jueves, 22 de octubre de 2009
Valverde, Hoffmann, Doñana, la amistad y el tiempo
Estuve en el Museo Nacional de Ciencias Naturales en Madrid el pasado martes porque Jesús Dorda me hizo llegar el aviso del homenaje a José Antonio Valverde. También lo fue en cierta manera de su amigo Luc Hoffmann que entregaba la documentación que en su día Valverde le dió a él.
Pongo en antecedentes a quienes no sepan esta historia que nos encanta incluso a los que somos sólo aficionados, amateurs o, mejor todavía, amantes, torpes e ignorantes, pero amantes al fin y al cabo en esto del campo y la conservación. No hay vida suficiente para ver, leer y aprender todo lo que a una le gustaría, parece que vivimos poquísimo (o poco en las condiciones adecuadas, dejémoslo ahí) y que las cosas interesantes superan con mucho el tiempo que nos conceden Dios y la biología. Hay personas que te acercan estas cosas y transmiten como legado a través del tiempo y la distancia parte de ese amor suyo por la vida tan sentado y tan consciente, tal es el caso de Valverde y de otros.
Hoffmann como mecenas y Valverde como biólogo, naturalista, científico y mucho más, fueron, son y serán, personajes clave y, sobre todo, personas fundamentales en la más reciente historia de España, en la creación del parque natural de Doñana y mucho más, como dijeron ayer, cuando eso de la "conservación" era un constructo, algo impensable o de locos y pirados en los años 60.
José Antonio Valverde del que ya escribí y que falleció hace unos años tiene unas memorias excelentes (7 tomos, creo, o al menos 7 he visto yo, editados por el CSIC, una joya) donde cuenta todo lo que hizo (Benigno Varillas presente el martes las transcribió, un castellano precioso, por cierto). Vuelvo a recomendar su lectura porque son una gozada y te lo pasas fenomenal con ellas.
Biólogo, original y singular científico y persona, el martes recordamos la figura de Valverde y la relación que tuvo con el suizo Hoffmann quien fue su amigo -siempre se trataron de Vd., algo genial- y le ayudó en esa compra incial de terrenos que dieron lugar luego a Doñana y luego en muchas cosas más.
El modelo de La Camargue de Hoffman le sirvió a Valverde para pensar que algo así podría hacerse en Doñana. Valverde también fundó con otros la WWF Adena y la SEO (Sociedad Española Ornitológica, por favor necesitamos más miembros, a ver si con el link... ) y tuvo en su haber también amistades muy diversas, entre otras con Felix Rodríguez de la Fuente que fue un gran divulgador que muchos todavía tan bien recordamos. Luego ya vino Cousteau (mis hermanos y yo le escribimos para que nos llevara de grumetes a sugerencia de nuestro padre, se debieron reír un rato), pero el primero de todos fue Felix que nos encantaba a los niños de la época.
A Valverde, dijeron ayer, le faltó tiempo para ser ese científico que podría haber sido si no hubiera estado tan dedicado a Doñana y a otros temas. Y a pesar de todo fue científico, lo del orígen granívoro del hombre y el tema de la energía -sobreviven los que mejor aprovechan la energía- me lo tiene que explicar mejor Dorda un día, tengo algunas dudas.
Y todo ello lo hizo Valverde no sólo sin medios casi, sino con una mala salud de esas que dicen que al final dan hasta buenos resultados. Lees sus logros, sus hallazgos, su impresionante actividad y te quedas patidifusa y desde luego envidias semejante trayectoria, no sólo el talento, sino la impresionante constancia. ¡Qué gente hay por el mundo!. En la parte de abajo del Museo hay una pequeña exposición explicando algo de esto que Dorda ha montado, por cierto.
El tiempo es fundamental y aunque fueron muchas horas de trabajo nocturno, de cigarros y algún coñac para acompañarle como tan cariñosamente recordaron el martes, no todo se puede hacer a veces, aunque él hizo muchísimo, para empezar, irradiar con su persona ese amor y esa curiosidad y alentar a muchos otros que siguieron y arriesgaron también, quizás un modo especial de hacer escuela, algo en este país tan raro, tan difícil y tan envidiable de otros países, la verdad. A mí eso es casi lo que más me gustó de lo que dijeron.
Por encima de banaderías humanas, Valverde estaba además dotado excepcionalmente de capacidades y cualidades (la del dibujo entre otras, no hay más que ver cómo dibujaba, pudo haber sido un figura también en ese campo) a las que se sumo un trabajo constante y una actitud que creo admirable: nunca había que conformarse con lo ya trillado y sabido, un ejemplo para científicos y, pienso yo, que para cualquiera que pretenda ser un buen profesional, escritor, no sé, lo que sea. Qué difícil a veces no acomodarse, no aburguesarse, buscar más, querer más ... y no de pelas o de lo material, sino de desafío profesional, personal.
Hablaron el martes y era fácil emocionarse sin ser bióloga ni familiar ni nada similar oyendo a los que allí intervinieron, y al final a su hijo hablar de la deuda impagable que nuestro país tiene con Hoffmann, amigo de su padre y de la conservación en España. Leo que le acaban de conceder la medalla de Isabel La Católica, me alegro mucho, me pareció un hombre encantador.
Hoy que Madrid tiene un aire especial porque hemos tenido esa bendita lluvia, hay nubes y el otoño deja caer esa luz tan bonita, me acuerdo de Doñana con mucho cariño. Y pienso en Valverde ahí, en lo alto, creo que el romance ese castellano de San Antonio y los pajaritos le va al pelo.
Al salir del Museo me colé en la exposición sobre Darwin, había un panel sobre Linneo que rezaba "Dios creó, Linneo ordenó". Tengo que leer mucho más a Dorda, a Francisco Javier Barbadillo y a Fernando al que pude conocer el otro día y a otros muchos. Hay muchísimas personas interesantes en este mundo y los biólogos o naturalistas aficionados que cuentan tan bien las cosas lo son. Nada como irse a dormir leyendo recetas de cocina o cosas sobre la naturaleza, no tienes ni un solo mal sueño.
Me alegró mucho verte, aunque entrases a escondidas y yo estuviese tan liado con unos y otros.
ResponderEliminarLos datos de las vitrinas los quiero poner en mi blog para prolongar un poquito mi particular homenaje a Valverde.
Le daré, como corrensponde, mi toque personal que no viene a cuento en el Museo.
Javier Barbadillo, sin García, je, je.
¡¡ Uh !! lo del índice de apetencia es complejo pare me veo capaz de explicarlo pero lo de la moral biomásica ya me supera...
Si te hizo gracia lo de que se llamen de Ud. los amigos imagínate, a su mujer la llamó toda la vida la Señorita Albacete, que es como la llamaban en la residencia de señoritas cuando Valverde la iba a buscar.
¡¡ Qué persona y qué personaje!!
La imposición de medalla a Hoffman fue mucho más emotiva y con mucho más público. La charla de Arsuaga muy acertada.
Ay, Dios, corrijo lo de Barbadillo, es que cambio no ya los apellidos sino hasta los nombres, Dorda, qué desastre, espero llegar a tiempo para que Javier no lo vea...
ResponderEliminarOye, que lo pasé fenomenal, he estado buscando dibujos de Valverde en la red y no encuentro, tendré que escanear los de los libros para ponerlos alguna vez por aquí, son preciosos.
Voy a ver si encuentro lo que dijo Arsuaga.
En cualquier caso Hoffmann se emocionó en el Museo, no sé si te diste cuenta... (hombre, no lloró, pero se ponía así como que le daban ganas, fue muy bonito)
Gracias por invitarme, por avisarme.
Te has currado la entrada mucho.
ResponderEliminarLa pena es que todo eso lo disfruta Zapatero solamente.
Y nosotros aquí, entre nieblas.
Javier, gracias por verlo, es que en todo pongo mucho interés, y más en lo que no sé apenas como esto, no sé hacer las cosas de otra forma.
ResponderEliminarPero ¿Doñana no es para uso y disfrute (controlado, claro) de los españoles? Uf, no me digas que está cerrado... para uso político, hombre...
Un abrazo
Aurora
Tienes la habiliad de hacerme leer cosas que ni un poco me interesan.
ResponderEliminarPero héte aquí, que descubro que la necesidad de comunicarse con precisión se incrementa por una situación de sobresalto permanente, y que esas veces en que me encuentro tan gallina están justificadas. Incluso entiendo que descienda el número de huevos cuando el estrés se generaliza.
En fin, Aurora, que todo se entiende de una niña que quería ser grumete con Cousteau.
Qué gusto da leer una entrada de "ciencias". Cuando lees las memorias de Valverde te das cuenta de lo que ha cambiado nuestra mentalidad en muy pocos años.
ResponderEliminarHace no más de cincuenta años se paga por matar "alimañas", hoy a muchos nos duele ver cómo se destroza el campo, ...
Un abrazo
Lolo, gracias, el estrés es muy malo, no te pega nada tener estrés, te imagino calmada y tranquila, en plan casa de campo, no sé por qué... Un abrazo, guapa.
ResponderEliminarCapitán, sí, lo de los lobos y los osos que se cazaban no hace tanto es muy interesante. Leo en alguna parte que vuelven los lobos por lo del despoblamiento del campo. ¿Te acuerdas del lobo de Gubia, el de San Francisco? Menuda leyenda tan bonita... a ver si la copio y pego un día de estos. Comparto contigo ese dolor al ver el destrozo que se hace y que se ha hecho, pero también la alegría de ver algunos sitios que se conservan bien(Extremadura es todavía una joya, León, Zamora, Teruel y más, algunas sierras que no quiero nombrar en Andalucía por si se llenan ;-), también hay silencio y espacio en el centro de la península, en fin, ya hablaremos más de campo) Un abrazo,
Aurora
Gracias Aurora, por tu particular homenaje a Valverde y a Hoffman, y por las menciones de mi humilde persona/blog y de mis grandes amigos Dorda y Fernando.
ResponderEliminarLeí uno de los tomos de las memorias de Valverde, gracias a un préstamo de Jesús, y tanto la obra como el autor y personaje me resultan soberbios.
Afortunadamente la Naturaleza ibérica ha parido grandes entre los grandes (Valverde, Félix, Pío Font i Quer...). Seres de otro mundo que vinieron a este para descubrírnoslo, con una pasión propia de los héroes de la antigüedad...Ahora son otros tiempos.
La Naturaleza sigue alumbrando mentes, encendiendo corazones, esclareciendo entendimientos...si nos sabemos parte de ella.
Feliz noche, Aurora.
PD: aunque no llegué a tiempo, lo de García me hace gracia (cambia la r y la a y quita el acento).