miércoles, 30 de marzo de 2011
"Niña mimada" (y 7. El postre esperando)
martes, 29 de marzo de 2011
"Niña mimada" (6. Vermont)
"Niña mimada" (5. Maldita consciencia)
lunes, 28 de marzo de 2011
"Niña mimada" (4. Juan y los tontos globales)
domingo, 27 de marzo de 2011
"Niña mimada" (3. Shopping )
sábado, 26 de marzo de 2011
"Niña mimada" (2. La abuela Marta y los hijos de los cachicanes)
viernes, 25 de marzo de 2011
"Niña mimada" (1. El potaje)
“Caprichos no.”
La abuela Marta presidía la mesa, papá medio ausente en la otra cabecera y nosotras cuatro, las niñas, a los lados.
“Si no te lo comes ahora, lo tendrás para cenar. Y si sigues así, volverás a comer en la cocina…”
Era una advertencia más que me repetía la madre de mi padre para hacerme reaccionar. Acababa yo de cumplir los diez años, la edad en que se nos permitía compartir desayuno, comida y cena con los mayores en el comedor, un paso importante y anhelado. Yo comía fatal, no sólo poco, es que no me gustaba nada, un martirio era alimentarme con lo que fuera, salvo lo dulce, lo único que admitía con ganas y sin resistencias. Volver a la cocina significaba una humillación completa y yo quería estar en el comedor aquel de muebles oscuros y grandes, feos, con los adultos de una vez ya. Bastante malo era ser el último mico de la casa, la pequeña.
Tomé rápido las cucharadas finales que me faltaban de aquel potaje, uno de los platos que más me costaban, con sus espinacas nadando, el huevo duro deshecho y repugnante, las zanahorias y el bacalao, todo un asco. Era viernes de Cuaresma. María desde una esquina del cuarto me daba ánimos con la mirada. Tana, echada al lado de la chimenea, me observaba también, prohibido acercarse a la mesa, siempre a distancia los perros.
“Tú no querrás ser una niña mimada ¿verdad?” era la reconvención final y habitual de mi abuela, en esa ocasión yo a punto de llorar por vergüenza. Los demás esperaban pacientemente a que yo acabase. El postre, buñuelos para compensar el rigor del plato único, en la alacena, cubierta la fuente con una tapa de cristal, yo no alcanzaba a verlo.
“¡No, no quiero ser una niña mimada, claro que no quiero!” Lo dije con rabia, casi gritando. Las lágrimas de indignación me caían mientras me retiraban el plato sopero vacío. Podía ser una niña sin hambre y sin madre, pero desde luego no quería ser mimada de ninguna manera. Era una ofensa hiriente que me hacía lloriquear de furia sólo porque alguien lo insinuase, mucho más mi abuela y allí, en mitad del comedor, todos presentes y callados como muertos. Solo Tana parecía reaccionar ante mi enfado puesta en pie y gimiendo como yo, solidaria con mis sentimientos.
(....)
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(Este es el inicio del relato "Niña mimada". Quienes queráis leerlo completo podéis hacerlo en
Trabalibros aquí)
lunes, 21 de marzo de 2011
Primavera, y no solo en El Corte Inglés
Espero que Irene me diga cuándo llegaron los vencejos a Madrid capital, ellos marcan el buen tiempo aunque sea con intermitencias.
Desde Sevilla me contaron que olía a azahar. Retablo comentó sobre el campo de Jaén que olía diferente y una curruca que vio atareada y alegre.
Antes era partidaria del otoño. En Madrid tenemos poca primavera, hay cambios demasiado fuertes, unos fríos que se nos meten hasta mayo y luego, de repente, el calor.
Ahora me doy cuenta que un buen día de primavera, solo uno, es suficiente.
sábado, 19 de marzo de 2011
Intriga y literatura
Vuelvo a la residencia y leemos. Toca Soria, aunque "El santero de San Saturio" de Gaya Nuño está descatalogado según me dicen los libreros de Lé. Gonzalo me recuerda que dejé a la mitad a la Mayorazga de Bouzas de la Pardo Bazán, está intrigado. ¿Qué pasará con ella, tan imponente, esa mujer de genio y carácter montando a caballo por montes y pueblos? Tendrá que ser el próximo jueves, olvidé ese libro de cuentos, esta vez no lo traje.
La intriga, qué importante. Bien me lo aconsejaba José Julio Perlado, fundamental mantener al lector interesado en la historia, con ganas de más, de leer la siguiente página y otra, y otra, y otra. ¿Qué pasa ahora?, ¿qué va a pasar? No poder dejar la lectura y dan las 2 de la mañana. Claro está que a veces, bien lo vimos en la tertulia los mercuriales hace ya un mes con Azorín, algunos autores son descriptivos y gustan.
Llevo a O’Henry, también recomendado por Jose Julio en su día, el cuento del regalo de los Reyes Magos. Les parece bonito, pero Gonzalo me dice que ya sabía lo que iba a pasar desde las primeras páginas. A mí me ocurre lo mismo con las series de televisión y muchas películas, sé por dónde van a ir y eso me hace interesarme menos o nada.
Angelina cuenta sobre Machado y su estancia en Soria. Hoy han bajado 10 personas, parece que va interesando esto de la lectura vinculada. Lee Angelina y también otra señora, Julia creo que se llama. Resulta que es de Soria y pariente lejana de Leonor. Hablamos.
Leemos “La Chucha”, uno de los cuentos de intriga -así los han editado- de Emilia Pardo Bazán, amor entre un preso y quien de modo invisible le cuida, otra reclusa del presidio de al lado, final impresionante. También algo de mi amado Stevenson, fabulas y pensamientos, original, vividor, alegre hasta en las sombras.
Metí entre las lecturas a Zink, medievalista francés y sus cuentos del Juglar de Nuestra Señora, el que da título al libro y el de Miserere tui. Creo que les han gustado.
El próximo jueves toca Toledo, traeré algo de Marañón, una leyenda de Becquer, buscaré más en casa. Y “Diario de Adán y Eva” de Twain, lo tenía prestado y no me acordaba, pero ya lo he recuperado.
Me quedo pensando en la intriga al escribir. ¿Cómo lograrla?, ¿cómo mantenerla y dosificarla? ¿Qué enseñar y cuándo, qué ocultar y hasta dónde? El iceberg del que me hablaba Perlado, el que escribe sabe pero no muestra todo lo que sabe. Escribir no es solo descubrir, describir y contar, sino ocultar, velar, insinuar. Bendita elipsis y silencio, entreabierta la puerta, los visillos echados. Como esa pausa en un buen blues, una gozada. Chill out siempre, destensar y callar un rato. Creo que en música hay un paralelismo, una cosa es lo descriptivo y otra las repeticiones cansinas que ya no aportan nada. Gran parte de la música actual es así, dos por dos, sabes ya lo que van a contar y cantar.
Cierta dosis de intriga es necesaria. Hace todo más interesante el no saber qué va a pasar, desear ver qué hay en la siguiente página.
PS: Llevé la guía de aves de Peterson. Vimos el abejaruco del que escribía Muñoz Rojas en "Las cosas del campo". Creemos que hay un picapinos en el jardín de Ecoplar en Aravaca. Vamos a intentar verlo, no es tan fácil. Algunos pájaros no se dejan ver así como así ... Es parte de su encanto.
jueves, 17 de marzo de 2011
Nunca más volveré a pasar hambre. Vida Perra XIV (El hombre tranquilo o mano con mano)
Ya sé que es la frase de Escarlata O´Hara porque yo también he visto “Lo que el viento se llevó”, aunque mi película favorita es la de "Up" con los perros esos que hablan por los collares, o, ya puestos, "Very Important Perros" o "La verdad sobre perros y gatos". Bueno, me enrollo, al grano.
Hace ya más de 6 meses que no escribo en el blog, no me dejaba ni acercarme. Ni comer ni dejar comer, de eso sé un rato. Como de atar perros con longaniza, ya me gustaría a mí que fuera el caso. De hecho estaba pasando más hambre que el perro de un maestro de escuela de los de antes, a régimen me tenía, ella también más flaca por el duelo, el trabajo y las preocupaciones de papeles y dinero. Hasta que llegó él, el hombre tranquilo, qué gran descanso.
Ha tenido mucha suerte mi ama, no es fácil. Su historial era penoso en líneas generales, no por nada, es maja pero torpe sentimentalmente hablando: donde ponía el ojo la pobre se estampaba, aunque salía rápido, cabeza tiene y no se enreda con la persona que no es la adecuada. Así que solo pensando en la actuación divina el 1 de enero este año y en la materna, por eso de que en el cielo toda madre es doblemente madre, se puede entender lo que ha pasado y que a mí me beneficia tanto y que se inició a través de las nuevas tecnologías y Edarling, un sistema fantástico. ¡Nunca más volveré a pasar hambre! tal y como se juro Escarlata. El hombre tranquilo trabaja en alimentación de perros. No digan Vdes. que nos ha ha tocado la lotería a ambas, vamos.
Él quiso conquistarme desde el primer momento: me trajo galletitas, luego huesitos, mientras el muy ladino se iba acercando. A eso se le llama adorar al santo por la peana. Lo vería un ciego, pero no mi ama que, como además es cegata de lejos y de cerca, no se enteraba.
Que si un cine, que si dos, que si cuatro, que si te ayudo a buscar piso, a tu disposición estoy todo el sábado, que si chuletón en El Escorial o teatro, misa en su barrio, y yo detrás en el coche, que ha sido mi hábitat natural en este ritual de cortejo humano, esperando a que salieran del cine, del restaurante o de la parroquia de San Jorge o de San Fernando. Yo esperando con huesito, pero esperando. Santa Olimpia de Chamartín me llamaran cuando me beatifiquen, prometo conceder favores varios.
Resumiendo, que es gerundio: está ella feliz con el hombre tranquilo y yo también, aunque ligeramente celosa, a qué negarlo. Son muchos años y no voy a dar señas de cambios, de líder de la manada mi ama tenía poco o nada, pero ahora llega él. No es que mande en exceso (a la mujer y a la cabra, soga larga), pero me tiene más a raya. Bueno, nadie es perfecto, dicen en "Con faldas y a lo loco". Supongo que ella lo sabe aunque esté en las nubes. Puso bien el nombre mi ama a esta bitácora, Máster en nubes. Ahora sabe mejor de lo que habla. Por allí se anda con el hombre tranquilo, mano con mano. Quererle es fácil.
PS: 17 de marzo, día de San Patricio, patrón de Irlanda. En el corazón siempre Beara.
domingo, 13 de marzo de 2011
El fin del mundo (todo vuelve, tipos de antes) ("Si hay Dios, todo está bien. Si no hay Dios, todo está mal")
Acabo los cuentos de Clarín y me pongo a buscar nuevos textos para las siguientes semanas al hilo de dónde son los residentes y qué les puede interesar. Quizás sea algo de humor lo que necesitamos, Jardiel Poncela, Tono, Mihura, hay una selección en la biblioteca de la residencia que podíamos utilizar. De la de mi padre saco una segunda edición de las obras completas de los hermanos Machado encuadernada en piel roja, páginas de papel biblia, ejemplar 1258 de 3000, año 1951. Me dijo Angelina que para Soria, que es “el tema” de la lectura del próximo jueves (hemos programado para 2 meses aproximadamente), leyéramos naturalmente a Antonio Machado. Coloco los libros que vamos a ir leyendo estas semanas por separado: Soria, Toledo, la Alcarria, Galicia… Desde Gerardo Diego a Machado, "El santero de San Saturio" de Gaya Nuño, Marañón, Cela, Cunqueiro… ¿se puede disfrutar tanto? Al releer te das cuenta: todo vuelve, o quizás nunca se marchó, estaba.
Lo hablé ayer con Angelina y Gonzalo. Quizás vuelva esa España pobre y miserable. Quizás algunos tipos de antes –el poeta o el maestro al que no le alcanza, el cesante- nos vuelvan a visitar remozados. Es posible que nunca se fueran del todo, un velo ligero de progreso que no era tal, solo dinero, nada más que euros inflados, debajo la nada. Poco peso, muy poco, superficial el baño. Pero si fue superficial ¿no éramos también en muchas cosas grandes?
Por un lado Internet y google, el ipad y el móvil, el mundo al alcance de la mano y, de otro, la pobreza que se palpa a poco que una se fije, que repare. Los comedores de Madrid, Martínez Campos y otros, a rebosar, hombres vestidos con una teba ahora pobres vergonzantes, no son ya emigrantes recién llegados. El otro día en Huelva estuve con unos ecuatorianos que quieren volver a su patria, todo problemas, ¿cómo se ganaran la vida? Solo trabajaron en la fresa, y con ese bagaje ¿qué harán? Sus hijos ya jóvenes y también sin trabajo, dos generaciones en paro.
“Es el fin del mundo como lo conocimos” me dice Gonzalo. Ese pequeño mundo de afluencia, de riqueza, de opulencia en muchos casos, se desmorona al menos en España. Nada volverá a ser como antes o pasaran muchos años. No hay trabajo y el fondo todavía no lo hemos tocado, corrupción a mansalva e ineptos gobernando. Simple odio: unos bárbaros, unas bárbaras, entran en una capilla católica en la universidad.
Todo está ya escrito, dicho y desde luego que consumado. El cuento de Clarín “Cambio de luz”, “Si hay Dios, todo está bien. Si no hay Dios, todo está mal” repetía Jorge Arial (¿el propio Clarín quizás? Creo ver al autor en el personaje). Me acuerdo de amigos esta mañana de domingo. No quiero perder la esperanza. No puedo perderla. Y mucho menos estando en contacto con personas jóvenes o mayores: no puedo transmitirles desgana, hastío, negrura de alma.
Cultura, fe y amor. Siempre hay milagros. Lo dice también Antonio Machado. Llega G. a casa.
viernes, 11 de marzo de 2011
"'¡Adios, Cordera!" en lectura vinculada
Ayer comenzamos a leer en voz alta en la residencia Ecoplar de Aravaca. Hablo en plural porque espero que seamos más lectoras en breve. Gonzalo C., amigo de mis padres, y su mujer, Angelina, viven allí. Al ir a visitarles un día pensé que podía ser un buen lugar para iniciar lo que venía pensando. Me hicieron el favor de comentárselo a Marta, la que lleva las actividades de la tarde, y ella, junto a la dirección, me dijeron que adelante. Iremos todos los jueves de 5 a 8, lectura general y por habitaciones, vamos a ver cómo sale.
Gonzalo es una de las personas más cultas que conozco. Trabajó con mi padre muchos años, se querían a rabiar, los dos lectores impenitentes e interesados por todo. Es asturiano y sugirió que empezásemos por Clarín. Busqué en casa y no encontré cuentos suyos. En principio vamos a leer textos cortos, que se puedan iniciar y acabar en la tarde. Así que ayer mismo me fui a la librería de mi barrio, la que han montado antiguos empleados de Crisol, "Lé" se llama. Siempre saben qué aconsejarte, da gusto. Compré por 5,95 euros los Cuentos de Clarín en Debolsillo (edición de José María Martínez Cachero, estupenda introducción, por cierto).
Tengo que reconocer que no había leído “Adios, Cordera” y que ayer, tras dejar el coche que se me estropeó en mitad de la Ciudad Universitaria (lo dejé allí tirado, no podía llegar tarde), solo pude dar un vistazo rápido al cuento en el taxi. Luego realmente lo leí por primera vez en voz alta en la residencia. Mal hecho, casi me echo a llorar con Cordera en mitad de la lectura, me emocionaba a medida que avanzaba. Veía a la vaca, a Pinín, a Rosa, al tren, al poste del telégrafo con sus casi tazas de porcelana (jícaras), a todo el cuadro que pinta Clarín, qué tristeza y, a la vez, qué gozada. Luego por la noche lo volví a leer en casa, acogedor regazo maternal el de la vaca, unidos luego animal y hombre en el destino por la carne que reclaman pudientes y patria.
Tras la lectura Gonzalo explicó lo que era el cucho y otras palabras en bable, el modo en que una casa asturiana de las de antes acogía a personas y animales. Da gusto escucharle, siempre sabe algo que tú no sabes. Leímos después a la Pardo Bazán, un par de cuentos, uno triste y otro alegre que acaba en boda ("El décimo" creo que se llamaba). Dejamos a la mitad el de la Mayorazga de Bouzas, la ves a caballo, otra escritora Dña. Emilia como la copa de un pino. Se sumaron a la lectura más personas, una señora de Cuenca, otra de Toledo y una jerezana. Seguimos con Muñoz Rojas y "Las cosas del campo" (hablamos de los abejarucos, voy a llevarles una guía de pájaros). Luego Victor de la Serna y su "Nuevo viaje por España", segunda parte (la ruta del calatraveño que empieza por Quintanar y Puerto Lápice). Por último, algo de Eugenio D’Ors sobre Marzo (está en unos cuentos filosóficos que compré suyos el pasado otoño).
Vine feliz a pesar de que no sé qué le pasa al coche, me vendría de pena una avería de las caras. La próxima semana vamos a leer sobre Soria. Angelina es de allí y así luego nos cuenta sobre la provincia, la ciudad y su historia. Ella me sugirió que leyera a Becquer, tengo que buscar en la librería de mi padre.
En cualquier caso quedé con Marta, y esta mañana con Gonzalo, que vamos a hacer un programa de lecturas para que así sea más “vinculada”, no sólo como dice Antonio Rodríguez en su blog y en su escuela (lectura proponiendo el texto, "respirando" a las personas, mirándolas, etc…) sino, también, para que haya luego conversación, participación, palabras que el texto promueve y que unen, de eso se trata.
De todo esto seguiré informando en esta bitácora. Por cierto, agradecería mucho las sugerencias sobre lecturas, mejor cortas, cuentos, relatos y poesía para leer en Ecoplar Aravaca. Si he descubierto "Adios, Cordera" a mis años estoy segura que me quedan otras sorpresas muy agradables. La vida se abre. Gracias, Ecoplar, y gracias a Antonio Rodríguez del que espero seguir aprendiendo sobre lectura vinculada.
miércoles, 9 de marzo de 2011
De migas, pollos y chipirones quemados
Fui a comer hace dos semanas a casa de Miriam. Me puso de aperitivo migas con uvas, buenas hasta decir basta. El caso es que me animé a hacerlas. Mi abuela Aurora me contaba que cuando era pequeña en Almadén, donde su padre trabajaba en las minas de mercurio, los pastores las tomaban con lagarto, la proteína que tenían más a mano. Las ovejas que cuidaban no podían matarse así como así.
Como las sopas de ajo las migas son comida de campo, de cuando éramos pobres en España. Junto a las gachas y otras recetas tradicionales hechas con menos y nada alimentaron a generaciones enteras de españolitos, mal comidos pero fuertes y resistentes los que salían adelante, no hace falta más que ver las fotografías de nuestros antepasados.
“Niña, ponte recta en el caballo” nos gritaba mi tío Fernando al dar clases de equitación, “parece mentira que seáis de la generación del Pelargón y no la del garbanzo machacado, así nos criamos nosotros y no nos quejábamos tanto...” Hasta los años 60 comida de pobres, y eso cuando se comía en España. El pollo, según recordaba mi madre, se tomaba en escasas ocasiones, eran de granja. La industria avícola estará denostada pero gracias a ella comemos. Mi tía Tere, que en paz descanse, nos trajo un pollo de verdad de Rueda hace unos años. Lo sacamos a la mesa y el pollo, el muy desgraciado, parecía que había hecho aerobic con Jane Fonda, no pudimos hincarle ni el tenedor de duro como estaba.
Desayuné migas con tocino, chorizo y huevos el sábado y domingo. Quizás este fin de semana las haga si me sobra pan. Luego hablan de lo sano de la dieta mediterránea, tiene guasa. Sano no sé, pero rico y para aplacar ese hambre que te entra al mediodía, una maravilla al alcance de cualquiera.
Hoy es Miércoles de Ceniza, ayuno y abstinencia. Hay hambre porque además al calentarlos he quemado los chipirones rellenos que hice ayer con mucho cuidado. Si escribes, no cocines; si hablas por teléfono, otro tanto (mil disculpas, Maria José, por el improperio que he soltado al aparato). Y no aprendo, vuelve a pasarme una y otra vez hasta que queme la casa. Menos mal que Olimpia ladra cuando hay humo, es un detector relativamente barato.
martes, 8 de marzo de 2011
El mujerío revisitado con desconcierto (Postales desde Pekín, 1995)
Debería escribir sobre la mujer, no sé ya si es a solas o con el adjetivo de “trabajadora”. Es el día, ¿no?, pero me da cierta pereza y vergüenza. En el 95 estuve en la conferencia de Pekín de la idem (mujer, se entiende). Escribí a mi familia unas postales -3, las encontré estos días haciendo limpieza- mostrando parte mi desconcierto que, desde entonces, me acompaña de modo intermitente en este ... ¿tema?
Yo dudo a menudo por principio o sistema, aunque también tengo algunas opiniones y convicciones. Es compatible todo, me parece. Copio lo que dije hace 16 años. Me temo, como decía Julio ayer, que todo vuelve, da casi miedo.
Postal número 1 (la foto es de un palacio en Pekín entre nieblas)
Queridos todos y en especial mamá:
Llevo 5 días en Pekín. Esta postal es muy “mona”, sin embargo no refleja el caos de esta ciudad ni su aspecto: una extensión interminable de avenidas donde conviven los rascacielos más horrorosos con edificios de los años 50 de lo más triste. Es la ciudad de las bicicletas y los coches que hay –un tráfico increíble- son casi todo taxis o coches oficiales de empresas… mas algunos autobuses atestados de gente.
En fin, poca poesía y nada que ver con “El último emperador” en plan estético. No parece que haya mucha miseria, pero sí pobreza y una neblina permanente, una humedad del 80 % y algún que otro rojo (el color, se entiende) que destaca entre los carteles (les encanta el color rojo, el rosa chicle y el azul purísima).
Postal número 2 (foto del palacio con la foto de Mao a lo grande, noche, luces)
Como decía, en los carteles que hay traducidos los chinos nos recuerdan (en inglés) la amistad eterna entre los pueblos y nos dan la bienvenida a las 70.000 (¡¡¡!!!) mujeres que hemos venido a la IV Conferencia Mundial de la Mujer convocada bajo el lema “Desarrollo, Igualdad y Paz”. Todo muy bonito, ea. Los chinos son muy amables y educados, pero hacerse entender en inglés es complicadísimo. Ayer (día 30), dio comienzo el Foro de ONGs situado a 50 km de Pekín. Nosotras, como ONG observadora, esperamos a la conferencia que empieza el próximo lunes. Hay follón, un inmenso follón de ideas e ideologías. Una se acuerda de la maldición de Babel. Por un lado, feministas de toda índole, (continúa en la 3)
Postal número 3 y última de la serie (foto ruinas de Pekín, sol pequeño, cielo lechoso o contaminado, no se sabe…)
… ecologistas, pacifistas, grupos pro-vida, cristianas “militantes”, neo-conservadoras, fundamentalistas, lesbianas y, en medio de todo esto, nosotras, que no sabemos muy bien dónde situarnos. Creo que es una buena experiencia, pero dudo que los medios de comunicación vayan a transmitir con justicia lo que aquí se debatirá. También dudo que los debates se vayan a centrar en lo importante. Por otro lado dudo sobre lo que sea lo importante. En fin, creo que dudo mucho y no sé si éste es el mejor estado de ánimo para asistir a una conferencia internacional. ¿O sí? Me acuerdo mucho de vosotros y en especial de mamá y de Luisa.
Aurora
......................
No salí del hotel apenas. Estuve los 10 días estudiando el documento de la conferencia –era muy ingenua, lo sigo siendo-, preparando papeles, trabajando como una negra. Asistieron, entre otras, Teófila, Cristina Almeida y otras muchas políticas con tiempo suficiente para ver Pekín y comprar en el mercadillo lo que pudieron (la afición a la compra hermana a muchas mujeres al parecer). Lo pasaron en grande todas ellas, se divirtieron y volvieron a España encantadas de la vida. España presidía la UE por aquel tiempo. A mi me fascina esto de la clase política: siempre están sonriendo y riéndose. No como otras que volvimos francamente perplejas (era mi primera vez en una conferencia de Naciones Unidas, y la última, tuve suficiente).
16 años después sigo con ese desconcierto, con muchas de las dudas y algunas de las convicciones de aquel tiempo. Continuo pensando que el desarrollo económico es el mejor amigo de las mujeres si les llega. Quizás es una simplicidad esto, pero creo que gracias a él hay servicios médicos, alimentos, agua potable, educación y empleo, algo que beneficia a todos, también a las mujeres que suelen sufrir de modo especial dichas carencias (pobre y mujer, doblemente pobre frecuentemente). Supongo que tendrá que ser sostenible, pero desarrollo desde luego. Me parece así ver que hay más desigualdad entre una mujer etíope y yo que entre un hombre español y yo. Las hermandades y los guetos -sean de mujeres o de lo que sean-, las asociaciones "solo para mujeres", me repatean, lo digo como lo siento.
Respecto al "resto" –igualdad de oportunidades en un mismo medio, maltrato, etc.- me llevaría tiempo escribir. Sobre algunos temas que creo importantes, me interesan o simplemente me divierten, ya lo he hecho aquí y no quiero repetirme en exceso.
Tengo la sensación sin embargo de que "la causa de las mujeres" –si puede llamarse así, sería de la dignidad humana que a todos compete- está siendo utilizada en Occidente, y en especial en nuestro país, a menudo como parapeto de la ineptitud personal que no conoce género ni fronteras. Es más así mujerío que feminismo, una cosa populachera, frívola, cursi hasta la muerte , sin peso, lugar común, un tópico de lo políticamente correcto que, personalmente, me produce entre vergüenza y rabia, algo así como cuando Telecinco habla de la libertad de expresión: me los tiraría al cuello. En boca de semejantes mujeres y hombres cualquier causa pierde prestigio, fuerza, acaba siendo como ellos: una frivolidad sin fundamento.
“Y si somos las mejores bueno y qué” que se esgrime como lema, curiosamente, por quienes no han dado un palo al agua y no tienen más carrera que la poltrona política, se apoya en la sonrisa del "compañero" (de partido o lo que sea) con idéntico aval y eslogan, está de moda y no cuesta esfuerzo. Al final va a ser cierto: todos igualmente ... lelos (y lelas). A la igualdad por la estupidez, ida y vuelta, algo tan repugnante como a la igualdad por la Visa, otro modo de liberación femenina al uso últimamente, otra pena.
Y sin embargo… yo celebré hoy el día de la mujer trabajadora porque, a pesar de lo anterior, sé que en la causa de las mujeres hay muchos logros tras esfuerzos de mujeres y hombres muy competentes, algunos retrocesos lamentables y, desde luego algunos avances pendientes. Aunque en esto, de nuevo, sigue habiendo diferencias más globales que de género y por el momento es mejor ser mujer en Occidente, o yo al menos lo prefiero. Sé que no está de moda decir esto, pero es lo que he visto y lo que veo. Con dudas al fondo siempre sobre algunos temas y algunas convicciones al respecto.
lunes, 7 de marzo de 2011
Nidos variados (Primavera entre nevadas)
Los tengo bien localizados en Alberto Alcocer, unos cuatro enfrente del Ministerio de Economía y Hacienda, que ya son ganas de hacer nido con vecindario tan inquietante. Es lo que tiene el invierno, que al desnudar ramas y dejar a los árboles de hoja caduca –plataneros en este caso- coritos, que diría mi abuela, se ven los nidos con más facilidad ahí en lo alto. Supongo que son de urracas, el pájaro urbano ahora omnipresente y perseguidor de perros, o al menos a Olimpia la tienen fichada. Colocarse bajo un árbol y escuchar a la urraca es todo uno, “fuera, fuera, animal peludo y negro, que éste es nuestro territorio”. ¿Estarán ya criando? Creo que no, que es más tarde.
El otro día en el Escorial, yendo por la carretera de Galapagar, un camino más entretenido que el de la A6 hasta Guadarrama, me entretuve mirando a los nidos de cigüeña que por allí andan, creo que no se marchan. Eso de por San Blas, que cae por febrero, la cigüeña verás, me parece que ya está superado en algunos lugares. Estas aves se quedan con nosotros todo el año. Y las ves ahora no volando, sino andando en la tierra, hasta en Aldeamayor, cerca de Boecillo, estaban, picando en lo húmedo, entre el verde que despunta con el sol este que nos sale tras las lluvias y nevadas, superadas las nieblas invernales que se instalan en Valladolid. A los extranjeros las cigüeñas les parecen exóticas, casi africanas, nosotros nos hemos acostumbrado, pero son tan bonitas, tan elegantes.
Todavía recuerdo cuando vi en Monfragüe una cigüeña negra con mi madre, fue impresionante, el año 1994, si mal no recuerdo, estupendo viaje extremeño que hicimos ambas. “Crotoneo” es el ruido que hacen al chasquear esos picos naranjas o amarillos que tienen las cigüeñas, es oírlas y animarte. "Clas, clas, clas, clas...." cielo azul, verano, y las cigüeñas crotonando.
PS: Hoy a las 4 y algo nació Esther, hija de Eva y Luis, bienvenida al mundo. Ha sido la buena noticia del inicio de la semana, esperemos que haya más, que estamos todos necesitados de buenas noticias... Dios proteja tu vuelo y el de tus padres, pequeña Esther.
viernes, 4 de marzo de 2011
Lavajos
Conduciendo por la antigua nacional VI (la A6 está en obras en 20 kilómetros casi), cruzo Ávila y Segovia intermitentemente y descubro no sólo Labajos, el pueblo, sino lavajos, muchos, los hay también en Valladolid, y hasta en Salamanca, me parece.
Ha llovido y el campo, aunque mantiene el pardo invernal, verdea. El agua extendida, retenida a veces en una leve hondonada del terreno, forma una lámina sin profundidad, charcos amplios parecen, a lagunas no llegan. Eso son los lavajos, charcas que quieren ser lagunas pero no pueden. Los da esta tierra y cada vez quedan menos.
Campos sembrados a mi derecha e izquierda, la hierba, ¿cebada?, crece. Donde hay agua suele haber pájaros que beben o buscan alimento. Me paro para mirar con los prismáticos. Me tiro al suelo para observar mejor. Hace un frío que pela. Sé que no llegaré a tiempo al registro de Olmedo, pero tengo la tarde del jueves y todo el viernes. Sopla el viento.
¿Chorlitejos y correlimos? Alguien más a lo lejos blanco y pequeño, sin manchas... ¿qué será?, ¿una cigüeñuela? He perdido vista con el portátil. Mi propio vaho empaña las gafas que chocan con las lentes de los prismáticos, mierda. Me voy a quedar helada aquí. Me meto de nuevo en el coche, pongo la calefacción fuerte. Olimpia se duerme.
A unos kilómetros antes de llegar a Olmedo paso otro lavajo que alguien hizo secar hace tiempo, tenía agua hasta en verano, cosa rara porque muchos desaparecen durante meses. Entro en el pueblo. Son las dos y diez, que venga por la tarde, me dicen en el registro, pues vale.
Llego a casa de mis tíos hacia las 3. Me dan cariño, unos canelones de muerte y un lomo adobado al whisky del que pido la receta inmediatamente. No ponen nada en el cine que nos interese a mi tía y a mí y que no hayamos visto, la del cisne nos da pereza. Otro día iremos.
PD: Por lo visto el término "lavajos" se emplea en tierras de Medina y el de "bodones" por Olmedo, lo dicen los autores del blog Valladolid, rutas y paisajes, una maravilla que descubro al escribir esta entrada cuando llego a Madrid y busco fotos y referencias.