Bitácora de Aurora Pimentel Igea. Crónicas de la vida diaria, lecturas y cine, campo y lo que pasa. Relatos y cuentos de vez en cuando.

domingo, 4 de enero de 2009

Intuición 1)


O el sexto sentido. O instinto.

¿Qué es? Saber antes de cualquier elaboración racional qué está pasando y de qué va alguien. No es la experiencia la que te lo dice, aunque se puede añadir al instinto. La intuición es una mezcla de saber algo rápido por una punzada en la tripa y en el corazón, en ambos.

Creo que las mujeres somos más animales en el mejor sentido de la palabra: por eso tenemos más instinto, más intuición. Espero que nadie se ofenda con esta comparación o afirmación. Es lo que nos hace, de modo natural, saber de forma casi instantánea cierto tipo de cosas como:

a) qué terreno pisas en general (tiene que ver luego con el don de la oportunidad)
b) qué va a pasar con este tío (antes de que él lo sepa y ni se de cuenta)
d) sentir cuando alguien no es de fiar (es lo que te hace confiar en un marroquí que viene a podar los árboles y en cambio no te gusta cómo mira el repartidor de Repsol, mira tú por donde).

Intuición. Sabiduría atávica transmitida a todas las mujeres por la que reconocemos rápidamente el peligro propio y de las crías, fundamentalmente y para empezar. Porque cuando salían a cazar el mamut o tenías intuición o como alguien atacara la cueva y no lo olieras a tiempo, mal íbamos, ellos no podían llegar: y no porque estuvieran en el bar.

Perdura hoy. Olemos a distancia y por adelantado algunas cosas, no todas.

La intuición, el instinto, son modos de saber, de acceder al conocimiento de forma rápida. Se complementan con otros tipo de modos de acceder al conocimiento, de saber. No todo puede ser intuición: no se hacen aviones con o por intuición ni se pasa el examen de conducir, ni tampoco se construye un edificio o una familia sólo con intuición. Pero es útil, para la vida diaria mucho. Y dependiendo de las profesiones, también.

Es un tipo de olfato al que a veces no hacemos caso, y mira que nos libraría de algunos peligros. Porque puede fastidiar un poco algunos sueños o deseos y con éstos últimos tapamos la intuición. "Me parece un c. ... pero es taaan encantador" Tía, si ya a priori te parece un c, es que es un c. "El curro parece interesante, pero la jefa me dio mala espina". Ni te lo plantées (si puedes, claro), lo será casi seguro. No cambies de curro.

A veces sustituimos la intuición por darle al tarro y hablar y hablar: esto es muy femenino. O elaborar una teoría: esto es más masculino.

Pero ellos tienen teorías porque tienen menos intuición, por eso las necesitan más. Y tardan más en saber así determinadas cosas. Aunque sólo algunas importantes se saben antes por intuición que por otros medios.

2 comentarios:

Toi dijo...

la intuición nos habla de que sabemos cosas que no sabemos que sabemos, que 30.000 años de instintos nos avisan de cosas a las que no sabemos nombrar, de que nuestro subconciente suma tres más dos y le sale cinco sin saber cómo lo hemos hecho tan rápido. Puede que los que sumaban tres del silencio repentino más el dos de unos pájaros revolotendo de repente, si no sumaban hay que salir por piernas YA simplemente no sobrevivieron, como comentas.
Nos pasamos el día intuyendo, demasiados años sobreviviendo...

Máster en nubes dijo...

Hola, Toi.

Y ahora ¿qué hacemos que no hay que salir por piernas?

Todo tan artificial que no entrenamos el instinto.

Tu gata y mi perra nos enseñan... Todas las mañanas olfatean. Y notan cómo estás, qué listas que son.