Bitácora de Aurora Pimentel Igea. Crónicas de la vida diaria, lecturas y cine, campo y lo que pasa. Relatos y cuentos de vez en cuando.

miércoles, 16 de febrero de 2022

El baile y las sombras

Yo recuerdo aún El baile con Conchita Montes. Una delicia que Edgar Neville escribió para ella. Una cosa preciosa, delicada, hoy creo que incomprensible, naturalmente. Conchita Montes era una mujer muy interesante. Y Edgar Neville no lo era menos. A veces pensamos que hoy hemos inventado la pólvora y otros temas. 

Pero no venía yo a hablar de aquella obra de teatro, sino de las elecciones de CyL.

Estuve de apoderada y me lo pasé estupendamente. Llevé pastitas. Escuché todo lo que pude. Observé aún más. Lo bueno de ser nueva (aunque de apoderada lleve unos años) es ver quién no habla con quién y otros temas. 

En el caso de Ávila tiene tela porque ya no va de izquierdas y derechas (que es lo de menos ya y para siempre) sino de escindidos y, sobre todo, de luchas diversas. Fui la única que hablé con todos. Tiene narices esto. Me llevé un libro. Bueno, no, dos, allí hay mucho tiempo muerto. "Oye, qué buena idea" me dijeron varios al verme leyendo. Por allí pasó el de Por Ávila con su corte de 25 señores, cámaras, etc.  La comunicación es lo que tiene, que vives para ella. Y yo muerta de risa y hablando con su mujer, que no sabía yo que lo era, era apoderada como yo, y yo venga a decirle en su cara morena "uf, pero qué corte de los milagros la de éste...". Hablar mucho es lo que tiene, que quedas de pena habitualmente. Véase una muestra. 

El caso es que los resultados son los que sabemos.

Y la situación está también como sabemos. Que el PP no quiere saber nada de Vox porque son (somos) ultras. Pero no ya "a nivel" (espantosa expresión) de CyL, sino nacional. 

Lo de Casado ayer fue de llorar o de preguntarse realmente si hay algo más detrás, porque si no, no se entiende. Estoy convencida que ni la amplia mayoría de votantes del PP, ni mis compañeros apoderados del PP con quienes compartí jornada  y a quienes escuché atentamente, lo entienden. Apuesto la cabeza. 

Mientras, Vox, en palabras de Abascal y de García Gallardo, ha tendido la mano y explicado que están abiertos a un acuerdo. 

A ver, yo soy primaria y elemental. Soy de provincias, recuerden. Esa imagen de castellana vieja, votante casi rural, red neck o lo que sea. Ya, leo -lo he dicho ya, insisto porque parece que sólo leen algunos pelmas-, pero vamos, como si no leyera. No he debido de enterarme de media. Y tengo que escuchar ahora no ya a Casado o a ... (no voy a poner nombre, que cada uno rellene), sino a mucho experto analista que:

a) Siguen presentando a Vox y a sus votantes como directamente imbéciles, ultras y cabreados, pero no con cabeza. Un cliché,  un prototipo. También hay una versión de jóvenes que no tienen ni idea, desde luego. 

b) En el mejor de los casos, con mucho esfuerzo y dando muchas vueltas desde el centro-centro-moderado-dialogante-y-eso se nos concede (oh, gracias, gracias, favor que me hace Vd., caballero) el gran favor de decir -escribir- que hombre, tal y como está el patio, y aunque seamos muy feos (o sea, a), siguen en a), pues que habrá que hacer algo como un acuerdo con Vox.  

Ese tonito condescendiente de los b) yo me lo miraría, francamente. 

Con todos mis respetos: estos del b es como cuando el chico ese "mayor" se cree que puede aspirar a algo "mejor" que una chica que no sea de su edad. Y mira por encima del hombro precisamente esa "chica" next door dirían los anglos, disponible, o sea, soltera, bien maja, decente, guapa y todo lo que quieras, porque ay.... él aspira a... 

¿A qué aspiras en este momento?

Esto es lo que me dan ganas de decirle al PP. 

¿Pero tú a qué esperas? ¿A qué aspiras?

O en el mejor de los casos: PP, no te enteras. 

Pero es que no es que no te enteres tú, es que tampoco se enteran esos listísimos analistas columnistas que se leen entre ellos (en gran medida hoy se escribe para quedar bien entre los que te interesan por A o por Z, para formar parte de tal grupete o que te llamen de X, eso es lo que cuenta a veces). Lo evidente, lo más evidente, se les escapa. O no pueden decirlo. O esperan a ver si... lo que sea. Supongo que básicamente a hacer un buen cálculo para colocarse si el giro es lo suficientemente fuerte: diez minutos antes se colocarán algunos, tranquilos todos, hay corchos muy resistentes. 

Yo  entiendo perfectamente que uno no vote Vox y vote lo que le salga de donde sea. Me parece perfecto. Faltaría más. 

Personalmente creo que estamos en un punto donde los partidos, en el fondo cualquiera, son lo de menos. Serán meros instrumentos buenos si sirven. Y ya. Si aquello se ha convertido en un putiferio de acuerdos, de agrandar lo público hasta extremos insostenibles, de tener 17 sistemas de colocar a "tu" gente, y resulta que "llega el nuevo" y todos se ponen nerviosísimos (qué gracia ¿por qué se ponen tan nerviosos, como se pusieron con algunos que desgraciadamente no pudieron seguir, una pena), creo que hay que sospechar algo. 

Pero insisto: aquel que crea que esto va "de Vox"... se equivoca de pleno. El tema es más profundo, afortunadamente. 

Me da igual derecha que izquierda, que son dos sombras, otra dos más, de la caverna. Y los partidos, todos, hay que verles fuera de la cueva. En sí y dentro son sombras únicamente todos y siempre. Las ideas son las que cuentan y esas están fuera y antes.  Allá cada cual con lo que quiera seguir creyendo. 

No voy de víctima ni de conspiración. Pero la nación se va por el desagüe. Y esto, lo que palpas cada día, es lo que yo creo que ve mucha gente. 

Es posible, sólo posible, que alguna gente zafia, de esa que no se entera, pero que comprueba en su vida diaria que los hombres no son una mierda por el hecho de ser eso, hombres, que le trae al pairo que le llamen facha (o que no le lean), que esté pidiendo el cuarto y mitad en la carnicería, que lleve en paro meses y con tres churumbeles, que se ha ido de Cataluña porque no hay quien pueda, u otra gente, igual o diferente, que ha contemplado cómo las grandísimas cabezas de este país no han hecho nada y han pactado y trapicheado o sesteado desde sus torres de marfil... (oír a algunos ex ministros tiene muchas ventajas, entiendes que estemos como estamos) esté despertando. Y se digan oye, que es que no tenemos por qué aceptar esto. Que es nuestra vida y la de nuestros hijos la que está en juego. Y vamos a resistirnos como sea. Como podamos, básicamente. 

La política no está en la política. Está antes que ella. Antes que la que oficialmente creemos que es "la política", los partidos, o sea. 

 Así que algunos salimos de Matrix o la caverna. Entendemos que otros sigan en ella porque crean que es la realidad. No se puede obligar a nadie a salir, cada uno ve lo que puede (y puede soportar ver fundamentalmente). Se lo podemos contar con calma y paciencia -que hay vida fuera-, pero tienen que salir ellos. A trompicones. A ciegas. 

Pero desde luego lo que no me pueden obligar a mí es a permanecer en esa caverna y que me crea las sombras que proyectan. Porque a mi entender no explican para nada dónde estamos actualmente. Porque ya no sirven los análisis que nos servían. Se han roto las costuras. Y con todo, y mientras tanto,... 

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Tío, no es que "tengas" que bailar conmigo. Es que en estos momentos, si no bailas conmigo no es que te quedes sin plan,  es que nos quedamos sin suelo. Y tú te vas a quedar sin tu suelo  antes de lo que crees. Es sólo un baile. No es que me jures amor eterno, tontín. A ti, mucho más que a mí, es a quien le puede interesar más que bailemos juntos en este momento. 

Salvo que aquí lo que pase es otra cosa muy diferente. Que no es que no enteres: es que quieres que sigamos en la caverna todos definitivamente. 

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