Bitácora de Aurora Pimentel Igea. Crónicas de la vida diaria, lecturas y cine, campo y lo que pasa. Relatos y cuentos de vez en cuando.

jueves, 29 de agosto de 2024

Indefensión (pero de ningún modo aprendida)

La sensación creciente que tengo es de indefensión. Es algo muy molesto. Y que no quiero que se transforme de ninguna manera en ese otro fenómeno que observo y que se llama "indefensión aprendida", evidente en comportamientos particulares, también institucionales, diversos. 

Indefensión aprendida = agachar la cabeza. Aprender a vivir con el violento. Que no se dé cuenta de tu existencia. Pasar desapercibido. Aceptar los golpes. 

Si se puede variante esto de la indefensión aprendida, callarte como un muerto cuando la víctima es otra... así a ti no te molestan (esto en el cole con el bullying es un buen ejemplo). 

Y otra versión, de todos conocida, de la indefensión aprendida: "Todo esto le viene muy bien a los fascistas"... mientras tu país se va por el desagüe tú con tu virtue signaling "eh, que yo no soy de esos"... 

***

Indefensión en un país que no tiene fronteras. Que da igual que las tenga. ¿Para qué, entonces, el Estado, si no hay fronteras? No voy a abundar más en lo que cualquiera que ande por la calle ve. Si es que no vive en una fortaleza, urba con seguridad privada, etc. 

Indefensión jurídica absoluta ante cualquier problema que tengas con cualquier "gran empresa" en líneas generales, de suministros -y seguros, y bancos, ponga Vd. lo que quiera- me refiero, con puntualísimas excepciones. 300 llamadas para que te cambies de compañía, te engañan como a un chino, te mienten, vete a reclamar tú al maestro armero. Tengo ejemplos propios pero muchos más de personas (más) mayores que son sangrantes. 

Indefensión también si se te ocurre coger un tren que "puede" llegar a tener un atraso de una hora, y esto de modo frecuente. Como para hacer planes de trabajo. 

Indefensión si tienes un okupa en tu piso o en el edificio. No se "puede" hacer nada. Estás al pairo de ellos. 

Indefensión ante, yo qué sé, constructoras que se retrasan más de 2 años en la entrega del piso que hacen, además, con unas calidades peores que las pactadas, espantosas. Y no te dan ninguna explicación. Pasan de ti literalmente. A veces tienes la cintura posible para salirte del barco que se hunde, pero pilla a muchas familias. Y sucede con cierta frecuencia. Familias que quedan absolutamente indefensas. 

Indefensión total ante Hacienda. Primero, pague Vd., porque yo, inspector, voy a cobrar antes, aunque no tenga razón, y aunque Vd. tenga el tiempo y el dinero para reclamar... y, en su caso, pasados los años, le den la razón, yo ya me habré llevado lo mío. Esto es una absoluta vergüenza. 

Indefensión ante la injerencia constante del Estado y de gente perversa en la vida de la gente. Sólo hace falta escuchar a padres con niños en edad escolar y su lucha. Y también ver el goteo continuo en el entretenimiento; hay mucho de bueno y mucho también que es una absoluta m. Van a por los niños, a por todos los que puedan. 

***

Una sensación de indefensión creciente también ante el silencio precisamente, éste sí, producto de la indefensión aprendida de instituciones que deberían defendernos y defender la verdad  ante cosas muy serias que ponen en riesgo toda nuestra convivencia. Y cuando hablan, peor: vean, por favor, el último párrafo de este texto. 

Añádase la cobardía de los llamados intelectuales por goleada, el pasteleo que se traen mayoritariamente. 

***

Se puede tener esperanza y saber que este mundo es pasajero la Redención, que es lo importante, "ya" está hecha, tener fe, tener amigos, tener familia, gente a la que quieres y que te quiere, intentar en la medida de tus posibilidades "construir" algo duradero, trabajar en silencio, poder comer todos los días y tener un techo que ya es mucho en este país nuestro, lo digo como lo estoy viendo, dramas por todas partes, y tener, a la vez, la espantosa consciencia de que estamos, muchos, indefensos humanamente. 

Luego ya si eso que me levanten la naricita y el meñique y ese "no digas guerra cultural, que es muy feo", que "la guerra es con uno mismo", etc.  En fin, que naturalmente que la guerra es interna, pero que "fuera" estamos absolutamente indefensos.  Y que bajes de tu torre, so pelma. 

 Ya, otro modo de indefensión aprendida, creo.  A lo mejor si somos más educaditos y aseaditos nos "ajuntan"... O se olvidan de nosotros. En fin, eso. 



lunes, 26 de agosto de 2024

Haikus, greguerías (y algún aforismo) de La Moraña

 

Agua (invierno)

 

Es la Moraña

duro suelo y agua

subterránea.

 

Bodones, charcos,

lavajos que brotan,

hogar de aves.

 

Campos helados,

estrellitas de agua

como diamantes.

 

La Candelaria:

la calle se llena de velas,

Belén quitado.

 

Un chopo o varios,

zahoríes sin paga,

señalan agua.

 

En esa fuente

las lavanderas lavaban,

rojas sus manos.

 

Herida la tierra,

acoge la semilla

como un cuenco.

             

Ese frío duro, inclemente y largo ojalá fuera sólo en invierno, hace de la Moraña tanto como el sol la hace en verano.  

Pero siempre hay pájaros que invernan en nuestras lagunas y lavajos, porque hay climas más duros, y las aves saben bien lo que se hacen.

 

Aire (primavera)

 

Noche cerrada,

pero él ya canta,

mirlo temprano.       

 

Cola en uve,

manchas blancas en alas,

es un milano.

 

Crecen los días,

cruel engaño, de pronto

¡la cencellada!

 

Semana Santa,

lirios en flor cárdenos,

llora el campo.

 

Pardillo macho,

enrojecido pecho,

ya cortejando.

 

Todo jilguero

va siempre en comanda,

acompañado.

 

Sólo tres semanas, cuatro a lo sumo, dura la primavera en esta tierra áspera.  Días gloriosos, restallantes de ese verde brillante con que se pintan portones de garajes y patios en tantos pueblos de España.  Pueden caer esas escasas semanas en mayo, o atrasarse a junio, como el año pasado.  Luego nos entregamos al duro verano, al rastrojo, al abrojo, a la desnudez y a lo árido.

Atenta mirando, no vaya a ser que, por estar yo despistada, me pierda esa gloria de la fugaz primavera cuando cruza, con tanta prisa, nuestra Moraña.

Fuego (verano)

Niños en junio,

pájaros liberados,

abren sus alas.

 

Cuatro collalbas

vuelan sobre el campo,

ya es verano.

 

Sudor humano,

dignas casuchas en pie,

no queda nadie.

 

Desde el Carmen

a la Asunción hay noches

interminables.

 

Mustio refugio

es un bar escondido

sin parroquianos.

 

El sol le presta

nombre, color y porte,

y él le sigue. 

(Haiku/ Adivinanza: el girasol)

 

Granizo, temor

de verano, cae hielo,

piedras del cielo.

 

Bajo este cielo tan grande, tan de película de Ford o foto de Ortiz Echagüe, nació un gran santo que se quedaba embelesado mirando a la eterna llama blanca ardiendo y escribía “nada, nada, nada, nada”.

Tierra (otoño)

 

Cada septiembre

la sombra se alarga,

interminable.

 

Agua cerrada

espesa y morena,

barro de cántaro.

 

En Tiñosillos,

último alfarero,

oficio de Dios.

 

Modesto arco

en ladrillo, pared blanca,

casa honrada.

 

Un cementerio,

ciprés y blanca tapia,

cielo y cárcel.

 

Al caer la tarde, caminando, abro una cancela donde reza un cartel “Servidumbre de paso”. Fogonazo: siervos de lo temporal, todo es pasajero, nada es estable.

 

Como San Juan de la Cruz, 

como esta tierra frugal y sobria, 

quiero despojarme,

yo también,

de tanta palabra.

******

Nota: esto era un "trabajito" para una asignatura que cursé este año. Me costó un poquito... bastante

miércoles, 21 de agosto de 2024

La entrega

Hace unos meses escuché un  Dalroy con Ángel Barahona donde él decía que creía poco en las palabras. Mejor dicho, que siendo éstas importantes, es el testimonio lo que mueve. 

Estoy totalmente de acuerdo. 

Me encanta leer. Y conversar.  Y escuchar a gente que habla maravillosamente. Y escribir. No seré yo quien desprecie o minusvalore el peso de la palabra que ordena (especialmente cuando el orden es, ay, una de mis muchas asignaturas pendientes, corramos un tupido velo). 

El peso de la palabra que nombra, narra, inventa, que explica o razona lo que es o puede (o pudo) ser (me acuerdo de aquel "del ser se dice de muchas maneras"), ahí queda. 

Sin embargo, creo, me parece, o al menos yo así lo siento, que es testimonio, encarnadura, lo que más necesita nuestra era. Yo al menos. 

"Ven y lo verás...", así lo relata el propio Evangelio. 

***

Hablando hace meses con la Hermana M. conveníamos las dos en lo atractivo de la entrega. A raíz de San Ignacio era. Las dos fascinadas con el personaje, con el santo. Ella en sus treinta y yo en mis sesenta y...

La entrega. 

Traduciendo estos días ese "devoted" o "devotion" del inglés al español me salía que la palabra adecuada a veces era eso, entrega. No ya dedicaciónentusiasmo ni fervor, simple y llana, y ardua, entrega. 

***

Nada hace más atractivo a alguien que la entrega. No en vano la promesa que se realiza en el sacramento matrimonio es esa: yo me entrego a ti, N. Es bestial realmente. Sólo si crees en el sacramento "caes" en que dicha promesa es posible gracias a Dios, no a tus humanas fuerzas. 

***

Podría decirse que sí, pero mira también que la entrega puede ser ambición, locura, esa idea devoradora de genios "entregados" a lo que sea, común también a aventados diversos en política y un largo etcétera. Pero es que entonces es ambición habitualmente. 

Frente al proyecto del yo, el ídolo siempre, la entrega. Que no puede ser a algo, entregarse a una "cosa" -por "alta" que parezca o suene- es desilusionante por mucho "legado" que dejes, polvo todo finalmente.  Es polvo y, a poco que uno sea pelín consciente, lo sabes y te entra la risa habitualmente. 

***

Entrega. 

La he visto en personas dedicadas a otras muy enfermas. Y la he visto en los propios enfermos. 

La veo en los pasos de D., pa`arriba, pa`bajo. 

Y se ve en otras personas, muchas, diversas. 

***

Ver la entrega a una familia es de las cosas que hoy, a mí, personalmente, más me ayudan.

Luego, sí, leo bastante. Escucho a personas brillantes. Qué bonito esto. Me encanta lo que expresa Zeta tan acertadamente o con tanta gracia. Me entretiene horrores tal cuento. O me quedo fascinada con este poema. 

Pero la entrega, la entrega siempre. 

Nada habla más elocuentemente. Nada es. Es el (V)verbo realmente encarnado (por analogía, disculpen Vdes.)

martes, 6 de agosto de 2024

Ventajas de cumplir (muchos) años. Las alpargatas y la señora de rojo tan guapa.

Hace unos años, hablando con un encantador carlista, me dijo que de los años no se hablaba, que era una vulgaridad. Y tenía razón, creo, no es un "tema" de conversación los años propios,  menos los ajenos, no se debe preguntar por ellos a nadie. Pero esto, como toda buena regla, tiene sus excepciones, así que voy a saltármela en este momento. 

El "tema" es que, como optimista irredenta, más bien esperanzada, creo que hay innumerables ventajas en cumplir años. Me refiero a "muchos" años. Aclaro: "pocos" años es de los 0 a los 60. "Muchos" es superar los 60. "Tantos" -un tantos expresivo- sería a partir de los 80. Hablo aquí de esa franja que va de los 60 hasta los 80. 

Hay 3 puntos en esto, los 3 relacionados. 

Punto 1. Estás más cerca de la muerte. 

Ya siento empezar por aquí, pero es que no queda otra. 

Soy de Valladolid, aclaro, bueno, casi. Castellana. Así que pienso en la muerte casi todos los días.  Cumplir años ya superados los 60 te hace ser más consciente (aún) de que estás más cerca de morirte que, digamos, "antes". Cuestión de probabilidades, vamos. 

Y ese recuerdo de que no es que hayas dado la vuelta al jamón, es que te "quedan" en el plato un par de lonchas te hace ser más consciente de lo poco que importan las cosas que importan poco... Y lo mucho que importan las (pocas) que importan. Genial esto. Gran ventaja. 

Importa poco: casi todo. 

Importa mucho: irse al Cielo (acompañada, soy sociable). Y ya. 

Atención, que algo de lo poco importa en la medida de lo mucho, así que estupendo lo poco si sirve a lo mucho. Y de algunos pocos se puede apoyar -algo- al mucho. Así que paso al 2. 

Punto 2. Qué bonito es todo. Pero todo, todo y todo...

Llueve. Estupendo. Qué bien le viene al campo. 

Hace sol. Genial. Andamos. 

Calor, vale, sí, incómodo a veces, pero mira, qué gusto que se seca la ropa rápido o la gente está ya de vacaciones y los comerciantes están ganando dinero, que falta hace. 

Frío, estupendo, me encanta el frío, te abrigas y te imaginas que estás en una novela rusa (esto, viviendo en Ávila, es muy útil)

Qué ricos son los niños. Qué guapos estos novios. Lo listo que es fulano. Qué bien se pasa con los amigos. 

Lo que me gusta comer, madre mía, este hambre que no me la quita nada, que suerte tengo con este hambre, podría ser una dama inapetente, pero no, qué gusto poder sentir aún hambre y poder comer cada día. 

Insomnio, peor lo pasan los padres de niños chicos. Elucubro, rezo, oigo un podcast, me levanto y cocino, leo o escribo. El insomnio no va a poder conmigo, oiga. El insomnio es una gran ventaja, voy a buscar algo sobre insomnes que hayan hecho... algo (me río sola). 

Punto 3. Fumarse un puro... por casi todo. 

Hay una libertad fantástica que da ser "mayor". Algunos son libres desde que nacieron, pero otros, creo, ganan libertad con los años. 

Hay una maravillosa libertad en saber que estás con quien quieres estar y no tienes que estar, un poner, por motivos "de trabajo", pongo por caso. 

Cuando desapareces de la arena laboral (identificada como remunerada, no de "ocupación", que se puede seguir ocupada hasta que te mueres) ganas a menudo en libertad. Ganas tiempo. Y, curioso, ganas, mucho, en ganas. Te interesan muchas cosas y otras no te interesan ya absolutamente nada, si es que alguna vez te interesaron. 

Una se puede dedicar así a los siguientes apartados a tiempo casi completo: tu marido, tu familia, tu casa, tu parroquia, tus amigos... los pájaros. Lees. Estudias. Escribes algo. Pero, de verdad, ¿alguien en su sano juicio puede creer que hay una vida mejor que ésta que puede tocarte cumplidos determinados años?

Yo entiendo que a quienes han sido "importantes", o han puesto mucho en lo que llaman "carrera" o como lo llamen,  debe de costarles posiblemente. Como, por otro lado, la vejez debe de costar quizás a quienes han sido muy guapas. Es normal, somos humanos. Pero, si no es el caso, puede ser visto como un añadido de libertad. Y la libertad es lo más grande que tenemos los seres humanos. Tras Dios. Mejor dicho: con Él. 

Nota al margen: Hay una especie de suero de la verdad, es como si te lo metieran en vena al cumplir años. Esto también pasa. Te desinhibes -mal a veces, hay que ser educado- y le sueltas cuatro frescas o un paraguazo a quien se te ponga por delante, como si fueras un personaje de un tebeo. 

...pero, en todo caso, ay... 

Fui a una boda este viernes pasado. Y como todavía no soy lo suficientemente libre, dudé en el calzado. Me llevé unas alpargatas elegantes, por si acaso. Pero no me las puse, me puse unos zapatos, pensé en si iba yo a desentonar, y eso no, por Dios, cómo voy yo a desentonar ¡qué espanto! Sí, es evidente: no he cumplido aún los suficientes años. 

En la misma boda había una señora estupenda -fantástica, de rojo, murciana-, de mi misma quinta, creo, con la que intercambié un par de palabras. Catequista ella, catequista yo, nos entendimos a la primera... Y ella iba con unas monísimas alpargatas, ideales. Cómoda. Y súper guapa (es que era guapa, además).

Conste que no lo pasé mal con mis zapatos, no me dolieron los pies nada, pero, ay, me hubiera gustado haber sido un poco más libre. 

Quiero, definitivamente, cumplir más años. No para que me duelan los pies -yo, que ando siempre con zapato plano-, sino para ser más libre y fumarme de verdad un puro más de los que ya me vengo fumando. Porque nunca son bastantes. 

El mundo está lleno de señoras (y señores) de cierta edad incierta pasándoselo estupendamente. Con tristezas detrás o problemas, nunca faltan. Pero libres, más libres si cabe. 

Al Cielo y libre, como los pájaros. Definitivamente, "Más vale volando".