lunes, 3 de junio de 2013

4. Ni miramos ni nos miramos (La señal de los bárbaros)

Contemplatif, me dijo la profesora, no tiene un sentido de mirar con calma. Me extrañó que en francés no tuviera esa acepción y que no fuera una palabra “laica”.

Un mendigo se quejaba: “Míreme, por Dios, aunque no me dé nada…”.

Peor todavía dar sin mirar a los ojos. El contacto visual nos avergüenza. Quizás es porque vemos. 

A veces estás tan enfrascada que ni levantas la mirada cuando te dicen hola o adiós. Y ocurre con las personas que más quieres.

Es otra señal de los bárbaros. Eso sí, pegados a la pantalla. Absortos, pero no mirando. No miramos.

2 comentarios:

  1. Cuando doy la paz en la misa intento no olvidarme de mirar a los ojos de mi hermano o hermana en la fe. Pero constato que son pocos los que buscan la mirada.

    ResponderEliminar
  2. Es bonito mirarse a los ojos, Suso. Y es educado, además. Tu recomendación de Oz me está gustando mucho.

    ResponderEliminar