Hebras de colores y pequeñas puntadas.
Ensayos unidos en un lienzo blanco, conjunto de muestras de lo que unas manos con aguja e hilo hacen: vainica a un lado, punto de cruz en el centro, bordados y hasta ojales.
Dechado lo llaman.
Y puede ser ejemplar o simplemente un esforzado muestrario, sampler. Tienen su encanto un nudito mal disimulado –debía estar detrás y no delante-, la S que quedó francamente inclinada o aquella costura demasiado tirante.
A veces se acaba por enmarcar esa tela tan trabajada. Y se cuelga en algún rincón de la casa.
El mundo de los afectos es un dechado en su variedad y por sus fallos. Sudan las manos, hay puntos que no salen.
(Las fotos -y los trabajos, ahí sí que ejemplares- son de The fanatical Seamstress, un hallazgo.)
¿Quién sentirá hoy las puntadas de antaño?¿Sería posible tocar el momento que las hizo posible con tan sólo rozarlas?
ResponderEliminarTengo escacharrada la bb y no veo los comentarios, este se me pasó. Mil perdones, gracias por leer.
ResponderEliminarCoser es interesante. Por favor, visita el blog de la costurera fanática, es una gozada...