Bitácora de Aurora Pimentel Igea. Crónicas de la vida diaria, lecturas y cine, campo y lo que pasa. Relatos y cuentos de vez en cuando.

lunes, 20 de abril de 2020

Tengo al personaje (Aventuras y desventuras de la tía Marta, 3)

—Ya sé sobre quién voy a escribir. Voy a escribir sobre mi tía Marta, que creo que es una persona sobre la que sé bastante y no hay nada escrito, que yo sepa. Y mira que es interesante mi tía Marta.

Estaba y estoy emocionada. 

La verdad es que he pensado que en algo a lo mejor me puedo llegar a parecer a mi tía Marta, y me he sentido menos sola. Y no sólo por eso de parecerme por fin a alguien de la familia, sino porque gracias a ella no estoy aquí abandonada. Que es como me sentía cuando oía hablar a mis padres sobre si yo no puedo quedarme, pues yo tengo mucho trabajo, en fin, el rollo de siempre.

Tu tía Marta como personaje me parece perfecto, no me podría parecer mejor, la verdad.

La señorita Julia conoce a mi tía Marta porque fueron compañeras de colegio. Han ido al mismo que mi padre, al que vamos mi hermano y yo porque mi padre se empeñó y se puso muy pesado por lo visto. Aunque mi madre prefería que fuéramos a otro, a uno religioso, porque éste es laico, aunque hay un cura, pero no pinta nada, según dice mi padre "afortunadamente". Así que vamos a un cole con cura, pero de los que no mandan. 

— El título todavía no lo tengo claro, Julia… en casa ya le puedo llamar Julia sin el señorita, hay confianza—.

No pasa nada, ya se te ocurrirá. Lo más importante, y perdona que te lo recuerde, que te veo lanzada, es que tengas una idea de lo que quieres contar, aunque luego lo cambies. O sea,  hazte un índice, un guión, con lo que vas a relatar en cada capítulo. Cada uno debería medir más o menos lo mismo de extensión con pequeñas excepciones. También es importante que vayas al grano, porque tienes tendencia a enrollarte a menudo, Elvira. 

Pero yo ya no oía casi a la señorita Julia o Julia a secas, estaba totalmente entusiasmada. Recuerdo, eso sí, que me dijo que leyera todo lo que escribiera luego en voz alta, que es la prueba de oro lo de leer en voz alta lo que uno ha escrito. Que así se ven muchas faltas. Que después, si está bien, lo pase al ordenador, y que se lo vaya mandando, que aunque esté ella en Honduras, lo irá viendo cuando pueda y me lo mandará corregido de vuelta.

Es estupenda Julia, es la mejor profe. Y no sólo lo digo porque me haya venido a ver cuando estoy mala con la neumonía, es que de verdad es la profesora que mejor me cae. Mañana voy a ponerme con el índice. Estas páginas son sólo el prólogo o introducción que tienen muchos libros. Casi me estoy alegrando de estar enferma, de tener que quedarme en la cama y solo poder leer y escribir "sin fatigarme", como dijo el doctor a mamá antes de marcharse de viaje. 


Lo de "fatigarme" lo digo mucho. Ya me he dado cuenta que lo he escrito dos veces en este cuaderno rojo, ya me he dado cuenta y lo corregiré más adelante. Es que suena a novela, según me ha dicho Julia cuando se lo he contado que se lo dijo el médico a mamá así: "no puede fatigarse". Me ha dicho Julia que algunos escritores empezaron a escribir precisamente porque estaban enfermos y leían y escribían mucho al no poder salir de casa. Que aprovecharon, como yo, una enfermedad para hacerlo. 

A Julia le entró la risa luego cuando seguimos con lo de "fatigarse", siempre acaba riéndose con algo. Me dijo que lo de la neumonía es un catarro mal curado, que no pasa nada y que ni me preocupase, que ni que tuviera una tuberculosis, que es una enfermedad que se tenía antes y la gente se moría, y se contagiaba mucho y era un espanto. 

Luego me contó otra cosa sobre la ópera y una señora que se moría de tuberculosis, pero me he olvidado porque a mí la ópera no me interesa nada y siempre pienso en la Castafiore cantando, que es un personaje de Tintín que a mi padre le encanta. Y a mí también, dicho sea de paso.  

Lo siento mucho, hija, ya sabes que no puedo dejar a los alumnos tirados, pero vas a estar genial con tu padre y tía Marta. 

Mamá se despidió así tras darme un achuchón fuerte bien temprano antes de ayer. Yo hice como si siguiera dormida para que se sintiera peor por marcharse. Lleva dos días mandando mensajitos, la muy pesada. Pero yo ahora estoy muy animada con esto de escribir sobre tía Marta. 

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