lunes, 24 de octubre de 2022

Del estilo remordimiento español al frío uniformizador

Mis primas por parte de madre y yo acuñamos el término "remordimiento español" para llamar así a aquellos muebles de nuestra abuela de rotunda y pesada madera, oscuros, difíciles de mover, a veces con curiosas formas talladas, incluso creo que recordar unos del comedor con patas con esculturas de senos femeninos. ¿Cómo podía tener nuestra abuela semejantes muebles? 

El caso es que desde los 50 hasta finales del siglo pasado la cosa del confort hogareño ha mejorado notablemente en España. Para todos afortunadamente. Pero mientras mejoraba, también permanecía un estilo que podemos llamar "burgués" de personalización y calor: butaquitas tapizadas con telas elegidas cuidadosamente, mueblecitos heredados o encontrados en algún chamarilero, regalos de boda incluso, compras a lo largo del tiempo. Así recuerdo la mesa de comedor de mis padres, que ahora tiene mi hermano Paco, la pequeña librería con puertas ahora en casa de Juan o la mesa de comedor de Boecillo que yo tengo. 

En este siglo todo es más uniforme, en mi opinión a menudo más frío y más feo. Me gustan el espacio y la luz, pero me espanta la frialdad que veo. Ni la acumulación ni la celda. Y eso que me gusta el Císter... para visitarlo, no para vivir en él. 

Entre ese oscuro estilo remordimiento español y esa cosa a veces tan heladora nórdica hay más posibilidades. Pero hay que dedicar tiempo. El ojo se educa. Como el corazón. No, no es sólo dinero ni principalmente. 

2 comentarios:

  1. Suele aparecer en estos muebles un guerrero de perfil que se parece, vagamente, a Aníbal. Por otra parte, creo que hay que buscar la genealogía de estos muebles en los escritorios, despachos y estrados del XVI y XVII. Por supuesto buscan la solemnidad y no la comodidad.
    Mis saludos, doña Aurora.

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  2. Sí, ahí está la genealogía, desde luego. Gracias por leer.

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