Bitácora de Aurora Pimentel Igea. Crónicas de la vida diaria, lecturas y cine, campo y lo que pasa. Relatos y cuentos de vez en cuando.

miércoles, 1 de mayo de 2024

El artesano constante (Escribir en libertad)

Ha muerto José Julio Perlado, el artesano constante. 



Hace unos treinta años coincidí con él por primera vez en casa de Pedro Antonio de Urbina. Volvía yo de Pekín de la IV Conferencia de la Mujer e intercambiamos opiniones. Él, tan correcto y tan sensato, me miraba a través de sus gafas... "¿De verdad cree Vd. que las prácticas o políticas conciliación de la vida familiar y laboral "solucionarían" esa presencia de la mujer en el ámbito público?" Como buena joven (en la época), le contesté con absoluta seguridad. Hoy no la tendría porque he cumplido más años. 

Luego, ¿2001- 2002?, volví a coincidir en el Centro Villanueva, entonces adjunto a la Complutense, él como profesor de alguna asignatura seria que ahora no recuerdo, yo impartiendo Fundamentos de Relaciones Públicas, una tontada. Le recuerdo siempre con Montse Mera, profesora también. 

Más adelante, me animé a hacer un curso con él de escritura en la librería que estaba justo frente al estudio de Pedro Antonio en Serrano. Lo pasé genial, la verdad. Se me han quedado grabadas las clases. Perlado era un gran profesor. 

Le empecé a leer en su blog, "Mi siglo" cuando lo empezó, creo que sería 2007. Hasta el viernes pasado he recibido puntualmente en mi correo sus entradas casi diarias. Unas sobre crítica cultural, libros, autores, pintores, músicos, citas o sucedidos de todo tipo de artistas. Otras, textos de ficción que Perlado ha ido escribiendo y que a mí me encantaban porque los mundos que creaba eran geniales. A mí me gusta que me cuenten "historias", como decían en los pueblos antes. 

He leídos sus cinco novelas, aunque la última fue la primera que él escribió, "El viento que atraviesa", antes "Los cuadernos Miquelrius", "Mi abuelo, el premio Nóbel", "Contramuerte" y "Lágrimas negras". En cambio, de lo que escribió de no ficción, ensayos, sólo he leído "El ojo y la palabra". Sé que tiene cuentos, pero tengo que encontrarlos. 

Perlado fue muchas cosas: profesor universitario -apreciadísimo por los alumnos-, corresponsal en tiempos apasionantes como fue Paris en el 68 y Roma durante el Vaticano II, crítico literario, entrevistador inteligente y que sacaba lo mejor de cada personaje...  Mucho más. 

Pero fue, sobre todo como escritor, creo, un artesano constante. 

Tenía una imaginación prodigiosa, una mirada agradecida y asombrada, interesada, irónica a veces, amable también, humana, sobre esa realidad que se nos despliega y que creamos y recreamos y que tiene tantas capas. Nada ni nadie es sólo una cosa. 

Ya escribí alguna vez que le veía como un oriental contando historias que se iban engarzando. 

Te llevaba por donde quería, te sorprendía, te divertía muchísimo, te quedabas prendada de la historia, una historia a veces dentro de otra, y de otra, y de otra. 

Podía ser Madrid, una calle, podía ser una familia, una casa, la misma Eternidad (una aquí) sobre la que escribió con tantísima gracia y generosidad, una dama japonesa, un director de cine. Podían ser esas despedidas (aquí la de las estrellas) que de modo tan elegante nos regaló estos meses pasados. O viajes por España o por el mundo, recuerdos. Daba igual, tenía siempre algo que contar real o inventado y lo contaba bien.

Su amplia cultura, que por ser tan de verdad era tan poco "solemne", te hacía todo cercano e interesante. 

Estoy triste pero agradecida por lo que me ha hecho disfrutar y pensar. Por su ejemplo. Por sus libros y lo que escribió en el blog. 

Estos últimos meses por un extraño resorte le escribí agradeciéndole lo bien que me lo pasaba con su blog, especialmente con algunos textos de ficción que me tenían encandilada. Me contestó correctísimo y amabilísimo, ofreciendo siempre su ayuda. Le hablé de la colección de mariposas de la Santa Espina.  Intercambiamos unos pocos correos. 

"Escribo en libertad" me dijo. Se notaba. 


sábado, 6 de abril de 2024

La entrega

Bajo a Madrid el viernes para la presentación de un libro de alguien a quien admiro. Aprovecho para comer con dos amigas a las que no veo desde hace tiempo.

Antes, esa hora y media estupenda si no tienes prisa de viaje en tren, todo verde, la jara ya florecida en la parte de Madrid, cuatro semanas solemos llevar de atraso en Ávila. Lleno el vagón, el móvil ha sustituido a mirar al paisaje o mirarnos, una pena. Me viene M. a buscar a la estación, tan delicada siempre.  

Las amigas son para contarse penas que sólo nosotras entendemos. También alegrías. 

Bajo andando luego hasta Gran Vía, estruendo. Hay una señora mayor en mí que no soporta el ruido y el gentío. Es esa señora con la que yo tengo que luchar a menudo para que no se imponga o se salga de madre precisamente. Ver a Dios entre dehesas, camino de Brieva, en el cerezo de nuestro jardín, en D., con su pasito corto y  su caridad alerta y discreta no cuesta. Pero Dios está también en el tráfico y en la muchedumbre, cuidadito con esto. Por eso me alegro de la gran fiesta de hoy de la Resurección en Madrid, porque me lo recuerda. 

Creo que una de las virtudes que más admiro es la valentía. Me puede literalmente. No el arrojo, que no es virtud, la valentía. Esa valentía de ser fiel a algo en lo que se cree y perder algo, para empezar, dinero o aplauso público, estar en el meollito que sea. Y por eso, aunque puedas no estar de acuerdo en h o en b con aquel o con éste, si esa persona es valiente me tiene ganada. 

Otra virtud es la entrega. Nada hace más atractivo a un hombre o a una mujer que la entrega. Con la hermana M. me reía hace unas semanas al escuchar la vida de Ignacio de Loyola. Qué tipo tan... español. Qué pedazo de santo. Y esa espada que te hace preguntar por la propia espada y dónde la has puesto... 

La última vez que me besaron la mano ya ni me acuerdo, pero es un gesto tan bonito, tan agradable para una mujer -al menos para mí-  que no llego a entender por qué lo perdimos. Caballeros, están Vdes. invitados a mi casa siempre. 

"Yo soy muy partidaria del cuerpo glorioso"... me dijo Ch. hace unas semanas. Especialmente por las mañanas cuando te despiertas y te duele todo a veces... 

Estos días de Pascua son emocionantes. Vuelvo a catequesis, quedan escasos dos meses para el gran momento. Les vamos a echar mucho de menos. Que sí, que vendrán otros, pero es que los otros no serán éstos, les querremos, pero serán otros, no son intercambiables, hombre.



domingo, 17 de marzo de 2024

Extraños compañeros hacen las circunstancias: el botillo y "Laurus"


Estuvieron hace unas semanas varios amigos a comer que me surtieron de bon vino, quesos, judías blancas y... tachan, botillo y chorizos leoneses. 

Lo de los quesos me viene genial siempre porque así no hago cena. 

Lo de las judías también porque en esta casa se comen legumbres día sí y día no y, francamente, unas buenas legumbres, como era el caso de estas judías asturianísimas, te solucionan, en distintas preparaciones -innovarse o morir-, varios días (el plato único impera en esta casa). 

Pero el botillo, hermanos, el botillo y los chorizos han objeto de una investigación detallada y previa estos días pasados. 

***

P., leonés y de pueblo, y cura, fue el culpable, el que me trajo dos botillos como de kilo cada uno. Y ocho chorizos adicionales. Nos contó que se ponen con borrajas a menudo. No encontré borrajas frescas, sí en bote, casi cinco euros por 200 gr, las sustituí por berza, que P. también me dijo que también se tomaba.

Metodología de la investigación previa, fundamentalmente cualitativa: entrevistas con personas cualificadas, P. y otros leoneses de mi círculo más cercano + consulta de fuentes secundarias (Directo al Paladar y otras webs de recetas). A mí me parecía que el botillo "pedía" amor y lentitud, o sea, crockpot u olla y al chup-chup. 

Invito a mis hermanos, primero íbamos a ser seis, luego ocho. Saqué el segundo botillo del congelador "por si acaso", primero hecho el jueves, segundo el viernes, todo listo para el sábado.  

CRASO ERROR, lectores que por aquí os dejáis caer. 

Un botillo y 3 chorizos y una berza de kilo y algo con sus correspondientes patatas (mediana por persona) dan para dar de comer a unos 12 con hambre. 

Sobró botillo, congelé casi uno entero ya cocinado y la berza y el resto de chorizos correspondientes, no las patatas que, como todo el mundo sabe, no aguantan congelador ni nevera. 

Se llevaron botillo, patata y berza para comer otros 5. 

***

El botillo acompaña bien la lectura de Laurus, de Eugene Vodolazkin. Es (salvando las distancias) como la novela del ruso, inmensa, desmesurada, para dar de comer a aldeas devastadas por la peste. Es medieval, de Reconquista en el caso de España, de salir a hacer avanzar las líneas cristianas y ponerse luego a arar un campo. 

Siento esta micro reseña tan rara, pero es que pensándolo (y habiendo acabado Laurus esta semana) he caído en la cuenta. 

No puedes tomarte un bao de esos o una chorradita de cocina fusión tras leer Laurus. Laurus pide algo acorde a ese texto que te envuelve, esos locos por Cristo alucinantes, ese amor infinito y ese viaje. 

El botillo y Laurus son dos buenos compañeros, se van, da igual que uno sea leonés y el otro ruso, da igual, se hermanan, están conectados.

***

¿Y si naciéramos ancianos y fuéramos rejuveneciendo a medida que cumplimos años? 

Esta noche de insomnio lo pensaba. 

De pequeños nos irían quitando esas manías con las que nacimos. Esos olvidos y esos dolores irían desapareciendo con los años. A eso de la adolescencia ya empezaríamos a dormir como lirones (en esto habría coincidencia). El cuerpo se haría cada vez más joven y la mente más ágil para acabar nuestra vida en esta tierra como bebés y entregarnos al Padre, libres de arrugas y achaques, con la mente limpia, desprendidos de fuerzas, inermes y con ganas de Vida. 

Quizás es así ya en parte y no lo vemos. 



miércoles, 13 de marzo de 2024

Martirios y cabeza


Exámenes superados, "pantalla" siguiente, que me dice Gonzalo. Pero no, pausa para celebrar, hay que celebrar todo lo que se pueda, pararse a ello. 

***

Comunidad. Nunca sabes dónde la vas a encontrar. Y resulta que hay comunidad no sólo en una universidad, sino también en lugares recónditos, en los márgenes. Sorpresas. 

***

Entrar un 8 de marzo en linkedin es para perder la fe en cualquier posibilidad de recuperación del sentido del trabajo humano y de la realidad. 

El postureo impera. Es insoportable. Es la peor red que existe con diferencia. 

Le escribo a un profesor un email explicando lo que veo y mi resistencia. ¿Es posible que yo sea una Rod Dreher de la vida y quiera refugiarme, no sé, por poner algo, en la Estética o en el autor tal o cual que me apasiona... como reacción? Puede ser. 

No soporto el petardeo, el postureo, hasta el vocabulario me echa para atrás: liderazgo, empoderamiento, empleabilidad, soft skills. Vendéis humo, y cuanto más alto estáis, más lo vendéis. Cara dura que se contagia, cara de hormigón armado. No me vendas "tu libro", petarda, petardo. No me lo vendas porque no te lo voy a comprar. 

***

Así como principio no me creo ningún statement, ninguna declaración, "posicionamiento", propósito,... en fin, quizás es deformación profesional. 

Muy de acuerdo con B. y con lo que dijo en Dalroy. Son testimonios los que necesitamos. De verdad. Gente que dice NO y pierde algo. Personas. Hechos. Hechos ocultos mayormente. 

Escucho el nuevo Dalroy y pienso en el martirio, en los martirios distintos que pueden sufrirse y en los que son mártires hoy en África y aquí, en Occidente. Los hay. 

***

Bueno, luego me quedo pensando, y cabeza también se necesita. Simple y llana cabeza, recuperar esa cabeza en la educación empezando casi desde cero. 

Lo que un tatarabuelo nuestro sin educación, incluso analfabeto, sabía -por el contexto, por gracia de Dios -eso siempre- o por no sé qué- es que un hombre no es una mujer, que un viejo no es un joven, que un perro no es más importante que un hombre... que un animal no es una persona. 

Todo esto, todo, hay que volverlo a explicar de nuevo a todos los niveles. En entornos "cristianos" también. Porque no es que no haya fe, es que no hay la más mínima cabeza. Y el problema es ese: que hay que explicar todo eso. 

¿Estamos en el Antiguo Testamento, en la tribu? No sé dónde estamos, francamente. Si A es A, entonces no es no A. Si todos los hombres tienen alma y Pedro es un hombre, Pedro tiene alma. En fin. 

***

Yo creo que Dios no nos pide la "excelencia" -tal y como se entiende a menudo-, sino la simple supervivencia a veces. No nos pide el puñetero "éxito" que tanto nos permea, estar en la pomadita, ay, qué gustito, la pomadita que sea, espera que yo te doy cremita y ahora me la das tú a mí... Pero qué vergüenza ajena, por Dios, paso mucha vergüenza propia y ajena, propia también,  no estoy "fuera". 

***

Cuando veo a una mujer que aparece como "perfecta" no me la creo. Por eso recelo de tanta parafernalia. Es el poder lo que interesa, va de eso. Va de eso mayormente, ¿no lo veis?

***

En cambio me encanta cuando alguien me dice "no, es que yo no llego" o me dice que "no hay solución" a la conciliación, pongo por caso. Que viven como pueden.

 ¿Puedes tenerlo todo? No. Nunca. Nadie puede tenerlo todo. Nos movemos entre la cara dura de unos (unas) y la más absoluta ingenuidad o inocencia de otros (otras). 

Y también me creo a quien me dice que a veces a algunas cosas no hay respuestas, simple y llanamente.  Un sistema "perfecto" de lo que sea es inhumano, no existe, es mentira. 

***

Los padres de familia hoy que ejercen son los auténticos héroes. Me refiero a ambos, padres y madres.