Me gusta el tiempo. Se desliza o corre a nuestro favor, aunque a veces no lo vemos. El tiempo es bueno. De la distancia y de la soledad también soy amiga.
Con tiempo, espacio y a solas todo puede acabar por ser ligero, se evapora o desaparece tan deprisa como llegó. Y ya está, tiene su valor, aunque pase. Otras veces, en cambio, acaba por hacerse fuerte, se instala dentro. Pero para saber si es una brisa que se irá pronto o un viento que quiere quedarse, hace falta reposo, un recorrido lento, detenerse de vez en cuando.
El corazón late con dos movimientos, se expande y se retrae: alegría y miedo, alegría e incertidumbre, alegría y no quiero hacerte daño, ni que me lo hagas, mucho menos hacérselo a terceros, eso de ninguna manera. Sólo quiero tu bien, que puedo no ser yo, y viceversa.
El resto es elipsis y silencio. Como en esta canción de Hooker y Santana, el tono lo dan dos breves pausas (en el contador, del minuto 0,43 al 0,46, y luego del 3,09 al 3,12) situadas en el lugar exacto entre las dos guitarras que juegan, la percusión que marca el ritmo y la voz de John Lee, profunda y negra, con su letra sobre el cambio. Son esas dos inflexiones de tiempo a modo de silencios, de aparente vacío o nada, lo que hace que Chill Out sea Chill Out, perfecto. No se escapan esos 6 segundos, se ganan. Todo silencio justo acaba por revelar el significado verdadero.
No todo es luz, afortunadamente. Si no, estaríamos muertos.
Con tiempo, espacio y a solas todo puede acabar por ser ligero, se evapora o desaparece tan deprisa como llegó. Y ya está, tiene su valor, aunque pase. Otras veces, en cambio, acaba por hacerse fuerte, se instala dentro. Pero para saber si es una brisa que se irá pronto o un viento que quiere quedarse, hace falta reposo, un recorrido lento, detenerse de vez en cuando.
El corazón late con dos movimientos, se expande y se retrae: alegría y miedo, alegría e incertidumbre, alegría y no quiero hacerte daño, ni que me lo hagas, mucho menos hacérselo a terceros, eso de ninguna manera. Sólo quiero tu bien, que puedo no ser yo, y viceversa.
El resto es elipsis y silencio. Como en esta canción de Hooker y Santana, el tono lo dan dos breves pausas (en el contador, del minuto 0,43 al 0,46, y luego del 3,09 al 3,12) situadas en el lugar exacto entre las dos guitarras que juegan, la percusión que marca el ritmo y la voz de John Lee, profunda y negra, con su letra sobre el cambio. Son esas dos inflexiones de tiempo a modo de silencios, de aparente vacío o nada, lo que hace que Chill Out sea Chill Out, perfecto. No se escapan esos 6 segundos, se ganan. Todo silencio justo acaba por revelar el significado verdadero.
No todo es luz, afortunadamente. Si no, estaríamos muertos.
10 comentarios:
El tiempo es bueno... cómo me gusta que lo digas. Los recorridos largos merecen la pena.
Cuida tu alegría.
No todo es luz, qué va. Por eso.
TAl vez si todo fuese luz no estaríamos muertos, pero indudablemente estaríamos deslumbrados, que es una curiosa forma de estar ciegos. El tiempo nos abre los ojos.
Lo malo es que también se escapa... pero esa es otra historia;-)
Qué bonita entrada, Aurora, y cuántas cosas oigo latir ahí.
Un beso tan noctámbulo que casi es madrugador, jeje.
Como decían del cura aquel con una homilia en vasco donde estaba poniéndose muy enfadado contra el pecado, "no parece que sea partidario". Pues aquí, al revés, partidarios del tiempo y por eso de la dedicación y el disfrute del instante ;-), Dios se ríe de nuestros planes y el pasado también queda en sus manos. Así que la alegría es fácil. Y la envidia de la playa mucha, te quiero, Lolo, pero no puede ser: te envidio.
Vaya juerga de boda, las 7 de la mañana... ¿bailaste el pasodoble? Ejem, hay que dejar llevarse ;-), es lo que tiene... ya lo hablamos.
Y lo del deslumbramiento como una forma de estar ciegos, ay, Olga, me dejas pensando en ello y en la Dickinson...
Tell all the Truth but tell it slant-
Success in Circuit lies
Too bright for our infirm Delight
The Truth's superb surprise as
Lightning to the Children eased
With explanation kind
The Truth must dazzle gradually
Or every man be blind
(Y no pasa nada que se escape, al revés, vamos hacia la eternidad, que es el tiempo más tiempo, la madre de todos los tiempos ;-), así sin temor alguno, temor por el dolor de envejecer, por la soledad, o no valerse o que no se valgan y sufran, pero no por lo que hay detrás, el abrazo de la eternidad, Olga, sin tiempo ya).
Amiga Aurora, tus observaciones son reconfortantes. A mí me gusta el tiempo que se estira misericorde en algunas ocasiones, y el placer de la soledad buscada, fuente de revelaciones.
Un abrazo.
"Que se paren los relojes"... tantas veces, ¿verdad, JM? Un abrazo fuerte.
Solo tú podías expresarlo tan bien.
Con el silencio la música brilla más.
Con la sombra la luz es más poderosa.
Me encanta esa canción. No sabía por qué (todas esas especificaciones técnicas están pensadas para que los ceporros como yo nos quedemos impactados sin saberlo) pero me encanta esa canción desde que la oí la primera vez
Conste que estoy buscando el rap de tus hijos y no lo encuentro, aquel que nos enseñaron y que tuvimos (o tuve, no sé tú...) que agachar la cabeza y reconocer que no es lo que pensaba... Un abrazo, guapo.
Miguel, a lo mejor no es por los silencios por lo que te gusta, es sólo mi explicación (intento ser más corta y aprender de los silencios y elipisis tan importantes en todo, hasta escribiendo ;-). Un abrazo.
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