Norte de España goza de un clima envidiable. Febrero en Monfragüe, Marzo en los Alcornocales... se puede estar en la calle. Americanos e ingleses, estoy segura que muchos más, pueden ser un público fantástico. Algunos nacionales también pero menos por la sencilla razón de que en las casas españolas "todavía" se come y se cocina de muerte. En la mayoría. Y lo último que quiere -salvo locas, soy un caso- una mujer es que la lleven a cocinar de vacaciones. Pero ¿y esos vasquitos o riojanitos o incluso catalanes, yo tengo amigos así, que les encanta meterse en los fogones?

En todo caso. Viva Francia. Gracias Marlene, has sido una anfitriona maravillosa. Y una profesora genial. Y gracias también a la pareja británica que fueron los otros 2 alumnos, sin ellos no lo hubiésemos pasado tan bien.

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