"Es que antes ..."
Así suelen iniciar los creyentes en el progreso humano su apología, más o menos velada, de las bondades de la edad moderna. Y la inevitable referencia a lo mal que se hacía todo antes.
Quiero mucho a muchos amigos y estamos por encima de diferencias de parecer, ideológicas también. Pero a veces me causa risa ese "Antes..." y sus apreciaciones. Especialmente en lo que respecta al progreso amatorio, ahí ya si que no puedo. Simplemente no me lo creo.
Antes no había amor, tal y como hoy lo entendemos que es, como todo el mundo sabe, lo que es el amor. Eso. Vamos, eso. Eso que tan bien ¿hacemos? hoy, practicamos hoy y, sobre todo, teorizamos hoy. Hoy hemos llegado a la plenitud del término amor, hablamos de él con total propiedad. Antes no, antes no sabían de qué iba esto, era otra cosa.
Es ahora cuando la humanidad ha aprendido a amar de verdad, fetén, comme il faut. Y en Occidente ¿eh?, que en otros lares ni se enteran y hay que ir a explicárselo. Ni idea, están totalmente perdidos y vamos a mandarles a, no sé, a alguien muy versado en todo esto para evangelizarles en lo del amor. Les hace falta.
Gracias, entre otros, a las revistas femeninas y muchos programas de televisión, a los consejeros matrimoniales, a que los hombres son de Marte y las mujeres de Venus, a los psicólogos, a la revolución sexual, a los consultores sentimentales oficiales o informales, a los gays metidos a ese mejor amigo que nos da consejos sobre cómo amar, nos han revelado la gran verdad y amamos ahora que te mueres.
En todos los sentidos. Ambas partes. Somos la leche ahora.
Ignoro cómo podíamos vivir antes sin todos estos apoyos de la edad moderna.
¿Cómo es posible que vinieran niños al mundo, se escribiera poesía, se hiciera literatura y mil cosas más? Sería de casualidad. Anecdótico siempre.
Bueno, los niños no. Los niños son un efecto colateral, unido por no sé qué extraña ligazón a lo del amor antes, una especie de atavismo biológico. Pero vamos, hoy ya sabemos que no tiene nada que ver y, si lo tiene, nos lo quitamos de encima. Hemos avanzado un montón.
Antes se casaban todos por conveniencia, desde los reyes hasta los pobres. Un horror, vamos.
Las mujeres, pobrecitas, iban todas a la cama sin idea de la historia, se enteraban todas la noche de bodas horrorizadas todas, bobas todas. Y muchas ni ahí, en la inopia toda su santa vida (muy santa, eso sí).
Vamos, hombre, hace falta ser lela para pensar que somos más listas o más lo que sea ahora, por Dios. Y que las mujeres antes ni sabían ni gozaban, no querían. Que no, que no me lo creo.
Los hombres antes, todos, tenían amantes o queridas, explotaban todos a las mujeres, no las querían, no las hacían felices, en ningún sentido, en ninguno. Fatal, los hombres antes eran todos un desastre y ahora les tenemos las mujeres mucho más a raya. Ja. Ja. Ja.
Ha tenido que llegar el siglo XX, qué digo el XX, la década de los 60, los impresionantes 70, esa naturalidad, frescura, libertad, autenticidad de los 80, de los 90, qué sé yo, para que, de una vez por todas, hombres y mujeres sepamos cómo amar y hacerlo dabuten. A la vista está.
Porque no cabe en la cabeza que, por ejemplo, un soldado de los tercios de Flandes, quizás bruto, y desde luego analfabeto, pudiera querer a una mujer igualmente analfabeta y bastante borrica, ella también.
Que es posible que se casaran por cierta conveniencia. ¡Qué horror! Por supuesto. ¿Y qué? Porque era lo que correspondía llegada cierta edad, porque se habían conocido de toda la vida, porque se habían acostado juntos o llevaban haciéndolo tiempo y se quedó ella embarazada, o por lo que fuera. Me es totalmente indiferente. Y es, casi, lo de menos. Me es igual a los efectos de amar.
Porque es posible que dos personas así se quisieran. Incluso mucho. Antes o después de casarse, en algún momento de sus vidas. Que aprendieran a quererse y fueran leales a ese amor, si no ya fieles, y supieran mejor que nosotros, tan versados, tan liberados, tan sabedores de todo, lo que es amarse, amar. Es posible. Cabe esa extraña posibilidad. Sin apenas literatura, antigua o nueva, ellos se quisieron. Un ratito, más ratito, unos años, un tiempo. Y hasta toda la vida. Cabe esa increíble posibilidad.
Es posible hasta que él no se "comunicara" en absoluto con ella, tal y como hoy, nosotras, mujeres modernas lo entendemos y hasta lo exigimos. Hasta cabe que él -horror, terror, pavor- no se lo dijera jamás, ni tampoco ella a él, que no pudieran ni verbalizarlo siquiera. Y con todo: se quisieron. Joé que si se quisieron. No todo era ni es "comunicación" en el amor, otra falacia moderna, pero en fin.
Los hombres antes, todos, tenían amantes o queridas, explotaban todos a las mujeres, no las querían, no las hacían felices, en ningún sentido, en ninguno. Fatal, los hombres antes eran todos un desastre y ahora les tenemos las mujeres mucho más a raya. Ja. Ja. Ja.
Ha tenido que llegar el siglo XX, qué digo el XX, la década de los 60, los impresionantes 70, esa naturalidad, frescura, libertad, autenticidad de los 80, de los 90, qué sé yo, para que, de una vez por todas, hombres y mujeres sepamos cómo amar y hacerlo dabuten. A la vista está.
Porque no cabe en la cabeza que, por ejemplo, un soldado de los tercios de Flandes, quizás bruto, y desde luego analfabeto, pudiera querer a una mujer igualmente analfabeta y bastante borrica, ella también.
Que es posible que se casaran por cierta conveniencia. ¡Qué horror! Por supuesto. ¿Y qué? Porque era lo que correspondía llegada cierta edad, porque se habían conocido de toda la vida, porque se habían acostado juntos o llevaban haciéndolo tiempo y se quedó ella embarazada, o por lo que fuera. Me es totalmente indiferente. Y es, casi, lo de menos. Me es igual a los efectos de amar.
Porque es posible que dos personas así se quisieran. Incluso mucho. Antes o después de casarse, en algún momento de sus vidas. Que aprendieran a quererse y fueran leales a ese amor, si no ya fieles, y supieran mejor que nosotros, tan versados, tan liberados, tan sabedores de todo, lo que es amarse, amar. Es posible. Cabe esa extraña posibilidad. Sin apenas literatura, antigua o nueva, ellos se quisieron. Un ratito, más ratito, unos años, un tiempo. Y hasta toda la vida. Cabe esa increíble posibilidad.
Es posible hasta que él no se "comunicara" en absoluto con ella, tal y como hoy, nosotras, mujeres modernas lo entendemos y hasta lo exigimos. Hasta cabe que él -horror, terror, pavor- no se lo dijera jamás, ni tampoco ella a él, que no pudieran ni verbalizarlo siquiera. Y con todo: se quisieron. Joé que si se quisieron. No todo era ni es "comunicación" en el amor, otra falacia moderna, pero en fin.
No estoy en contra del progreso. Creo que tenemos algunas mejoras, muchas muy importantes. Pero no me creo el progreso moral en lo amatorio, así, sin matices. Simplemente no me lo creo. En todo caso somos los mismos. Y desde luego no mejores. Yo no soy mejor que mi abuela, ni que mi madre, ni de broma.
28 comentarios:
El amor y sus contextos, Máster. Tu post de hoy... toca un tema difícil de abordar.
Tenemos, en general, la tendencia de abstraernos de la historia de la humanidad. Descontextualizamos. Analizamos desde nuestra realidad espacial y temporal y nos olvidamos de que el amor,la bondad,la belleza... no son patrimonio de nuestros siglo. Es inherente en el ser humano.
Lo hacemos tantas veces... Miramos desde nuestra atalaya. Nuestro hoy era su hoy hace un siglo, dos, tres... ¿Mejor? ¿Peor? Distinto.
Besos al Boalo
Hedabanna hoy-nada-pastoril.
Bien.
Muy bien.
Me uno al coro de alabanzas y ditirambos, al club de adhesiones y loas desatadas que, a buen seguro, despertara esta tu entrada.
Y añado: debe ser que a desde Aspasia a Julieta, desde Safo a Melibea, desde Helena de Troya a Eloísa, no se entaraban.
Y Fernando de Rojas, Shakespeare, Cervantes, Sólfocles, Choderlos de Laclos, Baudelaire, Balzac, Zola, Brönte, Wharton, Austen.......... y otros tantos ¿dónde quedan?
Ahí, todo en su contexto. Pero además, y tú te reirás con esto por ser catalna "Todo lo que no sea casarse por dinero es erotismo" que decía el abuelo catalán.
Joé con los críticos de por qué se casa la gente, o continua casada, la he tenido de órdago a la grande discutiendo por este tema.
Siento la incorrección política pero ¿y a ti qué, majo, maja? Me es IGUAL, si es más amor, menos amor, si es del guay o del menos guay: no voy a juzgar. El tema, además, no será por qué se casan, sino para qué. Pero además no seré yo quien juzgue quien ama más o mejor: no es mi problema y no es el de nadie salvo los interesados.
En fin, el origen de la entrada es ese: hay mucho crítico del matrimonio, de la pareja, ponle zeta, diciendo que la gente no se quiere. Debe de ser algo así como mal de muchos ;-)...
Pero por Dios, ¿quién es nadie para decir eso? ¿Para decir que antes, hoy, cuando sea, la gente se unió o está unida por miedo, convencionalismo sociales, dinero, comodidad?
Allá cada uno, allá lo que hagan, que no seré yo la que diga que no se quiere alguien, que se casan o siguen casados o emparejados por la razón equivocada, sin amor "real".
Yo desde luego no. Bastante tengo con saber si yo quiero o no, bien o mal, poco o mucho, como para juzgar a los demás, vamos, por Dios.
Ahi le has dado, Pepa, exacto. Sólo hace falta leer un poquito, tampoco mucho. Hasta de otros amores. Del amor de padres a hijos. Lees las cartas de Felipe II a su hija ¡y te caes de la sllla! Joé con el rey vestido de negro, qué delicadeza y amor por su niña... Le trataría de Vd, pero quererla, la quería un rato...
me gustó el final..."Simplemente no me lo creo. En todo caso somos los mismos. Y desde luego no mejores. Yo no soy mejor que mi abuela, ni que mi madre, ni de broma."
Porque,sí,no hemos cambiado nada,hablo del fondo no de la forma.Ni siquiera hemos mejorado.Basta echarle un vistazo a Homero, a Shakespeare, a Ovido, a Safos, A Cervantes, a Lope,al Cantar de los Cantares...y es que no nos hemos movido un pelo.
Excepto en gilippllez, en eso sí que vamos a más.
Gracias, Suso. Es la verdad, nunca mejores.
Y más allá, tienes razón, como Pepa. Hace falta leer. Pero, también, pensar que hay gente que quiere más "a lo antiguo" y te quiere. En fin, que cada uno es de una manera, no puedes pedir peras al olmo. Y no significa que no te quieran o te quieran menos, hay gente que no habla y quiere muchísimo. Y hay personas con muchas palabras y todas muy bonitas y ... En fin, que ya está. Ya lo he dicho y se acabó.
Esa es la gillipollez a veces también, creerse que hay un tipo oficial de cómo te tiene que querer un hombre, más formal que real. Y caemos como moscas, pero como moscas algunas. La culpa la tiene ¡Ana Rosa Quintana y los consultorios oficiales o informales sentimentales! ;-)
Dabuten, Máster, tu entrada de hoy. De acuerdo en todo contigo.
Abrazo dominical.
Pues, muy bien lo dicho (no digo “extraordinario” para que no te enfurruñes), que comparto plenamente; y la forma de hacerlo: con soltura, con gracia, con un perfume de elegante ironía…
Le falta autocrítica a este siglo que se pasa la vida criticando a los demás siglos. Es un narciso este tiempo, un tonto narciso de los de “la paja en el ojo ajeno”.
Enhorabuena.
Besos.
Justo, sí.
Aún siendo "de ahora" acabamos queriendo parecernos a nuestros padres y, como dice una amiga, nos sale "cutre".
Mucho estereotipo y muy poca educación tenemos. Lo del amor nos creímos que era un hallazgo moderno.
Será que estamos aún en periodo de pruebas, y cambiando contextos, a ver si al final nos enteramos y aprendemos algo.
Amamos que te mueres, pues no.
Me gusta lo que escribes. Gracias.
Me gusta Aurora, tienes razón.
Has generalizado, pero tienes razón, es lo que hay y lo que ha habido.
La verdad es que prefiero conocer a las personas para sacar conclusiones.
Un abrazo.
Bueno, "antes" había cosas que no me hubiera gustado padecer pero, si hablamos de amor, creo que hoy se ha convertido en una canción de la radio: corta, simple, todo el rato bonita. Por eso la media de duración de las parejas es tan breve. Entre el quedarte junto a alguien porque no hay otra salida y juzgar un sentimiento desde el punto de vista adolescente incluso cuando se pasa de los treinta (que, amén de absurdo, es una horterada) ... Me quedo con los sonetos de Shakespeare,-)
Hay que vivir, y que cada cual sienta lo que pueda.
Saludos, Aurora.
Suso Ares, no sé si dabuten, porque como me dicen más abajo, habría que matizar. Pero la idea de progreso "amatorio" en el sentido de "calidad" de nuestro amor, de nuestros amores, es más que discutible. Lo dicho, yo mejor que mi madre o mi abuela lo dudo, simplemente lo dudo mucho.
Antonio, yo contigo no me puedo enfurruñar. Ni con el caballero tampoco. Me hacéis, ambos, mucha gracia (no gracia de graciosos, gracia de "encantamiento"), para qué vamos a decir otra cosa.
Mi resistencia al "extraordinario" de ayer es por "increíble" viniendo de quien viene, de su altura, a una casa como esta tan ... pedestre. Pero me hace y me hizo ilusión que te guste. Me gusta que guste, claro. Muchas gracias siempre.
Y sí, es un siglo narciso y somos, yo también, narcisos, es una pena.
Pero además es un siglo especialmente "cambalache" a mi parecer. No sé, pero hoy parecen dar lecciones de amor, parecen ser o son aceptados como ejemplos de amor -no de amores, que no me parecería tan raro-, los más increíbles.
En fin, que no juzgo el hoy, ni desde luego a nadie, pero que como poco me parece aventurado juzgar el ayer desde parámetros del hoy... y que, en el hoy, me resulta a veces un poco chocante que se consideren "ejemplos" de amor algunos. Pero asumo que irá en gustos, claro. O en contextos y posibilidades de cada uno y cada una, quizás también. O en simples aspiraciones, en el sentido profundo de esperanza, muy posiblemente. Todo muy humano al fin y al cabo. Todos muy humanos.
Perdona, Lolo, se me pasó (no sé si eres hombre o mujer, te trataré como Orlando una vez de hombre y otra de mujer...;-)
Totalmente de acuerdo, estamos cambiando de contexto y no digo yo que muchos cambios no sean buenos, "a mejor", por supuesto.
Es lógico que demos palos de ciego, con cambios tan rápidos a veces, pero habrá que reconocer que los damos ¿no? Creo que eso es lo que pasa: que uno se equivoca y no pasa nada, pero encima insistir en que somos la leche, pues por ahí no.
Javier: siempre un placer tenerte aquí
Claro que generalizo porque si no me quedo sin entrada ;-).
Pero sobre todo generalizo ... porque creo ver (y me puedo equivocar con mucha seguridad también, cuando me equivoco lo hago con muchísima seguridad ;-), que hay personas que se creen a pies juntillas que por fin hemos descubierto la pólvora hoy, en fin, el amor y otros aledaños.
Por supuesto que hay que conocer a las personas, siempre, tienes toda la razón. Cada uno, cada una, es un mundo, somos un mundo, contradictorio las más de las veces.
Por eso no se puede tachar a las mujeres de "antes" de lelas sin matiz alguno y sin entender el contexto. Yo desde luego no soy hija de una lela en ningún sentido, y nieta tampoco.
Pienso que somos bastante parecidos a lo que fuimos, bastante más de lo que no nos gusta o, también, de lo que nos encanta. Por supuesto que la educación es distinta y me alegro mucho.
Por otro lado ni conociendo a las personas saco conclusiones de si la gente se quiere "hoy", me da cosa. No entro. Sé que no te referías a eso, pero me repatea profundamente el juicio de valor que con tanta ligereza se pronuncia "hoy" al respecto.
Ese "no se quieren", "están por costumbre", etc., esas cosas que hoy se repiten o asumen con tanta facilidad de matrimonios o parejas, me es igual el estado civil. Fíjate qué tontería que a veces me parece hasta una coartada utílísima para meterse de por medio, para ponerlo a prueba, hasta para fastidiar. O ya pensando en raro el consuelo del que le gustaría, en el fondo, que no fuera verdad el amor de otros, ¡como a él, a ella, no le ha tocado o ha tenido mala suerte, pues a ver si puede fastidiar de palabra u obra parejas ajenas!
No sé, pero yo creo que nadie sabe qué es lo que hay entre 2 salvo ellos 2, no sé, me parece. Uno se equivoca mucho en esto.
Olga, hacemos juntas si quieres la lista de las "ventajas" de las que hoy gozamos las mujeres a efectos de "amar" y otras cosas en el siglo XX y XXI, yo no querría haber nacido en otro ... ni en otra parte que Occidente, por supuesto.
1. La educación. Claro que tiene que ver. Puedes ser compañera, más "igual". No magnifico la educación, pero creo que es importante para ser eso, compañera y, además, una persona, que es muy importante. También creo que educarse juntos, chicos y chicas, es importante, en ambiente de trato normal, creo que genera una idea del otro /otra que podría ser buena para eso del querer y en general para todo.
2. Poder trabajar. También. Por supuesto que evita "tener" que buscar un señor para que te mantenga (que conste que la independencia económica no me parece la más importante para nada, es la mental la básica: hay mujeres que no curran fuera de su casa y no hay quien las tosa... y no están por "convenciencia", las quieren y quieren que te mueres ;-) Pero tener un medio de vida, aparte de una vida laboral, yo creo que es un logro que facilita un amor ... no sé si mejor, pero si más razonable.
3. El tener cierto -sólo cierto- control sobre quedarte embarazada. El control absoluto existe rara vez. Pues claro, faltaría más, una cosa es desligar a los niños del amor y otra no tener cabeza o sentido común. Ha sido una ventaja aunque se ha tomado el rábano por las hojas, y esa es otra historia.
Hay más y es la más importante a mi entender: creo que la amistad, como decía Julián Marías, tan rara entre hombres y mujeres "antes" ´-ahí sí- es EL gran logro del siglo XX.
Y luego hay desventajas claro está:
1. Vivimos más y es más difícil mantener una pareja más tiempo, tanto tiempo. Siento el pragmatismo, pero es así, es un tema también de tiempo.
2. Llevamos vidas más "movibles", cambiamos de todo y mucho, nos movemos mucho, y eso genera mucha "inestabilidad" y la posibilidad de no adaptación al camino que el otro, la otra, tome. Lo que quieres a los 20 a veces no es lo mismo que a los 40. "Antes" era todo más estable, éramos más estables todos.
3. Creemos demasiado en cierta idea de lo sentimental y en cierta idea de la comunicación. Hay una deriva del concepto de amor un tanto ingenua, fruto quizás más que de la feminización -no sería justo- de la falta de peso de la voluntad y el "querer querer". Sustituimos el amor por el enamoramiento y éste último por la mera atracción, habitualmente física. Se ha "deslizado" todo un peldaño. Muy posiblemente somos más egoístas y mucho más infantiles. Hemos ganado en la idea de individuo -importante-, hemos superado la "institución" (del matrimonio) como algo inamovible y que se comía a las personas pero no tenemos una sustitución. En manos de uno se sacrifica al otro a menudo.
4. Estamos sometidos a mucha prisa, a mucha presión y a mucha "diversidad" y no hay centro interior o cuesta hacérselo. Mola más el picoteo, la soledad a menudo se lleva peor porque hay menos soporte social y familiar (y vas del cerro al caño y vuelta a empezar), tiene mala prensa la fidelidad (será porque no pueden, he llegado a oír), y en cambio son ejemplos los que saltan de cama en cama, nos parecen geniales.
Por supuesto, te mandare' una foto. Pero me tendras que dar algunos dias para que encuentre algo que vaya con el tema en mis archivos (o sea, en el disco duro externo), ya que no recuerdo nada reciente que tenga que ver con eso.
Dime a dónde la mando.
Impresionante tu entrada de hoy. Da para pensar un montonazo.
Muy buena la entrada, sí señor!
Ojo, pero también buenísimas las ventajas y desventajas que tenemos las mujeres a efectos de amar.
Una pena que no las recojas en una entrada. En los comentarios tan largos, se pierden para muchos, joé!
De nada, Pimentel
Carmen.
Jerónimo, la que puedas buenamente, trabajadores con mono o similar, red necks que llaman despectivamente si quieres, hombres y mujeres nada sofisticados, lo que te parezca bien. Puedo sacar algunas de otro lado, pero me gustan tus fotos MUCHÍSIMO, tienen ¿alma? No sé lo que tienen, pero tiene algo, de verdad.
Carmen, ¿eres "la chica de la tele"? O sea Carmen B.? Perdona si no lo eres y he metido la pata.
Y gracias en cualquier caso por entrar y comentar, me hace ilusión seas Carmen B u otra.
Qué densidad de entrada
vas a más
yo disiento en muchos puntos y coincido en muchos más
lo que pasa es que el coso es largo y no pretendo abusar
la humanidad avanza, demasiado lentamente, se expanden las ideas, pero también se expande la estupidez
se renuevan los conceptos que antes estaban congelados, pero esculpimos otros en dura piedra, como esa estupidez de sustituir las religiones por otras como la patraña de la democracia, supremo altar donde todo se sacrifica...
pero en el cómputo a pesar de mi pesimismo de nación, veo micras de avance, y además, no puede ser de otra forma
evidentemente no somos mejores que nuestros mayores, solo distintos.
Insisto, avanzamos a la vez que retrocedemos, pero debo, necesito pensar que son tres pasitos palante y dos patrás...
Abusa en lo que quieras, Toi, me interesa siempre lo que dices. Creo que hemos avanzado en algunas cosas y retrocedido en otras, pero es posible que tengas razón y sea como dices: 3 pasos para adelante y otro para atrás.
Oye, ¿y lo de la búsqueda de "nuestro/s hombre/s" en Sevilla? ¿llamo a C.? Porque tengo su teléfono y estan muy necesitados de alguien con simple sentido común, han tenido que hacer una limpieza considerable este fin de semana... Y Andalucía va a ser un sitio "natural" por razones obvias. Bueno, te cuento por mail, es mejor.
No lo dudes: llama a C.
Te eché de menos hoy en mi casa...
Bs
rednecks?
Tengo a montones. En Alabama abundan...
Valen. Pero a dónde te las mando?
No, reina mora. Carmen B, o la de la tele, vaya, debe ser horrenda. Yo soy muchísimo mas mona, si ne t'importe pas...
Carmen P.
Perdona, Carmen P. , Carmen B. es una chica muy mona, no sé quién eres, si eres alguien conocido y "quieres manifestarte" como se dice a los fantasmas ;-) o espíritus pero no quieres que sea en público, escríbeme a mi correo. Si quieres, si no pues Carmen P que puede ser unas 7, pero en fin.
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