Bitácora de Aurora Pimentel Igea. Crónicas de la vida diaria, lecturas y cine, campo y lo que pasa. Relatos y cuentos de vez en cuando.

martes, 14 de mayo de 2024

Abundancia

 Acabo de leer "Vivir con menos". Con el foco de la espiritualidad de la pequeña Teresa (Santa Teresita), ofrece una reflexión sobre vivir desprendidos de lo material y con sencillez en nuestro entorno doméstico para centrarnos en lo importante, Dios y los demás. Me ha gustado mucho porque es profundo, sencillo y, a la vez, práctico. 

***

Tenemos una noches extrañas. Ya el viernes, volviendo a casa andando por el descampado noté algo raro alrededor del sol, dos manchas irisadas entre las nubes. Paré a unos que paseaban al perro porque dudaba si era yo quien veía mal. Pero no, ellos también lo notaron. 

Luego tuvimos esa primera noche que han podido fotografiar algunos, el cielo de color rojizo, morado, precioso, algo que no se veía en años, pero que fue perceptible al menos en Ávila fundamentalmente a través del ojo de la cámara. 

Veo las explicaciones sobre lo que lo ha causado, esa tormenta solar y cómo la tierra se protege. La naturaleza es impresionante. Cómo no quedarse embelesada.

***

Primeras comuniones. Son un buen termómetro de muchas cosas, como pasa con los funerales, las bodas y los bautizos. 

***

El campo está restallante. Es la gloria de mayo. En Ávila se alterna el calor con bajadas bruscas de temperatura, tormentas, lluvia y granizo de vez en cuando.

***

Aplicó aquel "de lo que no se puede hablar mejor guardar silencio" quizás incorrectamente, espero que Wittgenstein no se enfade y se revuelva en su tumba. 

De lo sublime no se puede hablar, faltan las palabras. Pero al menos, si intentas buscarlas, algo de lo bueno, lo verdadero y lo bello te puede impregnar, eso que se gana. 

Pero de lo soez y feo, de lo malo, es mejor callar porque aún faltando las palabras el mal olor se te prende seguro mientras intentas buscarlas. 

Sólo hablar mancha. Sólo pensarlo. Guardar la vista y el oído para guardar el alma. 

Los silencios sobre los pecados, ignorarlos, no son hipocresía siempre o minimizarlos, tienen una razón de ser. Y al mal se le vence con abundancia de bien. Y de belleza. Y hay tanto. Y tanta. 

Dedicada así a las auroras boreales que no llegan a ser tales, pero me hago la ilusión.




1 comentario:

Anónimo dijo...

(Javier Vicen) ¡Vivan las Auroras! También las boreales. 🙂