Bitácora de Aurora Pimentel Igea. Crónicas de la vida diaria, lecturas y cine, campo y lo que pasa. Relatos y cuentos de vez en cuando.

martes, 14 de julio de 2009

¿De qué discuten las mujeres? Madres e hijas



Me consoló antes de ayer comprobar que lo de las discusiones madre e hija son comunes y están muy extendidas. Cambian las edades, las circunstancias y hasta los temas de discusión, pero permanece inalterable y en el cariño ese clásico ya popular en tantas familias, las riñas entre madres e hijas.

Adolescencia. Personalmente no recuerdo muchas peleas con ella, pero ahora veo que todas mis amigas y primas discuten con sus hijas más allá de por cómo vas vestida -"no saldrás así, ¿verdad?"-, por las horas de llegada y, luego, por otro asunto no menor, el orden del cuarto. En esto último sí que recuerdo a mi pobre madre persiguiéndome y yo haciéndome la sueca, lo que tuvo que aguantar (y tiene, ay).

Edad adulta. Tu madre se hace mayor, pongamos que muy mayor. Y entonces cambia el tema que puede ser, por ejemplo, la nevera. Llego a casa de mi madre y me pongo a tirar media nevera. Me cuentan amigas que hacen lo mismo. "¡Pero si ese queso de filadelfia lo compré ayer!", protestan. No puede ser cierto, el queso se separa ya de las paredes de la cajita y está el pobre amarillo verduzco, un horror, pero las personas mayores se resisten a tirar. Tampoco son conscientes de que no se puede descongelar de cualquier modo, ni mucho menos volver a congelar. Luego cogen infecciones, lo normal. Mi abuela paterna era igual.

Otro tema. El arreglo. Cuanto más mayores, más hay que cuidar la apariencia, es una teoría mía quizás equivocada. Pero pasados los 80 muchas mujeres se olvidan. Y hay que estar al quite. De nuevo tirar. La tiro ropa por sorpresa y luego miento como una bellaca. No suele hacer falta porque se olvida de lo que tenía de una temporada para otra, pero si me pregunta miento con mucha paz. El vintage ese queda bien para las revistas de moda en una chica de 27 años, pero en el resto de las mortales esas telas de más de treinta años o esas hechuras no quedan bien ya y hay que renovar el armario o se acaba como Doña Rogelia, con refajo y todo. A otra vecina de mi madre la hago el seguimiento y reporto a su hermana "Que sepas que Blanca se ha vuelto a poner ese traje", y Machús Suances riñe a su hermana de nuevo. Lo sé, soy una chivata asquerosa.

En fin. Yo acabo discutiendo con mi madre por más temas. Para que vaya al dentista, al médico, para que coma bien -esa es otra, como te descuides come lo mismo todos los días, y venga judías verdes, y venga pescado-. Para que vaya a la peluquería, al podólogo y no vaya en autobús que ya no tiene años. Para que no se suba en unas escaleras a ordenar armarios. En fin, más, mucho más. Piensa que soy una pesada y lo soy. Y una mandona y tiene mucha razón, no lo discuto. Luego llega mi tía Charo, la dice exactamente lo mismo y va y la hace caso, en fin.

Y vosotras, ¿de qué discutís con vuestras madres o hijas?

Tengo curiosidad y me gustaría sentirme menos mala, a veces pienso que lo soy y tengo ganas de no discutir ya más.

Bueno, a ver si hablo con mi madre hoy que todavía no la he llamado por teléfono y no hemos reñido un poquito, me encuentro rara, es como si me faltase algo.

15 comentarios:

Toi dijo...

más discutís cuanto más os parecéis
manque no lo queráis admitir

Lumroc dijo...

Discutí mucho con mi madre. Casi siempre, sin éxito. Hizo habitualmente lo que le dio la gana.

Lo que daría yo por volver a discutir ....

Máster en nubes dijo...

Puede ser, Toi, pero, desafortunadamente para mí, no me parezco nada a mi madre (no habla jamás de lo que no sabe, es de ciencias y exacta, muy ordenada y pulcra, poco sociable, se ríe de las cremas -si ves su cuarto de baño es como si fuera una menonita, el cepillo de dientes y ya-y es para todo muy sobria -de Valladolid, para más señas-, o sea, que no ;-)

Y que no falte, Lumroc, ya lo sé. Y sí, la mía hace también lo que la pete con mucha tranquilidad. Y hace bien, lo sé, pero yo también hago bien diciéndola algunas cosas (en el fondo, no enfadándome, claro).

Driver dijo...

Me gustaría discutir con mi madre cara a cara.
Eso significaría que nos vemos.
No es fácil ser un emigrante.

Llevo 28 años en la carretera.
La libertad tiene un precio.
Y los emigrantes lo pagamos.
Cada día.

Dichoso el que puede discutir cara a cara.

sarracena infiel dijo...

Con mi madre no discuto, me limito al asentimiento respetuoso y ........... hago lo que me da la gana.

Con mi hija discuto: cámbiate, así no sales conmigo; levántate que ya es hora; pon orden; ni se te ocurra hablarme así; ese tonillo; pobrecita gárgamel, lo que tienes que sufrir............

Y así.

Suele asentir, un tanto menos respetuosamente y ............... hace lo que le da la gana.

O sea, que viene de familia.

Ruidosas, discutidoras, mandonas, casi, casi, controladoras.

Un horror.

A favor: sentido del humor. Casi lo único.

Mirna dijo...

Pues fíjate tú que para mí este tema es un tormento. Mi madre ha sido siempre una mujer de muchísimo carácter; ha tenido que trabajar mucho y sacar mucho adelante... se quedó sin mi padre y plof. Desde hace siete años vive conmigo, y yo también tengo mi carácter, porque en mi caso, de casta le viene al galgo. Así que discutimos por todo y yo luego siempre me arrepiento, porque claro sé que le debo un respeto. Los temas normalmente son porque a mí me gusta que las cosas se hagan de determinada manera en mi casa, y claro, ella tiene sus propios medios. Cualquier cosa es motivo de discusión.
Un abrazo.

sunsi dijo...

Jo, Máster, ahora recuerdo que ayer por la noche discutí con mi madre. La llamo y vuelvo a entrar...

Máster en nubes dijo...

Pues sí, Driver, lo sé, sé que es una suerte a) que viva y b) que vivamos cerca -es un decir, a 50 km- y c) que nos veamos todas las semanas y hablemos todos los días y a veces varias veces. Soy consciente y lo agradezco todos los días.

Pepa, me lo imagino, joé, tu madre tiene que ser de armas tomar, y tu hija también en su estilo ;-) En fin ... va a tener razón Toi

Mirna, fue en tu blog que lo leí, me sentí mejor por discutir, la verdad ;-), menos rara. Y ahora que lo explicas más me pareces más humana, mira tú ;-)

Sunsi, tu madre también debe de tener su, su, su... manera de ser ¿no? Y nosotras la nuestra, joë, que va a tener razón el Toi, cago en la...

sunsi dijo...

Ya está...ya me he reconciliado. En mi caso, Aurora, es todo al revés de lo que cuentas...
Ella nació...¿cómo te diría?... impoluta. Huele bien y no usa perfume, no sabe ni que existe la depilación... nunca le hizo falta, aprovecha la ropa pero nadie diría que tiene X años porque la recicla y la transforma ¡increíble!. Abres su nevera y todo en orden... En fin...¿a quién habré salido yo?.

Yo con ella me pico porque es mucho de futuribles... Y yo le digo que hoy es hoy y ella ataca y sabe dónde darle para dejarme preocupadísima. Y otra cosa que me pone de los nervios y creo que consigo que no se me note (doy patadas en el suelo para desahogarme)es que cuando me llama me somete a un tercer grado. Y luego me hace preguntas tipo: "¿Te acuerdas de aquel papel que...?" A final he de reconocerle que ni me acuerdo del papel y que ni idea de dónde lo guardé. Claro... desde lejos y por teléfono intuye el caos.

Una aclaración: soy la mayor de cuatro hermanos y la única chica. Lógicamente, para bien y para mal, soy LA hija. Cuando el teléfono se me cae literalmente del oído supongo que le voy diciendo "que sí... que sí..." a no sé qué. Consecuencia: "No me escuchas...Total, no sé para qué te digo, si harás lo que te dé la gana".

En su favor. Es la mujer más generosa que conozco. Su eficiencia gestionando lo que sea no tiene límites.Se nota que es la mediana de nueve hermanos y le ha tocado currar mucho. Ordenada, alegre, entrañable, acogedora, educada... No sé. Es que toda ella es elegancia, por dentro y por fuera. Y como la confianza da asco... en fin , que no le llego ni a la suela del zapato.

Me he enrollado mucho ¿no? Es que este tema daría para folios. Que yo también soy madre de dos hijas. Pero este rollo os lo ahorro. Las discusiones van por otros derroteros... Una de sus lindezas cuando se enfadan es llamarme friki... Petardas...

Un beso.

Antonio Azuaga dijo...

Ni “mala” ni “chivata”, Aurora; sólo pletórica de simpática humanidad, que es como eres.

Lo que ocurre es que estamos apresados en los ciclos. Anaximandro pensaba que todo orden tenía que restituirse al desorden primigenio. Para compensar, vamos. Pienso en imperativos semejantes a los que dices: “tienes que comer más”, “no te pongas esto, que no es apropiado a tus años”, “no se te ocurra salir sola a la calle”, “no te subas ahí, que puedes caerte”… Pienso en miles de órdenes similares y de respuestas parecidas a esas órdenes, y me parece que los personajes son intercambiables: podría estar diciéndoselos una madre vigilante a su hija quinceañera, y podría estar escuchándolos una madre octogenaria de su vigilante hija.

No son, pues, exactamente riñas, sino preocupaciones amorosas entre quienes están en el orden y quienes están camino de él; o, desgraciadamente, desprendiéndose de él.

Un beso.

Máster en nubes dijo...

Sunsi, eso de ser LA hija tiene sus cosas, te comprendo, creo, pero encima tú eres madre de 2 hijas, o sea... en fin, entretenido todo ¿no? Una amiga mía dice que ella nunca supo que era una antigua, una hortera y una mujer sin gusto hasta que sus hijas llegaron a la adolescencia y empezaron a darle la barrila... Así que lo de freak podría ser peor: te podrían llamar antigua, pasada, etc.

Y precioso el retrato de tu madre, es que se te cae la baba, guapa... yo es que parto de la base de que las nuevas generaciones no somos mejores de ningna manera, que la humanidad no progresa,,, pero no por teorías, sino por lo que veo en lo más cercano mío, ni de broma somos mejores que nuestros padres...

Antonio, como siempre haces pensar. El orden, el desorden y, por medio, las órdenes ;-) (desde "arregla tu cuarto" hasta el ya final de "ni se te ocurra ir sola a ...." ) Me ha hecho hasta llorar la idea del desorden final, y el desprendimiento final que hay que tener de todo y que tanto debe de costar y tan mal yo entiendo a veces: ver que te olvidas de todo, que no te dejan ya ir sola, que no te puedes fiar de tu cabeza, verte tan necesitada, dependiente. En fin, a veces la vejez de otros nos pone delante nuestra limitacion no ya futura, actual, constante, nuestra dependencia como seres humanos ya y siempre.

Javier Sánchez Menéndez dijo...

Que simple pero que bien te ha salido...

Olga Bernad dijo...

Uf, yo todavía discuto con mi madre mucho. No nos parecemos. Precisamente por eso, cuánta falta me hace. Mi madre es la realidad: se lo debo todo y a la vez, qué dura puede llegar a ser. También es la verdad (esa tan necesaria y que molesta tanto a veces), el amor gratis, la persona que siempre está ahí.
Ni siquiera nos parecemos físicamente, es una señora rubia y blanquísima. Sin embargo, de un tiempo a esta parte, me sale su expresión en todas las fotos. La expresión que yo vi de niña tantas veces, su forma de mirar.
Hoy ha cumplido 67 años.
Hemos discutido un poco, pero poco.
Mañana seguiremos.
Coincido con Antonio y con ese Anaximandro: estamos apresados en los ciclos y tú estás llena de humanidad;-)

Máster en nubes dijo...

Gracias, JSM.

Gracias, Olga, me hago cierta idea de tu madre con lo que has escrito, y me ha hecho gracia lo de "hemos discutido... pero poco" ;-)

buenas noches, mejor dicho boa noite (desde Galicia, chovió... pero poco ;-) también...

Anónimo dijo...

Hola,tema interesante!!! Pensè que yo era la única en el mundo con esa situación...No es fácil eso, porque no me gusta discutir, ni molestar a mi madre. Trato de agradarle mucho, apoyarla en todo pero nunca he conseguido una palabra bonita. Si lo hago, esta mal,sino lo hago, también lo ve mal...me confunde, no se que quiere que haga para verla feliz.
Paciencia con ella. Ojalà supiera que toda mi vida me la he pasado intentando complacerla y parece que nunca lo he logrado... Ahora, prefiero callar y me he alejado, para no discutir y tener la fiesta en paz... Espero que asi, estes más feliz mamá. Junio 2014