Cada día hay una sorpresa. Es una de las ventajas de vivir un poco apartado, de tener el campo cerca. Sales a dar un paseo con la perra y no hay día en que no veas algo nuevo.
Tiene mala fama Ávila, fama de frío. Y es cierto, lo hace, pero hay mucha luz. Y yo cada día necesito más luz y menos gente. Quizás eso es hacerse vieja. Estoy en el lugar perfecto.
Esa luz de Castilla es aún más bonita en invierno. El otro día en Carnota tuvimos una manta de agua constante para desanimar a cualquiera. Y yo erre que erre, qué gusto que llueva.
Una acaba como su perra, que sólo despertarse ya está contenta. Y ahora nos toca de nuevo frío y nieve. Pues bendita sea la nieve.
Soy optimista por naturaleza, por la naturaleza, y tengo una casa caliente que me espera. No se puede pedir más. No necesito más de esto que tengo.
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