Fui a ver "An education" de la que me habían hablado muy bien. Me pareció una película excelente. Realmente no entiendes cómo no ha ganado el óscar y se lo ha llevado "The hut locker", estupenda también, pero a años luz de ésta. Fantástico guión de Nick Hornby basado en una experiencia real de una conocida periodista británica, buena dirección (se nota la mirada de una mujer) y unos actores espléndidos todos, medidos y finos, principales y secundarios, se nota la escuela británica.
Esta entrada hubiera estado mejor en el día del padre, justo hace una semana, vaya esto por delante.
"An education" es la historia de una menor de edad inglesa que se enamora de un hombre joven, pero mayor que ella, alguien de cierto mundo, con dinero y una vida, en contraste con la de ella, abierta, interesante y muy divertida. Creo que este tema, con variaciones, se repite, es ya un clásico: fascinación por quien sabe más que tú (alumna y profesor, por ejemplo); fascinación por la riqueza, ante ese atractivo que tienen los hombres ricos, no tanto por el dinero en sí que manejan, sino por lo que hacen, ese entra, sal y pasátelo en grande; fascinación, en definitiva, por quien te abre un mundo desconocido cuando el tuyo es pequeño en un sentido o en otro, en el moral, en el de costumbres, en el de recursos económicos, en el intelectual o simplemente en el vital. Los horizontes vitales son a menudo importantes para algunas jóvenes, no solo para los jóvenes. Si no los tienen abiertos, se ahogan o se fascinan con el o lo primero que pasa.
Situada a principios de los 60 en esa Inglaterra que todavía vive de restricciones, las económicas y las mentales, la protagonista, con muchos esfuerzos de su padre, y como alumna aventajada de un colegio privado, se prepara ya para ir a Oxford, alentada por sus profesoras, el gran sueño que le abrirá… ¿qué? Esa es la cuestión. ¿Posibilidades económicas distintas a las de sus padres, clase media aburrida y previsible?, ¿un desafío intelectual quizás?, ¿formar parte de una futura élite? No está claro, es algo de todo eso, pero, a la vez… ¿no hay otras vías de salir de la rutina diaria, otras más divertidas? Si el fin es salir de dónde se está, "mejorar" de estatus o de "clase", ¿por qué no se puede hacer de otro modo que sea más atractivo, donde te sientas, además, eternamente en una nube blanca? De esto va "An education", de acabar averiguando qué es lo que hace que algo bueno lo sea, de verdad, no por la apariencia, sino por dentro, por lo que es, algo y, también, alguien.
A veces las cosas buenas se pueden hacer por las razones equivocadas que acaban pervirtiendo o dejando sin sentido esa bondad original que tienen. Tal puede ser el caso de estudiar en una universidad excelente. A veces los padres son torpes, caen ellos mismos fascinados también por un tipo que es simpático y que tiene dinero. El dinero atrae una barbaridad, ciega incluso a algunos padres. A veces la perspectiva de una carrera universitaria no parece nada atractiva cuando el ejemplo que tienes delante son profesoras, solteras además, que viven modestamente y que no parecen disfrutar nada. A veces una chica joven, inexperta y con muchas ganas de vivir y de encontrar respuestas verdaderas, y no simples convenciones o formalidades sociales, no se atreve a hacer las preguntas clave, no ve lo que está pasando hasta que ya es tarde. Aunque nunca lo es y siempre se puede volver a París como si jamás hubieras estado.
"An education" es una excelente película recomendable, por ejemplo, para hijas adolescentes, menores de 18 años, y sus padres, especialmente para los que saben proteger a una hija, creen que eso no es misión de nadie más que suya –ni de Bibiana ni del Estado-, y no tiran la toalla, aunque se empeñen tantos. Ya digo que esta entrada correspondía al día del padre, del padre protector, del que se llega odiar cuando eres joven porque te parece un pesado. Me acordé de muchos padres, del pasado y actuales, de amigos que son como perros policías, no hay quien les engañe. Ahí están ellos, sólidos como rocas, aguantando el temporal para proteger a sus hijas, y recogerlas y consolarlas cuando el corazón se les rompe de parte a parte.
9 comentarios:
Todo el mundo habla maravillas de la película; acabo de terminar "Fiebre en las gradas", de Nick Hornby y puedo asegurar que su lectura me ha animado a ver o leer todo lo que hace.
Leí tu crítica en tu blog, tengo muchas ganas del libro ese. Para mí fue una coincidencia leer esa crítica y a la vez caer que Nick Hornby es el que escribió Alta fidelidad, que es una película que me encanta, y encima ésta que acabo de ver, un tipo interesante.
Saludos cordiales, jurisconsulto.
"Fiebre en las gradas" es un libro muy para hinchas apasionados de un equipo; a lo mejor a tí te van más otros libros de Hornby.
Aunque como visión social del hincha de fútbol no tiene precio.
Cómo me ha gustado esta entrada, Aurora. Los interrogantes. Ahí le diste. Hacer ...estudiar X...¿para qué? Ese "qué" ... ni idea.La mayoría no tienen ni idea. Y aunque estés a su lado, forma parte de SU descubrimiento personal.... e intransferible,como suele decirse.
Complicado equilibrio.
¡Ah! Estoy todavía dándole a la bola con la pregunta que lanzas: "¿Qué es lo que hace que algo bueno sea bueno?" Anda qué...Máster. Esa es una muestra de lo que se define como pregunta del millón.
Bs, Aurora.
Ya lo hablamos, tengo ganas de verla. La fascinación depende de los deseos, y los deseos de las circunstancias y de la capacidad de ver y asimilar nuestra realidad. Claro que, a veces, esa misma incapacidad nos salva del horror. No sé. Siento una enorme simpatía por todas las encandiladas. Yo resuelvo mi parte endandilativa enamorándome de escritores, cantantes y actores a los que no conoceré jamás y de los que no espero nada. Les quiero de verdad, te lo juro, pero la vida... ay, para esa procuro contar con mi trabajo y con mi amor real. Todo lo demás: humo (aunque te salga bien, que no suele).
Besiños para usted y ese niño gallego;-)
Modestino, llego a leer cosas bastante raras ;-), pero sí, quizá sea mejor otro antes, en cualquier caso tengo 18 libros por delante...
Sunsi, esa pregunta sale en la película, tiene "cierta" trampa ;-) y doble significado. Una chica menor es un bombón -alguien bueno;-)-, y el buen vivir es algo estupendo, como el estudiar, en sí ambas cosas lo son, otra cosa ya son los para qués... Un abrazo.
Olga, aquí llegó el relevo ;-). Te va a encantar la peli, lo cuenta muy bien, muy fino todo, ese cine de miradas con actores british tan contenidos, que saben decir tanto con una mínima expresión a veces. La fase encadilativa temporal o de fondo (es también mi caso, querida Olga) es importante creo que a todas las edades. Otra cosa es encandilarse con alguien que haga daño y sea un cobarde, aunque esto forma parte también de hacerse adulta, saber que hay gente torpe, mala y/o cobarde, y, si la cosa no pasa a mayores (pasos complicados de deshacer, que a veces pasa), acaba por fortalecer a la persona. Te gustará la chica, el susodicho y los padres, retratados perfectamente.
Gracias por la recomendación. Ahora en Semana Santa, a ver si además de ir a procesiones, voy algún día al cine.
Besos.
P.S. Muchos padres piensan que sus hijos son responsabilidad absoluta de los profesores y no saben qué hacer con ellos en estos días de vacaciones.
Le hincaremos el diente.
Alegre Opinador: muchas gracias por tu visita, yo creo que la película es de gustar. Realmente ocuparse de las personas, sean hijos pequeños o grandes, padres que envejecen o hasta amigos lleva su tiempo siempre, que es lo que menos tenemos a veces. Un abrazo.
Suso: a ver qué te parece a ti, yo creo que es buena.
Publicar un comentario