Bitácora de Aurora Pimentel Igea. Crónicas de la vida diaria, lecturas y cine, campo y lo que pasa. Relatos y cuentos de vez en cuando.

martes, 18 de junio de 2024

La viña y el velo

Las lecturas del Antiguo Testamento estos días pasados han sido bestiales. Cinematográficas algún día, Elías ahí frente a los 450 sacerdotes de Baal, las dos piras, los sacerdotes desesperados porque la suya no ardía, Baal no les hacía caso. Y luego hiriéndose ellos mismos... y la pira con el sacrificio de Elías que va y arde.

Elías y los sacerdotes de Baal. Lucas Cranach el Joven. 
Ayer, de nuevo, otra lectura larga y cinematográfica, esa Jezabel que trama maldades para que se quede con la viña de Nabot su marido, el rey Acab. Pequeño detalle de Acab en la cama enfurruñado como si fuera un niño y sin comer porque Nabot no quiere vender de ninguna manera la viña de sus padres. Y Jezabel que le dice que coma, que ya se encarga ella... Uf, me ha recordado muchísimo a Macbeth. 

La foto es de un viñedo de Hermanos del Villar en Rueda.
Hacen un vino estupendo, Oro de Castilla.
Y son primos segundos míos.

***

El dolor se vuelve más suave, pero no desaparece. Y en misa es cuando notas más alivio y esperanza. Se lo comento a una amiga a quien le pasa igual. Voy a misa por lo que implica, recibimos a Jesús en cuerpo y sangre, pero también porque noto a mis padres y familiares, a tantos amigos queridos.  

Es a partir del Sanctus: sabes entonces que el velo se rasga, que el cielo se abre y estamos ahí la iglesia militante y ellos, esperamos, en el cielo alabando y, a la vez, pudiendo tocarnos casi. Notas sus dedos, sabes que queda menos y que ellos no te soltarán de su mano. 

Don Alejandro siempre nos conmueve con esa petición suya que no olvida en ninguna misa: por quienes nos precedieron, por el don de la fe, gracias a Dios y a ellos estamos aquí. Y es así. 

***

A las nueve de la noche de nuevo estaba. Le pregunté luego su nombre y su edad, doce, con pantalón corto iba, guapo como un sol. Toca el violonchelo y tiene que repasar este verano algunas asignaturas del conservatorio. Seis hermanos tiene. Hincado de rodillas rezando el rosario ante el Santísimo. Cómo no emocionarse. Le di las gracias. 




viernes, 14 de junio de 2024

Alegrarnos la vida


Hay un blog estupendo que se titula  "¿Estas content@?". Siempre que lo leo, sonrío. Es el diario de un cura de pueblo, Javier Vicens, contado sin pretensión alguna, con un fino sentido del humor (que empieza por él mismo) y una mirada amable. 

Si yo tuviera dinero, financiaría una serie que tuviera como base el blog de Vicens con todos los personajes que pasan por él, son geniales. Pero no tengo dinero, ay, lo cual es una auténtica pena. 

Si alguien conoce a alguien con dinero y posibilidades de producción, que le cuente esto, porque la serie de las cuitas del pueblo (¡los pueblos!) a los que Javier sirve de sacerdote iba a dar una altísima audiencia. 

La foto es de San Miguel de Salinas, uno de los pueblos donde transcurre "¿Estás content@?" Cinematográfico es, no me digan

PD: Tengo ya todo el elenco pensado, internacional, actores estupendos. Se rodará en los escenarios originales, que hace buen tiempo además, va a ser divertidísimo, Dña. Nati teniendo a la actriz que la interpreta de frente y contándole... 

***

La pregunta que da título al blog de Javier Vicens a mí me parece clave. Creo que es un buen termómetro vital y espiritual. 

¿Estás content@?

¿Estoy triste?: quizás algo no funciona por dentro y tengo que averiguar qué hay en ello, la  tristeza  puede ser síntoma y, en algunos casos, se suele combinar /disfrazar de otras cosas, por ejemplo, de, ejem, enfado... Hay gente a la que le da por la tristeza melancólica y a otros nos da por la tristeza furiosa, va en caracteres. Lo primero es más literario y romántico, lo segundo es un peñazo porque te agotas mucho de golpe y te pones fea. 

***

No digo estar triste por cosas por las que lo humano es estar triste por horas, días, meses a veces... : se te muere un amigo (los amigos y la familia se "nos" mueren, no sólo "se" mueren), la enfermedad de alguien, las dificultades que se tienen (ese trabajo que no sale, apreturas de dinero...), pero con todo esto puede haber cierta alegría de fondo, como en sordina 

La alegría tiene que ver con la esperanza. Y con la caridad desde luego. A veces la tristeza esa viene por no querer a los demás o, uy, no quererse uno bien (digo de verdad, querer y quererse uno con misericordia y sentido del humor, no en plan we are the world/imagine o narcisito instagramero o de autoayuda yanqui). 

La alegría no es un anuncio ni el todo va a salir "bien" en esta tierra. Como la gente no es imbécil, si le venden esa alegría de anuncio, naturalmente no se la cree o se desilusiona a la primera y la caída es morrocotuda. 

***

Tampoco me refiero a esa tristeza de enfermedad que se cura (aunque no siempre y dependiendo de muchos factores) con ayuda de un psiquiatra, un psicólogo, alguna pastilla (en su caso por un determinado tiempo) y, también, con terapia, cambiando cosas de tu vida, aprendiendo a verlas de diferente manera, haciendo B cuando antes hacías Zeta... 

También la ayuda espiritual de un sacerdote, la de los amigos, la de tu familia, etc. sirven de apoyo. 

Bueno, a mí por lo menos todo eso me ha servido para superar la depresión, para curarme. Cada depresión es un mundo que sólo conoce el que la padece, desde luego. 

***

Ya no sé ni por dónde iba. 

Bueno, eso. 

Que el blog de Javier me alegra la vida y sólo por eso ya me cae bien. 

Que su pregunta es un buen termómetro porque la tristeza no es sólo una reacción lógica y normal, un estado de ánimo, sino a veces un disfraz de otras cosas que suceden por dentro y que te minan y pueden hacer tu vida peor. Y hay que estar alerta; y con los años más, puede ser uno de nuestros demonios particulares.

Los cenizos profesionales tienen desde hace tiempo un prestigio (intelectual mayormente) de espanto. Parecen como los listos y los que se enteran de qué va la vaina ésta. Pero hay que huir de ellos como de la peste. Estamos como estamos en gran medida por todos esos petardos insoportables que han hecho escuela (y práctica). Y se nos pega en cuanto nos descuidamos, está en el ambiente. 

Las personas alegres, las que luchan por mantener la alegría, no son imbéciles: ven la herida, la propia para empezar, la de los demás secundariamente, pero no se quedan a vivir en ella. Y nos hacen la vida más agradable a los demás, la suya también. Gracias por alegrarnos la vida, majos. 

PD: Una de las cosas que se notan más hoy en día en la calle, en el ambiente, es esto. Que estamos tristes. Que somos tristes. Y la alegría, cuando "sale", es a menudo impostada, forzada, no viene de dentro, es como de plató de televisión, no real, para la foto. 



martes, 11 de junio de 2024

Derecha in extremis (el suelo)

Me voy a cambiar el perfil -el resumencito ese- de donde sea. Soy derecha in extremis. Y me espantan las etiquetas, pero para entendernos.

***

Pregunté a D. Luis del Pino ayer para su programa en space en X 
"¿Cree Vd. que Vox podría...
A) Hacer algo que no hace
B) Dejar de hacer algo que hace
C) Hacer mejor o de otra manera algo que ya hace
Nuestro país es el que es y más cosas...(educación, medios, etc.), pero ¿es posible que "además" se pueda hacer algo +/ mejor?"

Me contestó amablemente y tomándose tiempo. Creo que le entendí. Se lo agradezco. Pero no acaba de convencerme. Es un sí... y no.  Me pasa a menudo: vale, sí, gracias, pero no es "sólo" esto. 

Entiendo también que cada uno lo ve de una manera. Es de las cosas que me gustan: cuando se pueden ver las cosas de diversa manera y trabajar juntos porque hay algo común más importante que lo que son pequeñas diferencias. 

De modo resumido (seguramente de modo burdo, perdóneme, D. Luis) me dijo que Vox tenía influencia y estaba marcando la agenda, que eso era lo que importaba más. Está en el programa (minuto veinte, creo, pero si no eres suscriptor no se puede oír). 

Bueno, bien, hasta un punto sí, pero... yo veo otras cosas además. 

***

Vox nace precisamente porque de inicio hay un voto que no se sentía representado en absoluto por el PP. Voto por unas ideas que, si no las defiendes, no te voto. Rajoy lo había dicho en 2008 en Elche "los conservadores y liberales se pueden ir a otro partido", pero vamos, que sin esa frasecita la cosa iba siendo ya evidente. 

Algunos tomaron buena nota, aunque hay gente más lenta por lo que sea. Algunos pasaron de la abstención -puntual- al voto a Vox hace ya muchos años. Eran poquitos porque cada uno tiene sus tiempos. Y no hay que afear a nadie la lentitud en ver las cosas. Sí la cabezonería, por cierto.  

*** 

Había una ideas con un núcleo común -que es lo que fue y por lo que nació Vox en 2014-  y (esa palabra cursi que, como no encuentro otra, la digo) "sensibilidades" diferentes. Se fueron sumando otros diversos, pero originalmente Vox era eso. Y lo fue durante un tiempo, el de mayor crecimiento (creo, me parece). No, no es "sustituir al PP", pero sí aglutinar esas sensibilidades diversas, las originales y otras. Porque si es uno español entiende que donde hay dos españoles hay tres opiniones como poco. 

"El partido" -a mí personalmente- me importaba un bledo. Y me sigue importando un bledo. No soy "de Vox", aunque sea afiliada. Y así había muchos (los hay) que pasaban 100 pueblos de Vox aunque fueran afiliados, lo votaran, etc. 

Pero esto no lo noto ya. Noto que "el partido" -qué espanto hablar así- se va configurando como un dios y que hay que estar con él  a muerte. Ya: las redes contribuyen a esto y otras cosas que no vienen a cuento relacionadas con tocar poder, con poderes diversos. 

Un partido es un complejo proceso de decantación y de temple.  No hace falta para nada estar de acuerdo en todo, ni mucho menos que te "guste" todo el mundo, cargos o lo que sean.  Y hay enredadores profesionales y aficionados, de todo hay, externos e internos. Mi admiración siempre a  los currantes.  

Pero hay algo que, en mi opinión y visión, cada vez me cuadra menos. 

***

Vox reunía votos de una "derecha" muy variada y de otra cosa bastante amplia que no es derecha, los ha ido recogiendo. Eso, creo, es lo que permite/ía/irá  -entre otras muchas cosas- imponer agenda. Puedes "marcar la agenda" en la medida en que eres y estás. Y también en la de crecer, no es menor esto. Y sí, están también medios y exposición, etc. Sé que todo es increíblemente difícil.

El poder no es el fin, es cambiar las cosas. Teóricamente es eso. Pero, permítaseme decir aquí precisamente que hay poderes pequeños, cucos y cómodos a veces, que puede utilizarse de coartada lo de la agenda, la "influencia" esa frente al poder: un acomodarse al poder chiquito, mira, estamos en X y Z, yo tengo mi sueldito, mi sillón, etc... Y ya el resto... Podría ocurrir, no digo que suceda. No estoy en la conciencia de la gente. 

Pero a lo que vamos: la variedad original, que creo es (y era) una de las fortalezas de Vox y de sus bazas según yo lo veo. Lo han contado otros mejor, aquí sólo un ejemplo. Y más gente con peor o mejor fortuna sé que lo han dicho y dicen (interna y externamente, y con buena voluntad, o menos, porque incluso hasta en la mala voluntad -o el resquemor- puede haber una verdad...).  

***

Y otro tema. Se habla del suelo de Vox, de su resistencia.  Se presume. Y hasta se chulea. Se chulea mucho. Es el estilo al parecer que se premia y chifla. Ya sé que va en el estilo político general y social que triunfa.  

Y, de nuevo, sí y no... eso del suelo. Más bien no, francamente. 

Porque no se puede olvidar que Vox, precisamente Vox, reúne un tipo de voto que se puede quedar en casa. Que, de hecho, se queda. No vamos a pensar que en ese 50% de abstención del pasado domingo 9 no hay votos no "de" Vox, sino de gente que podría votar Vox o que votó Vox. 

Vox no es el PP. No lo es. Nació precisamente por gente que no era así y creció, en gran medida, por otros que no tienen ningún problema es quedarse en casa.  Así que lo del suelo... menos lobos. Y cuidado.

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Los partidos no son las personas, pero sí lo son. Las personas defienden las ideas. Y se da más exposición e importancia a unas ideas a través de esas personas que hablan más de ellas, que las defienden mejor, que tienen más exposición o un puesto determinado o un cargo, llámalo zeta.  

Hay mil razones para "prescindir" de personas (y de votantes, desde luego).  Pero ya es casualidad a veces.  Y cuando se ve que el perfil es de modo creciente y unívocamente uno, hay un suelo que puede que se tambalee. Que ya lo esté haciendo. 

***

Yo creía que podía verse algo de esto que puede pasar (contra la idea de un suelo ahí de fans que no se quiebra y del que se chulea) con las elecciones de los últimos años, con las diversas elecciones, vistas de frente, buscando la verdad honradamente. 

Pero sorprendida, y con preocupación, contemplo que todo lo que no sea "ole" de cada vez, sea como sea el resultado, es minimizado, silenciado, tomado como ofensa y ganas de enredar. No digo que no haya el complejo "yo ya lo dije" o rencores o resquemores. Pero creo que también puede haber cierta verdad. Si es que importa ésta. 

La verdad siempre. Que puede tener varias caras, no una simplemente. Y que lo es lo diga Agamenón o su porquero. 

*** 

"Hay que esperar a la catarsis, Aurora", alguien me ha dicho. O sea, a un fracaso "mayor" en las urnas, no uno "pequeñito" o interpretable... al sesgo. Digo uno mayor que pasar de 52 a 33, por ejemplo. Sí, en todo hay varios factores, desde luego... ¿pero por qué no abordar ese factor precisamente?

Lo que no sé es si, tras esa "catarsis", en el proceso, quedará algo de España. Lo de menos es si quedará partido, francamente.

***

La verdad de frente. 

Todo el mundo se equivoca. 

El que más grita y más aspavientos hace no siempre es el que dice la verdad más, llamémosla, completa

Vox era muchas cosas, no sólo una. 

Pero en fin, gente más experta y que sabe más que yo ya hay... Es sólo lo que yo veo. Por si sirve. 

lunes, 10 de junio de 2024

Elogio de la riqueza. "Ejecutoria" (tu casa es ésta)

"Elogio de la riqueza" es el título de un libro que me gustó mucho y que me recomendó Enrique Borrajeros, pero no es el del que quiero escribir en este momento. 

Aunque ese título me sirve para escribir lo que siento al acabar "Ejecutoria", de Enrique García-Máiquez; más que una reseña, un profundo agradecimiento porque a mí me hace mucha falta la riqueza. 

Es como si me hubieran invitado a una casa en el campo o en un pueblo, una casa que no es mía (aunque luego lo sea, ese es el tema): es de alguien suficientemente generoso como para abrirla y que la disfrutemos.  Una casa de esas con suelos de barro y parra y patio y sol y árboles crecidos y fuertes. Da igual si es de un labriego o de un propietario de tierras, pequeña o grande. 

Esas casas limpias, encaladas, dignas y preciosas de nuestros pueblos y de nuestro campo.

También valen las casas que hay en la España verde del norte, es simplemente esa idea. 

***

Te abren la casa. Y tú mucho oh- ah al ir viendo las habitaciones, los suelos, las maderas o la simple piedra, el fogón, la leñera... y luego....  ¡van y te dan las llaves! Y te dicen...  "Ven y quédate lo que quieras, esta es tu casa". ¿Quién no querría?

***

Cosas buenas que ocurren leyendo "Ejecutoria": 

1. De repente quieres ser mejor. No es que antes no quisieras, pero es que se te olvida a veces. 

2. Caes en tu nombre. En lo importante que es tu nombre. Ese que viene de tus padres y de tus abuelos... el que llevas. Apellido y nombre, ese verdadero que sólo Dios conoce, como el tercer nombre de los gatos de Eliot. 

Caes en que eres hijo de tus padres que no se merecen que te canses, estés triste o tires la toalla. En que eres hijo de Dios. Esto último -la filiación divina- es una llama constante en el libro. ¿Que no crees? No te sobrará. ¿Qué crees? Te lo recuerda: no hay título más importante. 

3. Te ríes mucho. Te emocionas a veces. Yo con el mendigo de Baudelaire he llorado, lo confieso. Pero me he reído más. Y he sonreído todo el tiempo. 

4. Apuntas los libros y autores que querrías leer... y que leerás cuando Dios disponga (que a veces no dispondrá que los leas) 

5. Das gracias por la riqueza de Enrique, que es uno de los hombres más ricos (esto sin que Hacienda se entere) .Y que, gracias a lo que escribe, nos hace compartir su riqueza, la riqueza. 

6. Porque más que rico él -que lo es-, es que nos pone a la vista una riqueza bestial que todos podemos tener si queremos. No se agota. No paga impuestos (bueno, sí los paga, no en el IRPF o patrimonio, pero vaya que si paga peaje esa riqueza, pero no vamos a entrar ahora en ello). 

El legado, el enorme legado que tenemos y cuyo foco (hilo) puede ser la nobleza de espíritu, algo atrayente, que "llama".

Ay, qué gusto que haya ricos y que haya riqueza. ¡Que tengo -tenemos- toda una casa con suelo de piedra haciendo dibujitos como esas de Toledo! 

Y qué pena enredarse en lo que es pobre, feo, mínimo. 


PD: Un buen amigo me dice luego "Las casas hay que mantenerlas, Aurora"... Ay, qué buenísima precisión me hacen siempre los amigos... Tiempo y esfuerzo por mantener esas maderas tan bonitas, esos suelos, el techo. 


sábado, 8 de junio de 2024

—¿Me haces compañía? (Lars y una chica de verdad)

Me venían varios títulos como resumen de la película "Lars y una chica de verdad" que me había recomendado un hermano mío hace tiempo.  Ese "¿Me haces compañía? "de la doctora, interpretada por Patricia Clarkson, siempre tan sólida y tan convincente, ha sido el que he elegido. 

Porque se trata de compañía. 

***

También se me ocurría "Hace frío ahí fuera", la ambientación, el entorno, transmite el hielo que se puede sentir, el hueco.  

Hace frío fuera y dentro. Y la soledad es una auténtica faena. 

La soledad de no tener a nadie con quien compartir tu vida, ser tan tímido a veces, tan lo que sea. La vida es como es y ocurre simplemente que no se da con la persona o se pierde. O no se sabe, es todo muy diverso.  

También hay otras soledades, más amplias y más hundidas: vivir con miedo a hacer el más mínimo contacto hasta visual, replegado y, como diría Lutero, curvado sobre uno mismo.

 Todos podemos ser algo raritos, pero solos lo acabamos siendo más, se acrecientan nuestras rarezas. 

La soledad puede hacerte enfermar.

***

Ryan Gosling está estupendo. Lo borda. 

***

La comunidad es importante.  Lo es siempre, cuando has encontrado con quien compartir tu vida y cuando no. Sin comunidad morimos literalmente.  

A mí me ha chiflado esta comunidad que he visto en esta película: tronchante. Me ha hecho pensar mucho en hasta qué punto somos capaces (o no) de convivir con la diferencia y las rarezas. 

***

Un guion envidiable, realmente buenísimo, de Nancy Oliver (la misma que A seis pies bajo tierra).  Cuatro mimbres muy bien puestos y mucho conocimiento del alma humana y sus recovecos, ternura, respeto. 

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Hay muchísimos ecos en esta película, resuena. 

Esa mantita de niño chico, casi como si fuera Lino, el de los Peanuts (Snoopy, Carlitos, etc.)

"Cuando yo era niño, hablaba como niño, pensaba como un niño..." no es gratuito oírlo aquí. 

 Y al final, como alguien dice, lo que nos queda es un sentarnos juntos cuando sobreviene la tragedia. 

Muy cervantina también es -no en vano hay un momento en que se lee un fragmento del Quijote, un guiño evidente-.




viernes, 7 de junio de 2024

Todo lo que dejaremos sin hacer...

 

Caléndulas, foto cortesía de Interflora. 

"What might have been"

"Y vio Dios

que era muy bueno

todo

lo que había dejado

sin hacer."

(Del poemario Lugares comunes, de Ricardo Calleja)


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Hijos (propios).

Una novela.

Una tesis doctoral (y el doctorado, o sea).

Conocer México. 

Que en nuestro jardín crezcan caléndulas. 

Hojaldre del de verdad (hecho en casa, 16 pliegues).

Pintar acuarelas medianamente decentes. 


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Hay bastante más. Y no pasa nada. Porque lo que no llegaré a hacer será, si Dios quiere, bueno. 

Algunos "apartados" irremediablemente no serán "hechos"- facts-, realidad, por circunstancias diversas: biología, tiempo, esfuerzo, capacidades, temperamento, otras prioridades, etc. 

Pero el poema de Calleja lo tengo presente siempre desde que me mandó su libro. 

Se hace lo que se puede, cuando se puede y como se puede y sabe. Con paz. O sin ella, a veces hay pena porque somos humanos, no piedras. 

Pero, señoras y señores, tengo una excelente noticia... 

¡la Providencia nos sorprende! 

Te da lo que ni imaginabas. Lo que dabas por imposible o perdido: "a mi edad ya...", "en mis circunstancias...",  o "¿cómo yo, que soy Z o X, voy a ....o me va a pasar N...?" 

Y te hace (aún más increíble en algunos casos) no sólo capaz de empezar cosas que veías lejanas... ¡sino de acabarlas!

Corazón de Jesús (hoy) y de María (mañana), en Vos confío siempre. 

miércoles, 5 de junio de 2024

Enfado a la tercera potencia


 ENFADO A LA TERCERA POTENCIA

 

Estaba yo enfadada por estar enfadada de estar enfadada,

o sea, un enfado elevado a la tercera potencia.

 

Un día perdido dando vueltas a la herida,

esa herida que se cierra si no la molestan,

pero que es fácil que vuelva a abrirse de nuevo.

 

Y mira que he rezado las letanías esas,

las de la humildad, el pobre Merry del Val 

se revolvería en su tumba si pudiera

sabiendo bien que no era verdad,

pero para que lo fuera.


Y entonces, me dan, zas, otra vez (más)

la oportunidad de que lo sea (verdad, digo).

Y en vez de “oye, que es esto, aquí lo tienes"

y aprovecharlo, que me vendría al pelo,

me vuelve a doler ese silencio generalizado

diríamos que precisamente,

de quienes de modo frecuente 

comparten un mismo perfil:  milennials.

 

Porque no es el primero, no.

Hace casi un mes que espero una respuesta. 

Y están muy ocupados ellos siempre.

Y a gala deben de llevar que no se conteste.

O, al menos, no a determinada gente.

 

Total, que enfadada, como ya digo, a la tercera potencia

enfadada por estar enfadada de estar enfadada,

y enfadada fundamentalmente por el día malgastado,

salgo por la puerta...


“Que ya me voy andando yo,

que no hace falta que me lleves”...,


una tarde de un día cualquiera

camino de mi parroquia, 

misa de siete y media.

 

Y cruzo el descampado:

solecito, nubes, brisa, etcétera.

Campo humilde al fin y al cabo,

campo entre urbano 

y el campo-campo-campo 

machadiano y señorial de la dehesa,


y el enfado se va diluyendo...

 

Se me caen unas gotas de enfado

tarabilla macho posada en farola,

que se hacen lluvia  

verdecillo jugando en reja—,

y luego viene ya todo en torrente:

collalba gris en verja,

espino albar florecido

con sus rosas, tan pequeñas,

y los chopos, que ya no están enfermos.

 

Y mi enfado a la tercera potencia

se queda ahí, empapando la tierra,

diría que haciéndose fango

si no fuera porque nuestro actual Presidente dice fango

y ya está el sustantivo perdido para los restos.

 

Porque Dios tiene estas cosas, 

y es capaz de alegrarme la tarde

y llamarme a la vez boba educadamente: 

"tú, sí, tú, boba, que lo eres".

 

Y sabiendo que he perdido casi el día entero

(en general el tiempo en todo el, 

llamémoslo, “proceso”),

puedo oír misa algo recompuesta 

y pidiendo perdón por ser eso,

imbécil,

porque estas cosas me duelan,

y también por no aprender de mi propia experiencia,

y quebrar mi intuición y mi regla.

 

Al margen,

a distancia siempre,

y con todos mis pájaros

los niños de catequesis,

el centro de Alzheimer,

mi marido, mis hijos y mi nieta,

las croquetas y los helados, 

la escritura, la lectura,

los amigos buenos, 

mi comunidad parroquial:

muchas alas, cuántos vuelos

y Dios, si no ha perdido la paciencia.




Nota: las fotos son de otro día.  

 


martes, 4 de junio de 2024

Las flores de los muertos



Tengo que investigar (leer) sobre la costumbre de poner flores a los muertos. ¿Desde cuándo?, ¿y por qué? Y también la de regalar flores. 

Las flores son importantes. 

Mi flor favorita es la amapola, que no puede cortarse, se aja. Sólo puedo verla en el campo. Me encanta. 

***

De los muertos al Vivo en el Corpus. Pétalos de rosas cayendo de lo alto sobre el palio y la custodia. 

***

Me he echado un amigo estupendo que me ayuda mucho. Siempre está de buen humor o lo parece al menos. 

***

Me cuenta otro amigo que "tiene paisaje" desde su casa. Me refiero a paisaje de campo. Que cada mañana, al subir la persiana, por la ventana ve el campo. 

Yo tengo un pequeño jardín y sé que es una suerte. Los mirlos arman jaleo a eso de las 3 o 4, la hora en que me despierto.  Luego me vuelvo a dormir y, si vuelvo a despertarme, son los gorriones los que pían al amanecer. 

***

Comunidad, cuánto me estás costando. Traducirte, me refiero. Que el concepto lo tengo claro.

"Y Vd., ¿por qué quiere estudiar este Máster?" me preguntó Antuñano. "Por dos cosas: tener una estructura, un cierto orden, y por la comunidad, que espero tener y que para mí es clave.." 

Hicieron todo lo posible por darme ese orden del cual yo carezco y del que me escapo, un desastre. Pero la comunidad bien que la tuve, una gozada. La echo de menos. 

sábado, 1 de junio de 2024

El gran lector

Él lee lo mismo la b con la a "ba" de las cuadernillos de un niño de siete años que una tesis doctoral bien armada (o mal armada). 

La columna.  El poema mejor o peor logrado.  El post it  garabateado. Un ensayo. Un guion. Un examen en el que te lías más que la pata de un romano (y que pasa, afortunadamente, desapercibido para quien corrige 233 exámenes).  Esa carta de despedida.  Tu diario. 

Las palabras escritas.  Las pronunciadas. Las que no decimos, pero pensamos. Las que querríamos escribir. Y los hechos, que son los más elocuentes, especialmente los que no ve nadie. 

***

No se pierde una línea. Ahí está, leyéndonos a cada uno, y todo el rato: el gran lector. 

Y no es que no "caiga" en esas comas mal puestas o en las faltas de concordancia. O en un tono que no llega a ser el adecuado. 

O en ese "tener" que contarlo todo y no utilizar la bendita elipsis. 

Como verlo, lo ve. Y se sonríe, claro. 

***

Perdón. Bendita Elipsis, con mayúscula siempre ambas, en cursiva y subrayado. 

Ese regalo precisamente suyo para poder sobrevivir  (y soportarnos) y no volvernos majaras. 

***

Y es que sólo Él es quien puede contarlo todo. Y leerlo todo. 

Como no hay tiempo en Él, todo sucede todo el rato. Pero el que es el Verbo nos da a nosotros, por estar sometidos al tiempo y al espacio, la Elipsis, que es otra formidable forma de gracia. Una más y nada desdeñable. 

***

El Gran Lector no se pierde nada, pero nos da el silencio, callar poco o mucho, de vez en cuando, como pausa o descanso largo, clave de la escritura y la palabra. 

Y nos ha dado saber que tampoco nosotros podremos leer todo lo que deseamos. En la vida eterna ni lo echaremos en falta. 

viernes, 31 de mayo de 2024

Reseña del libro "Sí quiero. 12 cuentos sobre bodas", de María Manuela Aranguren

Titulo:  Sí, quiero. 12 cuentos sobre bodas

Autora: María Manuela Aranguren

Editorial Olas del mar (Madrid)
235 páginas.
Precio papel: 35 euros. Precio digital: 12 euros


Las bodas como final de un cuento infantil son todo un clásico y constituyen desde hace décadas el argumento, que no el desenlace, de algunas comedias románticas. Se podría establecer hasta un subgénero propio, el de las películas con una boda como tema: los preparativos, el día H, los enredos y giros inesperados, las damas de honor, la soltera invitada -que, como no tiene pareja que llevar, sufre; a las bodas en EEUU hay que ir siempre acompañada -, los discursos que se dan, etc. 
 

Explico esto porque parte del andamiaje nupcial cinematográfico tiene que ver con este original libro y así se entiende mejor tanto el contexto de la autora como de sus cuentos. Porque en lo que a bodas se refiere, Hollywood ha “calentado la cabeza”, permítaseme la expresión, de algunas novias contemporáneas, otra colonización cultural evidente al hilo de la sociedad de consumo en que vivimos y el imperio americano. 

Así,  en chocante contraste con el feminismo empoderante, los matrimonios a edades cada vez más avanzadas, la habitual convivencia previa de los contrayentes y la baja nupcialidad en Occidente, las bodas (ceremonia y celebración) derivan hoy a veces hacia lo que podríamos calificar como “eventos”, como lo son -a diferente escala, aunque a veces pueda dudarse- la entrega de los Oscar o el estreno cinematográfico del año: tan planificadas y poco espontáneas, tan escaparate, organizadas en sucesivos escenarios repletos de “momentos” o hasta de “experiencias”-así los llaman- que quedarán registrados para el futuro en las mil y una fotos y el vídeo correspondiente.  

Permítaseme un inciso previo. ¿Podría esto ser consecuencia de la nostalgia de esos ritos que necesitamos los seres humanos? ¿Tratarse, quizás, de la invención de un abigarrado ritual que sustituya aquel sagrado, sencillísmo y contundente Yo, N., me entrego a ti, Z. […] hasta que la muerte nos separe? ¿Podrían incluso interpretarse estas bodas “Hollywood/eventos” como reacción ante una sociedad que sepulta todo rastro de aquel amor romántico que culminaba en boda y, sólo luego y entonces, en la consiguiente y ansiada convivencia? ¿Es hasta posible que se pudiera considerar a estas bodas como el reducto frenético y desaforado -una salida a la desesperada y, digamos, “por peteneras”, un “ya que estamos”- de aquel “reina por un día” que, al parecer, deben de anhelar tanto, y tan secretamente, algunas mujeres por lo demás liberadísimas y feministas de la última hornada, ola segunda, cuarta o sexta? Yo ahí lo dejo.

Bajo el seudónimo de María Manuela Aranguren se esconde como autora de estos relatos una relevante personalidad de, precisamente, la industria de bodas en España y Latinoamérica. Se trata de una wedding planner que conoce bien este rentable sector.  Aclaro que un/a wedding planner es la persona a cuyo cargo está la coordinación y complicada logística que las bodas “Hollywood/evento” implican, de modo que así la novia no muera en el intento y pueda disfrutar plenamente del día de autos. Perdón, quiero decir, del día más feliz de su vida.

Dado que la discreción es fundamental para su trabajo, María Manuela nos especifica en la presentación de sus cuentos que todo parecido con la realidad es pura coincidencia y que en todos ellos ha jugado con su imaginación -desbordante, como wedding planner que se precie-. Respetemos pues su deseo y no hagamos cavilaciones sobre su identidad para, como nos pide, proteger a sus 55 empleados en nómina y a los 345 empleos indirectos que genera su empresa. Quedémonos así al margen de las elucubraciones sobre si aquí se esconde la vasca Emilia Arróspide (CEO de Tu boda y lo que quieras) o el colombiano Bertoldo Montero (fundador de Si te casas, hazlo a lo grande). Olvidemos también si tal relato recuerda a la boda de cierta actriz o a la de una conocida influencer o si hay otro que pudiera estar inspirado en el suceso que tuvo lugar en el casamiento de la hija de unos bodegueros en 2017 y que fue la comidilla en el Puerto de Santa María (Cádiz, España) durante años.

Hay que disfrutar así plenamente y sin cavilaciones de estos doce cuentos. Entre todos ellos, recomiendo Te falta la novia, de tintes detectivescos y toques de ciencia ficción sobre una novia peruana que desaparece en plena ceremonia en el Machu Pichu abducida por unos extraterrestres. También Qué majos son los contrayentes, un texto escrito a modo de divertida comedia de enredo sobre las pésimas relaciones que acaban teniendo los ocho invitados a quienes se asigna ese bonito cometido de hablar en público en la ceremonia y que, en este caso, pasan del habitual, insistente y repetido “qué majos los novios y cómo se quieren /les queremos/les conocimos/cómo se enamoraron”, etc., etc., etc., a una auténtica batalla campal entre ellos. Boda con dos velas negras es un turbador cuento de terror sobre una boda de temática vampírica organizada por la afición al género de los contrayentes. Cierra el libro el relato más conmovedor, Que pase (case) pronto, que se inicia con el monólogo interior, un soliloquio precioso, de un novio resignado, o sea, “entregado” a lo que sea, ese perfil tan frecuente en estos casos y cuyo inesperado desenlace no les revelo.

Por último, actualmente podría resultar un aliciente más para la lectura de este Sí, quiero el hecho de que, según se especifica en la contraportada, tanto la empresa de María Manuela Aranguren como las de sus proveedores habituales sean corporaciones responsables y sostenibles, ecológicas y resilientes, así como el bonito detalle de que el 5% de los beneficios de este libro se dedicará a la ONG Bodas sin fronteras.

Aurora Pimentel Igea

(Nota: esto es un divertimento mío, el libro no existe, como leo mucho, e invento más, abro aquí una sección de reseñas de libros inexistentes, "El libro que pudo ser", total, sólo hace falta editor o medio donde publicar en su caso las reseñas, cosas más raras se han visto) 


martes, 28 de mayo de 2024

El día que Pedro Garro vio un tucán en la selva (Cuentos del río, el puente y el arbolito)

 

 (este cuento es un poco largo y forma parte de "Cuentos del río, el puente y el arbolito" para niños... )

(esta es la historia que estaba contando el chopo al puente y al río y que yo oí al despertarme de la siesta aquella que me había echado y tomarme un segundo bocadillo porque tenía mucha hambre)

EL DÍA QUE PEDRO GARRO

VIO UN TUN EN LA SELVA

 

Imaginemos el asombro, la sorpresa, de aquel primer hombre blanco que vio un tucán en la selva, ese pájaro tan bonito y tan extraño.

A mí me ronda la idea desde hace tiempo de que, aunque fue Don Gonzalo Fernández de Oviedo[1] el primero que escribe sobre los picudos[2], que así llamaron al principio los españoles a los tucanes, posiblemente fuera un muchacho de los que se enrolaron (enrolarse = “apuntarse”, se utiliza para expediciones y en  en el ámbito militar) en las expediciones españolas al Nuevo Mundo el que por primera vez viera a ese extraño pájaro.

Un muchacho procedente de un pueblo perdido en Ávila, allá por la sierra de Gredos, por poner un lugar cualquiera. 

Y vamos a darle nombre y apellido, Pedro Garro.

Se llamará este muchacho así Pedro Garro.

****

¿Queréis saber más de él?: once años, moreno, con el pelo muy negro y los ojos muy grandes, parecidísimo a su madre en todo eso, quien murió al dar a luz a una niña, María, la hermana de Pedro, al cumplir él los seis años, volviendo a casar su padre al poco tiempo. 

Estas cosas pasaban antes: morían muchas mujeres al dar a luz y los hombres volvían a casarse si tenían hijos porque solos no se apañaban. 

Sería este buen chico hijo de navarro y pastor como sus ancestros (antepasados), fuerte, pero delgado, de esos Garro que se establecieron en la zona y trabajaron como cabreros[3] a inicios del siglo XVI en Guisando, y que luego se extendieron por todo el valle. 

Pues bien, llegado el momento, y ante los desaires (desdén, desprecio) de su madrastra, el muchacho habla con su padre y éste, aún con dolor, pues sabe que hay batallas domésticas perdidas, dándole su bendición y unos pocos dinerillos que guarda, lo despide tras hablar con el cura del pueblo.

Y así, con unas cartas de recomendación que el párroco le extiende, el niño llega a poder embarcarse en la formidable expedición que comanda (lidera, manda) otro Pedro, Don Pedro Arias Dávila, Padrarias[4], ya con setenta y tres  años, expedición que contó con cerca de veinticuatro barcos y más de mil hombres, que parte de Sanlúcar el 14 de abril de 1514 y llega a Santa María de la Antigua, en Panamá, el 30 de junio del mismo año.



Es la misma expedición donde van Hernando de SotoDiego de AlmagroSebastián de Benalcázar, el propio y ya citado Gonzalo Fernández de OviedoBernal Díaz del Castillo[5]Gaspar de MoralesMartín Fernández de EncisoJuan Vespucio y al primer Obispo de la que llaman "Castilla del Oro", Fray Juan de Quevedo, predicador de su Majestad, el rey Fernando, pues la buena reina Isabel, nuestra amada reina, ha muerto hace ya casi diez años. Que Dios tenga en su gloria a nuestra reina (y que nosotros la veamos pronto beatificada).

***

Y me diréis…

… ¿No conocía qué era un tucán este muchacho de pelo tan negro y tan delgado? 

¿Y cómo lo llego a ver?

¿Y cómo fue el viaje en barco hasta llegar a esa tierra? 

¿Y por qué fue él, justo él, Pedro Garro, y no fue otro hombre blanco, quien vio al tucán primero?

Son demasiadas preguntas para empezar, así que iré a lo importante, que para mí son los pájaros y nuestro muchacho, Pedro. 

Dijimos que se llamaba el niño Pedro, Pedro Garro. 

***


Sólo os cuento que este chico, como todos los pastores desde que el mundo es mundo, desde que la tierra se ha inventado, son buenos observadores de la naturaleza y miran siempre despacio.

Tienen mucho tiempo para mirar y pensar mientras miran, o para mirar mientras van pensando.  

Y por eso aprenden tanto los pastores, porque miran y tienen tiempo, que ambas cosas son necesarias.

Que es verdad que nuestro Pedro era analfabeto (no sabía ni leer ni escribir, como tantos de la época), pero en los largos días de verano, cuando el calor aprieta, él llevaba a las cabras al lado de un arroyo para que bebieran y él bañarse.

Y allí, tantas horas muertas, desnudo y tumbado en esas piedras grandes, Pedro veía al que hoy llamamos martín pescador, que es un pájaro entre azul y verde, y luego con mucho naranja, y que, como su nombre indica, pesca.

Se queda quieto, muy quieto, el martín posado en una rama. Y, de repente, como un rayo azulado entra en el agua, y de allí saca un pez. Que a veces sólo llegas a notar una luz verdiazul entrando y saliendo del agua si no estás tú atento mirando.

Y también conocía bien Pedro a los abejarucos. Que os pongo este ejemplo como otro pájaro de colorines que hay en España, ya que el tucán, que es americano, tiene también colores vivos, y por eso viene a cuento que os hable ahora de otro pájaro.

 Y antes de ver a los abejarucos Pedro los había oído cien veces cuando llegan en bandadas en mayo, o cuando se van en agosto, a finales del verano, para cruzar el Estrecho de Gibraltar, camino de África.

Porque antes de poder divisarlos los oyes: un silbo corto y constante, inconfundible, chillando.

https://www.youtube.com/watch?v=RTFufL5ZLYc&ab_channel=adalaves

Porque el abejaruco, que vive en hoyos en los cortados, bien que anuncia que va o se vuelve. Y vuelan juntos varios, no como el martín pescador, que es un pájaro independiente y solitario, no. Los abejarucos siempre van en panda. Como los jilgueros. O como los rabilargos, todos juntos siempre andan. 

Ay, Dios mío, que me voy como los pájaros por las ramas.... sigamos... 

Y para no ser condescendientes, ni tampoco ingenuos o hasta pavos, ya que de pájaros se trata, os diré que aparte de mirarlos, y como han hecho los muchachos hasta hace poco, al menos en mi pueblo, en España, nuestro buen Pedro bien que cazaba los pájaros para comérselos unos, y otros como entretenimiento o ganancia. Porque se pasaba hambre. 

Los ponía luego en el suelo y los iba contando, uno, dos, tres, cuatro, para ver con otros chicos quién era el que más había atrapado. Con una honda lo hacía, aunque a veces con liga (que es como un pegamento), si lo que quería era conservar el pájaro para que cantara y no matarlo. Que así algunos los vendía y unos dineros se embolsaba. 




Bueno, a lo que vamos: que nadie se crea que Pedro Garro era un ecologista, un conservacionista o un poeta ni nada, porque no era el caso.

Era sólo un buen muchacho de su tiempo. 

Pues bien, hecha esta importante precisión sobre la naturaleza y las circunstancias de Pedro Garro, sigamos. 

***

Pedro se puso muy enfermo, como tantos, en la travesía (viaje) aquella de dos meses y medio, y luego, recién llegado a tierra, cayó otra vez malo, pero pudo hacer conocimiento en aquel viaje de Don Gonzalo Fernández de Oviedo. Éste, el ver al muchacho tan delgado, y, sobre todo, tan solo, decidió tomarle bajo su amparo, de criadillo, vamos. 

Porque Don Gonzalo Fernández de Oviedo, que había vivido en Italia y conocido a gente muy principal (importante) era bondadoso de natural. Y también pensó que aquel niño de once años, pastor y de la sierra de Gredos, podría darle buen servicio en cuanto llegaran. Porque, con todo, el muchacho parecía despierto y dispuesto con esos ojos tan negros y tan grandes.

Así que imaginémonos a nuestro Pedro Garro junto a nuestro Don Gonzalo Fernández de Oviedo, niño uno, hombre el otro bien barbado y ya muy viajado, cruzando una buena selva.

Pensadlo por un momento, por favor, cerrad los ojos e imaginadlo. 

***

Ríete tú de los bosques de Asturias, tierra de los padres de Don Gonzalo. O de esos otros de las estribaciones (estribaciones = bordes)  de la sierra Gredos, de donde los Garro.

No, señores, una buena selva en lo que hoy llamamos Centroamérica, espesa y verde, húmeda, muy oscura a veces, con árboles muy grandes, oliendo a podrido, con mil ojos observando, ojos de animales...  y ojos humanos.

Y allí que estarían nuestro buen Pedro y Don Gonzalo abriéndose paso con algunos hombres armados, unos jurando (diciendo palabras feas porque estaban cansados y tenían miedo) a veces y otros, a veces ,rezando.

A veces eran los mismos los que juraban un rato y luego rezaban. 

Pensad en el tucán en su nido en un árbol, en su pico amarillo y grande, y en su lengua como una pluma que saca a veces, en sus ojillos vigilando. 

Pensad en nuestra Santísima Virgen, que vela por los más pequeños y que a nadie desampara, españoles de todos los tiempos, los indios de la selva aquella, el mismo Pedro, González de Oviedo, y tú que estás leyendo, María no nos deja ni un rato.

Pensad en la ambición de algunos de la época, también en sus hambres, tan diferentes... hambre de

algo que llevarse a la boca, 

de aventuras, 

de oro, 

de gloria, 

de honor,

o de almas...

Y en los indios, que estaban también en esa selva, en sus pies descalzos, en sus adornos de plumas de pájaros, en sus ojos muy negros tan parecidos a los ojos de Pedro Garro.

Y en los morriones (cascos) aquellos de los soldados, aunque muchos otros de la expedición iban sin casco.

Y en esas enfermedades que diezmaban (afectaban a muchos, diezmar es reducir una décima parte, se dice en sentido no exacto) barcos y campamentos y que aún arrastraban algunos como le pasaba a nuestro Pedro.



Y pensad, también, en esa manía tan española de que todo quedara siempre registrado, y gracias a la cual hoy los historiadores saben esto y aquello.

Porque Don Gonzalo, precisamente Don Gonzalo, trabajó en llevar registro: ¡que todo se sepa por el puño y letra de un escribidor que deja siempre constancia!

en esto, Pedro, que aún no se había recuperado de unas fiebres extrañas, ensimismado (concentrado) en sus pensamientos, recordando quizás a su madre -seguro que se acordaba-, a su pueblo, a su padre, a María, su hermanilla, oye de repente como un silbido diferente, raro, un trino que no ha oído nunca…

Fiu fiu….

https://www.youtube.com/watch?v=jTI-wYRu_i8&ab_channel=adalaves

 

Y entonces alza la vista un momento, aunque no por mucho rato, porque tiene que estar atento al suelo para no caerse, que en la selva no hay sendero y te caes.

Y lo ve allí en lo alto.

Ve a un pájaro pequeño como una codorniz, porque no es más grande, como lo describirá luego Fernández de Oviedo, y con un enorme pico que parece que le vence, más grande que el cuerpo es, con plumas negras, pero también coloreadas.

Pedro se queda por un minuto asombrado ante ese pájaro que ve por primera vez, preguntándose, aunque fuera iletrado, no como Don Gonzalo, que era hombre de muchas letras y había conocido a gente muy importante de España e Italia, preguntándose, digo, Pedro...

cómo eran posibles ese pico

esos colores, 

ese silbido…

…qué era ese animal que no se parecía a ningún pájaro de los que él había visto antes...

Sin ser Aristóteles ni Plinio, ni Linneo, ni Humboldt o Darwin (gente estudiada y que “sabe”), sin ser ni filósofo ni científico, 

se queda en primer lugar sorprendido ante el tucán, 

una maravilla de la naturaleza, más de cuarenta especies diferentes, porque Dios nuestro Señor se goza en la belleza de todos los pájaros, y en la del tucán también porque es pájaro, y a Dios le gustan muchísimo los pájaros y todos los animales (aunque quienes más le gustan a Dios, a pesar de sus muchos pecados, son los hombres, que son sus hijos, creados a su imagen y semejanza).

Y vosotros, que estáis escuchando esta historia, creedme que fueron muchas las veces que nuestro muchacho miró con asombro, y que no habría espacio aquí para contaros todo lo que vio en América con esos ojos abiertos y grandes y negros, tan parecidos a los de su madre y a los los indios, sus hermanos.

Y aunque su siguiente impulso, como es el de los chicos cuando son chicos, no fuera quedarse contemplando al tucán, así como muy quieto y callado (que es cosa que viene luego, quizás con los años), y recordemos que, además, Pedro venía cazando a todo pájaro que se le ponía por delante por hambre o por divertimento, nuestro muchacho, que andaba al lado del buen Fernández de Oviedo, levanta el dedo señalando y dice:

Mire vuesa merced, Don Gonzalo, que allí hay un pájaro bien diferente a los que llevamos vistos, sí, allí arriba, donde la rama aquella, mire cómo saca ese pico grande desde el nido y se defiende de los gatos[6]... si quiere yo hago de atraparlo…”

Y así fue como el primer hombre blanco y español que vio un tucán fue un chico de pueblo.

Analfabeto.

Pobre.

Huérfano de madre.

Enfermo y debilitado.

Asombrado.

Y a la vez, hambriento de muchas hambres, ofreciéndose para atrapar al pájaro.

Como había hecho en Gredos con el martín pescador, con los abejarucos y con otras muchas aves.

Y si queréis otro día os cuento más sobre Pedro Garro.

*****




[1] Para escribir este texto, y sobre Gonzalo Fernández de Oviedo, figura que merecería, como tantas españolas, novelas, series, películas, he consultado las siguientes fuentes.

·                José Pardo Tomás. Prólogo de José María López Piñero (2007): El tesoro natural de América. Oviedo, Monardes, Hernández. Colonialismo y ciencia en el siglo XVI. Ediciones Nivola.

·                https://dbe.rah.es/biografias/9417/gonzalo-fernandez-de-oviedo-y-valdes

En cuanto a las obras del propio Fernández Oviedo, en internet he encontrado digitalizada la obra “Historia General y Natural de las Indias” y he podido consultar otras versiones (hubo muy diversas ediciones) y, en concreto, ésta muy reciente del FCE a modo de Bestiario de Indias: https://www.studocu.com/ca-es/document/universitat-de-barcelona/historia-de-bizancio/bestiario-de-indias-by-gonzalo-fernandez-de-oviedo-z-lib/17021605

[2]  FERNÁNDEZ DE OVIEDO Y VALDÉS, GONZALO (1478-1557) SUMARIO DE LA NATURAL HISTORIA DE LAS INDIAS (Capítulo XLII- Picudos): “Una ave hay en Tierra-Firme, que los cristianos llaman picudo, y tiene un pico muy grande, según la pequeñez del cuerpo, el cual pico pesa mucho más que todo el cuerpo. Este pájaro no es mayor que una codorniz o poco más, pero el bulto es muy mayor, porque tiene mucha más pluma que carne. Su plumaje es muy lindo y de muchas colores, y el pico es tan grande como un geme o más, revuelto para abajo, y al principio, a par de la cabeza, tan ancho como tres dedos o casi; y la lengua que tiene es una pluma, y da grandes silbos y hace agujeros con el pico en los árboles, por donde se mete, y cría allí dentro; y cierto es ave muy extraña y para ver, porque es muy diferente de todas cuantas aves yo he visto, así por la lengua, que, como es dicho, es una pluma, como por su vista y desproporción del gran pico, a respeto del cuerpo. Ninguna ave hay que cuando cría esté más segura y sin temor de los gatos, así porque ellos no pueden entrar a tomarles los huevos a los hijos, por la manera del nido, como porque en sintiendo que hay gatos se meten en su nido y tienen el pico hacia fuera, y dan tales picadas, que el gato ha por bien de no curar de ellos.”

Tomado de https://www.biblioteca-antologica.org/es/wp-content/uploads/2018/03/FERNANDEZ-DE-OVIEDO-Sumario-de-la-Natural-Historia-de-las-Indias.pdf. Pág. 48.

[3] Los Garro efectivamente se establecieron en Gredos procedentes de Tafalla según parece según esto https://tietarteve.com/i-encuentro-garro-gredos-17-junio-2018/, es cierto que según dice ahí solo hay constancia registral a partir de 1525, así que he cometido una pequeña imprecisión por quince años, aunque luego viendo otras referencias bien pudo ser antes.

[4]La figura de Pedro Arias Dávila, Pedrarias, del que nadie habla bien casi, es otra interesantísima, he encontrado datos aquí https://pueblosoriginarios.com/biografias/pedrarias.html y aquí https://dbe.rah.es/biografias/10209/pedro-arias-davila

[5] Al parecer hay dudas de que Bernal del Castillo fuera en esta expedición, aunque fuentes diversas lo nombran.

[6] Llamaban gatos a un tipo de monos pequeños, gatos monillos de hecho los llamaban.