lunes, 10 de mayo de 2010
Diálogo arbóreo
Árbol nuevo-Hazme sitio, anda, hazme un hueco...
Árbol 2 -Perdona, pero eres tú el que me estás invadiendo, ejem, no sé si te estás dando cuenta...
Árbol nuevo -Es que me han plantado a tu vera...
Árbol 2 -Pero yo necesito mi espacio, contigo tan cerca no puedo...
Árbol nuevo -Pero podrías crecer un poco hacia abajo, más adentro de la tierra ¿no? Así cabríamos los dos, es una idea...
Árbol 2 que vamos a llamar antiguo o viejo (que resulta ser también de la misma especie, que ya es mala suerte, si no, no habría tanto problema) -No puedo. Soy superficial, tal y como tú lo eres. Y me extiendo en consecuencia hacia los lados. Rompo hasta las piscinas si las tengo cerca, las reviento, acabo con ellas...
Árbol nuevo -Ay, qué pena... Tendrían que habernos puesto un poco más lejos para poder crecer los dos juntos ...
Árbol 2, antiguo o viejo -Pero ya no tiene remedio. Y serás tú o yo. Lo estoy viendo venir. Tú espera...
Árbol 1 o nuevo -¿No eres un poco drástico? A lo mejor crecemos ambos pero un poco menos... ¿no podría darse el caso de dos árboles iguales creciendo en el mismo terreno?
Árbol 2, antiguo o viejo -Ojalá fuera así, pero no lo creo. Es la distancia, ¿sabes? No se puede plantar un árbol como tú o como yo sin un par de metros al menos entre ellos. Esas raices tuyas, las mías, las nuestras, se alargan demasiado hacia los extremos. Son delgadas, pero muy extensas, van en la misma dirección. Chocan enseguida. Y ahogan al que se acerca, mucho más si son de la misma especie. Demasiado parecidos, mejor que fuéramos diferentes... Ya lo siento, árbol nuevo, ya lo siento.
Árbol 1 o nuevo - Bueno, pero yo, si me dejas, voy a intentarlo. A lo mejor somos la excepción biológica a la regla.
Una metáfora de la vida, incluso del mundillo literario.
ResponderEliminarUn abrazo.
No sé, Máster. Pero creo que es bueno intentarlo. Soy bastante de excepciones. O mucho.
ResponderEliminarqué maravilla de texto, me has dejado la piel de gallina como en otros tantos post, es un descubrimiento adorable tu blog!!!
ResponderEliminarEl único remedio que les queda...es andarse por las ramas.
ResponderEliminar(Original relato, Aurora)
Ay, JC, qué razón tienes, no se me había ocurrido esta versión, pero parece evidente. Muchas gracias.
ResponderEliminarLolo, es un cuento, es ficción, mudanzas ;-), un beso. Y yo soy de todas las excepciones, sin ellas estaríamos muertos.
ResponderEliminarLila, bienvenida, hay días y días, y cosas que volverías a escribir enteras, pero da igual. Andamos y ya está, y encima con lectores como tú, una gran suerte.
ResponderEliminarBarbadillo, no se me había ocurrido eso, pero es lo que pasará seguramente en el cuento: por las ramas, no está mal, hay aire, hay pájaros, hay hojas, se está fresquito, etc. Por las ramas pues que siga el cuento.
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