Bitácora de Aurora Pimentel Igea. Crónicas de la vida diaria, lecturas y cine, campo y lo que pasa. Relatos y cuentos de vez en cuando.

jueves, 7 de julio de 2011

Albino trigo segado. Los colores del verano (1)

No es amarillo ni ocre. Tampoco es solo blanco. Es el color del trigo recién segado distinto del color que tiene cuando está alto. No se parece a ningún color. Es ese y nada más que ese: color de trigo albino, casi blanco, pero sin ser blanco a secas, color de rubio trigo cortado.

Tampoco el gris de las nubes cargadas de agua es un color fácil. Gris plomo quizás, pero menos oscuro, más claro, pero no perla. Ni tampoco plomo. No, no se parece a nada. Es color gris de nube castellana cargada de agua en verano a punto de estallar la tormenta, un gris que merecería un nombre propio. A veces, cuando deja pasar el sol ya muy tarde, ese gris se convierte en uno violáceo si las nubes se dispersan y abren.

El blanco de los montes Torozos y sus estribaciones es un blanco calcáreo y manchado, casi tiza de antes. El blanco se hace ceniza de cigarro, o de leña quemada, depende de la hora en que pases.

Y las casas de adobe no son naranjas. Vienen de ser pardas en la noche, se hacen rosas por la mañana y luego se cargan de luz hasta hacerse casi blancas para volver a tomar color por la tarde.

A mediodía casi todo son blancos distintos, pero blancos. Y hay que meterse en casa para no estar deslumbrada, ciega de tanto blanco, transparente el aire, todo volumen y todo blanco.

Terminé de leer "Mi abuelo, el premio Nobel" de José Julio Perlado el fin de semana pasado, escribí sobre ella. Me ha hecho muy feliz, me lo he pasado bomba con ella. La pena es que se acaba rápido.


2 comentarios:

j.julio dijo...

Muchas gracias, Aurora, por tus palabras comentando mi último libro. Has sido muy amable, y lo que más me alegra es que, como lectora, te haya llegado la historia,
Como bien sabes, escribir es un gozo, y es mejor aún escribir que publicar, aunque los libros se expanden luego entre tanta gente que uno se asombra de que un trabajo tan personal pueda tener ese eco en tantos lectores.
¡Muchísimas gracias por tu delicadeza y sensibilidad como escritora y lectora: ambas cosas tuyas excelentes!
Un afectuoso saludo.
José Julio Perlado

Máster en nubes dijo...

Gracias a ti, José Julio, me lo he pasado muy bien leyendo. Byron en la rueda de prensa de lo mejor, me encanta.